sábado, 28 de junio de 2008

EDUCACION EN TIEMPOS DE LA GLOBALIZACION.

IMPACTO SOCIOCULTURAL - EDUCATIVO DE LA

GLOBALIZACIÓN


Autor.- Dr. Fernando Agüero Contreras.-

*- Profesor Titular, Doctor en Ciencias de la Educación , Jefe del Departamento de Estudios Socioculturales, Facultad de Humanidades. Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez.

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1.*- En tiempos de la modernidad ha crecido de modo inusitado la trascendencia de la cuestión educativa en todo el mundo, aunque de manera particular para los países menos desarrollados. Se acrecentó la clara visión de los vínculos socioeconómicos tanto por su naturaleza socio-clasista como por su papel en la economía, con la política, en el desarrollo ideológico y cultural. De igual manera, la idea de la educación como instrumento del desarrollo, de formación del capital humano necesario para lograr las metas que el devenir viene planteando a escala global, ha sido notoria desde hace ya algunas décadas. Los organismos internacionales y principalmente las Naciones Unidas a lo largo de la década de los noventa del siglo XX, enfatizaron indistintamente estos requerimientos como imperativos impostergables de la humanidad para la centuria recién iniciada. La teoría marxista mantiene todo su valor heurístico, teórico y epistemológico para el estudio y análisis de escenarios complejos en la era global.

2.*- La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, (Copenhague, 1995), refiere la multiplicidad de factores que afectan gran parte de la humanidad. Allí se concibe el desarrollo social como la búsqueda de la justicia social, la solidaridad, la armonía e igualdad entre las naciones, con el completo respeto a la soberanía nacional, integridad territorial, así como la determinación consensuada de las prioridades, el respeto a la religión, a la diversidad cultural, a los derechos humanos y las libertades fundamentales. Esta concepción supone la creación de un ambiente económico, político, social, cultural y legal que permita a los pueblos lograr el desarrollo social, erradicar la pobreza, así como la solución a los problemas de empleo, promover la integración social basada en el reforzamiento y protección de todos los derechos humanos, logrando igualdad y equidad entre el hombre y la mujer y alcanzar el universal y justo acceso a la educación y a la atención primaria de salud (ONU ).

3.*- La Sesión Plenaria del Vigésimo Cuarto período Extraordinario de la Asamblea General se ratifica que, en la Declaración de Copenhague (2000) y en el Programa de Acción de la Cumbre,

“se estableció un nuevo consenso para situar al ser humano en el centro de las preocupaciones en relación con el desarrollo sostenible” (ONU, 2000:
1). Se destacó la comprensión de que “no existe una vía universal única para lograr el desarrollo social”, que todos “tienen experiencias, conocimientos e información que vale la pena compartir” (ONU, 2000 :
2 ). Así en los objetivos del Desarrollo Social incluyen imprescindiblemente “mejorar las condición es de vida de la población y proporcionarle los medios de participar plenamente en las esferas económicas, políticas y sociales” (Ibídem :
3). No es por tanto casual que de los trece objetivos cuantitativos planteados en la esfera de los servicios sociales básicos y de la asistencia para el desarrollo, figure en el primer sitio la educación y que se haya planteado como meta avanzar en su desarrollo hacia el 2010.(Ibídem :
4). Un lugar significativo ocupó en este proceso la valoración realizada
por la UNESCO acerca del desarrollo de la educación. Esta destacó que “la educación se sitúa en el nacimiento doloroso de una sociedad mundial y en el núcleo del desarrollo de las personas y las comunidades” (Delors; 1996.). La Cumbre de Población (Cairo, Egipto, 1994) reconoce que “la enseñanza es un factor clave del desarrollo sostenible, que contribuye a la reducción de las tasas de fecundidad, morbilidad y mortalidad, a la habilitación de la mujer, al mejoramiento de la calidad de la fuerza de trabajo y al fomento de una democracia auténtica”.

La Cumbre de la Mujer (Beijin, China, 1995) enfatiza la situación de estas en los países pobres, reveló el enfoque autoritario de la mayoría de los sistemas educacionales imponen a la población indígena, ignorando la importancia de los valores tradicionales y culturales de esas poblaciones (ONU, 1995). En Estambul (Asentamientos Humanos (Habitad II),Turquía, 1996), se ha señalado como meta más importante la creación de asentamientos humanos sostenibles durante el siglo XXI, teniendo en cuenta su relación con el medio ambiente, los derechos humanos y el desarrollo social, reclamando la movilización mundial a todos los niveles para lograr el desarrollo sostenible en las primeras décadas del siglo XXI.(ONU, 1996 ).

Finalmente en la reunión de Dakkar (Senegal), de Ministros de Educación del año 2000, al analizar la situación de la educación en los países del Tercer Mundo, se destacó que la meta trazada en Tailandia de alcanzar “Educación para todos en el 2000” no se cumplió. Se reconoció la existencia en el mundo de 880 millones de analfabetos, 110 millones de niños que no asisten a las escuelas, de los que dos terceras partes son niñas, así como la pandemia del SIDA para el Africa donde se reconoció que un 40% de sus maestros padecían la enfermedad (Gómez, 2000).

4.*- Lo contradictorio del tema resulta, del contraste respecto a lo que se invierte en la carrera armamentista, el narcotráfico, comida para gatos y perros cada año, amén de las astronómicas cifras que diariamente se mueven como resultado de la especulación financiera. Un eje nodal en estos procesos lo constituye la globalización económica y sus implicaciones culturales para los pueblos de las diferentes regiones del orbe. Este fenómeno en correspondencia con la interpretación de Marx (1979) refleja una tendencia objetiva del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, expresa una tendencia de progreso, sin embargo el papel de las relaciones de producción puede obstruir estos procesos, cuando la racionalidad sed paso a la voracidad del mercado.

La contemporaneidad es un ejemplo de este proceso. La globalización en el orden económico se puede identificar como el proceso de interrelación entre diversos mercados, comúnmente por medio de agentes privados, especialmente las denominadas transnacionales o multinacionales, cuyo objeto primero consiste en ensanchar la escala de ganancias por la venta de productos, servicios o por el establecimiento directo de filiales para reducir costos o competir en mercados protegidos. Es, en definitiva, la eliminación de todo obstáculo que limite la acción del mercado o, como se dice, la eliminación de la frontera bajo la égida del mercado (Regino, 2000).

5.*- Es a partir de tal estatus económico donde entra a jugar su papel el estado neoliberal y la filosofía que le acompaña, cuya acción básica se dirige a implantar políticas que faciliten su expansión. Así el estado debilita sus funciones, garantizando sobre todo el imperio de la ley de la oferta y la demanda, como ley suprema, de modo que la regulación del sistema económico la impone la ganancia (Engels, 1979). Además es el mercado quien pasa a tomar el sentido del estado (Soros, 1996) y éste, de hecho, abandona su función histórica central, al desentenderse de los problemas sociales y hacer cuanto sea necesario para proteger el mercado.

6.*- El avance de la concepción neoliberal ha llevado a la destrucción del control político por parte del estado de la economía, obligando a los diferentes países a subordinarse a las condiciones que plantea el mercado internacional (Touraine, 1993). Este modelo irreflexivo, alejado de los intereses de las grandes mayorías y de exclusivo beneficio para unas minorías, deviene cuestionable a todas luces. Una de sus primeras consecuencias es la crisis en que coloca a los gobiernos elegidos con relativo apoyo de masas populares que, al alejarse en sus actuaciones de tales intereses cuando responden a las exigencias del mercado, produce frustración democrática en las mayorías.

Como se reconoce (Harvey, 1989) la flexibilidad y la desregulación en la producción y la distribución promueven nuevas exigencias en el mercado del trabajo y en los procesos de formación del capital humano que, finalmente, conducen a la precariedad del mercado laboral. Esta filosofía cuyo reflejo no hace más que expresar la tendencia histórica de la acumulación capitalista en la que los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada más pobres (Marx, 1973), empuja a otras consecuencias sociales de no menor envergadura que las ya citadas.

Los influjos de estos procesos en cuanto a precariedad se reflejan más dramáticamente en los países menos desarrollados y dejan sentir sus impactos en las relaciones internacionales. Surgen así los problemas de las emigraciones masivas, el incremento del racismo, el comercio de personas, el tráfico de seres humanos, la trata de mujeres para la prostitución, y el tráfico de niños para estos fines y para la venta de órganos humanos, el desarraigo social y cultural, los conflictos entre culturas, la explotación desmedida de los recursos naturales, el incremento de los problemas ecológicos y, en consecuencia, el incremento de las catástrofes ecológicas, meteorológicas, el auge de los nacionalismos y sus expresiones más radicales y peligrosas materializadas en fundamentalismos de diversos matices y rasgos.

7.*- Aunque la concepción del estado nación parece perder significación en tanto sus dimensiones resultan empequeñecidas ante las nuevas dimensiones de la economía, entre las masas populares aparece la tendencia no sólo de incorporarse a procesos supranacionales sino la de replegarse al espacio comunitario local, con lo que la integración cultural adquiere tanta significación como la política. Como se reconoce (Giddens, 2000 : 64), el núcleo del pluralismo no es la opción individual sino la diversidad de culturas y grupos a los que pertenece el individuo.

8.*- La filosofía neoliberal hace que se preste mayor atención a la escala más general de la sociedad y se promueva la tendencia a no ponderar debidamente las cuestiones locales. En el orden cultural, el informe de la UNESCO (1996) enfatizó la necesidad de meditar más en estas realidades. La internacionalización de los procesos culturales es por lo menos tan importante como las de los procesos económicos. La preocupación estriba en que el desarrollo haya significado la pérdida de la identidad, del sentido de comunidad y del significado personal. La mayoría de las gentes quiere participar en la modernidad pero sin renunciar a sus tradiciones” (UNESCO, 1996 : 10— 11).

9.*- No es menos cierto que la globalización económica ha favorecido los intercambios internacionales de información, ideas, creencias, valores. Pero esta interacción dialéctica es multidireccional, con lo cual se producen también influencias entre las propias culturas. Resulta evidente que bajo la actual globalización “el equilibrio no existe” (Giddens, 2000 : 65). La mundialización económica ha extendido la pérdida de valores de la cultura y, en consecuencia, plantea la cuestión de la identidad de naciones, pueblos y regiones como un reto insoslayable. La complejidad de estos fenómenos puede llegar al punto en que “la injusticia cultural se esconda bajo las definiciones de la diversidad” (UNESCO, 2000: 25). “Lo único capaz de resistir la globalización es la afirmación de una identidad (..) una diferencia. El requisito de que todas las cosas converjan se pone así en tela de juicio, en nombre de las diferencias entre regímenes económicos y del pluralismo en los procesos de desarrollo” (Cohen, 2000 : 75 ).

