viernes, 29 de febrero de 2008

CUBA, REVOLUCION DE LA ESPERANZA.

CUBA, REVOLUCION de la ESPERANZA.

Pablo González Casanova.


Cuba: La revolución de la esperanza Artículo disponible en formato PDF (161.4 Kb) Cómo citar este artículo González Casanova, Pablo. "Cuba: La revolución de la esperanza". La revista del CCC [en línea]. Septiembre 2007, n° 1. Actualizado: 2007-11-13 [citado 2008-02-28]. Disponible en Internet: http://www.centrocultural.coop/revista/articulo/16/. ISSN 1851-3263. Resúmenes Español: El artículo se escribe a instancias de los 80 años de Fidel Castro y los 50 de que zarpó el “Granma” de Veracruz.

El motivo es Cuba y los logros ciertos del pueblo y el gobierno cubano.

La revolución cubana ha confirmado que la alternativa sólo triunfa con el poder y la conciencia de todo el pueblo. Al mismo tiempo, se requiere ir más allá de la protesta, de la crítica o la denuncia, de la euforia de triunfos incompletos, hacia la articulación creciente de bases y vanguardias con moral y conciencia de la lucha y capacidad constante para la resistencia. Bases y vanguardias, unidas en el diálogo, en el aprendizaje y la acción coordinadas, enriquecen el pensar de las ideologías y las filosofías, de las teorías y sistemas de creencias, de su cultura toda. La Revolución Cubana destaca en la revolución de lo concreto como coherencia. Lo concreto es lo que se propone como ideal o meta a alcanzar y lo que se hace para de veras alcanzarlo.
El pueblo-gobierno de Cuba se supera construyendo una espiral dialéctica, en que las luchas anteriores se toman para alcanzar objetivos cada vez más altos y más profundos como se advierte en el análisis detallado del estado, la sociedad, la cultura, la economía y la ecología de Cuba. Palabras claves Español: Revolución Cubana; Comunismo; Lucha de clases; Vanguardia; Moral Revolucionaria; Cuba; Castro, Fidel “Hablar de Fidel Castro es hablar de Cuba”—le dijo a Fernando Martínez un amigo cuyo nombre no recuerdo. Y en el homenaje que hoy se realiza para celebrar los 80 años de Fidel y los 50 de que zarpó el “Granma” de Veracruz, yo quiero hablar de Cuba y de los logros ciertos del pueblo y el gobierno cubano.
Me atrevo a hacerlo porque he estado solidarizándome con esa revolución, por casi medio siglo, sin que mis sentimientos o presentimientos fueran disconfirmados por los hechos. Al contrario, durante la gran crisis ideológica que vivimos a fines del siglo XX, Cuba siguió siendo un punto de referencia para aclarar problemas y precisar conceptos. Además, me atrevo a hablar de Cuba, porque estoy convencido de que su revolución inició una nueva jornada en la historia universal de las revoluciones, sin que los cubanos hablen suficientemente de la grandeza alcanzada, tal vez por ser ellos mismos hechura de esa modestia muy latinoamericana que nos impide ver como historia universal lo que se está forjando en los hornos de estas tierras y estos pueblos.
La revolución que se inició en Cuba el 26 de julio de 1953 nació en un mundo considerablemente distinto al de la Europa fabril de 1848 y al de la Rusia Zarista de 1917. La Revolución Cubana sólo es comprensible con el rico legado que expresó Martí. En las ideas creadoras de Martí, en su ética rebelde, en su política de alianzas y enfrentamientos, Martí expresó las más antiguas y nuevas luchas por la independencia con los pueblos, por la libertad con los ciudadanos, por la justicia con los pobres y con los trabajadores. La recreación de su pensamiento y de su conducta se enriqueció en la práctica y se redefinió con las teorías revolucionarias del Movimiento 26 Julio y del propio Partido Comunista Cubano, que contaba entre sus antecesores a marxistas martianos como Julio Antonio Mella. Varias son las aportaciones de Cuba, que ayudan hoy a precisar lo concreto universal de las luchas contra el capitalismo y sus mediaciones. Lejos de prestarse a cualquier intento de “calco y copia”, como diría Mariátegui, contribuyen a plantear, en cada circunstancia, qué es ineludible o necesario hacer para alcanzar los objetivos de la liberación, la democracia y el socialismo.
Dentro de esa perspectiva, y la de una lucha antisistémica, disminuyen las incertidumbres en las decisiones que se toman en un lugar y tiempo concretos; dejando que cada quien las replantee en su momento y lugar de acuerdo con sus vivencias y sus experiencias. Es por eso que los revolucionarios cubanos han insistido, una y otra vez, que su revolución no debe tomarse como ejemplo. Su contribución para pensar y actuar resulta muy atendible siempre que cada pueblo y sus vanguardias reformulen, en su momento histórico y en sus condiciones actuales, qué hacer y cómo hacer lo que sea necesario para alcanzar la democracia, la liberación y el socialismo.
Los constructores de la revolución cubana no descansan en las tendencias y contradicciones de la historia, aunque les den también gran importancia. Cuidan especialmente los planteamientos de estrategias, rutas, tácticas, sistemas de información, de organización, y capacidad de adaptación y reestructuración para alcanzar objetivos intermedios, y así avanzar hacia metas que de otro modo sería imposible lograr. En la creación y la construcción histórica, líderes y bases recorren el mapa y el pronóstico de los problemas pequeños y grandes para construir los mejores caminos de la emancipación con base en la propia historia de las luchas, en especial de las recientes y emergentes y en el diálogo-debate-consenso en que líderes y bases toman decisiones conjuntas, necesarias para el logro de los valores e intereses por los que luchan.
En esta breve remembranza de la faena revolucionaria en Cuba iniciada en 1953, quiero destacar algunos hechos y aciertos que me parecen dignos de una atención universal que a su vez sea crítica y creadora:
1. Si se estudia con cuidado la historia revolucionaria de la Isla durante estos cincuenta años se puede sostener, con toda seguridad, que ningún pueblo ha llegado tan lejos en la construcción de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad como el pueblo de Cuba. Disconfirmar esta tesis es un reto imposible de lograr si se obra con conocimiento y honestidad.
2. En sus etapas precursoras, la Revolución Cubana comenzó por una lucha en que los contingentes electorales y los líderes populares enfrentaron en la práctica las represiones, fraudes y vejaciones a que los sometieron los desgobiernos del imperio, sus asociados y subordinados. El dictador Batista y sus mafias, con el apoyo de Washington, obligaron a los movimientos pacíficos a someterse y conformarse con su triste suerte, o a rebelarse y jugarse hasta la vida. Líderes y masas adquirieron la conciencia de la rebelión necesaria, ya no sólo teorizada por unos cuantos, sino forjada en el dolor de multitudes enteras, a quienes las arbitrariedades y represiones, los engaños y promesas incumplidas prepararon para corear el grito de “Libertad o muerte. Venceremos”, un grito que al no ser un mero decir se escucha ; y se sigue escuchando en toda Cuba en la forma que adoptó desde 1960: “Patria o muerte: Venceremos”.
Los nuevos rebeldes, que surgieron de las masas y con ellas, dieron también nuevos pasos para su organización y para la toma del poder del Estado a fin de anular los aparatos de represión y de mediación dominantes, que no escuchaban su clamor, y sólo respondían a sus protestas, marchas y acciones cívicas, con medidas cada vez más violentas y engañosas. Las fuerzas dominantes y sus políticas represivas y empobrecedoras convencieron a las tiranizadas y explotadas que sólo responderían a sus demandas con la violencia. Pero las fuerzas rebeldes aprendieron por su parte que no basta responder con la violencia. Al ocupar La Habana y poner en fuga al gobierno de Batista y su ejército, Fidel Castro aclaró que la lucha apenas empezaba. En plena euforia del pueblo por su triunfo, invitó a una nueva reflexión del pueblo. Hizo ver que no basta con luchar por la destrucción del poder opresor, sino que es indispensable construir el propio poder, redefiniendo en la práctica las formas de la Independencia, la Democracia, la Libertad y la Justicia social e individual para que contribuyan a la construcción emancipadora.
La revolución cubana ha confirmado que la alternativa sólo triunfa con el poder y la conciencia de todo el pueblo, o de crecientes contingentes del pueblo que no se conforman con los triunfos inmediatos ni con las organizaciones que sólo incluyen a una parte del pueblo. Se requiere ir más allá de la protesta, de la crítica o la denuncia, de la euforia de triunfos incompletos, hacia la articulación creciente de bases y vanguardias con moral y conciencia de la lucha y capacidad constante para la resistencia. En todo el proceso cubano aparece lo que es necesario hacer y cómo hacerlo. Conocimiento, conciencia y voluntad organizadas se enriquecen con la teoría vivida, con las explicaciones y las armas que las propias colectividades y organizaciones adquieren. Bases y vanguardias, unidas en el diálogo, en el aprendizaje y la acción coordinadas, enriquecen el pensar de las ideologías y las filosofías, de las teorías y sistemas de creencias, de su cultura toda. Se deshacen de lo que en la práctica revela no ser significativo o útil para alcanzar los objetivos emancipadores. Se trata de una contribución muy importante porque se vuelve parte de la cultura de la revolución y base de discusiones que no son talmudistas o de interpretación de textos y discursos sagrados, sino sobre cómo lograr objetivos, metas, valores.
3. La Revolución Cubana destaca en la revolución de lo concreto como coherencia. Lo concreto es lo que se propone como ideal o meta a alcanzar y lo que se hace para de veras alcanzarlo. Nada de abstracciones sobre la libertad, la justicia social, la independencia nacional. Nada de abstracciones en la lucha por la democracia sin aclarar que se lucha contra la falsa democracia neocolonial y oligárquica; que se lucha contra el poder del Estado que es un instrumento del imperialismo y sus asociados y subordinados locales -o más específicamente- instrumento de las compañías y de las burguesías neocoloniales y rapaces. Nada de quedarse en los sistemas políticos que son parte de ese Estado, con el que mediatizan sus estructuras de explotación, depauperación, subyugación de los trabajadores, de los campesinos, pueblos y sectores medios.
Nada tampoco con quienes desde la clase política y su lógica negociadora pretenden ponerse a la cabeza de un movimiento que son incapaces de llevar a sus últimas consecuencias. Recuérde se que al triunfo de la Revolución, un grupo de “personalidades progresistas” pretendió suplantar a la dirección revolucionaria y ésta no lo permitió... Se buscó que toda política de alianzas fortaleciera las soluciones junto con los pobres, con los subyugados y marginados, con los excluidos y superexplotados. La política de alianzas y el reconocimiento de vanguardias se acotó al incluir en ellas a la juventud rebelde, a los estudiantes universitarios y normalistas, e incluso a quienes provienen de la pequeña burguesía y de la grande, siempre que el polo de atracción a que se dirijan quede bajo el mando de los que ya han probado su compromiso de realizar en la práctica una democracia, una liberación, y una justicia social que creen las condiciones para la solución de los problemas de los pobres entre los pobres aumentando el poder y la participación de éstos en la toma de decisiones. La lucha contra el poder existente lejos de implicar un rechazo de todo poder, implica la necesidad de crear un nuevo poder del pueblo trabajador y ciudadano que le permita defenderse con eficacia de las agresiones internas y externas y del terrorismo de Estado que el enemigo despliega en todos los terrenos: psicológico, ideológico, económico, social, cultural, militar, para-militar, policial, gangsteril y narco-mafioso.
4. La Revolución Cubana toma muy en cuenta las desastrosas experiencias del totalitarismo estalinista para lograr una organización fuerte y eficaz que base su fuerza en la moral de lucha del pueblo, en la disciplina libremente consentida para y con el pueblo. En ese mismo sentido da prioridad a la educación universal del pueblo para tomar decisiones, para dialogar, oír, discutir, expresarse, alcanzar acuerdos y organizarse, a la vez en formas horizontales y piramidales, en redes y colectivos de información, reflexión y acción.
5. La Revolución Cubana redefine y replantea el socialismo no sólo como un sistema necesario, por todas las experiencias anteriores y actuales, sino al que lleva muy pronto la profundización de una lucha en que a cada ataque del imperialismo, sus asociados y subordinados locales se contesta con nuevas y más sólidas medidas que fortalecen al pueblo-gobierno-estado, ese novedoso complejo de categorías integradas y no sólo enlazadas o articuladas. El complejo organizado y consolidado del pueblo-gobierno-estado explica la inmensa capacidad que muestra Cuba en estos cincuenta años para enfrentar al imperialismo norteamericano, el más agresivo entre todos los imperialismos de la historia. Redefinir y replantear el socialismo empieza por la fusión de categorías que permite ir más allá de la defensa del estado de los pueblos, de los trabajad ores y los ciudadanos a la creación de otro estado, de otra democracia, otra liberación, y otro socialismo, con otro actor revolucionario que hace suyas las tres luchas.
6. En la Revolución Cubana se advierte también como necesaria la capacidad de traducir y articular las ideologías marxistas, leninistas y martianas. Los rebeldes emplean el lenguaje y las categorías que vienen del pensamiento crítico de Marx y las articulan con las que vienen de Martí y de otras concepciones del humanismo, incluso las que poco tiempo después surgen de la teología de la liberación, sin que por ello pierdan la precisión de los objetivos ni caigan en el eclecticismo superficial que pretende escoger y unir lo bueno de las distintas ideologías y creencias, y desechar lo malo. Más que la unión de textos buscan la necesaria unión nacional e internacional entre quienes, teniendo distintas filosofías y creencias, coinciden en su conducta emancipadora.

