domingo, 25 de enero de 2009

GOBERNABILIDAD: UNA MIRADA DIALECTICA TRES DECADAS EN EL TIEMPO HISTORICO Y POLITICO.

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GOBERNABILIDAD: EN LA ENCRUCIJADA POLITICA Y EL CONTEXTO GLOBAL.
CRISIS Y RECESIÓN DE LA ECONOMIA MUNDIAL.
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NOTA PRINCIPAL. El día Viernes 30 de enero en el PARANINFO UNIVERSITARIO (CENTRO CULTURAL DE LA UNSA) presentamos este nuevo libro, al inicio del año 2009, trabajo de investigación fruto de muchos años de experiencia como analista político y larga trayectoria en la Cátedra Universitaria. ( PRE-GRADO, MAESTRIA Y DOCTORADO ).

Han transcurrido cerca de 3 décadas, sin embargo en América Latina, desde la coyuntura política de los 90', tiempo político del Consenso de Washington, ( los 10 Mandamientos) se impuso como parte de la Doctrina neoliberal (la Biblia Universal) la Gobernabilidad. Ha recorrido políticamente diferentes - plurales, diversos, complejos - escenarios nacionales, continentales y mundiales y siempre ha formulado respuestas políticas en relación con los intereses de clase, de las clases dominantes en el Poder - hoy Poder Fáctico Global - políticas públicas de un Estado en crisis y como parte central de la economía de libre mercado - hoy en crisis final en su modelo financiero-especulativo o capitalismo salvaje -.

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GOBERNABILIDAD: ( PRIMERA PARTE )
UNA MIRADA DIALECTICA TRES DECADAS EN EL TIEMPO HISTORICO Y POLITICO.
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“La Gobernabilidad como la calidad del desempeño
gubernamental a través del tiempo”.

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“El problema no es que los gobernados se burlen de sus Gobernantes,
sino que los Gobernantes de burlen de sus Gobernados”.

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INTRODUCCION: HISTORIA Y DOCTRINA.

El Concepto de Gobernabilidad formulado en tiempos históricos y políticos de inicios de la crisis del Estado de Bienestar, tiempos históricos del gran giro que da la economía mundial en las siguientes décadas, de un capitalismo basado en el desarrollo industrial hacia un capitalismo fundado en la hegemonía del capital financiero-especulativo, la crisis económica y flotación del dólar como moneda universal; tiempos políticos de intenso conflicto político mundial: la “Guerra Fría”, la Bipolaridad Socialismo-Capitalismo y manifestaciones evidentes, crisis de las ideologías y la política, así como el desmoronamiento de los “viejos” Paradigmas Históricos.

La Comisión Trilateral del Congreso Norteamericano,- Huntington, Crozier y Watanuki - comienzan su trabajo ubicada en el contexto central: la crisis económica y la crisis política ante la incapacidad de un sistema – el capitalista – y del Estado al no poder dar una salida democrática, oportuna y viable sobre la plataforma de reclamaciones, pedidos y reivindicaciones de los ciudadanos y derechos de los trabajadores. Se dice, para otros, que el escenario principal es el de “exceso de democracia”, precisamente por haber permitido o no haber ejercido algún tipo de “control político” acerca del “inmenso poder sindical”, los Sindicatos en tiempos históricos y político de los “30 Años de Oro del Capitalismo” alcanzaron a construir un “Poder Político”, tan fuerte y poderoso que el del propio “Welfare State”. Al final, concluían muy “sabiamente” lo que faltaba era “calidad de la democracia”.

En ese contexto general, las políticas públicas, sugeridas desde la sociedad civil, dadas por un Estado-nación en crisis, tenían poca o nula aceptación en los millones de personas en protesta, conflicto y lucha en una sociedad profundamente movilizada. En definitiva, es el escenario político global donde surge la Gobernabilidad. A partir de entonces, los 80’ el concepto de "gobernabilidad" es utilizado, por unos “científicamente”, desde la neutralidad valorativa, como desde la estrategia política y la ideología de las clases en el Poder Político, es decir, un sistema político tiene Gobernabilidad.

· Cuando existe liderazgo intelectual.
· Cuando se evalúan avances y retrocesos en una variedad de dimensiones clave:
1.- Desempeño de los Partidos Políticos.
2.- El control de las Fuerzas Armadas y
3.- La protección fundamental de los Derechos Humanos.
Todos ellos temas centrales, esenciales, para conceptualizar el Proyecto. (Interpretación similar, profunda y de amplio espectro sobre la Gobernabilidad Democrática, por ejemplo en la Región latinoamericana.

· El Dialogo, cree firmemente en un instrumento productivo entre quienes toman las decisiones y los analistas acerca de los retos de la Gobernabilidad Democrática, contribuye a acercar los mundos político y académico.
· Existe un interés natural, en tratar de determinar las condiciones de la democracia, si vienen mejorando, deteriorándose o permanecen más o menos iguales.
· Generar Políticas Públicas, que sean más sensibles a las realidades políticas, que se basen en ellas y por lo tanto resulten en última instancia más efectivas. Por lo tanto deben tener en consideración, como aspectos centrales de su creación-elaboración, sistematización ( acumulación y selección de información ) y difusión, lo siguiente:
*- Diversidad cultural.
*- Desigualdad económico social. Diferencia social.
*- Fuerte diferencia geográfica entre regiones, provincias, pueblos y comunidades.

Efectivamente el sistema puede o no cumplir con sus funciones de manera adecuada en relación a garantizar interna y externamente principios centrales en Política que construyan los elementos principales, que estratégicamente garanticen la estabilidad política. Si el sistema cumple con sus funciones dentro de una normalidad política – garantizar, vigilar, promover, respetar los derechos ciudadanos fundamentales – entonces sí, caminamos por las amplias avenidas de la política latinoamericana, estar comprometidos, con un Proyecto Político, un sistema que es Estable, Legítimo, Eficiente-Eficaz y tiene Confianza desde la Opinión Pública, el sistema posee gobernabilidad, UN IDEAL A CONSTRUIR COMO LA DEMOCRACIA. Un sistema que no puede tomar los insumos y convertirlos en productos no posee gobernabilidad.

Se pueden distinguir dentro del concepto 4 aspectos importantes y que han concentrado, muchas veces individualmente, la atención de Académicos, Politólogos, Sociólogos, Filósofos Políticos e instituciones.

1. Legitimidad
2. Eficacia /Eficiencia.
3. Confianza.
4. Estabilidad

Hemos encontrado para cada una de estas categorías una tradición política.
A la gobernabilidad con énfasis en la eficacia la rastrea en la tradición de la "Razón de Estado".
En relación al énfasis en la legitimidad la rastrea en la tradición del "buen gobierno",
A la importancia en la Confianza activa, se relaciona con la fuerza de las Instituciones y la Sociedad Civil y
Finalmente, a la tradición de la Estabilidad, la encuentra en los autores de la antigüedad clásica, de la modernidad, y en la preocupación por la estabilidad de la Ciencia Social del mundo contemporáneo.

1.- Entendemos la Legitimidad, recordando a Weber, como parte esencial de la relación de dominación. Además, es la creencia en que a los gobernantes les corresponde el lugar que ocupan y que representan efectivamente a los ciudadanos en virtud del procedimiento que determina el acceso a los cargos. Por otro lado, implica también el apoyo de los ciudadanos al gobierno, en forma individual, grupal, corporativa, etc..

Sin embargo, para nosotros la parte central, el simún principal desde la perspectiva de la Ciencia Política, es que la legitimidad no podemos encerrarla solamente en el ámbito del proceso electoral, si el Gobierno tiene o no legitimidad, producto de Elecciones Democráticas, libres, soberanas, etc. De acuerdo con el argumento, pero queremos ir “mucho más allá”, precisamente a los “terrenos” aparentemente desconocidos, sumamente dinámicos, complejos, plurales, – el ámbito de la Sociología de las Ausencias con la finalidad de rescatar, revalorar, desde el “mundo” de los ciudadanos de a pie, de la cultura y sabiduría popular, que la esencia valorativa principal de la legitimidad descansa al interior del sistema de valores – individuales y colectivos – en el nivel de confianza que nos otorguen las instituciones, motor del desarrollo de la Sociedad Civil, el grado de aceptación en la validez de las políticas públicas contra la corrupción, la pobreza, el hambre, las nuevas formas de explotación, así como las manifestaciones y el conjunto de acciones individuales y colectivas que asumimos como Compromiso social en relación con el Proyecto Político, en cual caminamos por las anchas avenidas de la política latinoamericana.

Sistematizamos el conjunto de afirmaciones en el concepto principal: Calidad de la Democracia, el reconocimiento del Gobierno, Calidad del Gobierno, no sólo en la coyuntura, no solamente el contar con la directa participación de los Medios de Comunicación – fraguar investigaciones de opinión pública, mediante seudo cuestionarios, universos elegidos por los “investigadores” o simplemente una “encuesta” presentarla como la Opinión Pública a “favor” del Gobierno – al final la legitimidad se considera a lo largo del ejercicio político.

"Los miembros de una sociedad otorgan o reiteran la legitimidad de día en día. La legitimidad no existe con independencia de las acciones y actitudes de personas concretas”.

Los regímenes, por tanto, gozan de más o menos legitimidad por el mero hecho de existir. En una democracia es muy posible que fluctúe rápidamente la cantidad e intensidad del apoyo concedido a gobiernos, líderes, partidos y medidas políticas, mientras que la legitimidad del sistema no se altera. Hay una clara interacción entre el apoyo al régimen y el apoyo a los partidos en el gobierno, que en ausencia de otros indicadores lleva a usar los resultados electorales y las respuestas de opinión pública como evidencia indirecta de la legitimidad del sistema. Por consiguiente, la pérdida de apoyo de todos los actores políticos en un régimen democrático puede muy fácilmente llevar a una erosión de legitimidad, de igual forma que un amplio apoyo a un gobierno, especialmente más allá de los que le apoyan con su voto, es muy probable que contribuya a reforzar la legitimidad.

En el proceso de construcción política, se entiende que el elemento principal de la Gobernabilidad Democrática, esta basado centralmente, en

"una tradición de la Justicia y de la legitimidad de un ordenamiento político social, la tradición del respeto a los derechos humanos y de la obligación gubernamental de proveer el bienestar general, en suma, la tradición del buen gobierno. El énfasis en la legitimidad es la preocupación por la calidad de gobierno, por el sostenimiento de derechos sociales considerados básicos y por el bien común”.
Sobre todo, este es el elemento principal de la Gobernabilidad Democrática porque es aquí en donde se trabaja sobre la formación del consenso político básico o Paradigma de Gobernabilidad del que hablábamos antes, pues es el lugar donde se aloja primordial, aunque no exclusivamente, la necesidad de diálogo social. En otras palabras, dentro de esta categoría se ubica todo aquello que suma apoyos al gobierno y que autoriza al gobierno a los ojos de la ciudadanía y grupos de interés a cumplir su función como representante y a formular mandatos que son acatados. Cuestiones que atentan contra la legitimidad son por ejemplo cuando el gobierno no es propiamente elegido, cuando no trata las cuestiones social o políticamente problematizadas cuando no hace cumplir las leyes, cuando ciudadanos o grupos tienen reclamos que no son escuchados y por ende no se sienten representados por el gobierno, en definitiva cuando el gobierno no tiene políticas públicas muy claras que establezcan serias y profundas medidas contra la corrupción.

"El crecimiento económico y el restablecimiento de un principio de equidad social, son fuentes de legitimidad del orden social, y por lo tanto, todos los actores sociales, políticos y económicos deben participar de ese debate."