10.*- La mercantilización de la cultura la homogeneiza y desvalora al tratarla como una mercancía más, provoca reacciones disímiles que la educación no puede ignorar. Como indica Mohan Rao (2000), a medida que las políticas e instituciones nacionales se ven sometidas a los mercados financieros internacionales, las políticas fiscales y las legislaciones laborales se ven replegadas a los fines del mercado y a la competencia internacional, crecen las amenazas que gravitan sobre las tradiciones, los modos de vida, los sentimientos de autonomía nacional y éstas terminan debilitándose progresivamente.

11.*- Las consecuencias de los procesos de globalización económica, cultural, reconocidas como positivas (UNESCO, 1996, 2000), entrañan un grave peligro para los países en vías de desarrollo.

Su naturaleza antidemocrática obvia los derechos mínimos de millones de hombres y mujeres. La imposición de la globalización hace que prevalezca la irracionalidad en la acción, ejecución y diseño de las políticas nacionales. Para los países del tercer mundo se precisa más que todo globalizar la solidaridad e impedir la globalización del silencio, lo cual no es más que silenciar las cosas que “no convienen” a los poderosos. Otra de las características de la “modernización convergente” que se vive es el fenómeno de la “americanización” pues, como indica Pieterse(1966), el gusto por la cultura americana procede de la entremezcla de sus múltiples componentes, que genera una atracción subliminal a través de la música, la televisión y el cine.

12.*- En todo caso la variabilidad en estos procesos dialécticos será alta y estará mediatiza por las circunstancias en que se desarrollen los intercambios entre las culturas. Dependerá de si tales procesos se desarrollan en relaciones de subordinación, de dominio y explotación, o de igualdad, respeto mutuo y de intercambio fecundo. Como indica Hurrington (1993: 26), la resistencia de las culturas y el conflicto de las civilizaciones que de ellas se deriva es una característica de estos procesos, por lo que se puede afirmar que el proceso de globalización económica origina una competencia “feroz” entre las “civilizaciones que conservan culturas diferentes”.

13.*- En este contexto alcanza mucha significación, en nuestra opinión, la concepción de la “cultura depredadora”, expuesta por McLaren (1997: 16), indicando como su rasgo más sobresaliente la invisibilidad, para depredadores y víctimas, dada su obviedad, “que inmuniza a sus víctimas contra la revelación de sus amanezadas capacidades”. Esta cultura desarrolla su identidad de forma violenta como resultado de los excesos del marketing y del consumo presente en las relaciones sociales del capitalismo postindustrial, que es vivida de una forma divertida y a una velocidad tecnológica.

“La cultura depredadora – dice — es el detrito sobrante de la cultura burguesa desprendida de su arrogante pretensión de civilidad y de lirismo cultural y reemplazada por una terca obsesión por el poder, alimentada por la voracidad del viaje del capitalismo global” (McLaren, 1997 : 18). Tiene entre sus rasgos los siguientes: Abandona criterios históricos para hacer juicios éticos, rechaza la apuesta por la esperanza radical, crea falsas esperanzas sobre el excremento del valor de la imagen, colapsa todas las diferencias entre lo real y lo imaginario, intenta ocultar bajo su propia pata hendida su imagen simulada, es la gran impostora, es el ascenso de una imagen deshidratada que perdió la capacidad de soñar, no requiere de “tanta preocupación”, anda a la búsqueda de “enemigos” (McLaren, 1997 : 18 — 24).

14.*- Estos procesos suscitan malestar tanto en países ricos como en pobres, y se produce una merma en el sentimiento de autonomía nacional. Por lo tanto; “la globalización cultural tiene repercusiones diferentes en las poblaciones rurales y urbanas, en los jóvenes y en los ancianos, en los hombres y en las mujeres, en los ricos y en los pobres, etc” (Mohan Rao 2000 : 12).

El proceso de globalización como tendencia histórica y natural del desarrollo económico-social alcanzó mayor universalidad en todos los órdenes de la actividad humana y social a lo largo de la década del noventa del siglo XX. Este proceso se sustenta además en los avances de la ciencia y la técnica, en particular de las telecomunicaciones, la biología molecular, la ingeniería genética, y la biotecnología y todas sus implicaciones en el acercamiento de fronteras, la sistematización de intercambios de todo tipo, los procesos integracionistas, etc.

En las nuevas circunstancias, por lo tanto, el análisis de una perspectiva educativa planteada como factor de desarrollo ya sea para la sociedad en general, para el ámbito de una región, o un área de una sociedad como podría ser el espacio rural, requiere de la comprensión, análisis y atinada valoración de: Los problemas comunes de pueblos, comunidades y regiones en cuanto a necesidades, requerimientos y peligros. Los procesos de integración y cooperación son complejos, contradictorios y tienen el reto de vencer los grandes obstáculos.

La universalización de patrones de comportamiento cultural, social, político y científico técnico, lo que toma decisiva trascendencia en los nuevos proyectos sociales y políticos que se gesten o en los que permanezcan en su empeño de alcanzar el desarrollo y el mejoramiento para esas grandes mayorías. Ello supone: Compatibilizar los requerimientos de la cultura universal con los imperativos de la cultura e identidad nacional y local. Una determinación ante la nueva ideología política del capital internacional: el Neoliberalismo, una interpretación de la nueva filosofía: la postmodernidad. Una postura critica frente al consumismo. Sistemas educativos que trabajen lo más coherente y armónicamente posible las transversalidades complejas que reclama promover el desarrollo, asumir la acción educativa sustentada en la ciencia, cargada de eticidad, comprometida política e ideológicamente y crítica.

15.*- El consenso universal expresado en las cumbres y reuniones internacionales revelaron que la educación es un factor de desarrollo, concientizador renovador de la cultura y la fe, e instrumento idóneo para el rescate de los mejores valores de la humanidad. Se destaca la educación como factor de movilización y agrupamiento de los pueblos. Proceso de construcción y reconstrucción de una conciencia critica, que supone reconstruir las relaciones con la naturaleza. Factor llamado a desenajenar multitudes.

16.*- Un elemento que se ha configurado a nivel del continente, que socava cualquier alternativa de enfrentamiento a esta situación, ha sido la maniobra de la reacción neoliberal aprovechando la desarticulación de las fuerzas de izquierda, de implantar un discurso por una parte y, por otra, comprometer a importantes sectores dentro del cuerpo de universitarios para contar con su complacencia. Gentili (1996) revela en este sentido cómo, a partir de los resultados logrados por las dictaduras militares en el continente (sobre todo en lo que a la desarticulación de las fuerzas de izquierda significó) a partir de los finales de los ochenta se gestó un discurso de carácter hegemónico en torno a la calidad educativa, con una esencia antidemocrática que no encontró resistencia y que ha servido de fundamento a las políticas neoliberales para la implementación y ejecución de sus políticas en este campo.

Las palabras de Lárez (2001 ) destacan el acierto de esta percepción cuando indica que, desde los años noventa, se observaban en el continente signos de la penetración neoliberal que se expresaba en la introducción de la enseñanza programada, el desarrollo de un currículum basado en una racionalidad pedagógica de carácter tecnológico y tecnocrático y en la orientación del proceso de formación del profesorado como un técnico acrítico y no como un intelectual de la cultura. Ello coincide con las estrategias del Banco Mundial de ver la educación como un proceso de consumo más.

17.*- Como enfatiza Gentile (1996), calidad para pocos no es calidad, es privilegio. De esta manera la realidad y, como parte de ella, la educación queda reducida a un simple elemento de negociación, a un objeto de compra — venta en el mercado, con lo cual asume la fisionomía y el carácter que define a cualquier mercancía: acceso diferenciado y distribución selectiva. Se explican así el atraso que l a globalización ha multiplicado en el continente ubicado entre los mas atrasados del mundo.

18.*- El análisis realizado sobre la globalización y sus impactos en América Latina, me han permitido comprender por una parte la relación estrecha y trascendental que toma la cuestión educativa en las estrategias de desarrollo y por otra la conexión que se desarrolla entre sistema político e ideología. La batalla por el desarrollo económico y social tal como revela la modesta, pero perseverante obra del proyecto político cubano en sus 45 años, no solo resultan imprescindibles voluntad política, unidad, ni siquiera un grado de determinado dentro de la escolarización reconocida universalmente sino además una basta cultura, en la que ocupan un lugar fundamental la política, la mejor tradición de pensamiento y las más elevadas aportaciones de la cultura universal, regional, nacional y local. En esta perspectiva me resulta obligada la consulta de Marx (1844) para entender el desarrollo como empeño colectivo por establecer una racionalidad de orden económico y social, ajustada a una proyección progreso, que distinga la condición humana para superar el subdesarrollado.

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Con el permiso correspondiente, ponemos este Trabajo del Dr. Fernando Agüero para uso exclusivo de los Señores Licenciados, Alumnos de la Maestría en Educación Superior.

miércoles, 25 de junio de 2008

GLOBALIZACION : MITO Y REALIDAD ?.

GLOBALIZACION: CRISIS O RETIRADA.
*- Estamos Ingresando a la Fase Final de la globalización ?.
*- Se amplía la brecha entre Ricos y Pobres. “ Neo-proletarios “.
*- La globalización neoliberal ha provocado dos grandes fracturas.
*- Una que afecta al planeta, que está rompiendo el equilibrio de nuestra relación con el medio ambiente, con nuestra Pachamama (Madre Tierra).
*- Otra que afecta a la humanidad, que divide a las personas por su lugar de nacimiento, su origen, su condición económica o sus ideas.
Todo esto nos debe alarmar y llenarnos de indignación.
ôôôôô
1.- Realidad y Mito de la globalización.


La globalización, es considerada hoy en el mundo académico, en el mundo político, sólo como ejemplo un tema sumamente complicado, caliente, uno que puede ser desde el más grande de los villanos hasta el mayor de los héroes. La globalización lleva imágenes poderosas en sí mismas: países sin fronteras, acceso inmediato a bienes de todo el orbe, comunicaciones instantáneas, transportes ilimitados, libre flujo de ideas y mucho más. Libros y libros se escriben sobre la globalización exaltándola como una realidad que, la verdad, ha sido exagerada. No tengo dudas, además, de que ella es asimétrica. No todos tienen el mismo nivel de globalización.

El sociólogo analiza la tensión entre un mundo tecnológico y científico en constante transformación, al que se opone un sistema político que ya no responde a las necesidades sociales de la actualidad. Para él, sólo una nueva forma de poderes organizados mundialmente podrá erradicar los múltiples problemas :

*- el deterioro atmosférico,
*- la crisis energética,
*- la escasez de agua,
*- el desempleo, que sufre el planeta.

