jueves, 28 de octubre de 2010

Para Mujica, Uruguay "no está lejos de llegar a la cola de los países desarrollados".

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"No puedo dejar de hacer alguna referencia al reciente discurso de un amigo. En alguna parte, ese amigo dice, 'sin el aumento de la eficiencia y la productividad, es imposible elevar salarios, incrementar las exportaciones y sustituir importaciones, crecer en la producción de alimentos y, en definitiva, sostener los enormes gastos sociales propios de nuestro sistema'"./////

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Histórico. Reclamó "un pacto colectivo, para reconstruir un Estado moderno que sirva al progreso a nuestra sociedad"

Para Mujica, Uruguay "no está lejos de llegar a la cola de los países desarrollados".

El presidente de la República, José Mujica, dijo que el país viene logrando un "notorio" crecimiento económico y opinó que "no está lejos de llegar a la cola de los países desarrollados". Mujica irradió su mensaje a través de la emisora M24 durante un alto en el Consejo de Ministros.





Es posible. "Un cambio sustantivo es posible en nuestro horizonte", dijo Mujica.

Montevideo. Miércolesl 27 de octubre del 2010.

En la audición "Habla el Presidente", el mandatario señaló que "el proceso futuro de crecimiento, aunque tenga contrariedades, ya no se detiene más". De todos modos, advirtió: "No tenemos que volvernos locos, no podemos tirar manteca al techo y no debemos creer que no puede haber sustantivos retrocesos".


"No puedo dejar de hacer alguna referencia al reciente discurso de un amigo. En alguna parte, ese amigo dice, 'sin el aumento de la eficiencia y la productividad, es imposible elevar salarios, incrementar las exportaciones y sustituir importaciones, crecer en la producción de alimentos y, en definitiva, sostener los enormes gastos sociales propios de nuestro sistema'".


"Y en ese célebre discurso, éste, nuestro querido amigo, dice 'sin que las personas sientan la necesidad de trabajar para vivir, amparadas en regulaciones estatales excesivamente paternalistas e irracionales, jamás estimularemos el amor por el trabajo, ni solucionaremos la falta crónica de constructores, obreros agrícolas e industriales, maestros, policías y otros oficios indispensables que estamos necesitando'", citó Mujica. "Y dice también en este discurso: 'Hoy la lucha librada es fundamentalmente productiva'. Y hablando de la distribución, este buen amigo nos dice: 'En última instancia, es también una forma de explotación, la del buen trabajador, por el que no lo es, o peor aún, por el vago'. Se refiere, precisamente, a la correspondencia que existe y la interdependencia entre trabajadores, cuando algunos cumplen con su deber y otros no tanto", señaló el jefe de Estado.


"¿Quién es este amigo?", preguntó Mujica, al tiempo que recomendó leer ese discurso en su totalidad. "Este viejo amigo es Raúl Castro, que está hablando de su situación y está hablando en una asamblea de decisiones importantes, pero habla de cuestiones conceptuales, que por ser un hombre que ha vivido todo, que tiene mucha experiencia, naturalmente no debería echarse en saco roto y recomiendo que, con ojo crítico, sea leído ­más allá de los pareceres que cada cual pueda tener­ porque es una fuente insospechada, una fuente comprometida y, como tal, también nos ilumina", opinó.


Mujica dijo que "en esta pequeña economía del Uruguay, en un país que no es pequeño por los recursos que tiene, y que los hechos vienen demostrando que viene creciendo notoriamente, es que está en un estadio que no está lejos de llegar a la cola de los países desarrollados, si por desarrollo se mide una realidad económica y una distribución social de tal magnitud, que el proceso futuro de crecimiento, aunque tenga contrariedades, ya no se detiene más, porque el peso interior de la economía interna, la acumulación de organización, de talento, de capital, de productividad global de la sociedad, hace que esa fuerza sea determinante".