2.- Es muy importante en este punto ser claro en las definiciones. La eficiencia es la capacidad del sistema político en general, o gobierno en el caso particular de esta investigación, de llevar a la práctica exitosamente las medidas que han decidido ser implementadas. La eficiencia tiende a destacar los resultados más que la planificación de las medidas políticas. En este sentido es un factor relevante el conocimiento práctico y la solución de problemas de información imperfecta dado por la repetición/reiteración de la experiencia de interacción entre los actores, es decir, la profesionalización de la política y el conocimiento y confianza mutua de los actores políticos como así también el conocimiento del aparato administrativo del Estado y su funcionamiento.

"…las reglas de juego vinculadas sí con la organización procedimental del Estado Nacional, particularmente en la Administración Pública, no sólo está vinculado con la eficacia estatal para formular y ejecutar políticas públicas, sino también en expresar los principios del funcionamiento del Estado Democrático y Social de Derecho contemporáneo. Institucionalidad democrática y reglas de funcionamiento del aparato estatal se vinculan y retroalimentan."

"Hasta ahora vemos que aparecen demandas que el sistema político no sabe interpretar, en parte porque no reconoce al interlocutor. Queda claro que buena parte de la reconstitución de un rumbo para el país depende de las acciones que se realicen desde la sociedad política, ya que no ha surgido un actor relevante de reemplazo en esa línea. En ese sentido las acciones que comprometan a los poderes externos al sistema político, deberán ser alentadas desde los dirigentes políticos, planteando un nuevo esquema de alianzas que incluya a actores ausentes en al actualidad en el proceso de toma de decisiones (incipientes actores sociales, organizaciones informales de sectores excluidos, la universidad, etc.).

Ello colaborará, junto a otras medidas propuestas, (consultas populares, revocación de mandatos, etc.) en la recuperación de la credibilidad de la política. En síntesis: sin una reconstrucción de la legitimidad de ésta, se hace difícil pensar la construcción de acciones tendientes a la regulación de los poderes externos. La apatía social, el sentimiento antipartido y la configuración incompleta de nuevos actores sociales, debilita la legitimidad de los gobiernos."

Queda en evidencia a lo largo del informe un miedo excesivo a la protesta no institucionalizada por su tendencia a erosionar las instituciones representativas tradicionales como los partidos políticos. Los partidos, así, son considerados como la principal vía de canalización de las demandas. Esta preocupación republicana queda claramente expuesta cuando sostienen:

"Los Partidos pierden su capacidad de encarnar el elemento legitimador de la democracia representativa. La crisis de credibilidad en los partidos políticos se sustenta en las sensaciones, muchas veces verificables, de ineficacia, opacidad y corporativismo políticos…"

La eficacia entonces, se refiere a la capacidad de un sistema político, régimen o, en nuestro caso, gobierno, de encontrar soluciones a las cuestiones políticamente problematizadas. La eficacia pone énfasis en la capacidad del gobierno de formular las políticas y ocuparse de su función que le es propia.

Así, un gobierno sin experiencia, paralizado, bloqueado, acéfalo, errático o impermeable a las demandas será más ineficaz, pues no será capaz de formular políticas apropiadas. Igualmente, la eficacia puede ser entendida como un "criterio de eficacia instrumental dictado por la necesidad de mantener el poder."

Esto significaría que la eficacia es la capacidad de elegir los medios más adecuados para lograr el objetivo (teniendo en cuenta a Maquiavelo): mantener el poder. Pero esto no es correcto porque no hay porqué pensar que el objetivo de un gobierno sea mantener el poder, y mucho menos, la Estabilidad. Decir esto es atar innecesariamente el concepto a un particularismo que lo puede llevar a perder poder explicativo. En cambio, creemos que la eficacia implica la correcta elección de los medios orientados al fin político del gobierno y, a la vez, a la satisfacción de las demandas cualquiera que ellas fueran.

3.- La Confianza activa.- Confianza personal, confianza social y confianza institucional, - trilogía que descansa en un eficiente sistema de valores, en un reconocimiento de los roles centrales en las relaciones sociales: educación, trabajo, vida en al comunidad, política y capital político, ciudadanía, participación ciudadana, cultura e identidad cultural, comunicación, liderazgo, redes sociales, capital social, instituciones, democracia y capital democrático, etc . - constituyen la raíz, cimiento e inicio de un largo proceso socio-cultural dialéctico, base, columna y fortaleza principal que garantiza la eficiencia y legitimidad en la vigencia y reconocimiento de la Gobernabilidad Democrática.

Quizás entre todos ellos sea uno de los aspectos centrales en la construcción social y política de la Gobernabilidad Democrática. Confianza significa seguridad en el “yo” autotélico reconocimiento de la capacidad en la propia persona, estar plenamente convencido que el trabajo y participación que realiza en torno al Compromiso social, la responsabilidad, la ética y la moral se transforman en la fuente y fortaleza en la recuperación y rescate del sistema de valores. El Honor de la persona, el honor en las nuevas relaciones sociales entre grupos de personas es sumamente importante en el proceso de retomar la confianza activa personal y social.

*- La confianza personal, desarrolla el reconocimiento de la auto-estima, el tener el firme conocimiento de capacidad de compromiso. Confiar en nosotros mismos en base al reconocimiento de nuestras capacidades, aptitudes, talento, conocimiento y evaluar el reconocimiento de nuestra “estatura” personal, profesional, religiosa, política, militar, social, cultural, académica, jurídica . etc. Capacidad para el reconocimiento y desarrollo de nuestra memoria social – base principal de la memoria histórica – con finalidad de reconocer y evaluar la lectura de nuestra propia vida, para resaltar y reforzar lo más importante y representativo de nuestra historia personal, que descansa en los amplios espacios del sistema de valores – individuales y colectivos -. Compromiso ético y moral con nuestros principios, nuestra conciencia de clase y nuestra responsabilidad social.
*- Confianza social.- El reconocimiento y práctica viene desde la Sociedad Civil, la misma que se fundamenta en lo siguiente: familia, Escuela e Iglesia, instituciones propias o ligadas directamente a los intereses más generales y cotidianos de la Sociedad Civil. El barrio, la calle, la plaza. La música, el deporte, etc, producen y desarrollan normas de conducta que posibilita el desarrollo personal y social y todos conjuntamente forjando nuevos tipos de cohesión social y política, fortalecen las redes sociales, valorar y potenciar el capital cultural y el capital social con las finalidad de construir social y culturalmente nuevos Líderes y nuevas escuelas de liderazgo

*- La confianza institucional, desarrolla confianza en El Estado de Derecho, vigencia irrestricta de los Derechos Humanos, capacidad de creer en las Instituciones que puedan trabajar con altos niveles de autonomía, forjando y consolidando las sinergias local-regional y al mismo tiempo bajos niveles de corrupción. La Opinión Pública nos otorga el mejor reconocimiento en las Instituciones y ello se vuelca en el fortalecimiento del sistema democrático, ponderar al máximo que el trabajo de los medios de comunicación en algún momento asumirán roles y compromisos más eficientes al servicio de la comunidad. Igualmente la confianza institucional a este nivel esta creando y fortaleciendo el Liderazgo, la comunicación intercultural y la confianza en el trabajo productivo.

La Confianza crece cuando los diversos sectores organizados, los grupos de interés y grupos de presión, logran forjar nuevas formas de participación en las Agendas Sociales que garanticen la intervención directa de las Instituciones, con la finalidad de ir recuperando su credibilidad ciudadana, fortalecer los nuevos espacios de consenso y lucha de una Sociedad Civil que crece a diario, que toma mayor fuerza y fortaleza en la medida que sus instituciones van recuperando la confianza social, la misma que se fortalece y se retroalimenta a diario con los insumos sociales y culturales que vienen desde el reconocimiento de nuestra memoria social – base de la memoria histórica – y el desarrollo permanente del aprendizaje social.

4.- Por Estabilidad debemos entender simplemente la capacidad de un sistema político, régimen, y en nuestro caso gobierno, de adaptarse flexiblemente respecto a los cambios y las exigencias del ambiente y durar de esta manera en el tiempo. También está en relación directa como el Gobierno de turno desde el Estado logra comprender las dimensiones político-sociales, étnico-culturales, comunicación intercultural, ambiental comunitaria, como nuevos procesos dialécticos del sistema democrático. Precisamente la “calidad de la democracia” nos conduce no solamente a la validez y/o limpieza del proceso electoral, sino como está democracia para garantizar la Estabilidad Política, tiene la suficiente energía, capacidad y fortaleza para comprender en primera instancia que el Conflicto, la Protesta, la Movilización Social hoy constituyen por le propio carácter de las políticas neoliberales – desiguales, asimétricas, excluyentes, e “imperiales” – la parte central y dialéctica de la Democracia.

La comprensión política de esta primera fase de la democracia marca claramente como comenzamos valorando la performance institucional que en definitiva contribuye a consolidar las columnas multidimensionales del propio sistema democrático. A mayor reconocimiento al gobierno, mayor presencia activa de la Sociedad Civil, mayor ciudadanía en conjunción directa de las herramientas democráticas – políticas públicas, educación salud, vivienda, trabajo, salarios, derechos humanos, libertad de expresión, vigencia plena del estado de derecho, mayores niveles de participación ciudadana, efectividad en la aplicación y participación comunitaria en el Presupuesto Participativosubsumidas institucionalmente en el proceso democrático con el objetivo principal de democratizar la democracia. ( Hoy las democracia solamente compite con la, propia democracia.).

Este es el nuevo escenario político – los cimientos de la democracia – garantiza los poderes necesarios para forjar y construir la eficiencia política, la eficacia en las sinergias institucionales, la confianza desde la opinión pública – sociedad civil – que garantice plena y transparente Estabilidad Política, subsume directamente la estabilidad económica, la estabilidad social y el propio sistema democrático.

Además, la idea de estabilidad implica la previsibilidad de la conducta gubernamental por parte de los actores sociales, políticos y económicos. Así, nuevamente, igual que con la eficiencia, esto favorece la confianza y cooperación entre los actores, ayudando a la conformación de un Paradigma de Gobernabilidad.
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sábado, 24 de enero de 2009

EDUARDO GALEANO. LOS ESPEJOS DEL PARAISO.

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Por supuesto, la publicidad miente. Los numeritos dicen que el automóvil no es un derecho universal, sino un privilegio de pocos. Sólo el veinte por ciento de la humanidad dispone del 80 por ciento de los autos, aunque el cien por ciento de la humanidad tenga que sufrir las consecuencias.



LOS ESPEJOS DEL PARAISO.
ARGENPRESS.info - Suplemento Cultural # 20
sábado, 24 de enero de 2009.

Eduardo Galeano


La publicidad habla del automóvil como una bendición al alcance de todos. ¿Un derecho universal, una conquista democrática? Si fuera verdad, y todos los seres humanos pudieran convertirse en felices propietarios de este medio de transporte convertido en talismán, el planeta sufriría muerte súbita por falta de aire. Y antes, dejaría de funcionar por falta de energía. Nos queda petróleo para dos generaciones. Ya hemos quemado en un ratito una gran parte del petróleo que se había formado a lo largo de millones de años. El mundo produce autos al ritmo de los latidos del corazón, más de uno por segundo, y ellos están devorando más de la mitad de todo el petróleo que el mundo produce.