Los gérmenes de ese nuevo orden mundial podrían verse en la Unión Europea o en el Tribunal Penal Internacional, intentos de constituir una sociedad global.

El último tramo del siglo XX marca el inicio de una época de transición que se manifiesta por el pasaje de la hegemonía de los Estados–nación a la de un nuevo orden global, y en lo económico por el desplazamiento de una producción de bienes durables por otra, pos-industrial, basada en el conocimiento, la información, la comunicación y la provisión de servicios.

Vivimos la globalización de un mundo constituído por Estados-naciones. Y nadie vislumbra hoy, excepto las utopías más generosas o peligrosas o las obras de ciencia ficción, la desaparición de estos Estados-nación a favor de “gobierno mundial”. El mundo está fragmentado, segmentado, “partido”, dividido, no de un modo artificial –aún cuando existen muchas fronteras – sino espontáneo, por la necesidad de los hombres de vivir en sociedad. Esa necesidad fundamenta la misión más importante de los Estados de proteger a su población. Como entre los Estados hay hiper-potencias, super-potencias a secas, algunas son más débiles que otras y por ende esa protección se ejerce de manera asimétrica, diversa, compleja, injusta, impositiva.

En otras palabras el mercado global es también de hecho el “lugar” donde se enfrentan formas de poder y de protección. Este Estado del mundo está muy lejos del liberalismo de manual dado que potencias y protección, en teoría no se llevan bien con el mercado. Cuántas veces escuché que si Estados Unidos se permite semejante déficit externo es porque de hecho adquirió el derecho de emitir moneda a escala internacional. Los ejemplos abundan: tal país prefiere los productos de otro por causas que no tienen que ver con una racionalidad económica sino con una racionalidad mundial que abarca externalidades ligadas al poder.
La globalización no es, como algunos creen, una tendencia política confundida con el neoliberalismo; se trata de algo más sustancial, de un cambio más profundo e irreversible, una nueva etapa histórica de la que no se puede volver atrás. Es de lamentar que muchos intelectuales y políticos , no hayan entrado aún en el siglo XXI: siguen aferrados a las categorías de un mundo ya desaparecido. Esos políticos y gobernantes deben hacer un giro copernicano en su manera de pensar, abandonar su mirada meramente localista que los lleva al aislacionismo, a desconocer el curso de los tiempos e impedir al país insertarse en el mundo en las mejores condiciones.

Desde temprano, la humanidad –a pesar de la precariedad de las comunicaciones– tendió a la universalidad; lo hizo por medio de las conquistas o del comercio, o de las grandes religiones que se extendieron a través del mundo. Ampliaron ese panorama los viajes oceánicos, los consiguientes descubrimientos geográficos y una enorme cantidad de inventos y descubrimientos científico-técnicos adoptados simultáneamente por todas las sociedades. Hubo que esperar, sin embargo, hasta el último cuarto del siglo pasado para que la globalización se extendiera a todo el planeta gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación que unen instantáneamente los puntos más distantes.

Esta revolución fue posible por las grandes innovaciones electrónicas: los chips, los satélites, la fibra óptica, la informática, la world wide web. Las transformaciones son tan radicales que han modificado la vida cotidiana de todos y no han dejado a nadie en el mismo lugar. Para algunos, el cambio trajo más libertad, para otros sólo desamparo. Por el planeta entero fluyen libremente los capitales pero también seres humanos: emigrantes, exiliados, refugiados; vagabundos circulan, como nunca antes, de un extremo al otro; unos hacia algo que anhelan, otros huyendo de algo que temen.

Nadie puede eludir o resistir –aislándose, encerrándose– a la globalización. Los individuos que van y vienen son sujetos claros de ese fenómeno pero lo son, asimismo, los seres solitarios y sedentarios.

La globalización los cerca cuando penetra en su interioridad, en la intimidad de sus anónimos domicilios; está presente en la computadora, en Internet, en el correo electrónico, en la televisión por cable, y si bien esos servicios, en un acto de resistencia, pueden evitarse, más difícil es eludir otros productos imprescindibles como los medicamentos, que provienen de distintas partes del mundo.

La globalización ha trastocado hasta la percepción del tiempo y del espacio. El aquí y el ahora sufre dos rupturas: en el espacio por la conexión que tenemos con los lugares más lejanos y en el tiempo por la instantaneidad de las comunicaciones. Es verdad que en el mundo globalizado existen agujeros negros donde comunidades enteras apenas son rozadas por la globalización o sólo conocen sus consecuencias negativas por los que se encierran en particularismos culturales, etnias, religiones, tribus, sectas, que provocan luchas sangrientas, tal como ocurre en el Africa negra, en Medio Oriente y aun en los márgenes de Europa, en los Balcanes. Y en algunos países de América Latina. En algunos casos se llega al absurdo de usar los instrumentos más sofisticados de la alta tecnología al servicio de ideologías teocráticas e irracionales, tal el caso del terrorismo fundamentalista islámico.

Esto muestra que, a medida que las tendencias globalizadoras se afianzan, provocan como reacción un resurgimiento de las formas retardatarias que sólo expresan la desesperación de lo que está destinado a morir. Las deficiencias de la globalización se deben a que es sólo parcial y unilateral, porque su principal escenario es el de las áreas científica y técnica a las que se han adaptado muy bien la economía y las finanzas. En cambio el ámbito de lo político ha quedado afuera de su influjo al seguir en manos de los Estados nacionales encerrados en sus fronteras y, por lo tanto, impotentes frente a fuerzas mundiales.

Este desequilibrio señala el límite de la gobalización, porque ni la tecnología ni el mercado pueden resolver los problemas sociales, ni la política cercada por el orden nacional puede garantizar la estabilidad económica ni poner freno a los peligros de una tecnología sin control. Las organizaciones internacionales como la ONU, por otra parte, representan ante todo los intereses particulares y con frecuencia contradictorios de cada uno de sus miembros, también Estados nacionales. Sin embargo, la Carta de las Naciones Unidas apunta hacia una nueva fuente del derecho, efectiva en una escala mundial y en ese sentido es un antecedente insoslayable en el paso de lo internacional a lo transnacional.

Los grandes males que aquejan a la humanidad no son, como pretenden los antiglobalizadores, causados por la globalización: vienen de antes, y a lo sumo la globalización ha contribuido a profundizarlos; pero, en cambio, su solución no puede ser sino global.

*- El deterioro atmosférico,
*- peligro nuclear,
*- la crisis energética,
*- escasez de agua,
*- explosión demográfica,
*- las epidemias como el sida,
*- el narcotráfico,
*- el tráfico de armas,
*- las mafias,
*- la inseguridad,
*- Terrorismo nacional e Internacional
*- el desempleo,
*- el “nuevo” trabajo de esclavitud global encubierto,
*- la violación de los derechos humanos,
*- las guerras y la invasión militar,
*- el militarismo,
*- la xenofobia (neo-fascismo y neo-nazis ),
*- la pobreza,
*- el hambre,
*- la miseria,
*- la explotación inhumana,
*- la exclusión social,
*- el tráfico de seres humanos como esclavos
*- y otros cientos más ……etc.

Los políticos locales y los Estados nacionales, aun los más poderosos, están incapacitados para encontrar una solución y esa impotencia los vuelve cada vez menos confiables para la sociedad civil. Aquellos que, en busca de remedios, apelan a los viejos esquemas del nacionalismo económico en nombre de la defensa de una supuesta soberanía están fuera del tiempo, destinados a quedar al margen de la historia, girando en el vacío.

Una Alternativa, hasta hoy viable, es una nueva forma de organizaciones mundiales transnacionales ¿Qué? podrá en el futuro erradicar los problemas de los que adolece el planeta. Los gérmenes de ese orden mundial, vistos desde los países “centrales” altamente desarrollados y “fuerte” – representativa y legitimada - democracia liberal – cargado de “europeísmo” - se observan en la Unión Europea así como también en instituciones más incipientes como el Tribunal Penal Internacional que, con todas sus limitaciones, representan intentos de constituir una sociedad global. Una hipotética Unión Sudamericana - UNASUR - representa la gran y segura alternativa de integración, podría ser un paso en ese sentido,- también el ALBA y el BANCO del SUR es otra propuesta en el camino del SOCIALISMO DEL SIGLO XXI- siempre que no se quede en la mera alianza comercial como lo es el declinante Mercosur.

Nuestro tiempo, como todos los períodos de transición, está plagado de contradicciones, incertidumbres y riesgo, que engendran temor ante el futuro, nostalgia por un pasado idealizado, añoranza de un paraíso perdido que nunca existió. Sin embargo, “el mundo global ofrece enormes posibilidades gracias a la tecnología de avanzada y a los nuevos hábitos que permiten un conocimiento, una libertad como nunca se había conocido, para un sector muy reducido – no más del 10% de la población mundial- como son los grupos y clases de Poder Transnacional. Es preciso, pues, darse cuenta de que para lograr un cambio profundo en lo social, político y cultural es imprescindible un desarrollo democrático y racional del proceso de globalización, - acaso no como alternativa la conducción Política de la globalización dentro del proceso global de fortalecimiento de los Estado-nación - que, de no realizarse, llevará a la humanidad a nuevos tiempos oscuros.