7. En Cuba se plantea la necesidad de compartir las capacidades y responsabilidades de vanguardias y pueblos en forma creciente. Se construye con persistencia una sociedad en que las vanguardias originales preparan su propia desaparición no sólo formando nuevas vanguardias sino formando al pueblo para que todos sus miembros tengan la capacidad de ser vanguardias. Se busca así construir un pueblo de vanguardias con el conocimiento, la conciencia y la voluntad indispensables para que sus integrantes recreen, en creciente emancipación, las organizaciones horizontales y jerárquicas más adecuadas. 8. Se busca así combinar, a niveles cada vez más concretos, la democracia participativa y la representativa, la disciplina intelectual y la política, las convicciones y las prácticas morales. Y a este respecto, la Revolución Cubana hace dos grandes aportaciones a la Revolución, que estuvieron muy lejos de hacer otras revoluciones socialistas anteriores como la soviética y la china.
*- Una gran aportación se da en el campo de la moral y en las condiciones sociales para su práctica:
*- Otra se da en el campo de la educación general y de la educación llamada superior.
9. La importancia que el Movimiento Revolucionario del 26 de Julio da a la moral, y la que Fidel Castro como Ernesto Ché Guevara le dan como prioridad central, en el curso de toda su vida, nunca había alcanzado en los movimientos revolucionarios anteriores el lugar que ocupa en el pensamiento revolucionario cubano y en las prácticas morales de sus dirigentes. La aportación del gran movimiento no sólo se expresa en la coherencia de lo que piensan, dicen y hacen sus vanguardias y contingentes, sino en el hecho de que con la moral fortalecen las acciones colectivas, y la lucha de trabajadores y pueblos para que no se engañen y no los engañen. La revolución de la palabra verdadera sobre los valores e ideales a alcanzar, cómo y con quiénes alcanzarlos, rompe la tradición esquizofrénica de la retórica engañosa y habitual. Se trata de una revolución cultural que permite entender de otro modo, como relación exacta, las palabras y los actos, los discursos y las acciones, y eso ayuda considerablemente a emprender acciones coordinadas y consecuentes de muchos, mucho tiempo.
El impacto de la moral rebelde, individual y colectiva, difícilmente puede ser percibido por un enemigo que ha innovado el viejo arte de mentir con las múltiples tecnociencias que diseña para el engaño que documentan y certifican los expertos y científicos a su servicio, y que montan sus expertos en realidades virtuales de farsas, juegos y guerras, ideológicas, terroristas o de exterminio. El planteamiento revolucionario de la ética es mucho más que las palabras de consecuencia y que la coherencia del decir y el hacer. Sigue la tradición martiana, y también recoge otra que prendió fuertemente en algunos países de América del Sur. La vanguardia del 26 de Julio-con el Che y Fidel a la cabeza—plantean la necesidad de crear las condiciones sociales de la moral, aquellas que fortalezcan la cultura cooperativa frente a la cultura mercantil, que liberen del mundo de las mercancías un creciente número de actividades, empezando por la estructuración del poder del pueblo, de la política y del sistema electoral, así como de los servicios sociales relacionados con la educación, la salud, la alimentación y la habitación.
La práctica revolucionaria de la moral implica exigencias muy fuertes a las vanguardias –exigencias que se cumplen hasta hoy en Cuba, en particular por los principales dirigentes del proceso, y que se van extendiendo y difundiendo entre numerosos contingentes de las bases en los que se internalizan los valores cooperativos y desmercantilizados. Desde luego, en todo el proceso existen fuertes contradicciones por la persistencia de la cultura mercantil, o de la paternalista y clientelista, o de la individualista. Esos tropiezos se dan entre una lucha de clases que adquiere características muy agresivas, internas e internacionales. El imperialismo y la oligarquía utilizan todos sus instrumentos de enajenación, corrupción, cooptación, asimilación y desestabilización para provocar o acentuar los enfrentamientos en el pueblo.
La publicidad de la sociedad de consumo se presenta como una realidad ya alcanzada por la población de Estados Unidos y otros países aliados y subordinados; el envío de divisas y bienes escasos por los parientes que se fueron a Estados Unidos se acompaña de una propaganda tenaz a favor del capitalismo. Pero hasta ahora la inmensa mayoría del pueblo tiene conciencia de lo que todo eso significa y sigue apoyando con firmeza a un gobierno del que se siente copartícipe. Aun así el problema de la corrupción continúa constituyendo una seria amenaza que Fidel Castro denunció en un discurso que dio en la Universidad de la Habana en noviembre de 2005. Pocos meses después, ante un ataque de la revista Forbes que quiso descalificar moralmente a Fidel colocándolo en uno de los primeros lugares de su habitual lista de multimillonarios, el pueblo no creyó nada del grotesco infundio, y Fidel Castro pudo responder categóricamente que si le comprobaban que tenía un solo dólar estaba dispuesto a renunciar.
La Revolución Cubana siempre tuvo conciencia del peligro de la corrupción y de la doble necesidad de ser honrado y, también, parecer honrado. Esa batalla, aparentemente idealista, alejó a Cuba del peligro que dio al traste con el bloque soviético y con la construcción del socialismo, la democracia y la liberación en China, Vietnam y la pequeña Nicaragua, países donde el grueso de sus libertadores pasaron de la corrupción del socialismo a la del capitalismo neoliberal y mafioso.
10. El conjunto del proceso y el proyecto de la Revolución Cubana lleva a la redefinición del socialismo no sólo como un proyecto de expropiación de los medios de dominación y acumulación, ni sólo como un proyecto de liberación y democracia, ni sólo como un proyecto de participación de trabajadores y ciudadanos en las grandes decisiones políticas, ni sólo como un proyecto de alfabetización y escolarización de todos los niños y de una inmensa cantidad de adul tos. El proceso y el proyecto cubanos plantean la necesidad de crear expertos del más alto nivel en medicina, pedagogía, urbanismo, ingeniería, economía, finanzas, agricultura, veterinaria, comunicación, electrónica, información y organización; defensa armada y solidaridad revolucionaria; investigación científica y tecnológica.
Los jóvenes que estudian, se forman en su especialidad y en el nuevo espíritu de desmercantilización de la producción y los servicios, que fortalezcan el trabajo y la actividad cooperativas y solidarias. Son especialistas en su oficio y adquieren una nueva cultura socialista y democrática para aplicarlo. Son investigadores de punta en ciencias y humanidades, y razonan en función del “interés general”, el “bien común” y los “derechos humanos” como objetivos de un humanismo revolucionario que piensa, habla y actúa en consecuencia. El proyecto de la construcción del socialismo en Cuba tiende a acabar, por fin, con un mito muy arraigado y que subsistió en otras experiencias del socialismo de Estado y del parlamentario. Sostiene que no hay ninguna razón para que se piense que en la sociedad del futuro siempre habrá una minoría de sabios poseedores de la cultura superior y una mayoría con una escolarización media.
A la campaña de alfabetización universal “para entender y cambiar el mundo” y a la formación de expertos y profesionales con una cultura general revolucionaria y humanista, añade el proyecto de un país -universidad en que la cultura superior se dé a todo aquél que quiera alcanzarla. Se sostiene con toda razón que la llamada cultura superior puede llegar a ser de la inmensa mayoría de la población, tanto por los recursos técnicos y humanos hoy disponibles como por la necesidad de que los constructores del socialismo más avanzado estén integrados por masas que posean la cultura de las decisiones del “saber y buen gobierno” que en el mundo se ha reservado a unas cuantas élites. El proyecto ya está en marcha y va a ser sin duda una de las más sorprendentes victorias de la Isla.
11. El carácter internacional de la lucha por la liberación, la democracia y el socialismo se comprueba a lo largo de la historia de la revolución cubana. Su solidaridad activa con los pueblos de África, Asia y América Latina la llevó también a establecer vínculos muy fuertes, y en algunos casos muy necesarios, con la Unión Soviética y más tarde con China. Hoy se manifiesta en su apoyo a Hugo Chávez y el pueblo de Venezuela, y en su apoyo a Evo Morales y los pueblos indios que ganaron el poder político en Bolivia. Solidaridades y apoyos se dan o reciben con la convicción de que es imposible pensar en el socialismo en un solo país o en unos cuantos países, y necesario percatarse que se trata de un gran proceso histórico mundial, en el que se apoyan entre sí los pueblos y gobiernos que perciben los mismos ideales, o una parte de ellos, y que en el camino pueden profundizar su proyecto como ocurrió y ocurre en Cuba.
12. Otro hecho más en que Cuba es notable está relacionado con la inclusión de la cortesía en su cultura revolucionaria. La Revolución Cubana combina “lo cortés con lo valiente”; la diplomacia con la resistencia frente al criminal bloqueo y asedio que el gobierno de Estados Unidos le ha hecho con el afán de que fracase. La combinación de la diplomacia y de la resistencia organizada, armada de ideas y de valores, y con una máquina de guerra impresiona nte, capacita a Cuba para enfrentar a quienes intenten invadir su territorio y le permite contar con numerosos aliados en los propios Estados Unidos y en el mundo, entre otras razones porque ha dado amplias y claras muestras de que no es antiamericana sino antiimperialista. En sus encuentros internacionales, Cuba muestra la flexibilidad necesaria para reunirse con otros rebeldes y buscar con ellos simpatías y diferencias para acciones concertadas. Al mismo tiempo combina los principios a que adhiere con la cortesía y la tolerancia que le permiten moverse fácilmente en los círculos diplomáticos, académicos y de organizaciones que luchan por la paz, contra el terrorismo de Estado, y contra ese neonazismo disfrazado de neoliberalismo que vende e impone por la fuerza su desoladora democracia de mercado.
La combinación de la firmeza revolucionaria, de la democracia de veras, de la cortesía, de la tolerancia, del pluralismo ideológico, religioso, científico es parte de una cultura más amplia. Corresponde a una cultura de las combinaciones para vencer en las contradicciones, en las luchas y enfrentamientos emancipadores. Las combinaciones para vencer en las contradicciones, permiten articular saberes y perspectivas, problemas y soluciones que es imposible lograr por separado sin que se debilite gravemente la lucha emancipadora. Muchas de ellas implican frentes mutantes en que algunos se van quedando en el camino y otros se van integrando, mientras los que empiezan y siguen ya son otros por las experiencias recibidas y por los nuevos proyectos concretos imaginados.
En Cuba la cultura de las contradicciones y las combinaciones aparece al plantear los problemas de la liberación, la democracia y el socialismo, y hace que el propio marxismo, o el pensamiento crítico, se enfrenten en nuevas formas con las tendencias ortodoxas o revisionistas de los textos, y con las creencias y prejuicios que no permiten salir de discusiones estériles, talmudistas. El propio marxismo se desarrolla no sólo como ideología sino como cultura, y no sólo con las técnicas de la convicción y la persuasión propias del manifiesto, sino con las técnicas del aprender a aprender lo que no se sabe. Los tropiezos que se encuentran en la creación de esta nueva cultura son inmensos y fueron tanto mayores cuando la pequeña Isla tuvo que contar con el apoyo del bloque soviético, sin que de sus propias filas hubieran desaparecido los legados de la cultura autoritaria y burocrática. Paradójicamente el camino de la nueva cultura se abrió de nuevo a raíz del colapso del bloque soviético, cuando el pueblo aprobó el llamado “período especial”, lleno de sacrificios y de descubrimientos emancipadores.
13. En los hechos, hay numerosas historias que revelan cómo hacer posible lo imposible. La gran aportación en este terreno consiste en combinar, en el análisis de lo necesario y útil, la dialéctica determinista sobre “las condiciones revolucionarias” con una lógica que va más allá de lo esperado como probable o como posible. Esa lógica no excluye las tendencias anteriores ni las condiciones actuales en tiempos de crisis y “fases de transición”; combina la firmeza de las vanguardias que pueden alcanzar efectos inusuales, con la organización y la voluntad de las bases organizadas. La Revolución Cubana estuvo muy lejos de ser una revolución voluntarista, como en ocasiones sostuvieron los rusos para descalificarla, y Régis Debray para exaltarla por lo que no fue. La Revolución Cubana no obedeció a “la decisión de un pequeño grupo de valientes”, aunque éstos tuvieron indudablemente una responsabilidad que supieron asumir.
La Revolución Cubana mostró una enorme correspondencia con las nuevas ciencias de los sistemas auto-regulados y creadores, complejos y no lineales, así llamados porque son sistemas que se construyen para alcanzar objetivos, y porque en ellos se dan múltiples interdefiniciones e interacciones en que una pequeña causa puede producir efectos desproporcionados. La Revolución Cubana estuvo muy lejos de parecerse a un milagro. Sólo redujo la incertidumbre y el azar con la organización, la comunicación, la formación de la conciencia y la voluntad ética revolucionaria. Así empezó a cambiar la pequeña gran Isla. Los doce sobrevivientes del Granma sólo eran la punta del “iceberg”. A su valiente decisión de lucha, añadieron una amplia organización de las bases que se coordinó con ellos, y a la que se fueron articulando más y más los miembros de la población rebelde de Sierra Maestra, las organizaciones de Santiago que ya había forjado Frank País, y los frentes que promovieron en distintos puntos de la Isla Fidel y Raúl Castro, Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos. La crisis terminal del gobierno y el Estado opresor “mostró que la represión ya no podía retener la ola revolucionaria”.
Los combatientes salían por cientos de las ciudades, al mismo tiempo que se producía “la unidad de todos los revolucionarios consecuentes que ya reconocían como su principal avanzada al Ejército Rebelde”. Las bases, los pueblos, los trabajadores y campesinos, los ciudadanos, construyeron sus organizaciones coordinadas y articuladas en las formas más idóneas para el triunfo a nivel nacional. La nueva tarea del Comandante en Jefe y de los dirigentes del Ejército rebelde fue dar pruebas constantes de su moral rebelde y de su reconocimiento consecuente de los valores e intereses de los trabajadores y el pueblo. En la etapa constituyente de la creación del nuevo Estado, que empezó por poner en fuga al ejército desmoralizado y llevó a la vergonzosa huída del dictador, de los oligarcas y las mafias, se tomó siempre en cuenta lo que Fidel Castro había dicho que entendía por pueblo, en su famoso texto de l953, titulado La historia me absolverá.
Allí había escrito: “Entendemos por pueblo, cuando hablamos de lucha, la gran masa irredenta, a la que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una Patria mejor, y más digna y más justa; la que está movida por ansias ancestrales de justicia por haber padecido la injusticia y la burla, generación tras generación; la que ansía grandes y sabias transformaciones en todos los órdenes y está dispuesta a dar para lograrlo, cuando crea en algo o en alguien, sobre todo cuando crea suficientemente en sí misma, hasta la última gota de su sangre”. Así dijo y así hizo con muchas y crecientes masas de quienes creen suficientemente en sí mismos.
14. Para lograr sus objetivos, el pueblo de que habló Fidel no puede gobernar con una democracia representativa. No le basta; por sí sola esa democracia vale poco “en una sociedad y un mundo con grandes desigualdades”. El pueblo necesita participar en el sistema de dominación y acumulación. El pueblo no puede construir el socialismo sin una disciplina revolucionaria libremente consentida, y sin una democracia o gobierno del pueblo que asegure la construcción emancipadora en organizaciones verticales y horizontales que sirvan para alcanzar los objetivos de la Revolución y para empezar a practicarlos desde el inicio mismo del camino, y en el camino. El pueblo tiene que participar en el gobierno. Puede participar en el gobierno para las grandes decisiones, siempre que sus dirigentes y vanguardias, sus frentes, partidos y organizaciones de base orienten y coordinen la creación histórica y sean un referente directo e indirecto de una democracia que sea gobierno del pueblo, de un socialismo que sea democrático, de una liberación que sea socialista. Y en ese punto parecería caerse en una causalidad circular de democracia, liberación y socialismo, que el pueblo-gobierno de Cuba supera construyendo otra metáfora; la espiral dialéctica, en que las luchas anteriores se toman para alcanzar objetivos cada vez más altos y más profundos como se advierte en el análisis detallado del estado, la sociedad, la cultura, la economía y la ecología de Cuba. “¡Cuba vive, la lucha sigue!”, como dice el gran grito desde México y desde todos los confines del mundo. 2 de diciembre de 2006 .
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martes, 26 de febrero de 2008