Por supuesto, la publicidad miente. Los numeritos dicen que el automóvil no es un derecho universal, sino un privilegio de pocos. Sólo el veinte por ciento de la humanidad dispone del 80 por ciento de los autos, aunque el cien por ciento de la humanidad tenga que sufrir las consecuencias. Como tantos otros símbolos de la sociedad de consumo, éste es un instrumento que está en manos del norte del mundo y de las minorías que en el sur reproducen las costumbres del norte y creen, y hacen creer, que quien no tiene permiso de conducir no tiene permiso de existir.

El 85 por ciento de la población de la capital de México viaja en el 15 por ciento del total de vehículos. Uno de cada diez habitantes de Bogotá es dueño de nueve de cada diez automóviles. Aunque la mayoría de los latinoamericanos no tiene el derecho de comprar un auto, todos tienen el deber de pagarlo. De cada mil haitianos, sólo cinco están motorizados, pero Haití dedica un tercio de sus importaciones a vehículos, repuestos y gasolina. Un tercio dedica, también, El Salvador. Según Ricardo Navarro, especialista en estos temas, el dinero que Colombia gasta cada año para subsidiar la gasolina, alcanzaría para regalar dos millones y medio de bicicletas a la población.

El derecho de matar. Un solo país, Alemania, tiene más automóviles que la suma de todos los países de América Latina y Africa. Sin embargo, en el sur del mundo mueren tres de cada cuatro muertos en los accidentes de tráfico de todo el planeta. Y de los tres que mueren, dos son peatones.En eso, al menos, no miente la publicidad, que suele comparar al auto con un arma: acelerar es como disparar, proporciona el mismo placer y el mismo poder. La cacería de los caminantes es frecuente en algunas de las grandes ciudades latinoamericanas, donde la coraza de cuatro ruedas estimula la tradicional prepotencia de los que mandan y de los que actúan como si mandaran. Y en estos últimos tiempos, tiempos de creciente inseguridad, al impune matonismo de siempre se agrega el pánico a los asaltos y a los secuestros. Cada vez hay más gente dispuesta a matar a quien se le ponga delante. Las minorías privilegiadas, condenadas al miedo perpetuo, pisan el acelerador a fondo para aplastar la realidad o para huir de ella, y la realidad es una cosa muy peligrosa que ocurre al otro lado de las ventanillas cerradas del automóvil.El derecho de invadir. Por las calles latinoamericanas circula una ínfima parte de los automóviles del mundo, pero algunas de las ciudades más contaminadas del mundo están en América Latina.

La imitación servil de los modelos de vida de los grandes centros dominantes, produce catástrofes. Las copias multiplican hasta el delirio los defectos del original. Las estructuras de la injusticia hereditaria y las contradicciones sociales feroces han generado ciudades que crecen fuera de todo posible control, gigantescos frankensteins de la civilización: la importación de la religión del automóvil y la identificación de la democracia con la sociedad de consumo, tienen, en esos reinos del sálvese quien pueda, efectos más devastadores que cualquier bombardeo.

Nunca tantos han sufrido tanto por tan pocos. El transporte público desastroso y la ausencia de ciclovías hace obligatorio el uso del automóvil, pero la inmensa mayoría, que no lo puede comprar, vive acorralada por el tráfico y ahogada por el smog. Las aceras se reducen, hay cada vez más parkings y cada vez menos barrios, cada vez más autos que se cruzan y cada vez menos personas que se encuentran. Los autobuses no sólo son escasos: para peor, en muchas ciudades el transporte público corre por cuenta de unos destartalados cachivaches que echan mortales humaredas por los caños de escape y multiplican la contaminación en lugar de aliviarla.

El derecho de contaminar. Los automóviles privados están obligados, en las principales ciudades del norte del mundo, a utilizar combustibles menos venenosos y tecnologías menos cochinas, pero en el sur la impunidad del dinero es más asesina que la impunidad de las dictaduras militares. En raros casos, la ley obliga al uso de gasolina sin plomo y de convertidores catalíticos, que requieren controles estrictos y son de vida limitada: cuando la ley obliga, se acata pero no se cumple, según quiere la tradición que viene de los tiempos coloniales.

Algunas de las mayores ciudades latinoamericanas viven pendientes de la lluvia y el viento, que no limpian de veneno el aire, pero al menos se lo llevan a otra parte. La ciudad de México vive en estado de perpetua emergencia ambiental, provocada en gran medida por los automóviles, y los consejos del gobierno a la población, ante la devastación de la plaga motorizada, parecen lecciones prácticas para enfrentar una invasión de marcianos: evitar los ejercicios, cerrar herméticamente las casas, no salir, no moverse. Los bebés nacen con plomo en la sangre y un tercio de los ciudadanos padece dolores crónicos de cabeza.

O usted deja de fumar, o se muere en un año advirtió el médico a un amigo mío, habitante de la ciudad de México, que no había fumado ni un solo cigarrillo en toda su vida.

La ciudad de Sao Pablo respira los domingos y se asfixia los días de semana. Año tras año se va envenenando el aire de Buenos Aires, al mismo ritmo en que crece el parque automotor, que el año pasado aumentó en medio millón de vehículos. Santiago de Chile está separada del cielo por un paraguas de smog, que en los últimos 15 años ha duplicado su densidad, mientras también se duplicaba, casualmente, la cantidad de automóviles.
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lunes, 19 de enero de 2009

LUXEMBURGO, UNA ROSA ROJA PARA EL SIGLO XXI.

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"Su energía impetuosa y siempre en vilo aguijoneaba a los que estaban cansados y abatidos, su audacia intrépida y su entrega hacían sonrojar a los timoratos y a los miedosos..." Clara Zetkin
"El socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo... Carta de Rosa Luxemburgo a Franz Mehring" (febrero de 1916)


Luxemburgo, una Rosa roja para el siglo XXI.
Néstor Kohan
La Jiribilla


Apenas 80 años de un asesinato. Eso indica la fría marca del calendario. Recordada desde un continente como el nuestro, que ha sufrido durante el siglo XX —para no mencionar los anteriores— represiones, matanzas y genocidios salvajes a manos de las clases dominantes, su muerte podría computarse simplemente como una más de las tantas víctimas del capitalismo. Un número, solo eso, en la aridez de la estadística. No es el caso.

Las revoluciones del futuro, que las habrá no por mandato predeterminado de LA Historia (con mayúsculas) sino por la voluntad colectiva y el accionar político de los pueblos latinoamericanos, recuperará la memoria de cada uno de esos mártires masacrados y desaparecidos por el capitalismo. El combate socialista por el futuro se desarrollará entre nosotros no solo pensando en un porvenir “luminoso” sino fundamentalmente —como señalaba Walter Benjamin para el caso europeo— a partir del recuerdo imborrable de todos nuestros compañeros oprimidos, explotados y asesinados de la historia pretérita.
Entre todos ellos y ellas el ejemplo de Rosa Luxemburgo ocupará uno de los primeros lugares. Su memoria sigue aún hoy descolocando y desafiando la triste mansedumbre que actualmente pregonan los mediocres con poder.
Partiendo de esta realidad, cabe preguntarse, ¿por qué se torna imperioso recordar hoy, precisamente hoy, a Rosa cuando muchos otros nombres también ligados al socialismo internacional apenas son aptos para rellenar los libros de historia? Este modesto artículo tiene por objetivo el intento de comenzar a responder esa acuciante pregunta.
En primera instancia constatamos que el simple recuerdo de su figura, siempre sospechada de “hereje” por los que hasta ayer nomás monopolizaban el estandarte de la “ortodoxia” marxista, resulta de una incomodidad insoportable para una tradición de pensamiento que ella estigmatizó sin piedad en Reforma o revolución y en La crisis de la socialdemocracia: el reformismo.
El aniversario de su muerte constituye la gran mancha negra de la socialdemocracia, supuestamente “abanderada de los derechos individuales” frente a las corrientes por ellos —los profetas rosados de la democracia burguesa— despectivamente denominadas “jacobinas, blanquistas, partisanas, leninistas” del socialismo.
Se sabe. Los responsables de su asesinato (como el de Liebknecht) fueron Gustav Noske, Scheidemann y Friedrich Ebert. El nombre de este último bautizó incluso a una conocida fundación de la socialdemocracia alemana que durante los años ’80 coqueteó con posiciones “progresistas” cooptando mediante grandes sumas de dinero a numerosos intelectuales latinoamericanos presurosos de olvidar su pasado revolucionario.
El trauma histórico de este asesinato quedó siempre latente. Ni siquiera Willy Brandt cuando fue alcalde de Berlín en la última posguerra fue capaz de ponerle una placa recordatoria al puente desde el cual fue arrojado al agua el cuerpo sin vida de Rosa (una placa que sí puso la aún más derechista y reaccionaria democracia cristiana alemana, solo para ironizar sobre sus rivales electorales). El solo hecho de mencionar su nombre seguramente haría temblar los labios de todos aquellos partidarios de la reunificación alemana que han vuelto a poner en el primer plano de la política contemporánea al neonazismo, al antisemitismo y a la política de gran potencia —eurodólar mediante— del Reicht alemán.
En este cansado fin de siglo, cuando muchos disidentes y herejes vuelven a la nave madre y al hogar común de la socialdemocracia (el ex PC Italiano a la cabeza) propagandizando una supuesta “tercera vía”, convendría entonces reencontrarse con la herencia insepulta de Rosa y sus demoledoras críticas al reformismo.
Pero volver a respirar el aire fresco de sus escritos también nos permite reactualizar la inmensa estatura ética que tiñó en ella al socialismo en momentos en que socialistas “renovados” del cono sur —como por ejemplo el canciller chileno— marchan presurosos a Londres a socorrer al dictador Pinochet en nombre del “realismo”, de la razón de estado, de la “gobernabilidad” y del pragmatismo socialista. Exactamente los mismos ejes y las mismas banderas contra las cuales dirigió sus ácidos dardos Rosa en las mejores de sus polémicas.
Su palpitante actualidad nos invita además a replantearnos toda una gama de cuestiones teóricas que aún hoy están a la orden del día en la agenda política de los revolucionarios. Y que seguramente lo estarán en el siglo que viene.
Sucede que, además de refutar y combatir despiadadamente al reformismo, Rosa también fue una dura impugnadora del socialismo autoritario. En un folleto que ella escribió durante 1918 en prisión sobre la naciente revolución rusa, hundió el escalpelo en los peligros que entrañaba ante sus ojos cualquier tipo de tentación de separar el ejercicio del poder soviético de la democracia obrera y socialista.
Ante la crisis y el derrumbe de la burocracia soviética (que dilapidó el inmenso océano de energías revolucionarias generosamente brindado por el pueblo soviético desde 1917 hasta la victoria sobre el nazismo, pasando por el triunfo de la guerra civil) aquellas premonitorias advertencias de Rosa merecen ser seriamente repensadas. Más que todo si tomamos en cuenta que además Polonia y Alemania —donde actuó políticamente Rosa—, fueron dos países cuyos modelos de socialismo autoritario y burocrático análogos al soviético entraron en crisis terminal y se derrumbaron como un castillo de naipes hace apenas una década.
Aquel célebre folleto crítico sobre la revolución rusa fue publicado póstumamente con intenciones polémicas por Paul Levi —un miembro de la Liga Spartacus y del KPD alemán, luego disidente y reafiliado al SPD. Cabe agregar que Rosa cambió de opinión sobre su propio folleto al participar ella misma de la revolución alemana. Sin embargo, aquel escrito fue utilizado para intentar oponer a Rosa frente a la revolución rusa y sobre todo frente a Lenin (de la misma manera que luego se repitió ese operativo enfrentando a Gramsci contra Lenin o más cerca nuestro al Che Guevara contra la Revolución Cubana). Se quiso de ese modo construir un luxemburguismo descolorido y “potable” para la dominación burguesa.
Al resumir sus posiciones críticas hacia la dirección bolchevique, cuya perspectiva revolucionaria general compartía íntimamente, Rosa se centró en tres ejes problemáticos. Les cuestionó la catalogación del carácter de la revolución, su concepción del problema de las “guerras nacionales” y la relación entre democracia y terror.
No solo Lenin (en su famosa crítica del folleto de Junius, seudónimo de Rosa) y Trotsky le señalaron sus errores. También Lukacs en Historia y conciencia de clase tomó partido en el debate. Entre esos señalamientos figuran en primer término su subestimación de la forma política consejista (que asumió en Rusia el carácter de soviet) como una alternativa radical frente a la democracia burguesa. En ese sentido creemos que Lukacs había dado en el clavo cuando —sin dejar de reivindicarla como un faro metodológico para el marxismo— le señaló a Rosa su inconsecuencia al no diferenciar las transformaciones específicamente políticas de las revoluciones burguesas (Inglaterra-1688 y Francia-1789) de la revolución socialista (Rusia-1917). En aquellas primeras dos se trataba, según Lukacs, de depurar el Parlamento, mientras que en 1917 se había intentado en cambio suplantarlo por los soviets.
Y en ese punto se puede ubicar la radical diferencia entre un tipo y otro de revolución, pues en la transición al socialismo no se trata ya de acelerar o retardar el desarrollo autónomo e independiente de la economía por parte del estado sino, por el contrario, de dirigirla conscientemente (una opinión donde el Che coincidirá evidentemente con Lukacs en sus debates sobre el cálculo económico y el sistema presupuestario de financiamiento).
Al mismo tiempo Rosa, siempre según la opinión de Lukacs, habría subestimado en aquel folleto el papel cumplido en la revolución rusa por las fuerzas no proletarias y por lo tanto en su esquema habría terminado desdibujado el lugar y la función estrictamente hegemónica del partido proletario sobre el resto de las fracciones sociales que habían participado del octubre insurrecto.
Si bien es cierto que aquel escrito adolece de este tipo de equivocaciones, también resulta insoslayable que Rosa acertó al señalar algunos agujeros vacíos cuya supervivencia a lo largo del siglo XX generó no pocos dolores de cabeza a los partidarios del socialismo.
Entre estos últimos creemos que Rosa sí tuvo razón cuando sostuvo que sin una amplia democracia socialista —base de la vida política creciente de las masas trabajadoras— solo resta la consolidación de una burocracia. Según sus propias palabras, si este fenómeno no se puede evitar, entonces “la vida se extingue, se torna aparente y lo único activo que queda es la burocracia”. La historia, en el caso del socialismo europeo, le dio lamentablemente la razón.
La necesaria vinculación entre socialismo y democracia política y los riesgos de eternizar y tomar como norma universal lo que era en realidad producto histórico de una situación particular, es decir, el peligro de hacer de necesidad virtud en el período de transición al socialismo, constituye el eje de su pensamiento que probablemente más haya resistido el paso del tiempo.
Pero esta crítica de Rosa, dura y sin contemplaciones a pesar de su ferviente adhesión al bolchevismo, no implica soslayar la necesaria crítica que hoy debemos hacer a las formas “democráticas” (en realidad republicanas parlamentarias, no democráticas) con que el capitalismo ejerce su dominación y su hegemonía en las sociedades modernas occidentales. Una crítica desarrollada a fondo por el intelectual que fue más lejos —incluso más allá de la misma Rosa— al pensar las condiciones de una revolución anticapitalista en Occidente, Antonio Gramsci.