2.*- Estamos Ingresando a la Fase Final de la globalización ?.
Para comenzar, con el permiso de los partidarios de la corriente ultraliberal, deseamos aclarar que el término “globalización” no es sino un eufemismo que ha servido fundamentalmente para disfrazar y justificar, durante las últimas tres décadas, una apertura comercial, quasi unilateral, por parte de los países hasta hace pocos años denominados del tercer mundo. En efecto, con base a los postulados del Consenso de Washington, impuestos por los principales organismos a vocación multilateral, tales como el Banco Mundial, el FMI y el BID, buena parte de los países original y genéricamente conocidos como sub-desarrollados o del tercer mundo, luego denominados en vía de desarrollo - PVD – y finalmente emergentes, se han visto obligados, en mayor o menor grado, a reducir sus aranceles y otras barreras para facilitar el ingreso de productos provenientes de los países industrializados. Esa apertura propició simultáneamente la entrada de inversiones directas extranjeras – IDE – pero también la muy peligrosa, por su volatilidad, de capitales simplemente especulativos o “golondrina”.
Esa apertura no fue correspondida por los países “ricos” los cuales mantuvieron, a través de tecnicismos, argucias o sencillamente de manera abiertamente arbitraria en algunos casos, restricciones que impidieron, directa o indirectamente, la importación de los pocos servicios y productos, agrícolas en su mayoría, proveniente de los países “pobres”. Ejemplo de ello, lo constituye el persistente mantenimiento de los subsidios cuantiosos otorgados por la UE y los EE.UU. a sus agricultores. Esta política, además de obstaculizar la entrada de productos foráneos a sus mercados, permite el ingreso competitivo de sus propios productos, fuertemente subsidiados, en los mercados de sus “socios comerciales”.
Otra evidencia del comportamiento anteriormente referido, la constituye la decisión del presidente G.W. Bush contraria a lo establecido por el Gatt/OMC, al imponer un arancel de 35% AD-VAL, por dos años consecutivos, sobre todo el acero importado, lo cual ha sido suspendido sólo recientemente. Una evaluación imparcial, objetiva, sobre la “globalización” que abarca el período de 30 años ya citado, arroja resultados insatisfactorios. De esta afirmación se substrae un reducido grupo de países circunscrito al área del sureste asiático - Japón, Taiwán, Sur-Corea, Hong Kong. En efecto, en consideración de elementos geopolíticos fuertemente determinantes que distorsionan el análisis de sus resultados, estos países han sido beneficiarios de un tratamiento especial, caracterizado por condiciones inusualmente flexibles, concedido por los EE.UU.
Actualmente, estamos en presencia de otro elemento, relativamente novedoso, que parecería influir en el posible abandono parcial de la corriente “globalizadora”, por parte de algunos países desarrollados tales como Italia y los propios EE.UU. Se trata de la fuerte y masiva competencia, probablemente insospechada o, cuando menos, subestimada hasta hace pocos años, que China y, todavía en menor grado, India están ejerciendo en los propios mercados de esos países y que, con mayor razón, le permite desplazar, en forma rápidamente creciente, a sus competidores occidentales en el ámbito internacional. Nos referimos a ciertas manufacturas derivadas de la industria automotriz, textil, papelera y del cuero, así como a servicios y productos de la informática en general. En vista de ello, los empresarios italianos, junto con sus símiles europeos, están clamando, ante la UE en Bruselas, por la aplicación de medidas proteccionistas. El gobierno de los EE.UU., por su parte, acaba de penalizar con aranceles de 10.9% y 20.4% a dos tipos de papel provenientes de China. Esta medida se basó en la suposición que este país, además de mantener un yuan artificialmente subvaluado, estaría exportando a precios de “dumping”.
Tanto esta medida como la protección solicitada por algunos industriales europeos, contravienen abiertamente lo contemplado en la materia por la OMC, organización de la cual China es miembro con plenos derechos y deberes. A este punto, es interesante destacar que en 2006 el déficit comercial de los EE.UU. fue de aproximadamente US$ 900 millardos, es decir, casi 7% de su PIB. De esa suma, la porción atribuible a China asciende a US$ 232.5 millardos. Italia, por su lado, cuyas empresas textiles y del cuero siguen figurando entre las de mayor generación de exportaciones, no está viendo crecer su economía desde hace cuatro años, lo cual contribuye a la creciente pérdida de competitividad de sus manufacturas. Como resultado de esto último, en 2006 ese país sufrió un déficit comercial cercano a US$ 40 millardos, equivalente al 1.8% del PIB. El caso de Francia es similar al de Italia, mientras que el de España refleja un déficit en cuenta corriente – bienes y servicios básicamente - que el año pasado superó la impresionante suma de US$ 100 millardos, es decir, cerca del 8% de su PIB.
Todo este panorama se complica aún más si consideramos que China, a pesar de la reticencia existente en reconocerlo, además de ser actualmente el país que, al haber ya superado US$ 1.1 billón métrico, posee más de la quinta parte de todas las reservas mundiales en esa moneda, se ha convertido también en la segunda economía del planeta. En efecto, el valor agregado de sus bienes y servicios para 2006, en términos “ppc”, es decir, ajustado a la paridad de poder de compra, superó los US$ 8.8 billones métricos. A efectos de comparación y sobre las mismas bases, el PIB de EE.UU. y el de Japón fue de US$ 12.3 billones y US$ 4.1 billones respectivamente. Si, por otra parte, analizamos la situación actual del conjunto de 27 países que conforman la UE, descubrimos grandes divergencias en su seno. Aún admitiendo que su promedio de crecimiento, en 2007, podrá superar el de los EE.UU. que ha venido cayendo, desde los años 90, de cerca de 3.5% a poco más de 2% en la actualidad, lejos de representar el resultado de un despegue homogéneo y coordinado, ese nuevo impulso amenaza con aumentar las brechas existentes entre tres grupos de países.
En efecto, por un lado consideramos el resultado obtenido, en 2006, por las naciones menos industrializadas de la UE las cuales, en parte debido al efecto “rattrapage”, promediaron un crecimiento superior al 6%, habiéndose observado un sólido 10% en la región báltica. Por otro lado, el de los países que, como España y Alemania, al haber emprendido un proceso de reforma de sus estructuras económico-sociales, su PIB alcanzó cerca del 3%. Por último, el resultado decepcionante de los países reticentes a reformarse, como Francia e Italia, cuyas economías tienden al estancamiento. A este respecto, se observa que el escaso crecimiento francés del 2006, inferior al 2%, no se ha verificado gracias al sector productivo sino al aumento del consumo, inducido por el creciente gasto público y por ende de la deuda del Estado, la cual supera ya el 68% del PIB. En general, en varios países de la UE existe una preocupación creciente, a nivel político y sindical, como resultado del proceso de “localización” de algunas empresas ocurrido en los últimos años. Este lento pero progresivo proceso de desindustrialización está generando desempleo en países como Bélgica, Francia e Italia, beneficiando economías centroeuropeas y asiáticas – China e India principalmente – donde el costo de la mano de obra es mucho menor. Así tenemos, por ejemplo, que la Volkswagen, hace pocos meses, decidió ampliar de 800.000 a 1.800.000 unidades su producción anual en China, mientras procedía al cierre de su planta belga, originando con ello el despido de sus 14.000 empleados. Varios casos similares se han observado también en Francia e Italia, pese al desempleo estructural ya existente, el cual se acerca al 9% de su población activa. Otros nuevos elementos, aún más preocupantes, han aparecido muy recientemente en el sector automotriz y del acero, en los cuales China e India han comenzado a incursionar en diferentes mercados europeos y lo intentarán próximamente en el norteamericano.
En resumen, creemos que lo ocurrido durante los últimos años, así como los diferentes eventos antes señalados, constituyen elementos suficientemente sólidos que nos permiten vislumbrar la posible futura adopción, en un número creciente de países industrializados, de medidas y políticas cada vez más severas, claramente proteccionistas y restrictivas al comercio internacional. Al mismo tiempo, no habría que sorprenderse si, paradójicamente, estos mismos países continuaran a predicar, e incluso a ejercer la presión acostumbrada, aplicando una vez más la “ley del embudo”, sobre las economías emergentes y las de menor desarrollo económico relativo, con la finalidad de que éstas eviten instrumentar las correspondientes e inevitables acciones retaliativas. Eso, sin duda, marcaría el comienzo de un rápido proceso que, más temprano que tarde, determinaría el final del que, por los motivos anteriormente expuestos, se ha erróneamente denominado como de globalización. Esa es una razón más para que todos los países de América latina, dejando de un lado todo planteamiento ideológico dogmático, populista, trasnochado, apuren pragmáticamente el paso tendente a lograr, en el tiempo más breve posible, una verdadera y sólida integración económica. Todo ello, sin dejar de mantener y fortalecer las relaciones comerciales con todo el resto del mundo, tanto industrializado como en vía de desarrollo.
3.*-Se amplía la brecha entre Ricos y Pobres. “ Neo-proletarios “.
La globalización económica deteriora los salarios y los ‘mileuristas’ imitan a una clase media en retroceso ¿Se muere la clase media? En opinión de dos expertos analistas económicos eso es lo que está sucediendo actualmente, sobre todo en las grandes ciudades, mientras se abren camino los ‘neo-proletarios’ en una nueva sociedad del ‘low cost’.

Al mismo tiempo, los sueldos pierden poder adquisitivo. La culpa es de la globalización económica, admite el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que deteriora los salarios y abre aún más la brecha entre pobres y ricos.

Con su libro El fin de la clase media, Massimo Gaggi, subdirector del Corriere della Sera y experto en las consecuencias socioeconómicas y políticas de la globalización, junto a Edoardo Narduzzi, autor de numerosas obras sobre los efectos de la innovación y las nuevas tecnologías en la sociedad y la economía, muestran la emergencia de unas masas neoproletarias que sobreviven gracias a bienes y servicios de bajo coste.

Son ‘mileuristas’ que imitan a una clase media en franco retroceso, afirman Gaggi y Narduzzi. A costa de unos niveles de endeudamiento familiar fuera de toda lógica, el mimetismo se consigue gracias a empresas como Ikea, Ryanair, Easy Yet, Zara, Wal-Mart y otras avispadas industrias que permiten una simulación social propia de la antigua pequeña burguesía.

Vaticinio cumplido

Tal como explican los dos expertos, el economista Neal Rosenthal intuyó en 1985 la posibilidad de una nueva polarización social que comprometería la existencia de la clase media tal como es conocida en la actualidad. La brecha entre ricos y pobres se ampliaría gracias al nacimiento de una masa más o menos uniforme de neo-proletarios que disimularían su condición imitando los patrones de consumo de la clase media.

Al mismo tiempo, otra masa nada desdeñable de nuevos ricos se sumaría a los ya existentes. Como atestiguan en su libro Gaggi y Narduzzi, entre ambos extremos, la nada. El vaticinio de Rosenthal se ha hecho realidad, dicen. La velocidad con que se ha producido el cambio obedece a diversas variables, pero, sin duda, la consolidación en un corto margen de tiempo de los bienes y servicios de bajo coste ha favorecido la implantación de esa sociedad del ‘low cost’, añaden.

Se puede volar a precios irrisorios por todo el mundo (Ryanair); realizar cruceros de bajo coste (Easy Yet); comprar ropa de diseño y calidad aceptable a buen precio (Zara); adquirir muebles con un cierto estilo por poco dinero (Ikea); o comprar comida y electrodomésticos casi a precio de coste (Wal-Mart), entre otras posibilidades, concluyen los expertos.
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martes, 17 de junio de 2008

LA INCLUSION SOCIAL PARA SUPERAR LA POBREZA ?.

La inclusión social como propuesta para superar la pobreza.

Desigualdad, Pobreza y Exclusión:

Aspectos básicos del Programa.


- Pablo Raúl Fernández Llerena.

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En los últimos meses se han presentado un conjunto de documentos, donde se presentan las bases para la discusión con la finalidad de elaborar un programa conjunto desde América Latina y el Caribe y comprometer la participación activa e integral de la Unión Europea en la lucha contra la desigualdad económico-social, la pobreza y la exclusión.