GLOBALIZACION, NEOLIBERALISMO y TRANSNACIONALIZACION.

GLOBALIZACION, NEOLIBERALISMO y TRANSNACIONALIZACION.

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“La Globalización es la agonía sin fin de la esperanza”

1.- LA TRANSNACIONALIZACION.

1.1.- Empresas Transnacionales.- Son empresas que operan en varios países, aunque la Dirección se encuentra centralizada corporativamente en una matriz, alrededor de la cual se organizan las filiales que se desarrollan en todo el mundo.

*- Son Empresas productoras que desarrollan su producción en el país en el que se establecen realizando algunas veces investigación científica y tecnológica.
*- Aunque no tengan el 100 % de las acciones de la empresa, la controlan a través de un Consejo de Administración; es decir, su administración es transnacional.
*- A estas empresas no les interesa satisfacer las necesidades de un país al que llega, debido a que su política es centralizada a una matriz y ella determina lo que más le conviene a la Corporación.

A partir de 1970, se extendió la utilización de los trabajadores de la periferia del mundo. Los métodos empleados son muy variados, abarcan desde formas de esclavitud o semi-esclavitud, hasta el empleo de la maquinaria y la automatización más avanzada, tal es la base de la acumulación originaria del capital transnacional. Altos niveles de desempleo en todos los países, son el piso en que se sienta el modelo neoliberal, esta doctrina afirma que los salarios son la causa y el alto desempleo la consecuencia. Un importante efecto del sistema transnacional es el cambio en la composición del proletariado mundial.

Las empresas multinacionales en la década de los 70’ eran alrededor de 7 mil y a mediados de los 90’ alcanzaban la cifra de 37 mil, como producto de un proceso económico, social, político, se habían transnacionalizado, operando en le mercado global, tanto en sus estrategias empresariales, financieras, productivas y de marketing como en la composición de su capital accionarial.

Merced a la revolución de las comunicaciones numerosas empresas han transnacionalizado su producción generando un espacio productivo global en el que el proceso de producción se integra a escala planetaria de tal forma que investigación, desarrollo, administración, gestión, producción, marketing, distribución y comercialización se integran en tiempo real, mediante las redes de comunicación, aunque sus centros se encuentren fragmentados especialmente separados por distancias de miles de kilómetros.

1.2.- Un poder semioculto.- Más de dos tercios del comercio mundial, tiene lugar a través de las empresas transnacionales. La mitad de este volumen comercial es intra-empresa (se produce entre sucursales de la misma compañía). A pesar de ello, resulta difícil apreciar cuánto poder manejan las empresas transnacionales. Por su puro tamaño se han convertido en un elemento crucial del mercado global y en importantes actores mundiales que, cada vez más, se sitúan por encima de muchos países. Ejemplos no faltan:

*- las ventas de la corporación japonesa Itochu exceden el Producto Interior Bruto de Austria,
*- mientras que las de Mitsui y General Motors superan el PIB de toda África subsahariana. Las transnacionales suponen un gigantesco negocio, tan enorme, que les ha conferido un considerable poder.

1.3.- ¿La esencia de la economía?- Algunos expertos argumentan que las transnacionales son la auténtica esencia de la economía global y que son cruciales para el progreso de las poblaciones del mundo en desarrollo. La realidad es muy diferente: las empresas transnacionales emplean sólo un 3% de la fuerza de trabajo mundial (y menos de la mitad de estos empleados está en el Sur). En aquellos sitios en los que son contratados, la contienda entre gobiernos para atraer las inversiones de las transnacionales ha provocado una caída espectacular de las condiciones laborales, dando paso a una precariedad que ha perjudicado los derechos de los trabajadores. Y mientras que las grandes corporaciones utilizan su inmenso poder de compra y de acción para coger las riendas de los mercados locales, las compañías locales son literalmente barridas de la escena.