Para Mujica, "esto es posible para el Uruguay de hoy. Algunos pensarán que es por el advenimiento de los gobiernos de cambios; otros pensarán, con sus motivos, que es por la coyuntura en el cambio del mundo; otros pensarán que es por la súbita revalorización de los recursos naturales espléndidos que tiene nuestro país; otros pensarán que es por la sumatoria de nuestra ubicación geográfica, un país esquina, estupendo para la logística, estupendo para ciertas actividades turísticas, etcétera, etcétera, etcétera".


El Presidente dijo que "puede haber muchas explicaciones y, tal vez, como en todo fenómeno complejo, la realidad más profunda tenga múltiples causas; eso no nos importa hoy".


"El hecho tangible que hay que señalar ­prosiguió­ es que el Uruguay parece tener una oportunidad histórica importante; un cambio sustantivo es posible en nuestro horizonte. Pero hay una condición. En primer término, no volvernos locos. En segundo término, no creernos que estamos tocando el cielo con la mano, no creernos que podemos tirar manteca al techo y no creernos que no puede haber sustantivos retrocesos", argumentó.


"Tenemos que pensar que esta oportunidad la tenemos que transformar en un haber, y lograr algunos parámetros de carácter sustantivo, no sólo en el campo de la inversión y en el campo de la distribución, sino en la mejora acumulativa de la capacidad de nuestro trabajo, que mucho tiene que ver con la educación y con la educación para, y, en, el trabajo", sostuvo. El mandatario dijo que "existe una intrínseca necesidad en el devenir de nuestra sociedad, que nos comprometamos todos con la mejora constante de la eficiencia de ese Estado". Agregó que "esto constituye una causa pública, es la retribución, pero es, además, la herramienta. El Estado debe estar comprometido con el progreso público y esta es, tal vez, una de las tareas más difíciles del hoy. ¿Por qué? Porque tal vez los medios lo facilitaban, por deformaciones amiguistas, por lo que fuere ¡no importa! no hemos estado a la altura de construir un Estado con las exigencias de hoy".


Para Mujica, "esto es una falla colectiva, en la que tal vez somos muchos los que tenemos histórica responsabilidad, no es en eso en lo que me quiero detener, de nada sirve señalar culpas, porque sería una discusión inútil, interminable, sino que el hecho sustantivo es crear las condiciones entre nosotros para suscribir una actitud de pacto colectivo, reconstruir un Estado moderno, que le sirva para el progreso a nuestra sociedad". Para el jefe de Estado, "los intereses privados internos de nuestra nación son francamente diminutos, casi ni se ven, ante las dimensiones de los intereses privados que existen en este mundo globalizado, por lo tanto ¡pobre de ellos si no tienen un Estado que sirva y que sea francamente eficiente!", enfatizó.


"¿Pero estaremos a la altura de ese desafío y, por lo tanto, será posible que el Uruguay en los próximos 7, 8 años, para empezar, se conecte a la cola de los países desarrollados?", preguntó el mandatario y seguidamente respondió: "Es posible, no es un imposible, no es un sueño". "Veremos cuando cierre el año un crecimiento tremendo del producto bruto del Uruguay; veremos una disminución de la desocupación en forma importantísima; estaremos lejos de haber solucionado los problemas de equidad y de indigencia en nuestra sociedad, pero estaremos mejor; incuestionablemente mejor", resaltó. "Nuestras cifras de exportación, nuestro crecimiento de la economía, nos pueden llevar a una visión de que estamos en otro mundo. ¡No! Es un buen punto de arranque y un buen punto de compromiso, pero podemos retroceder si no estamos a la altura de las circunstancias. Este es el desafío que tenemos por delante. ¿Seremos capaces de construir una sociedad moderna? Lo van a decir los próximos 5, 6 años. Sería lamentable que dejemos escapar esta oportunidad histórica, que la historia, el mundo de hoy, las nuevas relaciones de poder y de intercambio nos están deparando para sorpresa de muchos", concluyó.

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