lunes, 7 de febrero de 2011

La globalización del crimen. La economía criminal y la economía de la guerra, sostienen el crimen organizado mundial.

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La Economía criminal se ha globalizado en el - lavado de dinero, narcotráfico, secuestro, el crimen organizado, terrorismo, Paraísos Fiscales, migración ilegal, prostitución, etc junto a la economía de la guerra y la economía de los medios de comunicación electrónicos, sostienen en plena crisis y recesión al sistema capitalista y su modelo financiero-especulativo – aún en cuidados intensivos, que se resiste a su muerte anunciada - . Pero hoy, en el centro de la crisis mundial se han reproducido las mafias criminales que manejan un buen porcentaje de la economía mundial. El crimen organizado, también en la coyuntura nacional y mundial se manifiesta en la alta vulnerabilidad de las Instituciones de Seguridad y protección de la vida. Crecen y se reproducen y son parte de los Estados inviables, acosados por el narcotráfico, el crimen y la violencia urbana.

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La Globalización del crimen.

La economía criminal y la economía de la guerra, sostienen el crimen organizado mundial.

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La hora del lobo.


Federico Campbell


M. Semanal. 2011-02-05 Milenio semana


En esto del lavado de dinero los bancos tienen mucho que ver. John Le Carré

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Más de una indagación periodística en forma de libro se ha venido dando acerca de un fenómeno inédito en la historia de la humanidad: la globalización del crimen que se ha beneficiado de las nuevas tecnologías de la comunicación y de las operaciones interbancarias de ocultamiento.

Crimen siempre ha habido, desde los tiempos bíblicos de Caín y Abel, pero tal vez nunca como ahora había cobrado tal profusión. No pocas organizaciones criminales tienen una mayor capacidad de fuego y más poder financiero que muchos Estados formalmente constituidos. A través de internet o con un teléfono celular resulta más práctico y fácil vigilar un envío de cocaína de Medellín a Caborca. Lo que antes fue un secreto militar del Ejército de Estados Unidos ahora, al permitirse su uso generalizado, también sirve a la logística del crimen.

En Mafia export, que acaba de publicar la editorial Anagrama, el italiano Francesco Forgione desmenuza poco a poco cómo las organizaciones criminales del sur italiano se han expandido por todo el mundo. La calabresa ‘Ndrangheta, la siciliana Mafia y la napolitana Camorra han seguido el impulso natural de los grupos comerciales y capitalistas para posicionarse en un planeta sin barreras como hacían antes, en alta mar, los piratas ingleses.

Forgione explica cómo los grupos criminales de Italia se han convertido en empresas transnacionales que no pocas veces operan con la máscara de la legalidad: no sólo gestionan el transporte y la distribución de la droga o el tráfico de personas u órganos para transplantes. También compiten por las licitaciones públicas, pagan impuestos y se las ingenian para fregar los billetes con el estropajo enjabonado del sistema bancario convencional.

Como Edgardo Buscaglia, Forgione insiste en que no tiene sentido la lucha frontal armada contra el crimen si no se le pega a la otra piñata del negocio: la que está repleta de billetes, la de los bienes y las cuentas bancarias, y las fachadas legales de ranchos y mansiones o auténticas empresas de servicios.

No le es indiferente a Forgione la hipocresía de muchos gobiernos, autoridades políticas y financieras, que se hacen de la vista gorda y dejan que fluyan hacia el circuito bancario (el de la banca extranjera que funciona en México, por ejemplo) las utilidades de la economía criminal.

La parte más interesante de Mafia export es la cartografía del delito. El autor muestra los mapas geocriminales, la identidad de cada trasnacional mafiosa en cada país fuera de Italia y, en fin, el proceso de colonización mafiosa de estirpe italiana en todos los continentes. El enlace más notorio de los narcotraficantes mexicanos es con la ‘Ndrangheta calabresa. Esta globalización clandestina no sería posible sin la complicidad de la banca supuestamente más decente. Más de 70 por ciento de las ganancias ilegales se incorpora al terreno de la economía legal.

La réplica del modelo mafioso a la italiana, por lo demás, se da cuando los grupos de narcos usurpan funciones del Estado, toman territorios de la nación y cobran el pizzo a cambio de seguridad y el pacto de no agresión. Imponen la extorsión como si fuera un impuesto extra.

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