1.4.-Derechos humanos olvidados.- Esta política neoliberal a ultranza que tiende a desentenderse de la responsabilidad social ha convertido a las transnacionales en las líderes del libre comercio, oponiéndose a cualquier regulación de sus actividades en todo el planeta. En medio de este clima, el respeto por los derechos humanos no ha salido bien parado.

*- El gigante del petróleo Shell admitió haber suministrado armas para que las fuerzas de seguridad de Nigeria las utilizasen contra los protestantes ogonis, de igual manera que BP ha apoyado abiertamente la creación de grupos paramilitares armados en Colombia durante años.
*- Otro ejemplo lo tenemos en la disputa judicial de 39 transnacionales farmacéuticas contra el gobierno de Sudáfrica por vender fármacos genéricos (más baratos) contra el Sida: el negocio, los intereses económicos y las patentes por encima de los derechos de los enfermos de Sida en África. Por encima de los derechos humanos.

1.5.-También terrorismo ecológico.- Tampoco se puede olvidar el coste medioambiental de las actuaciones de las transnacionales: la destrucción de ecosistemas completos por parte de grandes corporaciones mineras y petroleras, los miles de personas muertas en desastres como el de Bhopal, en India, o la continua contaminación de empresas para las que el ser verde es sólo una estrategia de relaciones públicas afín a un reconocible pensamiento políticamente correcto. Sin embargo, esta postura tiende a ser superficial.

Ahí está el ejemplo del fracaso de la cumbre de Kyoto del año 2,000, en establecer objetivos reales para frenar el cambio climático. Los poderosos miembros de la Global Climate Coalition, responsables de la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, organizaron una campaña multimillonaria para persuadir al gobierno estadounidense de conservar los negocios como hasta entonces, sin limitación de emisiones: el lobby transnacional otra vez por encima de los intereses globales.

1.6.- Esperanzas de regulación.- En los últimos años, en importantes sectores sociales ha crecido la preocupación de que las empresas transnacionales se hayan convertido en monstruos demasiado poderosos e influyentes para que los gobiernos puedan controlarlos. En todo caso, los gobiernos del mundo industrializado, siguen caminando por los senderos de la desregulación, impulsando que las transnacionales ganen derechos en sus inversiones en el extranjero, sin prestar atención a las protestas sociales y medioambientales del Sur. No se puede obviar que en los últimos años de nuevo parte de la opinión pública ha redescubierto el poder que tiene la ciudadanía a la hora de presionar a gobiernos y empresas, recuperando la importancia del concepto de lo público. Es un indudable paso adelante, pero insuficiente si no da lugar a propuestas concretas que impulsen un efectivo cambio de rumbo.


2.- LA GLOBALIZACION NEOLIBERAL.-

La globalización.- Constituye un sistema de redes en las cuales se organizan el comercio – expresa el Dr. Aldo Ferrer -, la inversiones de las corporaciones transnacionales, las corrientes financieras, el movimiento de personas y la circulación de la información que vincula a las diversas civilizaciones. Es asimismo el espacio del ejercicio del poder dentro del cual las potencias dominantes establecen en cada periodo histórico, las reglas de juego que articulan el sistema global. Uno de los principales mecanismos de dominación radica en la construcción de teorías y visiones que son presentadas como criterios de validez universal, pero que en realidad son funcionales a los intereses de los países centrales.

Las redes de la globalización abarcan actividades que trasponen las fronteras nacionales. Su peso relativo en el conjunto de la economía mundial ha crecido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, las actividades que se desarrollan dentro del espacio nacional constituyen la inmensa mayoría de la actividad económica y social…….. Las personas que residen fuera de sus países de origen representan el 3% de la población mundial, vale decir, que el 97% de los seres humanos habitan en los países en los cuales nacieron.

En el plano real de los recursos, la producción, la inversión y el empleo, el espacio interno tiene un peso decisivo. Sin embargo, en la esfera virtual de las corrientes financieras y de la información, la dimensión global es dominante y contribuye a generar la imagen de que se habita en una Aldea Global sin fronteras. Según ella los acontecimientos estarían determinados por el impacto de las nuevas tecnologías y por lo tanto, por fuerzas ingobernables e incorregibles por la acción pública o de organizaciones de la sociedad civil: Una de las expresiones de esta postura es la TEORIA DE LAS EXPECTATIVAS NACIONALES, según la cual los actores económicos anticipan e inhiben las decisiones del Estado que pretenden interferir en el funcionamiento natural de los mercados.

Esta imagen fundamentalista de la globalización es funcional a los intereses de los países y de los actores económicos que ejercen posiciones dominantes en el orden global. En realidad la aparente ingobernabilidad de las fuerzas operantes en el seno de la globalización no obedece a fenómenos supuestamente indominables sino a la desregulación de los mercados, que es una expresión transitoria del comportamiento del sistema mundial.

La globalización es básicamente un conjunto de procesos económicos capitalistas que han llevado a la integración de megamercados regionales cuya dinámica implica el impulso de procesos de desnacionalización y transnacionalización de las relaciones entre el capital y el trabajo. Me explico. Al transnacionalizarse los procesos de producción de mercancías, los trabajadores de un país fabrican objetos o partes de objetos que serán ensamblados en otro país y vendidos y consumidos en otro u otros países.

El intercambio comercial de estos productos transnacionalizados está sujeto a acuerdos que buscan disminuir las trabas arancelarias y otros gravámenes que los Estado-Nación han instituido (ejerciendo un criterio de soberanía que, como veremos, la transnacionalización viene a romper), por medio de los cuales imponen restricciones sobre el intercambio de algunas mercancías con el fin de proteger a la propia clase empresarial, la propia producción y los propios mercados internos, nacionales.

El libre comercio – hoy dirigido, controlado y dominado por la Organización Mundial del Comercio, O.M.C. - quiere decir justamente la abolición de gravámenes entre los países que conforman un megamercado, y de éstos con países que forman otros bloques económicos, otros megamercados. En el caso que nos ocupa, la América Latina constituye una área de influencia de Estados Unidos, y el primer paso en el proceso de conformación del megamercado de las Américas, lo constituye el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá, NAFTA, al cual se busca unir Centroamérica. Insistió después con el ALCA o el Area de Libre Comercio para las Américas, fracasó y hoy arremete con los TLC con cada país. Perú. O el de Centro América TELECAM. 2005.

3.- LA GLOBALIZACION NEOLIBERAL:
LA “CLASE POLITICA” Y LA CLASE EMPRESARIAL.
"El ejecutivo del Estado moderno no es otra cosa que un comité de administración de los negocios de la burguesía." Kart Marx.
Los procesos de transnacionalización económica tienden naturalmente a quebrar las estructuras económicas, políticas e ideológicas que hasta ahora habíamos conocido como nacionales, de modo que la transnacionalización de la producción y el consumo implica a la vez la intensificación de fuertes procesos de desna-cionalización económica, política y cultural. Esto, porque la nación y los imaginarios de lo nacional han sido realidades eminentemente políticas, impulsadas por grupos de individuos especializados en ejercer estas tareas, a los cuales se ha conocido como “clase política”, y ocurre que en un mundo en el que los procesos productivos y de consumo transnacionalizados necesitan de acuerdos transnacionales de libre comercio, no es la “clase política” la principalmente interesada en la conformación de megamercados sino lo es la clase empresarial.

De aquí, la presión neoliberal de empequeñecer los Estados para hacer recaer el poder y el control económico de las sociedades en la clase empresarial, reduciendo a la “clase política” a un conglomerado meramente administrativo de una justicia y una ley que ampare precisamente los procesos de desestatización, transnacionalización y desnacionalización política, económica e ideológica. Las lealtades y las místicas de carácter nacional se van sustituyendo por las lealtades y místicas hacia las corporaciones transnacionales. Aunque el imaginario de lo nacional se fomente, ocurre que se hace como simulacro y espectáculo despojado de contenidos remitidos a la soberanía y la autonomía, por ejemplo mediante el nacionalismo deportivo (el Mundial de fútbol).
Además, si observamos la conformación humana de las selecciones de fútbol "nacionales", veremos que las mismas están muy trans-nacionalizadas. Incluso si se fomenta la formación de deportistas nativos de los países en cuestión, las inversiones necesarias para el efecto obedecen a una dinámica empresarial transnacionalizada, y los efectos buscados en el consumidor obedecen a una lógica mundializadora de los imaginarios colectivos, la cual fomenta criterios propios del espectáculo (el mundo está bien y todos nos amamos) como sinónimo de lo nacional y de la convivencia internacional.
En todo este asunto de la transnacionalización y la desnacionalización debemos tener en cuenta que los procesos actuales que estamos describiendo y que constituyen el corazón de los procesos de globalización, se diferencian de lo que hasta los años sesenta fue la internacionalización capitalista, pues en ésta, el proceso se limitaba a la exportación de capitales, la construcción de enclaves productivos mediante la explotación de mano de obra y materia prima, a cambio de bienes suntuarios importados. Ahora, el proceso productivo así como los consumos se han transnacionalizado para formar megamercados, y en eso radica la diferencia entre la internacionalización de capitales y su transnacionalización o globalización.

La mitología que acompaña a estos procesos de fortalecimiento capitalista están remitidos a una supuesta unidad mundial, a una supuesta democratización de los consumos, a una supuesta igualdad humana por el hecho de que todos podemos ahora consumir las mismas cosas sin movernos de nuestro país e incluso de nuestra casa.
*- Así, en la tiendecita de la esquina, los niños pueden adquirir helados Wall's o jugos de frutas Jumex, y los adultos café Folger's o Nescafé, y
*- en la televisión un televidente de una zona marginal latinoamericana puede ver exactamente el mismo noticiero que mira un corredor de bolsa en Wall Street, al mismo tiempo. Sin embargo, este consumo igualitario no anula las diferencias de clase de ambos consumidores ni mucho menos las desigualdades entre los países que globalizan y los que padecen la globalización.
El neoliberalismo, que busca sustituir a la "clase política" por la clase empresarial, arrebatándole al Estado su función reguladora de ciertas actividades económicas así como su potestad de subsidiar empresas y brindar servicios básicos a la sociedad como la educación. salud, vivienda, planes de jubilación y las vías de comunicación, entre otros, equipara la globalización con la necesidad de empequeñecer el Estado y ensanchar el empresariado.

4.- EL ESTADO en la GLOBALIZACION NEOLIBERAL.

