viernes, 25 de septiembre de 2009

ASAMBLEA DE LA ONU Y RENION DEL G-20. La Reforma del capitalismo y la Cultura fuera de las Agendas.

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Hay una sensación de alivio y el comentario económico internacional de los libremercadistas a ultranza es que el mercado no se equivocó y volvió una vez más en gloria y majestad. Es tal el triunfalismo, que la terminología de 12 meses atrás usada por el legendario compacto ideológico llamado The Economist, quedó atrás. Hubo un momento en que este afamado medio acariciaba las posiciones de Joseph Schumpeter para salir de la crisis, y no descartaba el regreso a formas del Estado de bienestar para paliar los efectos sociales de la crisis.
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ASAMBLEA DE LA ONU Y RENION DEL G-20.
La Reforma del Capitalismo y la Cultura fuera de las Agendas.

miércoles 23 de septiembre de 2009

Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)

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La reunión de jefes de estado del Grupo de los 20 programada para los días 24 y 25 de Septiembre en Pittsburgh EEUU forma parte del tour político anual de Septiembre centrado en la Asamblea General de la ONU (AG), de esta semana.

Ambos eventos hay que verlos en la perspectiva de las expectativas.

Son las dos primeras reuniones que evaluarían el estado de la crisis económica, cuando la sensación más dramática está más distante. El diagnóstico en septiembre 2009 no es el de 12 meses atrás en 2008, y el clima en las economías más desarrolladas si bien es de preocupación, existe más tranquilidad.

En Pittsburgh el énfasis en la agenda estará determinado por los pendientes que permanecen de la crisis económica o recesión como se le logró llamar. Ahora como que este concepto hubiera quedado suspendido con el repunte en las bolsas y el sistema financiero, en gran parte de los países desarrollados.

Hay una sensación de alivio y el comentario económico internacional de los libremercadistas a ultranza es que el mercado no se equivocó y volvió una vez más en gloria y majestad.

Es tal el triunfalismo, que la terminología de 12 meses atrás usada por el legendario compacto ideológico llamado The Economist, quedó atrás. Hubo un momento en que este afamado medio acariciaba las posiciones de Joseph Schumpeter para salir de la crisis, y no descartaba el regreso a formas del estado de bienestar para paliar los efectos sociales de la crisis.

Hoy todo eso no es historia sino parte de la euforia periodística de medios funcionando en perfecta sintonía con lo que el público desea leer o escuchar. Son medios camaleones en su propia medida, aunque formen parte del corazón del sistema financiero especulativo, y aparenten neutralidad analítica. Han optado desde su raíz. Adoran el capitalismo y detestan cualquier cosa que huela a socialismo. The Economist es el prototipo teórico, y la situación que experimenta Barack Obama con la oposición republicana es el campo operacional.

Donde sí existe un problema no resuelto es respecto a los déficits fiscales en una mayoría de países cuya proyección en los años venideros es al alza si no se toman medidas de ajuste fiscal similar al ocurrido en los años 80 que determinó el ciclo de privatizaciones y desregulaciones que 25 años más tarde comienzan a sentirse sus efectos más profundos.

En este sentido, la mayor y tal vez única corrección posible es lo que concierne a la regulación del sistema financiero y que el desarrollo del capital especulativo no se “coma” al circuito básico de la producción económica.

Más allá de esta contención al sistema financiero descontrolado, las variables básicas del sistema de crecimiento económico por la expansión comercial y el libre mercado, desregulación de la seguridad laboral, apertura comercial indiscriminada, continuarán marcando la tendencia de la recuperación.

Se ha comprobado que el sistema ha funcionado así en la recuperación de las crisis de los años 70 y 80, y no hay razón en las elites políticas y económicas de los países desarrollados para alimentar la noción de una reforma al sistema capitalista y un retorno a los conceptos del estado de bienestar.

Un ícono de ese entusiasmo inicial por reformar al capitalismo es el Presidente de Francia Nicolás Sarkozy, principalmente cuando declaraba a los cuatro vientos una reforma al sistema capitalista en el peak de la crisis a medidos de 2008. Con la reculada, hoy podría aparecer en una señal gráfica de Andy Warhol como un ícono de la euforia.

Las posturas son más cautas y están determinadas por el déficit fiscal que subirá en 2010 en una mayoría de los países desarrollados según las proyecciones oficiales de sus propios Bancos Centrales. De alguna forma el erario nacional se destinó en la mayor parte de los casos a planes de estímulo a las economías y en menor medida a amortiguar los efectos sociales de la crisis.

Aunque el clima es más tranquilo respecto a la crisis hoy, sin embargo el comercio globalizado es otra área de preocupación por el proteccionismo interno en los países por la presencia de fuertes lobbies y grupos de poder para mantener los márgenes de ganancia y rentabilidad.

La agenda de la Asamblea General de la ONU en cambio es más política.