Los estudios examinan la evolución del crecimiento económico, el desarrollo económico y social de América Latina y el Caribe y en sus principales propuestas recoge los trabajos más recientes y significativos sobre el tema, de acuerdo con los lineamientos sobre cohesión y protección social formulados por la CEPAL en los últimos cuatro años. Se postula que un programa de lucha contra la desigualdad, la pobreza y la exclusión social debe estructurarse sobre la base de tres pilares fundamentales:

I.- un crecimiento económico alto, sostenido y de buena calidad;
II.- políticas sociales que incluyan una fuerte inversión en capital humano y la distribución equitativa de los beneficios de ese crecimiento y
III.- voluntad política, fortalecimiento de las instituciones democráticas y construcción de grandes acuerdos para avanzar en el camino del desarrollo.


1. El reto: Políticas Públicas, diversidad y solidaridad.

El programa debe reconocer que en América Latina no hubo, ni hay, un Estado de bienestar, y en muchos de ellos – mayoría - no hubo una “revolución democrático-burguesa”. El aparato productivo de la región es heterogéneo y se caracteriza por la importancia significativa de un sector informal de bajo nivel de productividad, cuyos trabajadores no tienen acceso a la seguridad social. En una sociedad de esta naturaleza, en que un elevado número de trabajadores está desprotegido, que en los últimos años se ha extendido, profundizado y “llegó” a sectores sociales que hasta entonces se consideraban protegidos por Estado, esta realidad impide que muchos de los ciudadanos puedan contribuir al sistema de protección social y, que aportan a la base tributaria de tal modo que sea posible financiar los esquemas no contributivos.

Romper con esta situación implica crear nuevos mecanismos de financiamiento de la política social, puesto que en la actualidad estos obedecen generalmente a las necesidades y riesgos de los sectores ya favorecidos, dejando sin protección a los más pobres y vulnerables. En este contexto diverso culturalmente, socialmente diferente y con profundas fisuras y fraccionamientos económicos, el gran reto que debieran abordar América Latina y el Caribe y la Unión Europea es colaborar en la conformación de lo que la CEPAL ha llamado marco de solidaridad integral (CEPAL, 2006b).

Este consiste en crear las condiciones necesarias para establecer instituciones en que se combinen en forma apropiada los diferentes mecanismos de financiamiento a fin de aplicar políticas que contribuyan realmente a disminuir la pobreza y la exclusión social.

Las reformas de esta naturaleza deben procurar que la ciudadanía se sienta partícipe y beneficiaria de los frutos del crecimiento económico y satisfacer las necesidades de aquellos que no logran integrarse totalmente a este proceso. Es preciso que las relaciones entre América Latina y el Caribe y la Unión Europea permitan la concertación de un nuevo pacto social para combatir la pobreza y alcanzar la cohesión social, cuyo sustento normativo sean los derechos económicos, sociales y culturales y en que se reconozcan las limitaciones que imponen las restricciones presupuestarias.

2. Los ejes centrales: política social, crecimiento de calidad
y voluntad política.

Para superar ese gran reto, el programa debe basarse en el consenso de que la región necesita actuar de manera integral en torno a tres áreas fundamentales. No es posible resolver los problemas de pobreza, desigualdad y exclusión solamente a partir de las políticas sociales, puesto que se trata de problemas muy serios y amplios cuya solución requiere algo más que políticas compensatorias.

a.*- Por una parte, es preciso aplicar políticas sociales orientadas a:

*- mejorar el acceso a las prestaciones,
*-garantizar la solidez de las instituciones y
*- asegurar el grado de solidaridad que estas demandan.

b.*- Por la otra, hay que abordar las causas de la inestabilidad del crecimiento y de la heterogeneidad estructural e

*- impulsar un desarrollo productivo que se materialice en un crecimiento de buena calidad,
*- que permita perfeccionar la distribución primaria del ingreso mediante mejores empleos, más capacitación y
*- mejores condiciones para que los miembros de los hogares más vulnerables puedan encontrar trabajo.

Es de fundamental importancia propiciar un nivel de desarrollo social digno, equitativo e inclusivo mediante la creación y aplicación de políticas sociales más eficaces. Para esos efectos, es preciso revisar los mecanismos de protección social en cada uno de los países a fin de potenciar, por una parte, la calidad y el acceso a las prestaciones del sistema de seguridad social, mediante esquemas de financiamiento novedosos que abarquen los matices de solidaridad necesarios y, por la otra, los efectos y la eficacia de las políticas sociales orientadas a los sectores más vulnerables de la población.

Las reformas deben combinar financiamiento contributivo y no contributivo, público y privado, para hacerse cargo tanto del déficit histórico de cobertura como de la adaptación de las prestaciones a las variaciones en el perfil de empleo, de las familias y de los riesgos de los grupos cubiertos. Es necesario superar las metas propuestas en los objetivos del Milenio, en un marco de mayor equidad y cohesión social, reconociendo que la dignidad del empleo fue un tema olvidado en la Declaración del Milenio, pese a ser un factor de fundamental importancia para consolidar los avances.

El programa también debe reconocer que la mejor forma de alcanzar una mayor inclusión social es mediante una tasa alta y sostenida de crecimiento económico que permita generar empleo productivo y recaudar recursos fiscales. Sin embargo, consideramos esto es sumamente limitado y coyuntural, porque el crecimiento económico alcanzado en los últimos años en América latina no tiene bases fundadas en el desarrollo sostenido y sustentable, no enfoca el crecimiento en torno a priorizar el desarrollo humano como políticas centrales de continuidad, integrales, dialécticas y el compromiso por la Modernidad esta, muy lejos de transformarse en Acuerdos Nacionales, es decir en Políticas de Estado, permanentes, estratégicas, nacionales, etc.

Por este motivo, es necesario consolidar la inserción de la región en la economía global mediante el desarrollo institucional y las reformas macro y microeconómicas, centrado principalmente en el desarrollo local, desde el Gobierno Local, con visión territorial, la profundización de políticas descentralistas, paralelamente fortalecer y consolidar el Estado Nacional a fin de impulsar una tasa más elevada y estable de crecimiento económico de buena calidad, vinculada a la generación de empleos dignos y a una recaudación de recursos fiscales que no afecte las condiciones de competitividad.

Para reafirmar el programa, se requerirá que los integrantes de la sociedad civil participen activamente y asuman el COMPROMISO central en los esfuerzos de lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión. Deberá asegurarse un esquema que permita lograr un acuerdo estratégico entre los actores políticos y sociales, que los espacios sociales construidos sean cada vez más dinámicos, abiertos y consensuados a fin de fortalecer la democracia al inculcarle un sentido de pertenencia a un proyecto común.

Es preciso crear una voluntad política en torno al derecho fundamental a tener una vida digna, promover mecanismos que faciliten la ampliación de los nuevos espacios sociales, incentivar el diálogo entre los actores sociales y políticos y traducir sus acuerdos en políticas e instrumentos normativos para orientar las acciones concretas en salud, seguridad social y fuentes de ingresos para satisfacer las necesidades básicas, estableciendo niveles mínimos aceptables y ritmos de progresión y ampliación. El programa debe aumentar la presencia – involucrarse personal y colectivamente en el proceso - y la participación ciudadana en las instituciones democráticas que impulsan el desarrollo socioeconómico.

Estas tres áreas se complementan, convirtiéndose en los pilares fundamentales para el éxito del programa. Las desigualdades pueden superarse si la generación de empleo y los sistemas de protección son eficaces, lo que a su vez requiere la sustentabilidad económica que permite el crecimiento y la legitimidad política que otorgan los pactos sociales.
3.*- América Latina: Continente de profundas y extensas
Desigualdades Económico-Sociales.
América Latina es un continente de población mixta e ingresos medios, pero una alta proporción de ella vive en condiciones de pobreza y tiene la peor distribución primaria del ingreso de todo el mundo. La historia del continente tiene un innegable referente europeo. Como lo señaló Simón Bolívar en el Congreso de Angostura, de 1819:

“No somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer contra la oposición de los invasores, así nuestro caso es el más extraordinario y complicado” (Castedo, 1999).

O como bien lo ha expresado el gran escritor Carlos Fuentes, América Latina es lo mejor de Europa fuera de Europa (Fuentes, 2000).

Sin embargo, mientras que Europa ha logrado un alto nivel de desarrollo económico, la región de América Latina y el Caribe se ha mantenido con diversos grados y modalidades de atraso.

Tras el advenimiento de la globalización, el gran desafío europeo ha sido mantener al mismo tiempo una economía competitiva y un alto grado de justicia social, sin sacrificar lo que se había conquistado históricamente mediante el Estado de bienestar.

Mientras América Latina no tiene, ni ha tenido, un Estado de bienestar como el que se constituyó en Europa, la competitividad impone objetivos de largo plazo en materia de educación, asistencia en salud, nutrición, alimentación – parte de la deuda social histórica - innovación y ciencia y tecnología, a la vez que ofrece oportunidades y plantea desafíos a través de su efecto sobre los niveles de empleo y de salarios. En suma, las fuerzas espontáneas de la globalización constituyen el contexto en el cual se deben alterar las condiciones históricas de desigualdad económico-social – pobreza, analfabetismo, miseria, exclusión social, hambre, desocupación y sub-ocupación, salarios míseros, ausencia de servicios básicos – luz, agua, desagüe – los altos niveles y extensos de informalidad, deficientes sistemas de comunicación y servicios, etc - . Nuestro desafío, entonces, es más complejo e integral: ser capaces de competir en la economía globalizada y al mismo tiempo reducir los niveles de pobreza y desigualdad del ingreso, creando redes de protección social eficientes, eficaces, diversas y solidarias.

Producto de una trama compleja de oportunidades y amenazas, la globalización despierta caos, riesgo e incertidumbre entre latinoamericanos y caribeños. Este riesgo e incertidumbre se agudiza por:

*- la heterogeneidad estructural de la economía,
*- la informalidad laboral,
*- la inestabilidad del crecimiento,
*- el bajo nivel de protección social y
*- la fuerte inequidad social cuyas raíces se remontan muy atrás
en nuestra historia.

La sensación de que el futuro es incierto, por:

- que la pobreza no cede,
- que las instituciones funcionan mal,
- que el individualismo es lo único que cuenta,
- que la democracia no satisface las necesidades,
- en fin, contribuye a corroer el sentido de lo colectivo, de pertenencia y, en
suma, la cohesión social.

En la actual inflexión latinoamericana, la cohesión adquiere otros sentidos vinculados a las necesidades apremiantes propias de un desarrollo excluyente, como ser

-la gobernabilidad democrática, como política de Estado, oportuna y viable ante la agudización de las brechas salariales y sociales,
- contar con instituciones creíbles y que gocen de la confianza personal y social ciudadana, que el reconocimiento hacia su legitimidad se desarrolle en procesos continuos, dialécticos e integrales.
- crear redes de protección social que resguarden a las personas mas vulnerables de los abusos, la exclusión, marginación y de la inestabilidad del crecimiento económico,
- aplicar políticas públicas apropiadas para enfrentar las crisis laborales y sobre todo que protejan desde el Estado los derechos de los trabajadores, especialmente los ausentes de sindicalización.
- contar con instituciones capaces de procesar positivamente las consecuencias de la mayor individuación cultural, los peligros colectivos públicos en relación a su identidad, en la nueva fase de modernización. Alimentada activamente por la tradición y la cultura popular.