Como la globalización es objetiva e inevitable, resulta absurdo pronunciarse en contra de ella, lo que procede hacer - si uno insiste en mantener una posición política identificada con el interés popular- es buscar maneras de globalizarse sin perder el espacio del Estado como ente regulador de una parte importante de la actividad económica y social. ¿Por qué? Pues porque el Estado es el único espacio por el cual vale la pena que los sectores populares luchen y articulen un proyecto nacional-popular de nación.
Si el Estado es reducido a una mera entidad administrativa, legalizadora y policial, de los negocios de la clase empresarial neoliberal, ¿para qué un proyecto político popular si el poder no radicaría ya en el Estado sino en este empresariado, el cual sólo en su retórica ideológica permite que su elite se ensanche? Llegados a este punto vale la pena preguntarse: ¿es que la vía neoliberal es la única posible para globalizarnos? El caso de Estados Unidos pareciera contestar con un rotundo no a la interrogante, sobre todo si observamos la lucha del Partido Demócrata por mantener un Estado fuerte, capaz de ocuparse de amplios conglomerados marginados de los derechos y beneficios básicos populares como la salud, el transporte y el trabajo.
En efecto, ante la inevitabilidad de los procesos globalizadores, lo que procede es plantear una permanente negociación entre Estado y empresariado de modo que el primero permanezca siendo lo suficientemente fuerte como para regular una parte significativa de la vida económica y social. Esto implica erradicar del Estado su justamente señalado carácter corrupto e ineficiente. La depuración del Estado, la erradicación de la corrupción y la impunidad son un requisito indispensable para anular el argumento neoliberal de que el Estado debe minimizarse porque históricamente ha demostrado ser ineficiente como administrador y corrupto como ente político.
Entonces, la lucha por un Estado fuerte es la lucha por la depuración del Estado. Lo mismo ocurre con instituciones estatales como las universidades públicas: la lucha por su mantención y sobrevivencia como espacios de desarrollo cultural y académico de los sectores populares, es la lucha por su depuración, por la eliminación de la corrupción y la impunidad académicas y administrativas. Es la lucha por construir social y culturalmente nuevos espacios académicos éticos y responsabilidad social, con nuevos actores sociales el nuevo PARADIGMA UNIVERSITARIO de la Universidad Nacional del Siglo XXI.

5.- LA IZQUIERDA y la GLOBALIZACION NEOLIBERAL.

Definitivamente, la vía neoliberal no es la única vía para globalizarse, para entrar en la globalización. Existe la posibilidad de entrar en ella con un Estado fuerte que proteja intereses populares. Este planteamiento debiera ser el corazón de un programa de izquierda renovada si es que esta izquierda existiera. Pero como no existe, el planteamiento político de contención de la ola neoliberal tiene que ser diferente. Me explico. Si es cierto que el ingreso en la globalización es inevitable y a estas alturas urgente y necesario para no quedarnos fuera del juego en el nuevo siglo, también lo es que la única clase que está en capacidad de negociar la modalidad local, nacional de ese ingreso es la clase empresarial, ya que es la que actualmente tiene la representación política del país.
La izquierda en general no la tiene. La izquierda oficial, la “izquierda caviar” se vendió a la derecha. Por todo, lo que procede es que el empresariado liberal (no el neoliberal), es decir el que no está por la minimización del Estado, así como las expresiones del centro político y las izquierdas en proceso de renovación, articulen un proyecto nacional-popular de país con criterios interclasistas y multisectoriales, que les permita tener influencia en las negociaciones que la clase empresarial realiza actualmente con EEUU para que pasemos a formar parte, como país y como región, del megamercado de las Américas como fue el proyecto a través del ALCA. A simple vista parece que ya es demasiado tarde para que una fuerza política pluralista e interclasista pueda hacer algo. La evidencia indica que nos globalizaremos mediante la modalidad neoliberal.
Sin embargo, la elite neoliberal es minoritaria y sin duda una alianza política tendente a mantener un equilibro entre la fuerza empresarial y la fuerza del Estado puede todavía imponerse. La condición es,
*-primero, la gran alianza del espectro político que el neoliberalismo contribuye a conformar como su anticuerpo al rechazar como "socialistas" tanto al empresariado de derecha que acepta que el Estado regule parte de la vida económica y social, como al centro político y a todas las izquierdas;
*- segundo, la discriminación de la izquierda oficial y,
*- tercero, el diálogo directo y las convergencias puntuales con el neoliberalismo.
Esto puede constituir el gran paso para la consolidación de un sistema democrático que de verdad funcione y, con él, emitir nuestro pasaporte digno a la inevitable globalización.

El problema que afrentamos es la inercia del pasado, la cual determina que el material humano con el que se tiene que trabajar presente los vicios de la “clase política” corrupta, y que el empresariado neoliberal todavía vea en la derecha moderada, el centro y las izquierdas actualizadas – caviar -, a representantes de lo que ellos conciben como socialismo y comunismo. Su mitología de la libertad de empresa y del mercado libre tiene a los neoliberales todavía presos del dogmatismo de derecha que animó la guerra fría, y sus ideólogos y políticos aún evidencian una actitud autoritaria al querer imponer su pensamiento, su doctrina y su sistema, negando toda posibilidad de negociación. Una actitud flexible por parte de todas la fuerzas políticas que el neoliberalismo rechaza (contribuyendo con ello a su unificación anti-neoliberal) es la necesaria respuesta.
La globalización es el resultado del desarrollo del capitalismo. Su aceleramiento actual se debe al derrumbe del socialismo como economía y a la integración de los países del bloque socialista a las posibilidades del mercado globalizador. Dicen que: Satanizar la globalización no conduce sino al autoaislamiento. – No será más bien una posición cómplice y cómoda -. Se trataría más bien de comprenderla y de tratar de integrarse a ella de la manera más digna posible. En esta lucha se inscribe la discusión actual acerca del papel del tercer mundo en los procesos productivos mundiales. El consumo transnacionalizado no basta para considerarnos parte de la "aldea global". Es necesario y principal Gobernar la Globalización.

6.- PROPUESTAS Y ALTERNATIVAS.
Falta formar parte de ella como productores, con nuestras propias reglas de juego. Falta también adoptar una política inteligente respecto de un fenómeno que forma parte indisoluble de los procesos de globalización: el narcotráfico como fuente de las narcofinanzas mundiales, las cuales han permeado todos los sistemas bancarios del orbe, instaurando en los sistemas políticos su secuela más grave: el crimen organizado, la corrupción generalizada y la impunidad como expresión de poderes "alternativos" al poder de la ley y del sistema democrático.
Es imprescindible en la coyuntura actual de carácter nacional-global del tiempo global neoliberal, trabajar en función de construir un nuevo espacio social de consensos políticos en base a la recuperación del sistema de valores propios de la modernidad, asimilando con políticas locales los “nuevos valores” propios del neoliberalismo; impulsar y desarrollar políticas de la vida como el trabajo, educación, industria, cultura, identidad, comunicación, etc la confianza activa personal, social e institucional: forjar un nuevo liderazgo democrático y con visión de futuro con el único objetivo central de recuperar y fortalecer la función principal del Estado: de ejercer Poder Político en el escenario de alta complejidad y pluralidad de la crisis final de la modernidad para gobernar la globalización neoliberal.
Este es el panorama de complejidad, pluralidad, diversidad y turbulencia económica, social, política, cultural, etc . Es necesario e impostergable que nos reunamos para:

*- Construir, organizar y diseñar la nueva fuerza política
*- el programa principal que recoja los aspectos básicos de las nuevas relaciones sociales que nos inserte activamente en las dinámicas socioeconómicas contemporáneas, y que nos permita poner en práctica acciones que nos aseguren sobrevivir en el siglo XXI, no como objetos inconscientes sino como sujetos plenamente conscientes y lúcidos de la historia global.

La "alternativa" parecería ser hasta ahora, el de refugiarnos en la huraña impasibilidad de siempre, en la práctica permanente de la inercia, el desencanto colectivo, la institucionalización de la desconfianza generalizada, el absurdo principismo ideológico trasnochado, en la nostalgia de la guerra fría, en la frustración, la envidia y la amargura.
Sin embargo, consideramos que hoy a nivel global y nacional desde la perspectiva del movimiento de Resistencia Global o Altermundista, se presentan algunas propuestas muy simples y reconocidas que están logrando uno de los principales objetivo políticos: organizar y centralizar la lucha de los pueblos, la sociedad civil global, el Foro Social Mundial de Porto Alegre, descentralizado en Continentes y Países desde enero del 2006. propuestas y alternativas desde la visión dialéctica local-global, que nos otorgue derecho al futuro ante la globalización neoliberal.

º Forjar y desarrollar nuevas formas de negociación comercial, vigilando estrictamente la defensa de los intereses nacionales y la vigencia de la soberanía nacional.
º Fortalecer las economías locales-regionales dentro de un proceso a mediano y largo plazo de descentralización y regionalización. Impulsar el desarrollo Local con visión territorial, movilizando conjuntamente todos los recursos humanos, materiales e institucionales. Generar nuevos espacios de consenso, reconocimiento y legitimar las políticas públicas del Gobierno Local mediante la participación de la ciudadanía y la protección de los derechos humanos en los ámbitos de la cultura cívica y la cultura democrática.
º Impulsar políticas públicas en relación al proceso de recuperación y renacimiento de las culturas locales, - focalizando las políticas públicas del “desenclave cultural” -enfatizando el carácter principal de sus tradiciones subsumidas en la compatibilidad general de la modernidad y reconociendo la inmensa sabiduría ancestral de nuestras comunidades tradicionales y pueblos originarios.
º Desarrollar políticas públicas relacionadas
con el proceso holístico de construir una alternativa principal dialéctica local-global, - actuar en lo local y pensar en lo global - relacionada directamente con la democracia participativa, solidaria, dialogante, la vigencia y fortalecimiento de la nueva sociedad civil popular y emergente, en defensa de los intereses nacionales, la soberanía nacional en perspectiva de la visión global como derecho de nuestros pueblos al futuro.

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PERSPECTIVAS DE LA ECONOMIA MUNDIAL.

PERSPECTIVAS DE LA ECONOMIA MUNDIAL.

“AL DÍA”. ENERO DEL 2008.

ACTUALIZACION DE LAS PERSPECTIVAS CENTRALES.

La turbulencia financiera ensombrece las perspectivas de crecimiento.

Tras experimentar un sólido crecimiento a lo largo del tercer trimestre de 2007, la expansión económica mundial ha comenzado a moderarse como consecuencia de la persistente turbulencia financiera. Según las proyecciones, el crecimiento mundial se reducirá del 4,9% en 2007 al 4,1% en 2008, 0,3 puntos porcentuales por debajo del nivel anunciado en la edición de octubre de 2007 de Perspectivas de la economía mundial*. Los riesgos para las perspectivas siguen inclinándose a la baja.


Los últimos datos parecen indicar que el crecimiento mundial se desaceleró marcadamente durante el último trimestre de 2007 debido a las perturbaciones notables que afectaron al sector financiero, después de avanzar a un ritmo más vigoroso de lo previsto durante el tercer trimestre. Como se señala en la actualización adjunta del informe sobre los mercados financieros mundiales (Global Financial Stability Report), las tensiones en los mercados financieros originadas en el sector de las hipotecas de alto riesgo estadounidense —y las pérdidas consiguientes en los balances de los bancos— se han intensificado, mientras que las ventas masivas que han afectado recientemente a los mercados de valores mundiales es sintomática de la creciente incertidumbre.

El crecimiento económico en Estados Unidos se desaceleró considerablemente durante el cuarto trimestre, y los indicadores recientes muestran una pérdida de dinamismo en el sector manufacturero y de la vivienda, del empleo y del consumo. El crecimiento también ha perdido impulso en Europa occidental y, en general, los indicadores sobre la confianza se han deteriorado. En Japón, el crecimiento se ha reducido debido a la adopción de normas más estrictas para la construcción de viviendas, mientras que la confianza de las empresas y los consumidores se ha debilitado.