Esta crítica a la forma republicana de dominación burguesa —como la denominó Marx en su célebre 18 Brumario de Luis Bonaparte— resulta impostergable para nosotros
los latinoamericanos, pues en nuestros países el imperialismo norteamericano después de financiar y sostener a las dictaduras militares más sangrientas de la historia, apostó a implementar su reformulación neoliberal del capitalismo con regímenes políticos donde funciona el Parlamento y los tribunales “independientes”.
De modo que uno de nuestros principales desafíos contemporáneos y futuros consiste en tratar de recuperar y sintetizar al mismo tiempo el reclamo de Rosa sobre la necesaria vinculación de socialismo, participación popular y democracia revolucionaria en los países donde los trabajadores ya han tomado el poder y la crítica impiadosa de Gramsci hacia los regímenes políticos donde aún domina el capital internacional y sus expresiones nacionales. Ambos pensamientos apuntan a una misma problemática política.
Si la pregunta básica de la filosofía política clásica de la modernidad se interroga por las condiciones de la obediencia al soberano, el conjunto de preguntas que delinean la problemática del marxismo apuntan exactamente a su contrario. Es decir que desde este último ángulo lo central reside en las condiciones que legitiman no la obediencia sino la insurgencia y la rebelión, no la soberanía que corona al poder institucionalizado, sino la que justifica el ejercicio pleno del poder popular. Antes, durante y después de la toma del poder.
Allí, en ese terreno nuevo que permanecía ausente en los filósofos clásicos del iusnaturalismo contractualista, en Hegel y en el pensamiento liberal, la teoría política marxista tal como la elaboraron Rosa, Lenin y Gramsci ubica el eje de su reflexión. En ese sentido, el socialismo no constituye el heredero moderno, mejorado y perfeccionado del liberalismo moderno sino su negación antagónica.
Si hubiera entonces que situar la filiación que une la tradición política iniciada por Marx y que Rosa desarrolló en su espíritu —contradiciendo muchas veces su letra— a partir de la utilización de su misma metodología, podríamos arriesgar que el socialismo contemporáneo pertenece a la familia libertaria más radical y es —o debería ser— el heredero privilegiado de la democracia directa roussoniana.
Desde esta óptica —bien distinta a la de quienes legitimaron los “socialismos reales” europeos amparándose en el perfeccionamiento de la tradición ilustrada dieciochesca— se torna comprensible los presupuestos desde los cuales Rosa dibujó las líneas centrales de su crítica al socialismo burocrático.
En cuanto al problema de la controvertida relación entre “espontaneidad” y vanguardia —otro de los núcleos centrales de su pensamiento político—, podemos también apreciar su apabullante actualidad.
Esta otra serie de interrogantes hoy reaparece con otro lenguaje y otro ropaje. No es ya el problema de la huelga de masas —que Rosa analizó a partir de la primera revolución rusa de 1905— sino más bien el de los movimientos sociales (la subjetividad popular) y su vinculación con la política. Aquí sus escritos, releídos desde nuestras inquietudes contemporáneas, tienen mucho para decirnos.
También aquí Lenin y Lukacs cuestionaron a Rosa. Le criticaron el haber subestimado no solo el lugar de los consejos o soviets como forma política de nuevo tipo sino también el papel de la conciencia socialista en la necesidad de organizarse en partido (y de entablar una polémica abierta con el oportunismo).
Sin embargo, no deberíamos olvidar que en este rubro ella cuestionó incluso antes que Lenin el papel de “guía” que Kautsky monopolizaba entre las filas de la II Internacional. Lo cierto es que tanto Rosa como Lenin terminaron de romper amarras no solo política sino también epistemológicamente con el marxismo kautskiano-plejanoviano en los primeros años de la Guerra Mundial. En ambos casos la problemática del sujeto —el proletariado como clase, el partido como organización— fue el detonante de esa inmensa ruptura epistemológica.
Revisitar entonces los escritos de Rosa centrados en ese horizonte seguramente nos permitiría recuperar a Lenin de otra forma, despojados ya de todo el lastre dogmático que impidió utilizar todo el arsenal político de quien Gramsci no dudó en catalogar como “el más grande teórico de la filosofía de la praxis”.
Creemos que esto es así porque a partir de un contrapunto entre las posiciones de Rosa y Lenin se podría entender que cuando este último hablaba de “llevar la conciencia desde afuera” al movimiento obrero —tesis de factura kautskiana cuyas consecuencias epistemológicas extrajo hasta el paroxismo Louis Althusser— no estaba defendiendo un externalidad total frente al movimiento social “espontáneo” sino una externalidad circunscripta en relación con el terreno económico. El “afuera” desde el cual Lenin defendía la necesidad de un partido político socialista remitía a un nivel que no se dejaba subsumir dentro de la práctica economicista, pero no implicaba —como lo leyó el stalinismo en política y el althusserianismo en epistemología— situarse en un “afuera” opuesto al movimiento social.
Esta última deformación del pensamiento de Lenin derivó en una concepción burocrática del partido encerrado en sí mismo que facilitó enormemente todas las injustas acusaciones de “sustitucionismo” con que hoy la socialdemocracia denosta a los revolucionarios en todo el mundo. El partido debe ser parte inmanente del movimiento social —como lo demostraron Gramsci en el movimiento consejista turinés o nuestro Mariátegui frente a las masas indígenas peruanas—, nunca un “maestro” que desde afuera lleva una teoría pulcra y redonda que no se “abolla” en el ir y venir del movimiento de masas. Entre el sentido común, la ideología “espontánea” del movimiento popular, y la reflexión científica, es decir, la ideología del intelectual colectivo, no debe haber ruptura absoluta. Cuando esta última se produce se pierde la capacidad hegemónica del partido y crece la capacidad hegemónica del enemigo que cuenta en su haber con las tradiciones de sumisión, con las instituciones del poder y hoy en día con el monopolio de los medios de comunicación mundial.
De modo que las posiciones de Rosa y de Lenin —polémicas entre sí— en última instancia serían integrables en función de una difícil pero no imposible dialéctica de la organización política como consecuencia y a la vez impulsora del movimiento social. La hegemonía se construye desde adentro. La conciencia de clase es fruto de una experiencia de vida, de valores sentidos y de una tradición de lucha construida que ningún manual puede llevar desde afuera, pues se chocará indefectiblemente —como de hecho ha sucedido en la historia— con un muro de silencio e incomprensión.
Otro de los núcleos donde Rosa Luxemburgo polemizó fue en el campo de la “cuestión nacional”, uno de sus flancos más débiles. Todo el problema alrededor del cual gira la reflexión de Rosa, como también la de Lenin, Otto Bauer, Stalin o Trotsky, etc., es aquella que se pregunta qué deben hacer los partidarios del socialismo, los críticos del capitalismo, frente a una situación de opresión de naciones que son mantenidas por la fuerza en el status de colonias o semicolonias por la mano de uno o más imperialismos.
Desde el marxismo latinoamericano debemos presurosamente aclarar que dicho problema es bien distinto al que en nuestra América afrontó Mariátegui cuando intentó descifrar el problema de la nación. En este último caso no se trataba de una nación ya constituida histórica, social y culturalmente, aunque oprimida por otra con mayor poder, sino el de una nación aun inacabada —tal como era entonces Perú—, sin integración racial y con un desarrollo desigual y combinado de su cultura (la blanca y mestiza —heredera de la conquista y la colonización europea— y la cultura indígena autóctona).
Cuando Rosa, Lenin y los demás marxistas de su época discutían, tenían como presupuesto compartido la reflexión sobre unidades nacionales —opresoras u oprimidas— ya constituidas. Y en ese rubro Rosa, de origen judío y de nacionalidad polaca, se opuso a la independencia de Polonia (proponiendo que los proletarios polacos enfrentaran a la burguesía polaca uniéndose junto con los revolucionarios rusos en una gran federación).
Esa posición errónea en parte se explica por los residuos epistemológicos que Rosa seguramente había heredado de Engels y su teoría —de factura hegeliana— sobre los llamados por él “pueblos sin historia”, pequeñas “nacioncillas” que no tenían derecho a existir. Pero tampoco habría que subestimar la posición política de Rosa dentro de Polonia, como militante del Partido Socialdemócrata Polaco (SDKP) y enemiga a muerte del socialpatriotismo —encarnado en el Partido Socialista Polaco (PPS)— que terminó en 1914 entregando los partidos socialistas europeos en brazos del militarismo imperialista burgués.
Lenin, a su turno enemigo de la política de gran potencia del zarismo ruso, levantó como consignas la unidad y la independencia de Polonia —en concordancia con la posición de Marx y la primera Internacional al respecto— y el derecho a la autodeterminación de las naciones.
La historia del siglo XX, con sus opresiones que todavía hoy no concluyen —sino allí están los recientes bombardeos norteamericanos sobre Iraq para recordárnoslo— a pesar de la pomposamente llamada “globalización”, le dio en este punto preciso, creemos, la razón a Lenin. Pues a pesar de que hoy existe una tendencia objetiva a la regionalización y a construir bloques económicos y políticos que superan las barreras estrechas del estado-nación (un impulso acorde con el movimiento transnacional del capital) sin embargo, no han desaparecido los conflictos nacionales.
Dentro de estos últimos ha cobrado cada vez mayor fuerza la dimensión cultural como un componente central de la nación —una veta en la que Rosa fue realmente precursora junto con el austromarxismo. Y si esto no fuera así, ¿cómo explicarnos la apabullante exportación planetaria de valores nacionales norteamericanos, vía el Mc Donald, la Coca Cola, y toda la industria cultural de la imagen —cine y video—, garantía imprescindible de su hegemonía mundial?
Cuando la globalización del capital subsume formal y realmente al mundo, decaen las soberanías de los estados-naciones más débiles, las de los países del Tercer Mundo. En ese nuevo contexto la problemática del imperialismo —y su necesario correlato: la opresión nacional— se ha modificado pero no ha desaparecido. No es cierto que el mundo viva en una interdependencia absoluta, donde todos los polos de las relaciones de poder son intercambiables. Sigue habiendo, lamentablemente, opresores y oprimidos. Si bien es cierto que la hegemonía mundial del capital asume una tendencia hacia la desterritorialización, ello no implica que hayan desaparecido las naciones.
Tanto en el terreno político (con el resurgimiento ultrarreaccionario del neonazismo alemán, el Frente Nacional en Francia, los separatistas italianos y otros movimientos por el estilo), como en el filosófico (el discurso de “la diferencia” en un mundo donde el valor mercantil tiñe en su homologación dineraria todos los colores culturales del color único del capital) el problema de la nación —y su potencial opresión— sigue vigente. En ese contexto mundializado, las naciones oprimidas tienen cada vez menos poder. Ya no solo son oprimidas económica o comercialmente. Hasta ven amenazadas sus valores y tradiciones culturales. De modo que, tomando en cuenta las variaciones históricas, hoy no nos podemos dar el lujo de soslayar la implicación contemporánea que este debate de principios de siglo tiene para los partidarios socialistas del florecimiento mundial de las culturas y las naciones.
Otro de los ejes donde Rosa incursionó con notable éxito —de un modo mucho más equilibrado y justo que en el problema nacional— fue en la relación entre socialismo y religión.
Sabido es que en la “ortodoxia” plejanovista-kaustkiana de la II Internacional —de la cual fue una clara continuación filosófica el DIAMAT de la época stalinista— el marxismo era concebido como una ciencia “positiva” análoga a las naturales, cuyo modelo paradigmático era la biología. Ciencia que Plejanov veía como arquetipo al bautizar a la filosofía de Marx como “monismo” siguiendo a Haeckel y que Kautsky intentaba imitar, sintetizando a Darwin con Marx, en un más que dudoso matrimonio de materialismo histórico y evolucionismo.
Desde esos parámetros ideológicos no resulta casual que se intentara trazar una línea ininterrumpida de continuidad entre los pensadores burgueses ilustrados del siglo XVIII y los fundadores de la filosofía de la praxis. En ese particular contexto filosófico-político, la religión era concebida —en una lectura apresurada del joven Marx (1843) —simplemente como el “opio del pueblo”.
Aún educada inicialmente en esa supuesta “ortodoxia” filosófica —desde la cual batallará contra el reformismo de Bernstein y con la cual romperá amarras alrededor de 1915— Rosa Luxemburgo se opuso a una lectura tan simplificada del materialismo histórico en torno al problema de la religión.
Ante el estallido en 1905 de la primera revolución rusa, Rosa como parte de los socialistas polacos de la parte de Polonia que en ese tiempo era rusa, escribió un corto folleto sobre El socialismo y las iglesias. En él cuestiona crispadamente el carácter reaccionario de la iglesia oficial que intentaba separar a los obreros polacos del socialismo marxista, manteniéndolos en la mansedumbre y la explotación. Hasta allí su escrito no se diferenciaba en absoluto de cualquier otro de la época de la II Internacional.
Pero al mismo tiempo —y aquí reside lo más notable de su empeño— intenta releer la historia del cristianismo desde una óptica marcadamente historicista que descentra completamente la óptica de la ilustración “materialista” dieciochesca. Así afirma que “los cristianos de los primeros siglos eran comunistas fervientes”. En esa línea de pensamiento reproducía largos fragmentos que resumían el mensaje emancipador de diversos apóstoles como Magno. San Basilio, San Juan Crisóstomo y Gregorio
De ese modo Rosa retomaba el sugerente impulso del último Engels, quien en el prólogo de 1895 a Las luchas de clases en Francia no había tenido miedo de homologar el afán cristiano de igualación humana con el ideal comunista del proletariado revolucionario. Una lectura cuya tremenda actualidad no puede dejar de asombrarnos cuando grandes sectores populares religiosos rompen amarras con el carácter jerárquico y autoritario de las iglesias institucionales para asumir una práctica de vida íntimamente consustanciada con el comunismo de aquellos primeros cristianos.
Llegado este punto del análisis deberíamos preguntarnos, ¿qué presupuestos filosóficos permitieron a Rosa incursionar con tanta fortuna en temáticas tan diversas? La respuesta resulta aquí inequívoca. La lectura filosófica de Rosa remite hoy al problema del método.

