viernes, 17 de diciembre de 2010

Con la globalización el Estado pasó a ser Segundo ..Desarraigo. La construcción de ciudadanía y los migrantes.

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En marzo del 2009 la Red Científica Nacional para el Desarrollo de las Ciencias Sociales, a través de un Concurso Nacional, de Científicos Sociales. Docentes en las Universidades Nacionales, nos convocó al Arqueológico e Histórico Distrito de Pachacamac, Lima. Con la finalidad de asumir tareas y responsabilidades centrales urgentes en torno a las nuevas miradas conceptuales y doctrinarias sobre Democracia, Ciudadanía y Conflictividad Social. Conceptos polisémicos nunca acabados, siempre renovados. Todos, asumimos el compromiso y responsabilidad académica, desde nuestras culturas locales-regionales, desde nuestros trabajos de investigación científico-social, reconstruir la Confianza Académica, asumiendo una nueva responsabilidad científica, directa y participativa, como Ciudadanos Académicos del Siglo XXI en hacer de la Democracia una Escuela del Pensamiento Nacional, donde florezcan cien flores, con un solo fruto, nuevo, distinto, superior y así contribuir directa y eficazmente en el proceso de consolidación institucional de nuestra Democracia. /////

Cultura, Identidad, Compromiso, Confianza, Responsabilidad Académica: "Ciudadanos del Siglo XXI". Pachacamac. Lima. Perú. Marzo del 2009. Pablo Raúl Fernández Llerena y sus Colegas, Docentes, Científicos Sociales de las Universidades Nacionales del Perú.

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Desarraigo. La construcción de ciudadanía y los migrantes.


Con la globalización el Estado pasó a ser segundo.


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En torno de la Fundación Polo-Mercosur el Dr. Andrés Flores Colombino disertó ­ original y profundamente ­ sobre las variaciones que se presentan en el siglo XXI a los conceptos de ciudadanía, soberanía popular, globalización y poder ciudadano.

Román López Silveira.

Viernes 17 de diciembre del 2010.

Ciudadanía no califica solo a quien vive en una ciudad, aunque en una época histórica en que la ciudad-estado era generalizada, significaba eso, que implicaba mucho más que vecindad: sometimiento y al mismo tiempo protección. La ciudad amurallada defendía la vida de los ciudadanos y de los campesinos que se refugiaban en ella.

Ya en la modernidad, se distinguen dos conceptos de ciudadanía: El primero se funda en la condición de miembro de un Estado nacional al que contribuye cumpliendo con deberes que construyen la soberanía popular y dan legitimidad a ese Estado. El segundo se funda en los derechos humanos, individuales, naturales, que brindan garantías frente a las instituciones y todos los poderes, que los amparan de los posibles abusos del derecho positivo.

Derechos ciudadanos: elegir y ser electos

En definitiva, la ciudadanía estaba definida prácticamente por el sujeto de derechos políticos, con derecho a elegir y ser electos en el gobierno de los pueblos, adquiridos con el cumplimiento de una edad ­ 18 años por ejemplo-, pero también en el hecho de haber nacido en un lugar. Los países europeos reconocen ciudadanía a los hijos y nietos de inmigrantes nacidos en lejanos lugares del orbe y la han constituido en todo un gran capítulo de estudio, pues la condición de nacimiento legal por asentamiento es solo un aspecto de la categoría ciudadana. También se adquiere la ciudadanía legal por asentamiento y solicitud afirmativa en un país diferente al de nacimiento.

Con la globalización, el Estado pasó a ser el mundo, y la identidad nacional pasa a ser una categoría internacional y supranacional, multilingüística y transterritorial. Aún más: el mundo es multicultural y multiétnico en el mismo territorio. El conocido Estado ­ Nación se vio superado por la globalización mencionada, la sociedad informatizada en que desaparecen los tiempos y las distancias, y la diversidad en todos esos campos, ha ganado espacio sobre homogeneidad en que cada país fundaba su identidad.

Ciudadanos del mundo.

Existe, pues, la ciudadanía del mundo. Y la igualdad de todos frente a la ley se complementa con la consagración al derecho de ser diferentes, como un acto supremo de libertad. Pero aun se reclama el derecho a la singularidad ­ más que diferente- en medio de la comunidad. Está en juego el sentido de la solidaridad y la integración al mundo que vivimos. Y está en juego la distribución del poder como soberanía, y de libertad solidaria como poder ciudadano.

Esto nos muestra que la ciudadanía también ha evolucionado en sus alcances y sentidos. La realidad política, histórica, económica, cultural, antropológica en fin, modificó los paradigmas de la vinculación de los hombres entre sí y con las autoridades. Y cambió el concepto de ciudadanía.