A pesar de cierta desaceleración del crecimiento de las exportaciones, las economías de mercados emergentes y en desarrollo por el momento continúan experimentando un crecimiento vigoroso, impulsado por China e India. Estas economías se han beneficiado del sólido dinamismo de la demanda interna, los marcos de política macroeconómica más firmes y, en el caso de los países exportadores de productos básicos, también de los altos precios de los alimentos y la energía.*

*Los agregados del crecimiento mundial y regional utilizados en esta actualización se basan en las ponderaciones para cada país calculadas a partir de los nuevos datos sobre la paridad del poder adquisitivo (PPA) publicados por el Programa de Comparación Internacional en diciembre de 2007. En consecuencia, las estimaciones del crecimiento mundial durante el período 2005–08 se han revisado a la baja en alrededor de ½ punto porcentual anual con respecto a las presentadas en la edición de octubre de 2007 de Perspectivas de la economía mundial. Véase información más detallada en http://www. imf.org/external/pubs/ft/survey/so/2008/RES018A.htm

La inflación global ha aumentado desde mediados de 2007 tanto en las economías avanzadas como en las de mercados emergentes. La inflación básica también ha seguido una tendencia al alza. En Estados Unidos, la Reserva Federal ha rebajado las tasas de interés para hacer frente a los crecientes riesgos a la baja para la actividad económica, mientras que en la zona del euro y en Japón la política monetaria se ha mantenido expectante. Por otra parte, los bancos centrales continúan endureciendo la política monetaria en muchos países emergentes, donde los alimentos y la energía representan una proporción mayor de la canasta de consumo y el recalentamiento económico suscita más preocupación.

En estas circunstancias, las proyecciones apuntan a que el crecimiento mundial se reducirá al 4,1% en 2008, frente al 4,9% registrado en 2007 (cuadro 1). Las proyecciones para las economías avanzadas se han reducido considerablemente. La proyección del crecimiento interanual en Estados Unidos en 2008 se ha reducido al 1,5%, frente al 2,2% registrado en 2007. Los datos sobre el crecimiento anual de la economía estadounidense en 2008 reflejan el efecto de arrastre del año 2007. Por lo tanto, las proyecciones del crecimiento entre el cuarto trimestre de 2007 y de 2008 muestran más claramente la desaceleración del ritmo de crecimiento. En estas circunstancias, el crecimiento se ha proyectado en el 0,8% en 2008, frente al 2,6% durante el mismo período en 2007. Con respecto a la zona del euro, la proyección del crecimiento también entre el cuarto trimestre de 2007 y de 2008 se ha reducido al 1,3%, frente al 2,3% registrado en 2007.

También se prevé una moderación del crecimiento en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, hasta el 6,9% en 2008, frente al 7,8% (en cifras anualizadas) Esta es la segunda de una serie de actualizaciones de Perspectivas de la economía mundial que se publicarán en los períodos intermedios entre los informes completos de abril y octubre. Para cualquier consulta, sírvase escribirnos a weo@imf.org. en 2007. En China, se ha proyectado una desaceleración del crecimiento del 11,4% al 10%, lo que contribuirá a aliviar la preocupación por el recalentamiento de la economía.

La balanza global de riesgos para las perspectivas del crecimiento mundial aún se inclina a la baja. El riesgo principal para estas perspectivas es que las persistentes turbulencias en los mercados financieros reduzcan aún más la demanda interna en las economías avanzadas y tengan repercusiones más significativas en las economías de mercados emergentes y en desarrollo. El crecimiento en las economías de mercados emergentes que dependen en gran medida de las entradas de capital podría verse particularmente afectado, pero gracias al vigoroso ritmo de crecimiento de la demanda interna en algunas economías de mercados emergentes existe la posibilidad de que las cifras superen las proyecciones.

Además, también persisten otros riesgos importantes. La política monetaria afronta la difícil tarea de equilibrar los riesgos derivados del aumento de la inflación y de la desaceleración de la actividad económica, aunque una posible disminución de los precios del petróleo podría moderar las presiones inflacionarias.

También existe la preocupación por la persistencia de grandes desequilibrios mundiales, en un contexto de mayor volatilidad financiera. octubre de 2007 de Perspectivas de la economía mundial en función de los nuevos cálculos de los tipos de cambio según la PPA publicados por el Banco Mundial. en 2007. En China, se ha proyectado una desaceleración del crecimiento del 11,4% al 10%, lo que contribuirá a aliviar la preocupación por el recalentamiento de la economía.

Además, también persisten otros riesgos importantes. La política monetaria afronta la difícil tarea de equilibrar los riesgos derivados del aumento de la inflación y de la desaceleración de la actividad económica, aunque una posible disminución de los precios del petróleo podría moderar las presiones inflacionarias. También existe la preocupación por la persistencia de grandes desequilibrios mundiales, en un contexto de mayor volatilidad financiera.

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CHINA: Los desafíos macroeconómicos persisten, incluidos aquellos relacionados con la inflación, pero las perspectivas de crecimiento siguen siendo sólidas

BEIJING, 4 de febrero de 2008 – El crecimiento económico de China comenzó a ceder a partir de sus tasas récord a principios de 2007, aunque los precios de los alimentos elevan la inflación, señala la actualización trimestral que hace el Banco Mundial acerca de China y que se publicó hoy. La disminución en el cuarto trimestre se debió a la menor contribución de las exportaciones netas, pues disminuyó la demanda externa, lo que se compensó en parte a través de una fuerte demanda nacional. Los precios de los alimentos aumentaron la inflación general a 6,5% en diciembre, pero hasta la fecha no se observa un exceso de demanda importante o un efecto secundario en el alto precio de los alimentos en la inflación general.

La actualización trimestral concluye que el panorama global se ha debilitado y es incierto, pero indica que China tiene probabilidades de crecer en forma sólida en 2008 y está en una buena posición para estimular la demanda si fuera necesario. "La ralentización de la economía mundial debería afectar las exportaciones y la inversión del sector comerciable de China", comenta David Dollar, director a cargo de China. "No obstante, el ritmo de la demanda nacional debería seguir constante y una modesta disminución a nivel mundial podría contribuir a reequilibrar la economía". El Banco Mundial proyecta ahora un sólido crecimiento del PIB en 9,6% para 2008. Si la disminución global se hace más pronunciada, China está en una fuerte posición macroeconómica para estimular la demanda facilitando la política fiscal y/o los controles de créditos. La preocupación por la inflación hace menos obvia la reducción de las tasas de interés o la relajación de la gestión de la liquidez. Las incertidumbres en el panorama llaman a la vigilancia y la flexibilidad.

La política macroeconómica necesita abordar los desafíos de la inflación y el persistente superávit externo, señala el informe trimestral. Las presiones en los precios generales deberían ceder en 2008 a medida que decaigan algunos factores detrás de los altos precios de los alimentos. Sin embargo, existen riesgos, lo que incluye los precios internacionales de los alimentos y las presiones en el costo de los sueldos, y probablemente la inflación no llegará a niveles bajos pronto. "La preocupación por la inflación pide una política normativa relativamente estrecha", señala Louis Kuijs, economista superior y autor principal del informe trimestral. No obstante, las tasas de interés se ven limitadas por la inquietud de las autoridades de atraer flujos de capital sensibles al interés. De este modo, con la expectativa de que el superávit externo seguirá siendo alto, la política monetaria continuará apoyándose en los controles crediticios y la gestión de la liquidez. Seguir valorando el RMB en comparación con el dólar de Estados Unidos ayudará a amortiguar las presiones de la inflación y reducir el superávit en cuenta corriente.

El gobierno acaba de introducir medidas administrativas más profundas para contener la inflación. Su objetivo es amortiguar el alza de precios, mantener los artículos a precios convenientes y manejar las expectativas. En el largo plazo, los efectos perjudiciales de los incentivos podrían pesar más que los beneficios. El gobierno anunció sus intenciones de no emplearlos por mucho tiempo. Debido a la sólida posición fiscal de China, las autoridades podrían considerar el reemplazo de algunos controles de precios con subsidios directos, destinados idealmente a grupos necesitados.

La nueva revisión de los cálculos de paridad del poder adquisitivo (PPA) no cambia las conclusiones sobre el crecimiento y la lucha contra la pobreza en China. Un artículo de interés especial señala que los nuevos cálculos aumentan en forma considerable el nivel de precios en China, en relación con otros países y de este modo reducen el tamaño de la economía de China en términos de la PPA. Los cálculos revisados de la PPA no cambian nuestra comprensión del crecimiento real. "Con los nuevos datos de precios relativos, el cálculo del Banco Mundial de las tasas de pobreza (PPA) de US$1 al día subirá modestamente", comenta Dollar. "Sin embargo, los cálculos de los años anteriores también se modificarán con un alza. La revisión no cambia el hecho de que China ha reducido la pobreza de la manera más rápida y extendida de la historia". Otro artículo especial analiza problemáticas relacionadas con el transporte ferroviario en China.


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lunes, 25 de febrero de 2008

DESARROLLO LOCAL Y PARTICIPACION CIUDADANA.

EL DESARROLLO LOCAL Y LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA.

Remedios Martínez Verdú . Socióloga. Universidad de Alicante.


(España)

“Red Académica Iberoamericana Local – Global”.