Como que la agenda económica está transferida a los G-20 o a las agrupaciones regionales de países como ASEAN, u órganos como la Organización Mundial de Comercio.

Subrepticiamente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han expandido sus roles post crisis y en ningún momento se les sindicó como parte del problema de la economía mundial, sea por sus diagnósticos equivocados o extemporáneos, sea por sus medicas correctivas inadecuadas.

El FMI y el BM siempre salen incólumes de estas crisis, y en definitiva el ámbito de la gestión de Naciones Unidas en coordinar la salida de estas crisis aparece cada vez más como reducido. Esta es una tendencia marcada en las últimas dos décadas, lo que significa otro golpe al multilateralismo concebido en la carta fundamental de la ONU.

Veamos la agenda de esta Asamblea general de la ONU. Tiene poco que ver con la crisis económica.

Se destacan el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales; la promoción del crecimiento económico sostenido del desarrollo sustentable; el desarrollo de África; la promoción de los derechos humanos; la coordinación eficaz de las actividades de asistencia Humanitaria; la promoción de la justicia y del derecho internacional; la Corte Internacional de Justicia; el Desarme y el Informe del Organismo Internacional de Energía Atómica; la reducción de los presupuestos militares y la información objetiva sobre la transparencia en los gastos militares.

Son todos sin excepción temas de alto contenido político y por lo demás pendientes con situaciones en franco estancamiento como el Desarme, la reducción de los presupuestos militares, los derechos humanos, la asistencia al África, y por cierto la paz y la seguridad internacional.

Cultura: una ausencia determinante

Sin embargo nada es perfecto, y un tema tan crucial como las determinantes culturales en el desarrollo una vez más ha quedado sumergido y disperso en los supuestos de las otras áreas y muy probablemente los elementos subyacentes culturales que se cruzan transversalmente en la mayor parte de los aspectos del desarrollo económico en particular no son abordados con la especificidad necesaria. Se podría decir que no está en agenda y es probable que en la historia de estas Asambleas no haya estado nunca como prioridad.

Cultura ha sido definida en general como otro producto de la historia tecnológica del ser humano, y no como un eje en la inconmensurabilidad de las estrategias de supervivencia de las personas en el día a día.

Qué es lo que se cruza en la cabeza de un individuo cuando determinada operación es exigida de él por el sistema
, no es algo que importe demasiado al planificar el desarrollo desde la concepción convencional de la política pública.

Esto en cuanto a la urgente necesidad de cambio en los patrones de desarrollo en los países más vulnerables, desprotegidos y con menos acceso a la globalización, en suma, los países y poblaciones todavía en estado de sub desarrollo, o los condenados de la tierra como diría Franz Fanon.

Existe como un temor generalizado en el circuito de las Agencias de la ONU para enfrentar las realidades sociopolíticas y socioculturales donde operan o se basan las actuales estrategias adoptadas para llegar a las metas de desarrollo del milenio que deberían cumplirse en 2015.

Estas metas que son ocho y que por primera vez la ONU y los países que la forman acuerdan cumplirlas con mediciones en el tiempo, constituyen el primer esfuerzo serio de empujar la enorme inversión social bajo parámetros mensurables con la voluntad política comprometida desde las cúpulas de los países.

Estas metas son un menú ambicioso de iniciativas que supuestamente forman parte central de las agendas gubernamentales y consisten en:
*- erradicar la pobreza y el hambre;
*- lograr educación primaria universal;
*- promover igualdad de género y empoderamiento de la mujer,
*- reducir la mortalidad infantil,
*- mejorar la salud materna;
*- combatir el SIDA malaria y otra enfermedades,
*- asegurar sustentabilidad medioambiental;
*- y desarrollar una sociedad global para el desarrollo.

En entrevistas con funcionarios de la ONU encontré la sensación de que con las estrategias ya conocidas y que han dado resultado, existiría – es el supuesto- una situación de “Ahora o Nunca” para cumplir esas metas
.

Con evidencia empírica que acomoda el argumento, esta posición atribuye menos peso a las variables culturales que podrían estar obstaculizando el cumplimiento de estas metas en los distintos niveles en que operan las diferentes intervenciones.

Meterse a fondo en explorar esas determinantes culturales que obstaculizan el desarrollo en el nivel que sea, comunitario, institucional, u hogar, ha estado allí como una necesidad permanente aunque marginalmente abordada. La pregunta es por qué.
Claramente, al ser uno de los elementos más sustantivos que permiten a las poblaciones observar más directamente su rol más activo en el diagnóstico de sus necesidades y en el diseño de los programas en su beneficio, el indagar en esa determinante cultural resulta altamente peligroso, porque expone las falencias de esas estrategias que han sido divulgadas como las exitosas para cumplir aceleradamente esas metas. Sería mejor, menor aceleración y mayor precisión cerca de la comunidad.
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