En Europa, el Estado de bienestar aparece como un referente que los miembros de la sociedad valoran lo suficiente como para aceptar un pacto social y un pacto fiscal en virtud del cual se realizan transferencias significativas desde los miembros activos a los pasivos, desde los que tienen más a los que tienen menos, desde los adultos a los menores y a los ancianos. ¿ Que tipo de sociedad, para ¡¡ hermosa, justa y solidaria !! . Los 30 Años de Oro del capitalismo. “Sería esta solidaridad, esta inmensa colaboración y valores de servicios a sus semejantes, lo que condujo hacia su crisis estructural en la década de los ochenta ?.

Las sociedades que tienen una mayor cohesión social – será posible en América Latina, construir cohesión social en la diversidad cultural, en la profunda diferencia social -, se dice, son capaces de construir mejores instituciones y de generar la confianza necesaria para aplicar reformas indispensables, ya que los ciudadanos están más dispuestos a aceptar pérdidas a corto plazo ante la convicción de que estas se compensarán con creces por los beneficios a largo plazo. Ello requiere de un Estado fuerte, que no es necesariamente lo mismo que un Estado de gran tamaño, capaz de emprender políticas públicas eficaces en tres ámbitos clave.

*- En primer lugar, políticas orientadas a crear oportunidades de crecimiento económico y empleo. Sin un crecimiento sostenido de la economía, no se obtienen los recursos mínimos necesarios para el financiamiento responsable de las políticas sociales. Pero además de crecer, hay que saber cómo crecer, de tal manera que el dinamismo de la economía genere una oferta de empleos de buena calidad.

*- En segundo lugar, políticas públicas orientadas a aumentar las capacidades de las personas, vale decir, a la educación y la capacitación laboral. Por cierto, el requisito mínimo es cumplir con las metas de desarrollo del Milenio. Pero no basta con cumplirlas en términos de cobertura, sino que es necesario ofrecer educación de buena calidad a toda la población, saber educar en el respeto a la diferencia y dar un salto cualitativo y cuantitativo en materia de inversión en innovación, ciencia y tecnología.

*- En tercer lugar, políticas públicas orientadas a respetar la diversidad, a fortalecer la solidaridad, es decir, la protección social basada en los derechos. Los sistemas que dependen solamente de los aportes contributivos tienen una cobertura cada vez menores y, además, reproducen las desigualdades provenientes de la mala distribución del ingreso. Es necesario transitar hacia mecanismos que no solo se financien mediante las contribuciones al sistema de seguridad social, sino que cuenten también con un pilar solidario.

Oportunidades, capacidades y solidaridad, todas comprendidas en su funcionamiento en los ámbitos tan dispersos de la diversidad, son pues, los tres pilares centrales en torno a los cuales debe construirse el futuro inmediato de nuestras sociedades.

Nos gustaría reducir la pobreza y la desigualdad, pero también desearíamos que los ciudadanos se sientan parte e involucrados en un proyecto común en que todos son ganadores. Para romper la lógica del atraso, debemos construir nuestras propias propuestas de Estado, mercado y familia que garanticen un bienestar equitativo a toda la población.

La gran disyuntiva de los países de América Latina es si al construir redes más equitativas de protección social y de bienestar seguirán el camino trazado por sus pares europeos o la lógica de satisfacción de los intereses privados que se ha impuesto en otras latitudes.

4.*- América Latina tiene un gran potencial.

La democracia, pese a su fragilidad en varios de nuestros países, está plenamente consolidada en la región. Por otra parte, en 2007 se completó un cuarto año de crecimiento económico acelerado. Se trata del período de mayor expansión económica desde el auge de la posguerra que culminó con la crisis de la deuda. Fueron cuatro años de crecimiento luego de casi 25 años de un desarrollo débil e insatisfactorio, marcado por la así llamada “década perdida” de los años ochenta y por la “media década perdida” de 1998 a 2002, tiempo en el cual la corrupción logró penetrar en la propia “columna vertebral” del Estado, la Economía, la Política y el sistema en su conjunto.

La región se encuentra ante una coyuntura de crecimiento acelerado, caracterizada por

- el superávit en cuenta corriente y
- el mejoramiento significativo de los indicadores relativos al mercado de
trabajo, la pobreza y la distribución del ingreso.

Sin embargo, también es necesario precisar, que el conjunto de políticas públicas, estatales y/o sociales aplicadas en los últimos tiempos en relación a la disminución de la desigualdad económico-social, definitivamente, no han tenido la misma eficiencia, efectividad y resultados, porque al contrario de ha profundizado, extendido y comprende a otros y nuevos sectores sociales que anteriormente estuvieron protegidos por el Estado.

Es preciso aprovechar esta oportunidad para dar un salto importante en materia de desarrollo, para lo cual es primordial contar con la cooperación de la Unión Europea.

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lunes, 9 de junio de 2008

GOBERNABILIDAD: EN LA ENCRUCIJADA POLITICA.

GOBERNABILIDAD: Un contexto mundial plural,

polarizado y complejo.

Dr. Pablo Raúl Fernández LLerena.

El Concepto de Gobernabilidad formulado en tiempos históricos y políticos de inicios de la crisis del Estado de Bienestar, tiempos políticos de intenso conflicto político mundial: la “Guerra Fría”, la Bipolaridad Socialismo-Capitalismo y manifestaciones evidentes de crisis de las ideologías y la política, así como el desmoronamiento de los viejos Paradigmas Históricos. La Comisión Trilateral del Congreso Norteamericano,- Huntington, Crozier y Watanuki - comienzan su trabajo ubicada en el contexto central: la crisis política ante la incapacidad del Estado al no poder dar una salida oportuna y viable sobre la plataforma de reclamaciones de los pueblos y derechos de los trabajadores. Se dice, para otros, que el escenario principal es el de “exceso de democracia”. Las políticas públicas, sugeridas desde la sociedad civil, dadas por un Estado-nación en crisis, tenían poca o nula aceptación de los millones de personas en movilización y lucha en una sociedad profundamente movilizada. Este es escenario político global donde surge la Gobernabilidad.

En esta misma década de los 80' la globalización y su ideología y política, el neoliberalismo, presente en un complejo contexto urbano, generado por el surgimiento de los Nuevos Movimientos Sociales – Ecologistas y Ambientalistas, Feministas, Derechos Humanos, pacifistas, gays y lesbianas, derechos de los niños y derechos de los consumidores, -, la crisis política del Socialismo y la Caída del Muro de Berlín, así como el proceso de transición democrática en América Latina, presentan grandes cambios sociales en la propia estructura de la mega-ciudad moderna y profundas transformaciones políticas en relación a los derechos ciudadanos: obreros y empleados, despedidos, emigrantes, mujeres, jóvenes, gremios, sindicatos y partidos políticos.

En la década de los 90’ el surgimiento del movimiento étnico-cultural de Chiapas, México y el movimiento político del Frente Zapatista de Liberación Nacional, origina grandes cambios políticos con respecto a la Gobernabilidad y la respuesta que el Estado – en profunda crisis - debe presentar ante las turbulencias políticas, culturales y étnicas comunitarias. El Movimiento de los Trabajadores sin Tierra en Brasil – el mayor movimiento social permanente de América latina – define una orientación central político-social en su lucha por la tierra y la reforma agraria, reivindicaciones y derechos que objetivamente redefinen los objetivos políticos de la Gobernabilidad. Paralelamente la fuerza, persistencia e intensidad como los Indígenas ecuatorianos organizan su lucha por sus derechos en un contexto de turbulencia – cultural-identidad y etnicidad andina – y sobre todo la dirección de autonomía que le imprimen desde su inicio con respecto al Estado, los Partidos Políticos y la propia sociedad hegemónica y dominante.

Finalizando la década, nace el Movimiento Anti-globalización en pleno certamen global de la Organización Mundial del Comercio. O.M.C en noviembre de 1999 en la ciudad de Saettle. Objetivamente representa y constituye un nuevo movimiento social – Movimiento Alter-mundista o Movimiento Social de Movimientos Sociales - de lucha, oposición y alternativas a la globalización neoliberal a nivel mundial. Su nueva forma de organización y contenido en sus reclamaciones, nuevos actores sociales urbanos y rurales, nuevas formas de movilización, nuevos sistemas de comunicación intercultural, nuevos liderazgos y fundamentalmente nuevas formas de hacer política, produce grandes transformaciones políticas y sociales en la ciudadanía, con una sociedad civil más organizada y la democracia, cuestionada, criticada, pero fortalecida políticamente, presenta nuevas demandas, reclamaciones y derechos frente a los Gobiernos y el Estado con nuevas responsabilidades sociales, culturales, regionales ante la gobernabilidad democrática.

En el nuevo milenio, la emigración transcontinental, la pobreza relativa y extrema de la mitad de la población mundial, el desempleo global, la violación de los más elementales derechos humanos, sociales y laborales, la corrupción se ha institucionalizado la crisis del agua en las ciudades, la contaminación, el hacinamiento, la falta de derechos ciudadanos de los emigrantes, la lucha de las comunidades y pueblos contra la transnacionales petroleras, mineras, acentúa la crisis política, crece la desconfianza social, las instituciones pierden credibilidad política y legitimidad en la opinión pública, nacional y mundial. Paralelamente en este escenario global- nacional y local, frente a la anti-política, corrupción, secreto institucional, falta de rendición de cuentas, ausencia de transparencia pública, surgen nuevas, distintas y superiores responsabilidades – en un reducido y cada vez más privatizado espacio público – para una Gobernabilidad democrática – secuestrada por el poder de las transnacionales - y la vuelta política del Estado ante el evidente fracaso del mercado y sus políticas neoliberales. El escenario mundial, es rescatado políticamente – es el inicio de que otro mundo si es posible – El Foro Social Mundial. F.S.M. es ahora una realidad, una nueva organización social y política de todos los desempleados, explotados, pobres, excluidos, marginados, emigrantes sin derechos – sin trabajo, sin techo, sin documentos – de comunidades originarias, de pueblos tradicionales, sindicatos, comunidades religiosas, mujeres, jóvenes, intelectuales y políticos que visualizan el mundo el Nuevo Internacionalismo Político, Social y Cultural como derecho al futuro de “todos los de abajo” del mundo.