Los años setenta y ochenta fueron testigos de cambios radicales en la economía mundial que afectaron aspectos clave como la organización industrial, la producción de tecnología, la dinámica de los mercados y el manejo de las políticas económicas tanto a nivel internacional, como nacional y regional. Una forma de explicar tales transformaciones es a partir del cambio en el patrón de organización industrial llamado fordista que prevaleció en los años de la posguerra, por otro conocido como posfordista ya entrado el decenio de los setenta (Hirst y Zeitlin, 1991).
Como producto de la crisis del fordismo y la desintegración vertical de las formas de producción y organización industriales, comenzaron a proliferar rápidamente las tecnópolis y distritos o ciudades industriales como nuevos instrumentos acordes con el sistema de producción flexible o posfordista. Esto ha llevado a plantear el retorno de los sistemas productivos locales como unidades predominantes de análisis. No obstante, habría que recordar que ello es así debido a que la dinámica de la economía mundial es la que lo ha provocado con las fuerzas desencadenadas con su reestructuración; resulta necesario entonces analizar cuidadosamente la dimensión local para tener más elementos que nos permitan juzgar la naturaleza de este resurgimiento de los sistemas productivos locales.
En los últimos años la dimensión territorial del desarrollo ha cobrado importancia a partir de la crisis económica de los años setenta. Se ha tenido que volver a definir el papel que juega la dimensión local dentro del sistema productivo, del mercado de trabajo, de la vida comunitaria, y de la forma de administración y gestión del medio natural y humano. De esta forma se explica la mayor importancia que desde la perspectiva del desarrollo económico del territorio tienen las actuaciones ligadas al desarrollo local para conseguir una cualificación y "'cultura" de la población capaces de fomentar acciones y de sacar el mayor provecho y mantenimiento integral de las potencialidades y recursos específicos de una zona.
En la actual era posfordista el conocimiento ha pasado a ser un factor de primera importancia en la creación de ventajas competitivas, Becattini y Rullani (1993) plantean una diferencia de gran importancia para lo que aquí nos ocupa al separar el conocimiento en “codificado” y en “contextual”, en donde el primero circula en la red global, mientras el segundo es generado en el ámbito local.
Este último es de carácter informal y derivado de la experiencia del contexto específico, por lo que se requiere de algún grado de descontextualización y de conversión en código que permita su uso en ambientes semejantes al que le dio origen. Una vez que este tipo de conocimiento contextual o tácito del sistema local está listo, podrá unirse con el conocimiento codificado o explícito que circula en la red global mediante tres tipos de códigos: tecnológicos, organizativos y comunicativos.
“El desarrollo de los diversos códigos que permiten transferir el conocimiento constituye una parte importante de la evolución de la organización económica, desde la revolución industrial en adelante. De los códigos tecnológicos inscritos en las máquinas, que han marcado el desarrollo del capitalismo del siglo XIX, se ha pasado a códigos organizativos que han caracterizado la larga parábola del fordismo y, en fin, a los códigos comunicativos que caracterizan el nuevo paradigma emergente posfordista” (Becattini y Rullani, 1993: 14).
El DESARROLLO LOCAL
El desarrollo local significa una nueva forma de mirar y de actuar desde lo local en este nuevo contexto de globalización. Su impacto diferencial está en función de las capacidades endógenas creadas para insertarse de manera competitiva en el mercado global, capitalizando por medio de estrategias propias, los diferentes actores de un territorio.
Trabaja con la perspectiva de garantizar los derechos de ciudadanía, a través del fortalecimiento del capital humano y capital social. O sea, presupone restablecer la confianza entre los actores locales a través de la reconstrucción de las relaciones entre entes de gobierno, sociedad civil y demás actores da región, permitiendo mayor gobernabilidad democrática, equidad y justicia social.
Las bases del desarrollo local están en plena coherencia con las Naciones Unidas, donde el concepto de desarrollo (social y económico) está basado en un concepto precedente: el de desarrollo humano, que posee una serie de componentes fundamentales: la igualdad de oportunidades para todas las personas de la sociedad; la sostenibilidad de las oportunidades, de una generación a la generación siguiente; y la "potenciación" de las personas, de manera que participen del proceso de desarrollo y se beneficien de él.
Los procesos de desarrollo endógeno se producen gracias a la utilización eficiente del potencial económico local que se ve facilitada por el funcionamiento adecuado de las instituciones y mecanismos de regulación del territorio. La forma de organización productiva, las estructuras familiares y tradiciones locales, la estructura social y cultural y los códigos de conducta de la población condicionan los procesos de desarrollo local, favorecen o limitan la dinámica económica y, en definitiva, determinan la senda específica de desarrollo de las ciudades, comarcas regiones. Este modelo, por tanto, está basado en la utilización de los recursos productivos locales (económicos, humanos, institucionales y culturales entre los que encontramos la estructura productiva, el mercado de trabajo, la capacidad empresarial, los recursos naturales, la estructura social y política, y la tradición y cultura), que constituyen las potencialidades de desarrollo endógeno y la mejora del nivel de vida de un área (Vázquez Barquero, 1986, 105)
El desarrollo local puede ser considerado como la materialización de un comportamiento solidario entre individuos deseosos de poner en valor sus recursos físicos y financieros. Por tanto podemos entender por desarrollo local un proceso, de marcado carácter voluntarista, encaminado al crecimiento y desarrollo no sólo económico sino también social y cultural de un territorio determinado, emprendido y gestionado por entes administrativos y sociales locales o mancomunados.
De aquí surge la importancia del entorno local en la medida en que el proceso de adaptación de conocimientos es realizado en las localidades a partir de la experiencia acumulada por los grupos de trabajo. Es por ello que a diferencia de la política de las empresas multinacionales que en los años cincuenta y sesenta pasaban por alto las diversidades locales, desvalorizando el saber contextual, en la actualidad se tienda a valorar mucho más ese tipo de conocimiento y, por tanto, a utilizar a la economía local como una variable estratégica para la competitividad global.
Las iniciativas de desarrollo local florecen en época de crisis, siendo su origen fundamental la crisis de los años setenta, y la consecuente caída generalizada del empleo en el Reino Unido, Francia, Estados Unidos, mientras que las primeras experiencias en el Sur son las Centroamericanas a partir de principios de los años noventa. No es casual, por tanto, que muchos de los programas ligados al desarrollo local obedezcan a un fuerte sustrato economicista y respondan a nombres como "fomento del empleo", "iniciativas locales de empleo", "promoción económica", etc.
Las propuestas realizadas por CEPAL en los noventa, tendentes a superar dicha situación, no han sido suficientes. Al respecto se afirma: "dicha estrategia padece un desbalance en los énfasis: excesivo en cuanto al progreso técnico y a sus efectos virtuosos sobre el crecimiento, la reinserción internacional y la equidad distributiva; insuficiente en cuanto a la dinámica perversa de la heterogeneidad y el subempleo propios del subdesarrollo, y al conjunto de medidas requerido para superarlos".
También en España a mediados de los años ochenta autores como Vázquez Barquero relacionan Desarrollo Local con una estrategia dirigida a la creación de empleo ya que éste "es sin duda el problema de la economía española a finales de la década de los ochenta. El cambio de la estrategia de desarrollo coincide en España con la creación del Estado de las Autonomías y los Ayuntamientos democráticos como estrategia adecuada para crear empleo y reestructurar las economías locales y regionales" (Vázquez Barquero, 1987).
A partir del estudio de diversos casos empíricos en la geografía española, Vázquez Barquero (1986,1988 y 1993), defiende que todas las comunidades locales disponen de un cierto número de recursos que constituyen las potencialidades de desarrollo endógeno de un determinado territorio. Los casos de existencia de una estructura productiva viva, un mercado de trabajo, una capacidad empresarial, una estructura institucional y política, una tradición, unos rasgos culturales y unos recursos naturales, suponen objetivamente un potencial de crecimiento y de mejora del nivel de vida de la población.
La estrategia de aceleración del proceso puede partir de la administración o de la propia iniciativa empresarial existente, o lo que viene siendo más frecuente, de la conjunción de ambas desde la creación de sociedades de promoción de desarrollo local, de las que existen ya más de 300 en España, y que responde a una necesidad de apoyo sentida localmente para facilitar y acentuar procesos ya iniciados o simplemente en proyectos aun sin definir. El desarrollo endógeno así concebido integra un conjunto de experiencias empresariales con singular interrelación sectorial, que utilizan los recursos propios del área de implantación (principalmente los naturales, humanos y financieros), y que con apoyo de la administración resultaría beneficiado por una mejoría en los servicios derivados de la oferta de infraestructuras, pudiendo planificarse y orientarse en función de unos objetivos y fases de actuación que tratarían de aprovechar las economías de escala de las tasas de crecimiento y acumulación obtenidos en cada fase.
Vázquez Barquero (1986), destaca además dos dimensiones específicas de este proceso. De un lado estaría la dimensión económica, derivada de la capacidad que demostrasen la empresas locales para organizar los factores productivos con niveles de productividad suficiente para ser competitivos en el mercado. Y por el otro lado, aparecería la dimensión sociocultural, manifestada en el hecho de que los valores e instituciones locales sirvan de base al proceso de desarrollo, fortaleciendo su propia estrategia.
Lipietz y Leborgne (1990: 111) señalan que “en primer lugar, la crisis latente del paradigma industrial, caracterizada por una disminución del ritmo de la productividad y un aumento de la relación capital-producto, dio lugar a un descenso de las tasas de rentabilidad hacia fines del decenio de los sesenta. La reacción del empresariado a través de la internacionalización de la producción, y del Estado (mediante la generalización de las políticas de austeridad), derivó en una crisis del empleo y, por lo tanto, del Estado del Bienestar. Tanto la internacionalización productiva como el estancamiento de los ingresos activaron la crisis por el lado de la demanda hacia fines de los años setenta”.
En algunos países de Latinoamérica, cuando se habla de "Desarrollo Local", éste implica una crítica a lo "Central". Hay una desconfianza hacia el "centro", es decir, hacia el Estado; de ahí que se reivindique "lo local", como un reconocimiento de la calidad del sujeto y de su toma de conciencia con valores como la "sociabilidad, la vecindad y el barrio", frente a lo "central" que considera al individuo como un "objeto".
En la presente década la definición del "desarrollo local", en la teoría coincide en esencia con la propugnada por países en vías de desarrollo, a pesar de las diferencias en variables socioeconómicas y espaciales con respecto a los países de la Europa Occidental. Así, la Fundación Interamericana (FIA) entiende el desarrollo local como "un proceso participativo para abordar y resolver diversos problemas y necesidades sociales, económicas y ambientales en un territorio jurídico administrativo (municipio, cantón, comuna, provincia, distrito, región, etc.), determinado por medio de la formación de alianzas entre la sociedad civil, los gobiernos locales y el sector privado que conduzcan al desarrollo sostenible, a la mejora de la calidad de vida de los grupos de bajos ingresos y al fortalecimiento de la democratización en toda la región".
De aquí surge la importancia del entorno local en la medida en que el proceso de adaptación de conocimientos es realizado en las localidades a partir de la experiencia acumulada por los grupos de trabajo. Es por ello que a diferencia de la política de las empresas multinacionales que en los años cincuenta y sesenta pasaban por alto las diversidades locales, desvalorizando el saber contextual, en la actualidad se tienda a valorar mucho más ese tipo de conocimiento y, por tanto, a utilizar a la economía local como una variable estratégica para la competitividad global.
El modelo económico neoliberal que se aplicó en casi toda América Latina (con todos los matices y particularidades históricas de cada una de las sociedades) tiene fundamentos neoclásicos, lo que se expresa en políticas con una clara hegemonía de mercado y en la apertura externa (asumiendo la teoría de las ventajas comparativas por la cual el libre mercado llevaría a la convergencia de las economías), que conduce al predominio del capital financiero. En países en vías de desarrollo se ha materializado durante décadas el crecimiento económico pero sin desarrollo, y ese fenómeno se da "cuando la actividad económica se concentra en tormo a las implicaciones de firmas extranjeras o las grandes obras públicas y no se irradia al conjunto" (Perroux, 1981).