Ninguna categoría ha sido más repudiada, castigada y desechada en las últimas décadas que la de “totalidad”. Las vertientes más reaccionarias del posmodernismo —que no solo cuestionan a la modernidad, lo cual no deja de ser una tarea impostergable, sino que también rechazan todo proyecto de transformación y emancipación social— y del pragmatismo han asimilado toda visión totalizadora con la metafísica. A esta última a su vez la igualaron con el pensamiento “fuerte” y de allí (sin mediaciones) han sostenido que en ese tipo de racionalidad se encuentra implícita la apología de la violencia irracional y el autoritarismo.
De este modo han intentado desechar, junto con los grandes relatos de la historia todo proyecto de emancipación y junto con la categoría de “superación” (aufhebung) cualquier visión totalizadora del mundo.
Ahora bien, esa categoría tan vilipendiada —la de totalidad— es central en el pensamiento de Rosa y de su crítica de la economía capitalista. Ella consideraba que el modo de producción capitalista nunca se puede comprender si fragmenta cualquiera de sus momentos internos (la producción, la distribución, el cambio o el consumo). El capitalismo los engloba a todos en una totalidad articulada según un orden lógico que a su vez tiene una dinámica esencialmente histórica. De allí que cuando intente explicar en las escuelas del partido el nada fácil problema de “¿Qué es la economía?” dedique buena parte de su exposición a desarrollar no solo las definiciones de la economía contemporánea sino particularmente la historia de la disciplina.
Esa decisión no era caprichosa ni arbitraria. Estaba motivada por la misma perspectiva metodológica que llevó a Marx a conjugar lo que él denominaba el “modo de exposición” y el “modo de investigación”, dos órdenes del discurso científico crítico que remitían al método lógico y al método histórico. Para el marxismo revolucionario que intenta descifrar críticamente las raíces fetichistas de la economía burguesa no hay simple enumeración de hechos —tal como aparecen a la conciencia inmediata en el mercado, según nos muestran las revistas y periódicos actuales de economía— sin lógica. Pero a su vez no hay lógica sin historia, pues una lógica sin historia —por ejemplo la canonización materialista del DIAMAT válida para todo tiempo y espacio— deriva indefectiblemente en la metafísica.
Pues bien, la categoría que permite articular en el marxismo a la lógica y a la historia es la de totalidad, nexo central de la perspectiva metodológica que Rosa encontró en Marx, como bien señaló Lukacs en Historia y conciencia de clase. No importa si sus correcciones a los esquemas de reproducción del capital que figuran en el tomo II de El Capital son correctas o no. Lo importante es el método empleado en ese análisis. Pudo quizás equivocarse en sus conclusiones pero no se equivocó en el método. Eso es para nosotros lo importante.
La categoría de totalidad no gira en el vacío ni flota en el aire. La sociedad humana concebida como totalidad es el resultado de una praxis histórica. En esta última, en la categoría de praxis reposa la segunda y no menos importante categoría de su marxismo revolucionario. No hay posibilidad de ciencia, al menos en el marxismo, sin praxis. Las totalidades sociales no se suceden en la historia de manera automática. Son los seres humanos y su praxis colectiva (su “actividad crítico práctica” como la llamaba Marx en sus Tesis sobre Feuerbach) las que logran derribar sistemas y crear otros nuevos.
Toda la reflexión de Rosa gira metodológicamente en torno a este horizonte categorial. Retomar hoy ese ángulo nos parece de vital importancia, sobre todo si tomamos en cuenta que en las dos últimas décadas se ha intentado fracturar toda perspectiva de lucha global contra el capitalismo en aras de los “micropoderes”, los “microenfrentamientos capilares”, etc., etc. Sin cuestionar la totalidad del sistema capitalista, toda crítica al sistema se vuelve impotente.
Es cierto que ya no podemos seguir hundiéndonos en sistemas metafísicos que únicamente toman en cuentan el carácter de clase (por más que se disfracen con el ropaje “materialista dialéctico”) sin cuestionar al mismo tiempo la dominación sexista, generacional, el autoritarismo pedagógico, la destrucción de la ecología, el racismo, etc., etc. Los reclamos de los nuevos movimientos sociales tienen una racionalidad que no se puede negar. Pero si no logramos articular sus reclamos puntuales y fragmentarios en una totalidad que los integre —sin disolverlos— hay capitalismo para rato. El abandono de la categoría de “totalidad” expresa entonces —como señaló hace poco Jameson— la impotencia de los nuevos movimientos sociales al no poder construir una alianza entre todos sus reclamos puntuales. Superar esa impotencia (legitimada filosóficamente por las filosofías de la “diferencia” y la ya cansadora polémica contra la herencia de Hegel) implica reactualizar la herencia metodológica que Rosa Luxemburgo supo desarrollar en su crítica de la economía política y en su crítica radical de la “civilización” capitalista.