La protección y defensa del medio ambiente, la cultura y la identidad de las comunidades, pueblos y naciones, el desarrollo humano sostenible y sustentable como desafío a la Modernidad en crisis y el crecimiento económico de la macro economía, paralelo la profundidad de la miseria de la gente común y corriente, paradoja al frente tenemos una Democracia que sigue siendo la forma de gobierno de los gobernantes, presentan clara y objetivamente hoy en el escenario global en conflicto, polarizado y turbulento de un mundo “que arde en llamas”, ante una nueva responsabilidad política: EL DERECHO AL FUTURO DE LA HUMANIDAD. Hasta donde el Estado – sumamente limitado por las políticas neoliberales – y la Gobernabilidad tendrán capacidad política para dar respuesta oportuna y viable a esta problemática.

Los profundos problemas que esta creando en el seno del propio capitalismo monopolista transnacional el proceso de “deslocalización empresarial” y el traslado de cientos de empresas y mega empresas a países de economías emergentes - China, India, Taiwán, Tailandia, Singapur, Corea del Sur, - así como las Maquilas en el norte de México y Centro América- y el surgimiento de millones de jóvenes trabajadoras, generalmente analfabetas, procedentes del sector rural y con cero derechos laborales y sociales, abren nuevas puertas, muy complejas y peligrosas para la continuidad política de la Gobernabilidad democrática, los Estados y los gobiernos.

En el mundo, especialmente en los países en desarrollo - tercer mundo – el surgimiento del proceso socio-cultural generado por el “Desenclave Cultural”, cuando miles de pueblos y comunidades locales, fortalecen y consolidan sus culturas y economías y ofrecen al mundo su patrimonio cultural. Preguntamos: Que políticas públicas puede un Estado, aún en crisis, producir para fortalecer y preservar su cultura e identidad de sus pueblos. El fracaso continuo y evidente de las Políticas Sociales – por su carácter coyuntural y focalizado por intereses políticos – y los programas sociales en su lucha contra la pobreza – erradicación, lucha frontal, alivio, disminución – es un nuevo escenario altamente politizado donde en el futuro se decidirá el destino político de la Democracia. Nuevos espacios sociales de consensos y espacios políticos de concertación donde la Gobernabilidad Democrática aparece seriamente cuestionada y las corporaciones transnacionales imponiendo la Agenda Nacional Interna. En la mega ciudad moderna, violenta, insegura, consumista, millones de jóvenes en el mundo exigen ciudadanía, caminando por la amplia avenida de mejores, activas, dinámicas y democráticas políticas públicas desde la sociedad civil y nuevamente la Gobernabilidad es puesta en el debate y la crítica mundial, pero la crisis política es más que evidente. La gobernabilidad democrática se encuentra en la encrucijada y al borde del “precipicio político”.

La pobreza, el desempleo y la violación permanente de los Derechos Humanos, retan políticamente la capacidad institucional del Estado, el escenario mundial de la crisis producida por la “explosión” de la burbuja hipotecaria, origina, crisis financiera, comercial, política y hoy la recesión solo es comparable con los años 30' el crac del capitalismo industrial. El cambio climático y sus profundas repercusiones globales, el terrorismo internacional, la “economía criminal” – narcotráfico, lavado de dinero, secuestro, prostitución, tráfico de menores, etc - la crisis alimentaria planetaria y las profundas perforaciones sociales que origina el excesivo precio del petróleo y la producción del etanol hoy movilizan en protesta a millones de seres humanos de todos los continentes –- Argentina, Chile, España, Francia, Italia, India - petróleo y alimentos, constituyen los grandes y verdaderos desafíos políticos de una sociedad en movimiento en la coyuntura actual, en relación con la gobernabilidad democrática.

El “nuevo” motor social y político, como decimos que hoy esta movilizando a millones de hombres y mujeres en todo el mundo es el hambre, la miseria, la pobreza extrema, el desempleo, el racismo encubierto, los tambores de la guerra, la explotación de millones de jóvenes asalariados esclavos en Maquilas y el sudeste Asiático y como las corporaciones transnacionales, “frente a nuestros ojos” se la llevan todo. En junio, el fracaso total de la Cumbre social de la FAO sobre alimentación, es una prueba política – acaso definitiva y terminal - de la crisis global que enfrenta la Gobernabilidad democrática, porque definitivamente “los de arriba” los poderosos, los ricos, los explotadores no quieren, ni menos están interesados en cambio e innovación democrática alguna.

Su pregonada y eterna fantasía de alivio a la pobreza, distribución de la riqueza, generar nuevas oportunidades democráticas, país de emprendedores, educación y salud para todos, inclusión de los excluidos, empoderamiento de mujeres, jóvenes y pobres, es simplemente un eterno canto de sirena que se lo lleva el viento y el poder fáctico de los mass-media. Hoy cuando el Perú – con sus autoridades políticas - han “sorprendido al mundo” y con apoyo del Banco Mundial, presentando cifras iluminadas sobre la disminución de la pobreza, nuevamente desde el campo de los liberales y neoliberales, proponen otras medidas, alternativas, programas con la finalidad dicen ahora, sí acabar con la reducción efectiva de la pobreza y en parte cumplir con las Metas del Milenio. ODM.1915.

“ Una comisión sobre el desarrollo y el crecimiento, promovida por el Banco Mundial e integrada por un heterodoxo grupo de veintiún miembros, entre los que se encuentran expertos peruanos y los premios Nobel de Economía Michael Spence y Robert Solow, han llegado a la conclusión de que el mejor camino para lograr el desarrollo y superar la pobreza consiste en la combinación de medidas liberales y socialistas. Una síntesis de ambas propuestas, que si bien es cierto puede llamar la atención, en el fondo no es más que la reedición del Estado de Bienestar, pero con una concepción más flexible respecto de la tradicional.

Del modelo liberal capitalista la comisión rescata,

*- En primer lugar,
el crecimiento económico. No se puede salir de la pobreza sin crecimiento económico, esta es una verdad universal. Al respecto Michael Spence explica que el crecimiento económico no es un objetivo en sí mismo, pero es importante, además de esencial;
*- En segundo lugar, para alcanzar aquellas cosas que preocupa a la mayoría de las personas: reducción de la pobreza, empleo digno y productivo, educación, sanidad y la oportunidad de ser creativos.
*- En tercer lugar, de este modelo se rescata la importancia del mercado, la movilidad laboral y la globalización económica.

Del modelo socialista, con mayor precisión del socialismo democrático,

*- En primer lugar, se destaca que el crecimiento tiene que ser inclusivo, la extensión de la educación, acabar con la desigualdad de sexos, consolidar la seguridad económica y el buen gobierno.

* En segundo lugar.- El éxito de la aplicación de este modelo combinado, y que ha sido practicado en los países emergentes, se debe a que han explotado la apertura de la economía mundial manteniendo la estabilidad macroeconómica, tienen altas tasas de ahorro e inversión, pero sobre todo gobiernos comprometidos con el desarrollo inclusivo, que son creíbles y capaces en la gestión de políticas sociales.

Precisamente el desarrollo inclusivo – expresan hoy nuevamente, cuando su modelo neoliberal, se hace pedazos políticamente- es fundamental en la lucha contra la pobreza. Este planteamiento no solamente tiene una base científica, sino sobre todo ética, no puede haber un desarrollo a medias, en donde unos sean incluidos y otros queden excluidos.

La humanidad esta ante un nuevo, diferente y superior desafío mundial. Nos preguntamos, finalmente: Es capaz políticamente, hoy el Estado y la Gobernabilidad democrática, asegurar, garantizar, proteger EL DERECHO AL FUTURO DE NUESTRAS GENERACIONES. En cambio para nosotros, este escenario mundial, de conflictos generacionales y políticos, de perdida y demolición política del sistema de valores, polarizada entre riqueza de unos pocos, “los de arriba” y miseria, cientos de millones, “los de abajo”, turbulencia, étnico, cultural – presente en la trilogía infernal, cultura, identidad y comunicación – nuevos espacios sociales que producen identidades culturales colectivas, de fuerte contenido político local-nacional, mundo de complejidad sistémica, donde aún se discute el Nuevo Paradigma del Tercer Milenio:

Es en realidad, el mundo que ya nos pertenece, debemos organizar y luchar desde abajo, para continuar su rescate de lo que es nuestro, el de nuestra cultura popular, el de nuestra sabiduría tradicional y patrimonial, reservorio de nuestra memoria social, nuestra memoria histórica, sueños y esperanzas de nuestros pueblos, porque, ahora es tarea y responsabilidad de todos:

Forjar y construir social, cultural y políticamente
¡¡ UN PERU NUEVO DENTRO DE UN MUNDO NUEVO ¡¡ .

¡¡ OTRO MUNDO SI ES POSIBLE ¡¡,
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lunes, 2 de junio de 2008

JAMES PETRAS: PENSAR EN LATINOAMERICA....

Opinión Entrevista a
James Petras.- 'Pensar que Latinoamérica está encaminándose hacia la izquierda es una exageración triunfalista poco seria'
Marcelo Colussi (especial de ARGENPRESS.info)
Fecha publicación: 21/05/2008