Ni el modelo de sustitución de importaciones impulsado por CEPAL produjo los efectos de homogeneización social y diversificación productiva previstos, ni el modelo neoliberal logró el desarrollo de los países de América del Sur en el sistema globalizado. En ambos casos se conformaron islotes de modernidad y se ampliaron las distancias entre los sectores modernos y no modernos de la economía, con todas las implicancias sociales y políticas de esta situación (en el último período se amplió en forma sustancial el número de excluidos y marginados, parias que, quizá por generaciones, no tendrán trabajo, educación ni salud).
DESARROLLO LOCAL y EMPODERAMIENTO.
El desarrollo local podría fortalecerse, si la participación ciudadana incrementara su empoderamiento, por lo que es necesario la aplicación de estrategias que contribuyan al mismo en el marco de la democracia participativa, para la construcción de territorios con un desarrollo adecuado. La noción “empoderamiento”, no como realidad abstracta sino como objetivo participativo con manifestaciones concretas, abordables y viables, alejado de la pasividad y de la indolencia sociales que aparecen representadas en el imaginario colectivo participativo. La noción, traducción literal del término inglés empowerment, se emplea para expresar el ejercicio real del poder por parte de la ciudadanía. J. Rappaport (1981,1987) ha propuesto, en el contexto de la actuación en Psicología Comunitaria, el concepto de empowerment (literalmente, dotación de poder). En una perspectiva ecológica alude a una calidad fundamental de interacción de las personas con su entorno relacional y físico (A., Sánchez, 1996).
Etimológicamente este concepto alude a: permitir, capacitar, autorizar o dar poder sobre algo o alguien o para hacer algo. Conceptualmente, se refiere al proceso o mecanismo a través del cual personas, organizaciones o comunidades adquieren control o dominio sobre asuntos o temas de interés que le son propios (A., Sánchez). Los ejes centrales del concepto, serían entonces, la potenciación y fortalecimiento con la finalidad de sentirse y ser competentes en los ámbitos de interés para la propia vida. Rappaport en 1987, refiere que el empowerment (o empoderamiento) posee dos dimensiones o componentes complementarios para el caso del desarrollo comunitario. Una se centra en la autodeterminación personal, que sería la capacidad de determinar la propia vida (sentido de competencia personal). La otra, se centra en la determinación social y se refiere la posibilidad de participación democrática (sentido de competencia comunitaria).
Se trata de un concepto cada vez más utilizado que relaciona las nociones de poder, política y participación, en general, pero que ha surgido de experiencias realmente concretas, circunscritas a lo próximo, a lo cotidiano, a las necesidades sociales que requieren de satisfacción social. Aparece ante la necesidad de apertura de líneas de acción, desde la reclamación de poder y voz para poder desarrollar planes, programas o proyectos específicos con el horizonte de la promoción de la plena integración de las comunidades locales y la participación social práctica.
En consecuencia, la noción de “empoderamiento” implica formas muy diversas de entender el mundo y las relaciones de poder (desde reformistas hasta revolucionarias). El común denominador entre todas ellas es la idea de compartir poder y tomar decisiones a todos los niveles, “poder” en todos los ámbitos de la sociedad, perteneciente a todo individuo y a todo grupo. Para su concreción, precisa de sujetos activos, convencidos de ser capaces de convertirse en motores de su propio “empoderamiento”. Además, entronca con las nociones de poder vinculadas a los movimientos sociales, a las ideas de participación de acciones colectivas que contrarresten las relaciones de poder hacia las mayorías por parte de unas elites minoritarias, desde una perspectiva marcadamente transformadora y “desestabilizadora” en sus planteamientos originales que han ido evolucionando hacia posiciones como el seguimiento participativo de proyectos. De hecho la monitorización desempeña un papel destacado en esta alternativa participativa.
Empoderamiento es un concepto psicosocial con implicancias políticas: hablamos de poder, de transferencia de poder. Queremos resaltar aquí que un objetivo de vital importancia en la superación de la pobreza es la ruptura de los mecanismos psicosociales que la reproducen (que por cierto tienen su base en estructuras sociales objetivas). La ubicación de las personas que viven en condiciones de pobreza les impide muchas veces, tener control psicológico, material o político en cuestiones incluso cotidianas, más aún su escasa o nula incidencia en la toma de decisiones que se relacionan con políticas que eventualmente pueden mejorar sus condiciones de vida.
Este concepto muy pronto traspasó los límites de la Psicología Comunitaria, comenzándose a emplear en diversos ámbitos, especialmente en agencias internacionales de desarrollo, refiriéndola como un componente fundamental en las estrategias de erradicación de la pobreza (Banco Mundial, 2001; CEPAL, 2001).
El empoderamiento aumenta las oportunidades y aptitudes de las personas de optar y expresar sus opciones y transformarlas en actividades y resultados deseados. La capacidad de las personas de participar en la función de gobierno a nivel local y en la prestación de servicios locales no sólo está determinada por la dotación de recursos individuales (dinero, información, aptitudes, etcétera), sino también por el capital social que sirve de base para las actividades colectivas tendientes a dar respuesta a sus preocupaciones comunes
Las prácticas de este fenómeno son el elemento inverso, a las relaciones verticales de poder vertido desde arriba. La autoestima, el desarrollo personal, la dignidad o la toma de conciencia son elementos constitutivos que enriquecen el enfoque, persiguiendo el objetivo de aumentar la participación individual y colectiva en movimientos o redes sociales activas. No está reñido con un contexto estructural o institucional en la medida en que busca reforzar a los actores sociales como sujetos activos que se convierten en objetivos de estructuras, de instituciones y de organizaciones, en el marco de los cambios en las relaciones políticas y con un carácter ineludiblemente político de reequilibrio del poder.
El entorno propicio para el desarrollo local comprende instituciones formales, como leyes, políticas y sistemas institucionales establecidos, así como sistemas informales, como valores, normas y prácticas sociales, que influyen sobre las decisiones y el comportamiento de las personas.
El respaldo externo para el desarrollo local comprende el suministro a los protagonistas locales —incluidos organismos públicos, organizaciones no gubernamentales y de base comunitaria— de recursos tales como financiamiento, capacitación, asistencia técnica e información. Las transferencias de recursos a organismos locales son comunes en todos los países; en zonas locales menos adelantadas, su proporción tiende a ser mayor.
La sociedad civil a través del sistema político tiene que buscar un nuevo pacto, democratizar el Estado para lo que se requiere una descentralización funcional y una gestión transversal del estado en relación a la sociedad para que se fortalezca la participación ciudadana. Una posible alternativa, está por un lado en la construcción de un estado social, por otro en consolidar una sociedad de bienestar donde lo público no se agota en lo estatal teniendo el ciudadano un conjunto de derechos y deberes abiertos a la aldea global desde la polis local. Lo público adquiere la significación de un espacio dinámico en el que se interaccionan distintos actores estatales, de la comunidad y el mercado con una lógica y objetivos comunes.
Tradicionalmente, los gobiernos de los países en desarrollo han recurrido a organismos convencionales del sector público —entidades sectoriales y gobiernos locales— para proporcionar infraestructura y dispensar servicios a nivel local. Recientemente se ha comprobado que los fondos sociales en que se utilizan métodos altamente descentralizados, participativos y basados en la demanda, como el de desarrollo impulsado por la comunidad, tienen bastante éxito en cuanto a suministro de recursos a los beneficiarios deseados y el logro de repercusiones rápidas. No obstante, esos enfoques innovadores no siempre han garantizado una coordinación e integración adecuadas de sus esfuerzos con la gestión de gobierno y la prestación de servicios por parte del sector público en el sentido más amplio.
El antónimo de empoderamiento es alienación o explotación, dependencia, en definitiva, una concepción de los ciudadanos como instrumentos fácilmente socializables. No es una cuestión menor, no en vano la cuestión de la correlación de fuerzas en el contexto social global (internacional o mundial), regional (europeo) y el local (nacional, autonómico, municipal, provincial) no es ajeno a situaciones de polarización social, por la fragmentación y por el crecimiento de las desigualdades económicas, culturales, étnicas, espaciales, y un largo etcétera que incluye categorías sociológicas como edad, sexo y otras.
Un nuevo modelo de desarrollo debería retomar la tesis de los teóricos de la dependencia de que el subdesarrollo responde a causas intrínsecas al sistema capitalista; y elaborar un marco conceptual que integre los avances teóricos derivados de las relaciones centro periferia y las aportaciones de las diferentes teorías que reconocen el papel fundamental de las instituciones. También tendría que tener en cuenta una redefinición del papel del Estado como agente principal para corregir los desequilibrios macroeconómicos y las brechas económico-sociales, en una nueva forma de gestión y organización de las relaciones de trabajadores y empresarios e impulsar acuerdos regionales de inserción internacional.
Conclusión .
La globalización, en tanto proceso que busca simultáneamente formar un solo espacio de mercado y múltiples territorios de producción, contiene fuerzas que empujan la diseminación territorial de segmentos de variadas cadenas de valor, al tiempo que hace surgir fuerzas de descentralización, así como de centralización y concentración. Dada esta combinación de efectos, puede afirmarse que la globalización estimula el surgimiento de procesos de crecimiento local, lo que no significa que estimule también procesos de desarrollo local.
Lejos de la creencia generalizada en el sentido de que había que mantenerse al margen para preservar la identidad de una región, Becattini y Rullani (1993,19) plantean que, por el contrario, “los sistemas locales que se han revelado mayormente vitales y capaces de conservar la propia identidad tradicional han sido justamente aquellos que han aceptado el reto de la apertura al exterior y de la valorización de su saber contextual en redes globales”. De acuerdo con el papel que cada lugar juega en el circuito de los conocimientos, podría pensarse en una gran red mundial que ubicaría cómo se ha dado la interconexión entre localidades y regiones, a la vez que nos mostrara en dónde no se ha dado tal proceso.
Participación y Desarrollo constituyen dimensiones estrechamente relacionadas. Las propuestas de desarrollo local crean la posibilidad de fortalecer el contexto de la participación, especialmente si se toma en cuenta la existencia de “voluntades políticas” que privilegian las alianzas y consensos dentro del contexto geográfico de los municipios. El escenario participativo que instala la gestión asociada para el desarrollo define una metodología particular que subsume e integra visiones e intereses contrapuestos en acuerdos, negociaciones o concertaciones; en la que el diseño de estrategias y acciones conjuntas definen modelos de gestión cogestionarios y asociados.
Frente a la creencia más o menos generalizada de que habría un absoluto predominio de las tendencias globales, la reacción de muchas regiones y localidades fue la de reforzar sus valores culturales y sociales propios, a partir de los cuales se ha desarrollado una vigorosa ofensiva económica que no sólo les ha permitido alterar la geografía productiva mundial, sino también establecer una relación con las regiones centrales distinta de la que se dio durante el fordismo.
El discurso de la globalización como amenaza de las identidades grupales, como mecanismo homogeneizador de formas y estilos de vida (que en muchos casos hace referencia únicamente a la dimensión del consumo) queda así en entredicho. Más bien parece que el proceso es inverso, se refuerzan y se crean nuevas referencias identitarias inmediatas. Pero también parece que la emergencia de nuevas formas de identidad se da en muchos espacios al abrigo de los procesos desestructurtadores (sobre todo en la esfera del trabajo) que han transformado la clásica marginación social en un fenómeno mucho más duro: la exclusión. Por primera vez aparecen colectivos, grupos sociales, que no son necesarios para el funcionamiento del sistema, que son “prescindibles”.
Las gestión asociada como componente del desarrollo local para promover estrategias y mecanismos para la satisfacción de las necesidades básicas de la población, no debe ser considerado como el diseño de un simple programa, debe ser concebido como “un espacio de articulación” que promueve la intervención de todos los actores sociales: vecinos, gobernantes, cooperativas, ONG’s, ciudadanos, etc., involucrados en un sólo objetivo, un solo trabajo, desarrollar los recursos y las estrategias necesarias para emprender los cambios que la sociedad requiere.
La realidad de los distintos países, nos indica que la mayor parte de los programas orientados desde los organismos del estado han tendido a actuar de un modo focalizado en ciertos sectores en condiciones de pobreza diseñando estrategias que en la mayoría de las ocasiones constituyen una invitación a integrarse en el modelo social planteado desde el marco dominante. Otras fórmulas, por el contrario han asumido la participación y asociatividad no sólo como instrumentos para lograr ciertos fines de la política social, sino que como recurso que puede posibilitar un cambio social más sustantivo y sostenible.
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