Esta última resume seguramente lo más explosivo de su herencia y lo más sugerente de su mensaje para el socialismo que viene, el del siglo XXI.
Cuando Rosa termina de cortar sus vínculos con la tradición determinista “ortodoxa” de la II Internacional —aquella misma que la llevó, según el Gramsci de los Cuadernos de la cárcel, a concebir la crisis del capitalismo y la huelga general como “la artillería pesada de la guerra de maniobra”— formula una consigna que hoy tiene absoluta actualidad: “Socialismo o barbarie”.
Inserta en su folleto de Junius (1915), esa consigna resulta superadora del determinismo fatalista y economicista asentado en el desarrollo imparablemente ascendente de las fuerzas productivas. Según esta última concepción, durante décadas considerada la versión “ortodoxa” del marxismo, la sociedad humana marcharía de manera necesaria, ineluctable e indefectible hacia el socialismo. La subjetividad histórica y la lucha de clases a lo sumo lo que podrían hacer es acelerar o retrasar ese ascenso de progreso lineal.
Pero Rosa rompe con ese dogma dieciochesco y plantea que la historia humana tiene un final abierto, no predeterminado por el progreso de las fuerzas productivas (ese viejo grito moderno del más antiguo “¡Dios lo quiere!”, tal como irónicamente afirmaba Gramsci). Por lo tanto, el futuro solo puede ser resuelto por el resultado de la lucha de clases. Podemos ir hacia una sociedad desalienada y una convivencia más humana, el socialismo, o podemos ir hacia la barbarie.

Y cuando hoy hablamos de “barbarie” —concepto tomado por Rosa no del Manifiesto comunista en el cual era erróneamente utilizado para caracterizar a los pueblos de la periferia colonial, sino del último Engels— estamos pensando en la barbarie moderna, es decir, la civilización globalizada del capitalismo. Nunca hubo más barbarie que durante el capitalismo moderno del siglo XX. Como ejemplos contundentes pueden recordarse el nazismo alemán con sus fábricas industriales de muerte en serie; o el apartheid sudafricano —régimen político insertado de lleno en la modernidad blanca, europea y occidental— o, más cerca nuestro, los regímenes argentinos y chilenos de la década del 70 quienes realizaron un genocidio burocrática y racionalmente planificado aplicando torturas científicas.

A 80 años de su muerte y a escasos márgenes del siglo XXI, la roja herencia de Rosa sigue siendo un incentivo para no bajar los brazos y no permitir que continúe la barbarie.

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JUAN RULFO. ES QUE SOMOS MUY POBRES.

Juan Rulfo: Escritor mexicano (1918-1986). Autor de "El llano en llamas" (1953) y "Pedro Páramo" (1955), dos clásicos de la literatura latinoamericana.

ES QUE SOMOS MUY POBRES.

Sábado 17 de enero del 2009. ARGENPESS Culura.
Juan Rulfo.

Aquí todo va de mal en peor. La semana pasada se murió mi tía Jacinta, y el sábado, cuando ya la habíamos enterrado y comenzaba a bajársenos la tristeza, comenzó a llover como nunca. A mi papá eso le dio coraje, porque toda la cosecha de cebada estaba asoleándose en el solar. Y el aguacero llegó de repente, en grandes olas de agua, sin darnos tiempo ni siquiera a esconder aunque fuera un manojo; lo único que pudimos hacer, todos los de mi casa, fue estarnos arrimados debajo del tejabán, viendo cómo el agua fría que caía del cielo quemaba aquella cebada amarilla tan recién cortada.

Y apenas ayer, cuando mi hermana Tacha acababa de cumplir doce años, supimos que la vaca que mi papá le regaló para el día de su santo se la había llevado el río.

El río comenzó a crecer hace tres noches, a eso de la madrugada. Yo estaba muy dormido y, sin embargo, el estruendo que traía el río al arrastrarse me hizo despertar en seguida y pegar el brinco de la cama con mi cobija en la mano, como si hubiera creído que se estaba derrumbando el techo de mi casa. Pero después me volví a dormir, porque reconocí el sonido del río y porque ese sonido se fue haciendo igual hasta traerme otra vez el sueño.

Cuando me levanté, la mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta.

A la hora en que me fui a asomar, el río ya había perdido sus orillas. Iba subiendo poco a poco por la calle real, y estaba metiéndose a toda prisa en la casa de esa mujer que le dicen la Tambora. El chapaleo del agua se oía al entrar por el corral y al salir en grandes chorros por la puerta. La Tambora iba y venía caminando por lo que era ya un pedazo de río, echando a la calle sus gallinas para que se fueran a esconder a algún lugar donde no les llegara la corriente.

Y por el otro lado, por donde está el recodo, el río se debía de haber llevado, quién sabe desde cuándo, el tamarindo que estaba en el solar de mi tía Jacinta, porque ahora ya no se ve ningún tamarindo. Era el único que había en el pueblo, y por eso nomás la gente se da cuenta de que la creciente esta que vemos es la más grande de todas las que ha bajado el río en muchos años.

Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar el puente. Allí nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo, junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye nada. Por eso nos subimos por la barranca, donde también hay gente mirando el río y contando los perjuicios que ha hecho. Allí fue donde supimos que el río se había llevado a la Serpentina, la vaca esa que era de mi hermana Tacha porque mi papá se la regaló para el día de su cumpleaños y que tenía una oreja blanca y otra colorada y muy bonitos ojos.No acabo de saber por qué se le ocurriría a la Serpentina pasar el río este, cuando sabía que no era el mismo río que ella conocía de a diario. La Serpentina nunca fue tan atarantada. Lo más seguro es que ha de haber venido dormida para dejarse matar así nomás por nomás. A mí muchas veces me tocó despertarla cuando le abría la puerta del corral porque si no, de su cuenta, allí se hubiera estado el día entero con los ojos cerrados, bien quieta y suspirando, como se oye suspirar a las vacas cuando duermen.

Y aquí ha de haber sucedido eso de que se durmió. Tal vez se le ocurrió despertar al sentir que el agua pesada le golpeaba las costillas. Tal vez entonces se asustó y trató de regresar; pero al volverse se encontró entreverada y acalambrada entre aquella agua negra y dura como tierra corrediza. Tal vez bramó pidiendo que le ayudaran. Bramó como sólo Dios sabe cómo.

Yo le pregunté a un señor que vio cuando la arrastraba el río si no había visto también al becerrito que andaba con ella. Pero el hombre dijo que no sabía si lo había visto. Sólo dijo que la vaca manchada pasó patas arriba muy cerquita de donde él estaba y que allí dio una voltereta y luego no volvió a ver ni los cuernos ni las patas ni ninguna señal de vaca. Por el río rodaban muchos troncos de árboles con todo y raíces y él estaba muy ocupado en sacar leña, de modo que no podía fijarse si eran animales o troncos los que arrastraba.

Nomás por eso, no sabemos si el becerro está vivo, o si se fue detrás de su madre río abajo. Si así fue, que Dios los ampare a los dos.

La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día de mañana, ahora que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi papá con muchos trabajos había conseguido a la Serpentina, desde que era una vaquilla, para dársela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas, las más grandes.

Según mi papá, ellas se habían echado a perder porque éramos muy pobres en mi casa y ellas eran muy retobadas. Desde chiquillas ya eran rezongonas. Y tan luego que crecieron les dio por andar con hombres de lo peor, que les enseñaron cosas malas. Ellas aprendieron pronto y entendían muy bien los chiflidos, cuando las llamaban a altas horas de la noche. Después salían hasta de día. Iban cada rato por agua al río y a veces, cuando uno menos se lo esperaba, allí estaban en el corral, revolcándose en el suelo, todas encueradas y cada una con un hombre trepado encima.

Entonces mi papá las corrió a las dos. Primero les aguantó todo lo que pudo; pero más tarde ya no pudo aguantarlas más y les dio carrera para la calle. Ellas se fueron para Ayutla o no sé para dónde; pero andan de pirujas.Por eso le entra la mortificación a mi papá, ahora por la Tacha, que no quiere vaya a resultar como sus otras dos hermanas, al sentir que se quedó muy pobre viendo la falta de su vaca, viendo que ya no va a tener con qué entretenerse mientras le da por crecer y pueda casarse con un hombre bueno, que la pueda querer para siempre. Y eso ahora va a estar difícil. Con la vaca era distinto, pues no hubiera faltado quién se hiciera el ánimo de casarse con ella, sólo por llevarse también aquella vaca tan bonita.

La única esperanza que nos queda es que el becerro esté todavía vivo. Ojalá no se le haya ocurrido pasar el río detrás de su madre. Porque si así fue, mi hermana Tacha está tantito así de retirado de hacerse piruja. Y mamá no quiere.

Mi mamá no sabe por qué Dios la ha castigado tanto al darle unas hijas de ese modo, cuando en su familia, desde su abuela para acá, nunca ha habido gente mala. Todos fueron criados en el temor de Dios y eran muy obedientes y no le cometían irreverencias a nadie. Todos fueron por el estilo. Quién sabe de dónde les vendría a ese par de hijas suyas aquel mal ejemplo. Ella no se acuerda. Le da vueltas a todos sus recuerdos y no ve claro dónde estuvo su mal o el pecado de nacerle una hija tras otra con la misma mala costumbre. No se acuerda. Y cada vez que piensa en ellas, llora y dice: "Que Dios las ampare a las dos."Pero mi papá alega que aquello ya no tiene remedio. La peligrosa es la que queda aquí, la Tacha, que va como palo de ocote crece y crece y que ya tiene unos comienzos de senos que prometen ser como los de sus hermanas: puntiagudos y altos y medio alborotados para llamar la atención.-Sí -dice-, le llenará los ojos a cualquiera dondequiera que la vean. Y acabará mal; como que estoy viendo que acabará mal.

Ésa es la mortificación de mi papá.

Y Tacha llora al sentir que su vaca no volverá porque se la ha matado el río. Está aquí a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar. Por su cara corren chorretes de agua sucia como si el río se hubiera metido dentro de ella.

Yo la abrazo tratando de consolarla, pero ella no entiende. Llora con más ganas. De su boca sale un ruido semejante al que se arrastra por las orillas del río, que la hace temblar y sacudirse todita, y, mientras, la creciente sigue subiendo. El sabor a podrido que viene de allá salpica la cara mojada de Tacha y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición.

Foto: Juan Rulfo / Autor: Gabriel Figueroa Flores – CLUB CULTURA.

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miércoles, 14 de enero de 2009

LA GOBERNABILIDAD DEMOCRATICA: Frente al Nuevo Escenario Mundial.



LA GOBERNABILIDAD ANTE UN NUEVO DESAFIO POLÍTICO E INSTITUCIONAL MUNDIAL. “EL NUEVO ESCENARIO GLOBAL”.


AUTOR. PABLO RAULFERNANDEZ LLERENA.

El mercado “como dios supremo”, sin regulación alguna, sin el mínimo control – dando rienda suelta a su “orgía de poder fáctico global” , transforma todo su poder ideológico y mediático mundial sus intereses de clase en intereses nacionales y lanza al mundo su doctrina de Gobernabilidad como si fuera doctrina política de todos los grupos y clases sociales.

Los nuevos sujetos sociales históricos, emergen como un poderoso huracan, defendiendo como verdaderos leones su tierra, su agua, la biodiversidad de sus territorios patrimoniales. Campesinos, Indígenas y Nativos nos llevan a rememorar las históricas jornadas de la clase obrera en tiempos de la Comuna de París, cuando eran capaces de tomar el cielo por asalto.

