lunes, 6 de diciembre de 2010

LA GUERRA DE LAS DIVISAS. Se polariza la lucha China y Estados Unidos. Llegó " La Hora de las Instituciones".

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Los verdaderos responsables de la actual crisis económico-financiera, en el contexto mundial de las Tres Crisis Globales, no tienen ni la menor iniciativa de salir del centro de sus macabros intereses neoliberales para "intentar" una salida a su propia creación. Pero cuando se despojarán de torpeza, prepoptencia y supuesta superioridad e inteligencia, para actuar sólo un momento, que el intentar salir hoy de la crisis: es pensar en el país, en el mercado nacional, en las economías locales, en fomentar más trabajo - desempleo - mejores salarios, eliminar la corrupción, apostar en educación y mejor calidad en salud, etc. Porque ya lo intentaron de diversas formas y caminos y el resultado, se siguen hundiendo y quien paga sus nefastos intereses son los trabajadores, los estudiantes, los jubilados, los millones de migrantes y el pueblo europeo en general. En tiempos que estuvieron en bonanza, su política de clase fue individualizar su éxito, sus ganancias; pero en tiempos de crisis y recesión originadas por ellos mismos, simplemente socializan las perdidas, que todos los ciudadanos por medio del Estado "solucione" su crisis.. Ahora gritan y comulgan que el Estado - ese mismo que lo destruyeron en los 80' - es la solución. Realmente serán las Instituciones actuales -. FMI, BM, OMC, Unión Europea, su Banco Central Europeo, la Euro-Zona, la OCDE. ¡¡¡ Quién podrá salvarlos en este momento. ¿ No serán las economías emergentes, las potenciales economías de América latina, Asia y Africa. !!!! /////.



Bernanke advierte a Pekín sobre el riesgo de la inflación.
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Si China sujeta su moneda al dólar, entonces tendrá la misma política monetaria que EEUU'.
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Los mercados emergentes denuncian la devaluación del dólar por la Fed

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Actualizado Lunes 06 de diciembre del 2010.
Reuters

Washington.- El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, (Fed), Ben Bernanke, ha exigido a China que cambie su política monetaria y revalorice el yuan porque la situación actual no sólo es mala para las exportaciones norteamericanas, sino también para la propia economía asiática.
"Tienen que continuar haciendo lo que habían estado haciendo, que es permitir que su moneda se aprecie a un nivel más apropiado en términos de valor de mercado", dijo Bernanke en una entrevista en la CBS.
"Si sujetan su moneda al dólar, entonces tendrán que tener la misma política monetaria, esencialmente, que la que tiene Estados Unidos", señaló Bernanke como respuesta a las críticas de Pekín por la devaluación del propio dólar, lo que ha provocado el temor a una “guerra de divisas” en el mundo para incentivar las exportaciones.

"China está creciendo muy rápido. Se arriesgan a tener inflación por importar la política monetaria estadounidense. Y ese es un problema para ellos", agregó.

La decisión de la Fed de comprar 600,000 mil millones de dólares, en bonos del Tesoro de EEUU para mantener sus tipos de interés bajos, y así bajar también las tasas de los préstamos privados a hogares y a empresas que están referenciados a ellos, no ha sido bien recibida en el mundo.

Muchos mercados emergentes han acusado al banco central estadounidense de tratar activamente de mantener el dólar depreciado, y China se ha hecho eco de esas críticas.

Ma Delun, vicegobernador del banco central chino, dijo estar preocupado porque la inyección de dinero al mercado "podría sumar riesgos a los desequilibrios de la economía global, poner presión sobre los mercados emergentes para ajustar su balanza internacional de pagos, y podría también estimular la formación de burbujas".
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Bernanke contestó a las críticas en su entrevista: "Mantener la moneda china demasiado baja es malo para la economía estadounidense porque daña nuestro comercio. Es malo para otras economías emergentes".
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La Hora de las Instituciones.
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El País. Editorial.
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Domingo 5 de diciembre del 2010.
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En el desplazamiento de la crisis financiera a la eurozona, más allá del contagio inicial que toda crisis moderna incorpora como efecto de la globalización, está desempeñando un papel importante la verificación de que la capacidad de respuesta a la crisis es de todo punto insuficiente. Desde el inicio de la crisis griega, las instituciones europeas y los Gobiernos de las economías más importantes de la UE han carecido de las habilidades necesarias para gestionar las convulsiones financieras y la recesión añadida. Desde luego, la principal amenaza a la estabilidad de la zona monetaria común.
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Es verdad que la vulnerabilidad de la eurozona deriva en gran media de ese "pecado original" consistente en la asimetría entre unión monetaria completa y una unión económica casi vacía. La moneda única y la existencia de un banco central único que define una política monetaria común son expresivos de integración monetaria completa. Pero las economías que conforman esa unión apenas comparten otros elementos de política económica y, desde luego, de política fiscal.
Tampoco en la década larga de unificación monetaria se han previsto mecanismos de actuación en caso de crisis financieras como los que ahora sobre la marcha se están arbitrando. La concreción de estos últimos, como el constituido en mayo, la facilidad europea de estabilización financiera, ha tenido que sortear recelos nacionales y eventuales agravios entre contribuyentes de distintos Estados de la UEM. Las declaraciones públicas de la canciller alemana sugiriendo reestructuraciones de deuda pública en las que los inversores no recuperaran todo el principal de sus bonos es un exponente de ambos problemas: de la falta de habilidad política para gobernar la crisis financiera y de las manifiestas diferencias en la fiscalidad que existen en el seno de la eurozona.
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Tan razonable como exigir que los inversores aguanten quitas sobre el principal de los bonos es advertir de que no se puede subsidiar a países, como Irlanda, en los que los impuestos son claramente inferiores a los países que ayudan. Es necesario eliminar estos agravios, pero en modo alguno hay que exhibir esas reticencias en plena tormenta financiera, como han hecho las autoridades alemanas, sin facilitar, por otro lado, la rápida concreción de los mecanismos de ayuda. Las torpezas también han sido explícitas en aquellas declaraciones que atribuían probabilidades crecientes a un escenario de fragmentación de la eurozona o exclusión de alguno de sus miembros.
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La gran lección que aporta esta crisis global es que su gestión es más eficaz si se lleva a cabo de forma cooperativa. Idealmente, esa cooperación y coordinación debería concretarse en el seno de las actuales instancias multilaterales como el FMI; pero, en todo caso, entre los que comparten moneda. Europa, la eurozona, haría bien en acelerar la reducción de esa asimetría y convenir en una agenda tendente al fortalecimiento de la unión económica, incluyendo cesiones de soberanía fiscal y presupuestaria por parte de los Gobiernos. No hacerlo significa no entender lo que la propia integración monetaria significa, así como su papel central en la propia dinámica de integración europea, y, en todo caso, asumir riesgos serios sobre el bienestar de los ciudadanos, como los que esta crisis ya ha revelado. *****

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