La ciudadanía es tema de estudio riguroso en la construcción de una democracia y en plena vigencia de la libertad, la igualdad y la justicia. Cuando una persona carece de formación e información para el libre ejercicio de sus derechos y obligaciones, cuando el poder político oprime a los ciudadanos y solo les permite ejercer derechos que favorezcan los intereses unilaterales de las personas y grupos que componen ese poder, la ciudadanía de la población está coartada, limitada, recortada, y puede ser prácticamente nula.

Valores de la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad.

Los propios valores de libertad, igualdad y justicia carecen de sentido para los marginados y excluidos, pues estos no tienen medios para servirse de los bienes comunitarios. Puede haber estados cuyos miembros en gran parte no ejercen realmente la ciudadanía. De hecho, pasa en los estados totalitarios y en los bolsones de miseria y marginalidad de cualquier país o región, aún los que se adscriben a la democracia.

Los sectores humanos desprotegidos, como lo fueron inicialmente las mujeres, han logrado grandes avances en la construcción de su ciudadanía, desde el paradigma griego de su inexistencia como ciudadanas hasta el hecho que gobiernen países y estamentos políticos, económicos y culturales o sociales importantes o dominantes, en un acto que sistemáticamente se llama por un neologismo: empoderamiento.

Escuelas de ciudadanía

En los países del primer mundo se han propuesto crear escuelas de ciudadanía, para que la educación sea el instrumento que dé a las sociedades futuras una ciudadanía que abarque todas las dimensiones que ha adquirido y señalamos en este trabajo, es decir, aprender a asumir el poder o empoderarse sin ser reprimido ni excluido. Y esto implica un compromiso ético que colide con el autoritarismo, la insolidaridad, el dogmatismo y el fanatismo.

Y ¿qué otra cosa constituye la exclusión de las personas de los derechos y deberes de la ciudadanía de grandes sectores de la humanidad, en el mundo y en cada país? Desde los lugares en que estamos ubicados en el mundo, la parcela de poder que nos toca en suerte o deber ejercer, debe ser utilizada para empoderar a los desposeídos de ciudadanía, mediante múltiples recursos, entre los que está la educación, desde luego.

Los migrantes.

Los migrantes externos e internos cambian ­ por el hecho de migrar- sus paradigmas vitales y es necesario que reciban instrucción en la construcción de ciudadanía, cuando se instalan en un nuevo lugar o país. Es muy importante que hayan salido de sus lugares o países con una adecuada construcción de ciudadanía. Muchas veces, la emigración económica, sobre todo, obedece a factores de expulsión por falta de información o una cultura democrática vivencial que lo haga dueño de su propia vida.

Los migrantes son prácticamente todos vulnerables desde múltiples aspectos y son llevados muchas veces a ser víctimas de abusos y negaciones flagrantes al uso de su ciudadanía, es decir, compatriotas y por los gobiernos que los reciben, incluso de organizaciones locales públicas y privadas, para la construcción de ciudadanía, bien entendida.

Paraguayos en Uruguay.

En el Uruguay, la colectividad paraguaya a través de su Club que presido, ha propuesto a la red de organizaciones no gubernamentales y gubernamentales la creación de Escuelas de Ciudadanía para Migrantes, que apunten al pleno ejercicio de los derechos de los compatriotas en el Uruguay. Deseamos compartir esta experiencia que podría extenderse a otros países donde están radicados los paraguayos.

Uruguay no era ­como lo eran la Argentina y el Brasil- destino de migrantes económicos paraguayos, aunque también se contaba allí con exiliados políticos. Cada revolución entronizaba a los ganadores y expulsaba a los perdidosos a través de oleadas migratorias en años claves:

1904, 1922, 1936, 1937, 1940, 1947, 1954, 1959, 1964, 1989.

En la actualidad, los obreros calificados, las empleadas domésticas, los profesionales universitarios y técnicos constituyen en su mayoría la colectividad paraguaya en el Uruguay.

Talleres de migrantes.

Los "Talleres para migrantes" de la Red de Organizaciones sobre Migrantes que se inauguró el 4 de diciembre en la Casa de los Migrantes, son dirigidos a los grupos más vulnerables de las Personas migrantes residentes en el Uruguay. Algunos consulados consultados sobre cómo llegar a ellas respondieron que las personas más necesitadas precisamente no concurren a los consulados. Sin embargo, la función de los consulados es la de constituirse en la primera referencia para migrantes del país correspondiente. Y otros consulados cumplen con esa función. Por lo que pueden referir a los migrantes de sus países a los talleres o escuelas de construcción de ciudadanía, que deberían funcionar de manera periódica pero constante, como un servicio a la comunidad toda, en la órbita del Ministerio de Desarrollo Social, por ejemplo, con el apoyo de la ONGs especializadas en el tema.

La construcción de ciudadanía es una tarea constante, compleja, inclusiva e integradora, necesaria e impostergable. Para todos y para todas. Y para los migrantes.

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