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La humanidad esta ante un nuevo, diferente y superior desafío mundial. Nos preguntamos, finalmente: Es capaz políticamente, hoy el Estado y la Gobernabilidad democrática, asegurar, garantizar, proteger el Derecho al futuro de las Nuevas Generaciones. A su turno para nosotros, el “nuevo” escenario mundial, de conflictos generacionales y políticos, de perdida y demolición política del sistema de valores, polarizada entre riqueza de unos pocos, “los de arriba” y la miseria, hambre y pobreza, miles de millones, “los de abajo”, turbulencia, económico-social y étnico-cultural – presente en la trilogía infernal, cultura, identidad y comunicación – nuevos espacios sociales que producen identidades culturales colectivas, de fuerte contenido político local-nacional, -base política del nacionalismo con visión mundial - mundo de complejidad sistémica, donde aún se discute el Nuevo Paradigma del Tercer Milenio:

Es en realidad, el mundo que ya nos pertenece, debemos organizar y luchar desde abajo, para continuar su rescate de lo que es nuestro, nuestra cultura popular, nuestra sabiduría tradicional y patrimonial, reservorio de nuestra memoria social, nuestra memoria histórica, sueños y esperanzas de nuestros pueblos, porque, ahora es tarea y responsabilidad de todos: donde hoy emergen, salen como un poderoso huracán los nuevos sujetos sociales históricos, defendiendo como verdaderos leones su tierra, su agua, la biodiversidad de sus territorios patrimoniales. Campesinos, Indígenas y Nativos nos llevan a rememorar las históricas jornadas de la clase obrera en tiempos de la Comuna de París, cuando eran capaces de tomar el cielo por asalto. Con seguridad y responsabilidad política-institucional este es el “nuevo escenario nacional-continental-global- escenario multipolar -” que se abre hoy pujante, violento, democrático, plural, dialogante, etc.

En el presente milenio asistimos a la búsqueda de nuevas fronteras de acumulación del capitalismo transnacional, como alternativa frente a la crisis tanto del capital productivo como del capital financiero: la agricultura campesina, tiene que convertirse en una agricultura productiva capitalista, los servicios públicos – el apetito y la codicia es tan grande hoy por la Educación, la salud, nutrición y alimentación, servicios urbanos, seguridad ciudadana, seguridad social, jubilación, - ejemplo las AFPs, transporte, etc - que deben pasar al sector privado y la biodiversidad como base de nuevas fuentes de energía y materia. Hoy más que nunca, el capitalismo destruye, como lo remarcó hace más de un siglo y medio, Marx, las dos fuentes de su riqueza: la naturaleza y los seres humanos. En verdad la destrucción ambiental afecta a todos y la ley del valor incluye hoy a todos. La mercantilización domina la casi totalidad de las relaciones sociales en campos cada vez más numerosos como el de la salud, la educación, la cultura, el deporte o la religión. Además la lógica capitalista tiene su institucionalidad.

Respondiendo a la nueva responsabilidad social mundial, construyen un “nuevo escenario global” donde no aparezca en lo más mínimo intereses de discordia, separación o fraccionamiento – donde los intereses nacionales – ya no está en juego la Soberanía Nacional, porque las políticas de libre mercado, se encargaron de disuadirlas, adormecerlas o simplemente transformarlas en intrascendentes o secundarias – ante la crisis del Estado Nación, perforado en sus estructuras en las ultimas décadas por las políticas estratégicas del neoliberalismo ( Consenso de Washington ) y el mercado “como dios supremo”, sin regulación alguna, sin el mínimo control – dando rienda suelta a su “orgía de poder fáctico global” , transforma todo su poder ideológico y mediático mundial – sus intereses de clase en intereses nacionales y lanza al mundo su doctrina de Gobernabilidad como si fuera doctrina política de todas ( clases y grupos sociales ). Los ciudadanos ( en ese sentido ya no existen ni figuran en le “nuevo” lenguaje de las Ciencias Políticas desde la órbita neoliberal los empresarios, burgueses, obreros, trabajadores, proletarios, clase media, etc ) ahora son ciudadanos. La Gobernabilidad como doctrina - conjunta de teorías políticas de las clases dominantes – ahora son políticas de Estado, políticas nacionales para preservar, difundir, estabilizar la Democracia.

En el campo, en el sector rural en defensa de la vida, del trabajo, la tierra que les pertenece por historia
– hoy seriamente en peligro por la voracidad de las transnacionales y los “nuevos” perros del hortelano – del agua, la biodiversidad como base de nuevas fuentes de energía y materia. tala de bosques, la vida en comunidad, su cultura, identidad, su herencia y patrimonio cultural: valores, tradiciones, costumbres, vida cotidiana, memoria y aprendizaje social seriamente afectadas por la presencia de las corporaciones petroleras, mineras, gasíferas, comerciales, etc. Tierra, agua, y territorios; cultura e identidad, medio ambiente representan hoy el nuevo escenario hacia el cual comienza a girar el reloj de la historia y la voracidad del proceso de acumulación del capitalismo monopólico transnacional.

En este contexto mundial, en el panorama global infectado por la crisis de la economía, el fin del modelo del capitalismo salvaje – ahora recesión –, la crisis de las doctrinas del Consenso de Washington, la propia crisis y sincero cuestionamiento de las Instituciones globales y supranacionales,- fin del modelo Post-Segunda Guerra Mundial, fin del modelo Bretton Woods o fin del modelo del capitalismo keynesiano ? - críticas provenientes de las Oficinas alfombradas del F.M.I. del B.M, la OMC, del G-7, y el propio G-20, ahora el desafío político, le corresponde al G-14, al Estado, Gobierno y sus Políticas de Estado, realmente encara una de sus tareas y responsabilidades más difíciles y complejas cómo fortalecer y consolidar el sistema político de la Democracia Moderna y construir desde lo local-nacional el conjunto de herramientas democráticas en torno a la Gobernabilidad Democrática, base principal no solamente para garantizar la estabilidad política, la lucha contra la corrupción o la defensa y protección de los derechos humanos, sino en lo posible y principal aborde con responsabilidad políticas públicas que comprendan la significación y dimensión como plantean las necesidades históricas sobre la brecha social, la profunda y cada vez más extensa desigualdad económico-social.

El nuevo escenario global, con nuevos, distintos y diferentes actores globales, nacionales, locales, representan hoy la fuerza de su lucha, fortaleza de su plataforma reivindicativa y derechos ciudadanos, convicción de sus principios en la nueva alborada de la historia, es decir, cuando vemos hoy al Reloj de la Historia iniciar el cambio, giran las manecillas hacia nuevos rumbos, nuevos horizontes, la libertad, la justicia, la equidad e igualdad social para todos los ciudadanos, estamos recuperando nuestra dignidad y soberanía nacional, inexorablemente estamos ingresando en un “Cambio de Época” en un momento histórico y político muy especial.
Hoy la Gobernabilidad Democrática, con sello de clase muy partidarizada, debe trabajar en un nuevo contexto, diferente, superior, oportuno y viable, lo entendemos así, cuando iniciamos el gran rescate, la gran conquista de nuestra propia Historia, - memoria histórica, memoria y aprendizaje social - desbordamos mucho aplomo social y extraordinaria sabiduría en la conquista del mundo que nos pertenece, que nos fue arrebatado por quienes hoy simbolizan: corrupción y codicia, avaricia y fracaso, delincuentes con corbata- Mr. Mardoff es el ejemplo "sublime" de la voracidad y avaricia - y prendedor de diamantes, limosina, hoteles de 5 estrellas, extensos y lujosos campos de golf y protección política del sistema. Empresarios, Banqueros. Aseguradores, Lobbies transnacionales, Administradores, etc. Propios del mundo de los negocios, la bolsa, bancos, aseguradoras de la economía de libre mercado y el fundamentalismo neoliberal.

Como resultado global, continental, nacional-regional-local (In)surgen, emergen Nuevos Sujetos Sociales Históricos, con objetivos políticos, sociales, culturales, ambientales diversos y diferentes dentro de las turbulencias territoriales: no solamente como resultado del acuerdo político del G-20, sino, desde la propia Sociedad Civil Mundial urge la necesidad histórica y política sobre la creación de Instituciones distintas y superiores – o reformas estructurales en su plena y máxima significación - a las de Bretón Woods, post Segunda Guerra Mundial; el Fondo Monetario Internacional, FMI, el Banco Mundial, BM, La Organización Mundial del Comercio, OMC; el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, como instituciones financieras supranacionales, en definitivo no responden a los grandes desafíos y retos, generados por un capital financiero especulativo transnacionalizado – ha roto fronteras y sobrepasado soberanías nacionales – ahora sí, la Gobernabilidad Democrática y el propio Estado están en seria responsabilidad, crisis que se ahonda, cuando no existen desde el Estado como establecer regulaciones sobre el capital financiero especulativo, que hoy representa el 90% de los 3 billones diarios que circulan en las bolsas del mundo, al final su performance ha sido un desastre, las mismas se contaminaron con el desmoronamiento del modelo del capitalismo salvaje;

Políticamente, ante un mundo MULTIPOLAR, en proceso de descentralización del poder global, un mundo que exige Integración Regional para poner atajos y regulaciones al capitalismo, el mundo en su conjunto, concatenado, multidimensional, desde los ámbitos de la Sociedad Civil Global apuesta por “un nuevo amanecer histórico” –expresados por ahora – en el Multilateralismo. Escenario mundial, que debe garantizar por ahora que la Reforma y Modernización del Estado, este en condiciones de formular nuevas alternativas sobre la Gobernabilidad Democrática.

La reforma global, como exigencia comprende desde el propio seno de las Naciones Unidas ONU, la Organización de los Estados Americanos OEA, reformas y alternativas que se irán construyendo en un mundo sumamente complejo y polarizado, visualizado y articulado a los principios centrales de la Gobernabilidad Democrática entre otras características por las siguientes:

a.- Elevado y extremo Presidencialismo, especialmente en América latina, - o domina, absolutiza y representa él, el Presidente todas teorías y prácticas en torno a la Gobernabilidad o estas practicas políticas se convierte en el “cáncer político” del sistema democrático - escenario político democrático “de baja intensidad”, por la siguientes razones:
*- Sin institucionalidad, - ausencia o grave funcionamiento, instituciones copadas por la corrupción, contaminadas por el sistema, burocratizadas, de espaldas a las necesidades de los trabajadores, ciudadanos, los pueblos y comunidades.
*- Sin representación, -ausencia total de autoridad y capacidad moral, sin identidad cultural y sin rendición de cuentas – deslegitimadas ante la opinión pública: la calle, la plaza, la protesta, el conflicto, la vigilia, los escudos humanos – bloqueo intermitente de avenidas, puentes, vías troncales, plazas, por los propios manifestantes -, la movilización social;
*- No existe oposición política significativa, impera la corrupción como sistema institucionalizado, los partidos políticos no funcionan durante todo el año o solamente en tiempos electorales, tipo de práctica “institucional” con parte integrante y nociva de la democracia puramente electoral;
*- Poca o baja capacidad desde el Estado sobre la vigencia y respeto a los derechos humanos, derechos sociales, cívicos, políticos, ineficientes políticas y programas sociales de lucha contra la pobreza, desocupación, desnutrición, exclusión social, marginación étnico-cultural local-regional, desigualdad económico social, etc.
El presidencialismo hoy se manifiesta en total cofradía – alianza política estratégica - de intereses con los medios de comunicación y las corporaciones transnacionales quienes en definitiva fijan o ponen la Agenda Nacional, han expropiado y/o secuestrado la Gobernabilidad y manipulan en su nombre la Opinión Pública. Las Políticas sociales, programas sociales, focalizados, asistencialistas, coyunturales han reemplazado total y absolutamente a las políticas públicas de Estado.

b.- La democracia representativa se ha transformado en la práctica política del quehacer cotidiano en política de los representantes – Presidente, Congresistas, Autoridades Regionales y Locales – son ellos y no otros los destinatarios finales de la propia democracia. Es una democracia sorda y muda para los de abajo, para los que no comparten o critican sus intereses de clase, una democracia que continúa apostando su fortaleza en los partidos políticos – en su mayoría inexistentes o envueltos en la corrupción y el tráfico de influencias – y cuyos “dirigentes” o “voceros políticos”, ellos también se creen y se consideran, dueños y propietarios del capital político; sin duda, esta constituye otra práctica nociva y corrupta en política que desmerece o deslegitima el capital democrático del sistema político y “envenena” la venas de la Gobernabilidad Democrática, al centrar todo el peso político o la estatura política nacional que en democracia pudiera concentrar un verdadero Líder Político, en un simple caudillo y administrador de “negocio político”.