James Petras es hoy uno de los más lúcidos analistas de la realidad política mundial. Estadounidense, 71 años, docente e investigador, toda su vida estuvo ligada a la causa de la izquierda. Siempre vinculado a las luchas latinoamericanas, participó en el gobierno de Salvador Allende en Chile, trabajó con el Movimiento de los Sin Tierra en Brasil y con el movimiento de desocupados de Argentina. Igualmente formó parte del Tribunal Bertrand Russell contra la represión en América Latina.
Sus aportes académicos se cuentan entre los más profundos de las últimas décadas del siglo XX. Su obra es una obligada referencia para entender la sociedad contemporánea; entre algunos de sus numerosas publicaciones (más de 60 libros y varios miles de artículos traducidos a 30 idiomas) pueden citarse 'Gobernantes y gobernados en los Estados Unidos. Imperio: los banqueros, los sionistas y los militantes', 'El poder de Israel en los Estados Unidos', 'Imperio con imperialismo: la globalización de la dinámica del capitalismo neoliberal', 'Movimientos Sociales y Poder estatal: Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador', 'La globalización desenmascarada: el imperialismo en el siglo XXI', 'La Dinámica de Cambio Social en América Latina', 'Imperio o República: Poder Global doméstico o de extinción en los Estados Unidos', 'América Latina en los tiempos del cólera: la política electoral, la economía de mercado, y crisis permanente'.
Desde Nueva York, Estados Unidos, dialogó con Argenpress por medio de su corresponsal Marcelo Colussi.
Argenpress: Ante las futuras elecciones presidenciales en Estados Unidos, ¿cuáles son los escenarios que se abrirían para Latinoamérica si gana un candidato demócrata, y cuáles otros podríamos tener de ganar el ya nominado candidato republicano?
James Petras: En términos generales es más probable que gane un demócrata, particularmente Obama. Hillary Clinton ha ido creando muchos divisionismos en lo interno de su partido, lo cual le ha valido mucho rechazo. Todo indicaría que en las primarias demócratas gane él entonces, y en las elecciones presidenciales seguramente también. La población estadounidense está muy harta de las políticas republicanas de los últimos años. Las guerras, la crisis económica, la recesión, la pérdida de las hipotecas inmobiliarias, etc., etc., todo eso puede hacer que la gente vote más como castigo a los gobernantes actuales que como una gran esperanza por los nuevos que pudieran venir. En cuanto a la política para América Latina es difícil hacer algo peor de lo que existe hoy día. Es decir: el gobierno Bush es tan de derecha, con tantos enemigos y tan pocas palancas que mover en estos momentos que forzosamente, quien lo suceda, tendrá que entrar en negociaciones más racionales para el hemisferio. Por ejemplo con Cuba, o con el presidente Chávez. Washington no puede seguir encerrado con su política de fomentar los separatismos, tanto en Santa Cruz, en Bolivia, como con el Zulia, en Venezuela. Ni tampoco se puede seguir fomentando esa falsa separación en Argentina con el conflicto campo / ciudad, ni seguir agitando a Guayaquil en Ecuador buscando salidas regionalistas. Un nuevo gobierno demócrata debería replantearse todas estas políticas; seguramente, de triunfar en las elecciones, no se verían grandes cambios. Habría, tal vez, cambios en las políticas militaristas buscando una postura más negociadora.
Argenpress: Pero los sectores de la industria militar de la sociedad estadounidense, que se benefician con los grandes negocios que le significan políticas belicistas, ¿no seguirán intentando delinear la política exterior de Washington? ¿Qué perspectivas le ves a iniciativas como el Plan Colombia, o el Plan México?
James Petras: Sin dudas hay una estrategia de apoyar a Colombia como punta de lanza para las políticas militaristas en la región. Eso va a seguir. Cualquier presidente que gane en Estados Unidos no va a descartar a Uribe ni al Plan Colombia con todo lo que eso significa como política agresiva ya trazada, y que se mantendrá. Pero al mismo tiempo hay que ver que la política de Washington ha perdido muchos mercados en la región por la diversificación comercial que se vive en la actualidad; hay una sensible pérdida de influencia del Fondo Monetario Internacional en toda el área. Si la nueva administración va a continuar con la política de confrontación mantenida hasta ahora, debe partir por reconocer, al mismo tiempo, que no ha logrado grandes avances con la construcción de áreas de libre comercio con América Latina. La clase dirigente de Estados Unidos nunca pudo implementar el proyecto continental del ALCA; sólo consiguió acuerdos bilaterales con algunos pocos países, como Colombia, Perú y Chile. Seguramente Washington va a seguir jugando sus cartas agresivas, pero dentro de un marco de fracasos. El único éxito conseguido por la administración Bush en los últimos tres años es el proceso de Bolivia gracias a la impotencia del gobierno de Evo Morales, y la oportunidad que se ha abierto para las fuerzas separatistas en Santa Cruz. Ese se podría decir que es el único lugar donde las políticas del gobierno norteamericano se han impuesto abiertamente en estos últimos tiempos.
Argenpress: El proyecto del ALBA –la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe– que se viene gestando en estos momentos, si bien bastante débil todavía, pequeña, ¿consideras que puede ser una perspectiva real de alternativa contra los tratados de libre comercio?
James Petras: El libre comercio de hecho ya se está practicando en toda América Latina, en el sentido de que hay pocas barreras para la entrada y salida de productos. Nicaragua no es más que un gobierno liberal en todo sentido; la actual administración sandinista no ha cambiado ninguna de las políticas económicas de los gobiernos anteriores. Creo que la diferencia actual en América Latina no es entre una política liberal y una no liberal. Brasil, por ejemplo, es tan liberal ahora con Lula como anteriormente con Cardoso, o en Argentina cualquiera de los Kirchner practica una política de total apertura liberal. Lo que hay que decir es que hoy, un porcentaje mayor de los ingresos se está acumulando dentro de estos países, por eso tienen excedentes en sus presupuestos. Todo lo cual significa que Latinoamérica también ha diversificado sus mercados, porque sus clases dominantes pueden conseguir mayores ganancias comerciando no sólo con Estados Unidos sino con Asia, o Medio Oriente, u otros países en otras regiones del mundo. Pero creo que no hay una ruptura en lo sustancial con el neoliberalismo en los países latinoamericanos; más bien diría que ese neoliberalismo ha permitido una cierta base de acumulación. Es más: se podría decir que hay una nacionalización del neoliberalismo. Por ejemplo, en Argentina el liberalismo, esa marcada economía abierta que se viene aplicando ahí desde hace un tiempo, sigue siendo igual ahora a como fue años atrás, pero con la diferencia que una importante porción de los ingresos está reciclada dentro del país. Pero igual que en años anteriores, siguen las profundas desigualdades sociales. De todos modos está claro que el eje de la política argentina para nada es anti-neoliberal; es, en todo caso, un neoliberalismo que ayuda a fortalecer a las clases dominantes en su interior. En este sentido la lucha entre la presidenta Kirchner y los agroexportadores no es sino la expresión de cómo repartir las enormes ganancias que se están acumulando en el país.
Argenpress: ¿Cómo piensas que va a repercutir, económica y políticamente, en los distintos países latinoamericanos la recesión económica que comienza a manifestarse ahora en Estados Unidos?
James Petras: Por supuesto los países más afectados por esta situación de recesión serán aquellos más directamente relacionados con la economía estadounidense. Es decir, al menos en primera instancia: México, Centroamérica y el Caribe. En segundo término, los perjudicados serán los sectores de Estados Unidos más vinculados al ámbito financiero, negocios inmobiliarios, seguros y todo lo que se conoce como servicios, incluida la informática. Por otro lado, quien se va a perjudicar más en esta dinámica, será la industria de la construcción, directamente ligada al negocio de la especulación inmobiliaria. Y con la caída de estos dos sectores: finanzas y construcción, indirectamente será golpeado también el comercio. En otros términos: es una cadena de sectores que se irán perjudicando, todos muy relacionados unos con otros. Creo que es muy prematuro decir que ya hemos tocado fondo. Me parece que no, porque los efectos están extendiéndose ahora mismo desde las finanzas hacia todos los demás sectores de la economía.
Argenpress: En estos momentos hay en Latinoamérica unos cuantos procesos que podríamos decir que tienen 'carácter popular'. Son distintos, muy diversos en algunos casos (además de la Cuba histórica, ahí están Venezuela, Bolivia, Ecuador, quién sabe qué comenzará a suceder en Paraguay, etc.), en todos los casos abriendo la esperanza de caminos alternativos. ¿Se podría pensar que está dándose un viraje hacia la centro-izquierda en términos políticos? ¿Cómo ves estos procesos?
James Petras: Pensar que Latinoamérica está encaminándose hacia la izquierda es una exageración triunfalista poco seria. Podríamos decir que el matrimonio Kirchner ha tomado medidas consistentes en restricciones sobre las tarifas, que ha habido un tibio mejoramiento de los términos macroeconómicos; pero las desigualdades sociales en Argentina se mantienen igual o peor que hace años atrás. Creció el producto bruto, en todo caso, pero las desigualdades se mantienen con la misma injusticia de siempre. En Uruguay hay un gobierno ultra liberal, eso es innegable. En Brasil, en concreto el gobierno de Lula no ha hecho nada a favor de los 'sin tierra' y, por el contrario, ha favorecido especialmente a los grandes terratenientes agroexportadores. Con todos estos procesos no podemos hablar, para nada, de un viraje hacia la izquierda. Si vemos algunos movimientos hacia la izquierda podríamos decir que están con Chávez en Venezuela, en primer término. O, en segundo lugar, con algunas medidas reformistas que ha tomado el presidente de Ecuador Rafael Correa. Pero más allá de esas medidas tibias no podemos decir que estamos ante una ola de izquierda. El presidente Evo Morales, en Bolivia, ha pactado buenos negocios para un gran número de multinacionales del petróleo y del gas. No se ha hecho ninguna reforma agraria. Veamos que 65 % de los bolivianos continúa viviendo en situación de miseria. Se habla del presidente indio, pero los indios en Bolivia siguen postergados como siempre, salvo algunos cuantos que ocupan puestos en el gobierno de Morales y que son los que han permitido el avance de la derecha, de la oligarquía racista y separatista. Por todo ello hay que ser realista con lo que está sucediendo en términos políticos: es difícil decir que todos estos mandatarios son realmente de izquierda. Si bien es cierto que hay un rechazo a la super dominación de Estados Unidos en el área, también hay que decir que no se está creando una verdadera alternativa popular. La mayor autonomía que buscan todos estos gobiernos no significa forzosamente que a lo interno sean más progresistas. Ser más independiente del Fondo Monetario Internacional no significa que se ha dejado de priorizar la banca privada. Por todo eso no creo que podamos decir que se va hacia un real planteo de izquierda con todos estos procesos.
Argenpress: Para justificar sus intervenciones, el gobierno de Estados Unidos fabrica mediáticamente sus acciones inventando los demonios del caso; para ello existe, por ejemplo, el fantasma del 'terrorismo islámico'. ¿En Latinoamérica podría ser 'el narcotráfico' ese nuevo demonio que le permite actuar? ¿Qué opinas de la relación de Washington con el negocio del narco?
James Petras: Hace muchos años que el gobierno de Estados Unidos está totalmente metido con los narcotraficantes, y más que nada, en Colombia. Los principales militares de ese país, entrenados en territorio norteamericano, están implicados en el negocio del narcotráfico. Hay pruebas contundentes que muestran que Washington colaboró con diferentes carteles colombianos, por ejemplo: el cartel de Medellín. Tanto la embajada como la CIA y la DEA colaboraron con Pablo Escobar y siguen haciéndolo hoy con el cartel. Aquí, en Estados Unidos, sabemos que los principales beneficiados por el negocio del narcotráfico en Latinoamérica son los bancos de Nueva York y Miami. Eso es un negocio fabuloso que mueve miles de millones de dólares. Casi todos los presidentes colombianos reciben dinero tanto del gobierno estadounidense como de los narcotraficantes. Eso no es ninguna novedad. El dinero del narco va a parar a las campañas presidenciales, y el que llega de la embajada y de otras agencias norteamericanas es para fortalecer los escuadrones de la muerte y el Ejército.
REPRODUCIDO SOLAMENTE POR RAZONES ACADEMICAS. ESCUELA DE SOCIOLOGIA.
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