Democracia eminentemente electoral, su esencia y origen es el voto, el sufragio, basada en la concurrencia ( obligatoria e impositiva) a los electores cada 4 y/o 5 años, quienes ante la desconfianza, descontento, desencanto en la democracia y sus “titulares” los políticos de turno, renuncian voluntariamente a su derechos constitucionales y entregan un cheque en blanco a los “podridos” representantes. La democracia delegativa – el ciudadano pierde, entrega, concede, delega “voluntariamente” sus derechos, entrega un “cheque en blanco” por varios años, al representante elegido democráticamente - está una vez más presente en el escenario puramente electoral, contribuyendo de manera directa al fortalecimiento de una democracia única y exclusivamente basada en voto, el sufragio, sistema político muy débil ante la ausencia o poca presencia de la ciudadanía.

c.- La Integración Política, en su acepción y perspectiva multidimensional de América Latina – integración, desafía y supera la turbulencia económica, política, social, cultural, ambiental, etc. – Integración como una necesidad política y una obligación histórica: La Unión de Nacional del Sur. UNASUR, lo establecido en el Acuerdo Constitutivo supone una visión renovada con relación a los antecedentes históricos de la integración latinoamericana, subscrito el 23 de mayo del 2008 en Brasilia, establece principios de respeto a la soberanía, a la no ingerencia en asuntos internos, a la integridad e inviolabilidad territorial. A la democracia y a sus instituciones y al irrestricto respeto a los derechos humanos y forjada dentro de nuevos y superiores principios que hoy le brinda la democracia moderna;

Desde el punto de vista Político, fue sometida a prueba cuando los mandatarios de los países de UNASUR, en su reunión de Santiago de ChilePalacio de la Moneda 15 de septiembre del 2008 – los Jefes de Estado y de Gobierno de los países que la integran para tratar sobre la compleja situación que Bolivia tenía en esa coyuntura, para lograr el fortalecimiento del diálogo político y de la cooperación entre todos los actores sociales, políticos, económicos y de la sociedad civil de ese país.

Luego de expresar su “ más pleno y decidido respaldo al Gobierno Constitucional del Presidente Evo Morales, cuyo mandato fue ratificado por una amplia mayoría en un referéndum, con el respaldo democrático de su pueblo, era “propietario” de un extraordinario capital político y democrático, por ello los Jefes de Estado “ rechazan enérgicamente y no reconocerán cualquier situación que implique un intento de golpe civil, la ruptura del orden institucional o que comprometan la integridad territorial de Bolivia”. Esta declaración política, significó el gran comienzo del fortalecimiento, reconocimiento y legitimación política del nuevo proceso de integración sudamericana.

El proceso político, democrático de integración, fue reafirmada en La Costa de SAUIPE Brasil el pasado 13 y 14 de diciembre – "I Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo" – ahora con la presencia de Cuba y la ausencia del “amo imperial” Estados Unidos; señalan con objetivos políticos centrales un conjunto de áreas críticas para lograr en éstas los necesarios acuerdos, todos ellos derivados de decisiones soberanas de los Estados y con el Compromiso Político de ponerlos en aplicación. En ese contexto se priorizan la integración energética, desarrollo de la infraestructura para la interconexión plena de la región, integración financiera, protección de la biodiversidad, los recursos hídricos y los ecosistemas. Reactivar la inversión pública con la finalidad de abordar con políticas claras, democráticas y transparentes la lucha contra la exclusión, desigualdad y asimetría internas que debilitan a las economías nacionales, a los pueblos y comunidades.

“América del Sur, puede perfectamente plantear un desarrollo integrado hacia adentro, con la modalidad del regionalismo abierto, de tal manera que ello no suponga apartarse de las grandes corrientes de apertura al mundo, pero a partir del diseño de una estrategia de cooperación y desarrollo sustentada en decisiones nacionales y en opciones soberanas”.

En la coyuntura actual, nuestra mirada principal esta orientada al carácter y tipo de democracia que hoy implementan e “imponen” los gobernantes de turno y el propio proceso político gubernamental de América Latina, emerge con fuerza, energía y sabiduría hacia el proceso de Integración y Desarrollo, compromiso político también asumido por los Nuevos Movimientos Sociales - emergentes- dentro de su Autonomía, Pluralidad y Democracia. Sin embargo, la paradoja política radica en el tipo de democracia y el carácter de las políticas públicas internas, a favor de que sector de clase se orientan dentro de cada país, el Gobernante de turno, el propio sistema político – Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral, Constitucional – los medios de comunicación y en general el Poder Fáctico del sistema democrático, hacia que “ dirección empujan las manecillas del reloj de la historia ”.

Nuestra visión política latinoamericana, es hoy con respecto a la Democracia, como sistema político:
1.*- Democracia liberal representativa ligada directamente a los intereses del neoliberalismo y de un modelo político corporativo, asimétrico, desigual, represivo vigente hoy en una triada de países como es México, Colombia y Perú. Países donde impera, entre otros tres grandes problemáticas – base principal de la brecha social histórica, aún pendiente en América latina y por ahora encubierta de una inmensa fraseología democrática.

*- La pobreza y la extrema pobreza; desnutrición infantil, desocupación y sub-ocupación – agravada por las políticas neoliberales – pobreza humana – frustración histórica de su población por la corrupción, la mentira y el engaño de sus gobernantes, la perdida permanente de confianza social, auto-estima de su gente y sociedades sin sistemas de valores personales y colectivos. ( Los anti- valores han encontrado su espacio y el tiempo para su “gran” desarrollo ).

*- La presencia del narcotráfico – narcoterrorismo – y la violencia urbana – fuerte presencia de las economía criminal en algunas de sus múltiples manifestaciones – y el evidente fracaso de las políticas norteamericanas y sus respectivos Plan Colombia, Plan Puebla Panamá, etc.

*- El evidente fracaso de las Instituciones responsables de las políticas públicas: Políticas de Estado, Económicas, Políticas Sociales, Educativas, Salud, Cultura así como de los Programas Sociales. Instituciones contaminadas por el sistema de la corrupción, la burocracia insensible, inepta y ausente de calidad profesional.

2.*- Democracia moderna – deliberativa, ciudadana – pretende abandonar los viejos esquemas neoliberales, se aleja de las políticas dominantes de los organismos supranacionales, busca nuevos mercados mundiales, reafirma mejores políticas locales y regionales de lucha con resultados altamente positivos de lucha contra la pobreza y la extrema pobreza, desempleo, discriminación étnico-cultural, desnutrición – políticas efectivas con el fin de disminuir la extrema desigualdad entre la ciudad y el campo - que garantizan la vigencia y respeto de los derechos humanos, sociales, cívicos y políticos.

Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Uruguay – MERCOSUR alberga comercialmente por ahora a la mayoría de ellos - ; a su tiempo todos caminan por las anchas avenidas de la política latinoamericana, de una “Nueva” democracia en Nuestra América, con la capacidad política e institucional, propia, nacional de diseñar – planificar – conjuntamente su Agenda Nacional de Gobierno, más en contacto directo con las necesidades de su pueblo e intenta devolver la Autoridad, Libertad de Expresión y Democracia a los únicos, verdaderos y auténticos destinatarios de la democracia: los gobernados, los representados, es decir, los trabajadores, ciudadanos, los pueblos y las comunidades..

3.*- Democracia Popular, participativa, diversa, dialogante, solidaria – aun con fuertes oposiciones - de una oligarquía local ultra-conservadora ligada directamente a los intereses del Poder de los Medios de Comunicación. Golpista y separatista por incapacidad política para comprender el papel y responsabilidad de las nuevas mayorías sociales, ayer aplastadas, explotadas y excluidas en todos sus derechos. Oposición en las calles, en la plaza, en el trabajo, en la fábrica, en el colegio, la Universidad, en los Medios, en las Fuerzas Armadas, en la política internacional y hoy caminan por la larga avenida de una nueva democracia popular, participativa y dialogante.

Expresan una diversidad de problemas sociales y culturales, están hoy en puntos muy distantes unos de otros en el avance y conquista de los derechos principales que por historia les pertenece a nuestros trabajadores, ciudadanos, pueblos y comunidades, Desde lo más avanzado políticamente Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Paraguay en el proyecto continental del ALBA, el Banco del Sur, Cadena Telesur, etc. ( Aquí ingresa Argentina, Brasil, Uruguay, etc,)

d.- Brecha Social Histórica en América Latina.- Continúa la deuda pendiente en relación a la desigualdad económica social. Continente de la más profunda, amplia y extensa pobreza y extrema pobreza, desnutrición infantil, desocupación, exclusión social, paradoja de la globalización tiene en sus territorios los ricos más poderosos – convertidos en ricos en las dos últimas décadas – mientras la desigualdad económico social se profundiza, la riqueza se concentra en pocas y poderosas manos de unos cuantos nuevos ricos profundamente conservadores, desarrollan e implementan fuertes políticas de exclusión social, marginación étnico-cultural, discriminación territorial y degradación ambiental.

Continente con la población más joven del planeta, con la mayor reserva de agua natural, con la más grande y extensa diversidad cultural, variados e "infinidad" de climas, etc. Sin embargo, la pobreza absoluta, desnutrición, desempleo, exclusión social, violación de los derechos humanos, marginación social y cultural, discriminación pública, es el reverso de una Democracia electoral, sin ciudadanos, que solamente es democracia de los Gobernantes, democracia de los propios representantes, democracia de los de arriba.
Finalmente en nuestro imaginario político social,- Nuestro Imaginario Sociológico - nuestra esperanza de alcanzar el ideal de una democracia para los gobernados, para los representados, para las mayorías populares, construir instituciones representativas, creíbles, que gocen de confianza directa de los trabajadores y ciudadanos, legitimadas en la opinión pública, planificar nuevo liderazgo social y humanista, desarrollar nuevos canales de comunicación intercultural, reconociendo la alta capacidad de organización, movilización y forja de nuevos espacios de consenso, oposición y lucha de los Nuevos Movimientos Sociales y los nuevos sujetos sociales históricos;

Diseñar – planificar - nuevas políticas públicas diferentes en lo social, diversas en lo cultural y de mayor comprensión y alcance geográfico, estaremos fortaleciendo las estructuras de una Sociedad Civil, plural popular, emergente que asuma directamente los nuevos roles y funciones políticas desde los emergentes poderes locales y regionales, rescatando el mundo que nos pertenece, contribuir a la forja del Nuevo Paradigma del siglo XXI con capacidad y responsabilidad ética, social y moral para forjar un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo, diferente, diverso y superior.

Forjar y construir social, cultural y políticamente.

¡¡ UN PERU NUEVO DENTRO DE UN MUNDO NUEVO ¡¡ .

¡¡ OTRO MUNDO SOCIALISTA, SI ES POSIBLE ¡¡,

Ciudad de Arequipa, enero11 del 2009.

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