sábado, 23 de julio de 2011

“La crisis del voto obligatorio y la voluntad popular”. La Sociedad Civil emergente, la Ciudadanía Múltiple y la “nueva” Democracia Moderna.

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Hoy existen severas observaciones sobre la exigencia, obligatoriedad, imposición, sanción del Voto Electoral, el voto obligatorio en democracias de baja intensidad – democracia sin sistema de partidos políticos, institucionalización de la corrupción, sin oposición, menos liderazgo, hiper-presidencialismo, sin alternancia en el gobierno de turno, ausencia total de valores, etc -. Situación política que se ha agravado muy peligrosamente ante la crisis de la representación política – gubernamental, parlamentaria, regional o municipal – cuya práctica y contenido sigue igual como hace 200 años cuando se inicia la “construcción” social y política del Estado Moderno. Hoy la múltiple diversidad cultural, la profundización de la desigualdad geográfica y las nuevas propuestas sobre el territorio – como eje multidimensional económico, social, política, cultural, ambiental, pero centralmente cultural – han agravado profundamente la crisis de la representación y que se articula con el acto de asistencia, el Voto Electoral obligatorio, sancionador y nada democrático, simplemente caricatura y manipulación que degenera la voluntad popular..
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Dr. Pablo Raúl Fernández Llerena. Sociólogo. Politólogo. Ciudadano Mariateguista. Crítico del capitalismo salvaje, del capitalismo del desastre, de la economía de casino, del capitalismo en su modelo financiero especujlativo, que hoy es realmente un desastre.

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“La crisis del voto obligatorio y la voluntad popular”.



La Sociedad Civil emergente, la Ciudadanía Múltiple y la “nueva” Democracia Moderna.

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Pablo Raúl Fernández Llerena.


Sociólogo. Politólogo.



“No estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas”.



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En la coyuntura actual del “cambio de época”, en un escenario multipolarfizado en lo económico, social, político, cultural, ambiental e institucional, nuestras Democracias merecen un poco más de respeto, credibilidad, legitimidad; los nuevos poderes locales emergentes, - plataforma de lucha, actores sociales, lideres, formas de hacer política - deben ser la base principal de la nueva fortaleza social y política, su fuerza, juventud, dinamismo y compromiso con el futuro, genera sin lugar a dudas cambios e innovaciones muy importantes en la estructura conceptual de la Democracia, que a pesar de su hegemonismo en el tiempo político, si pretende madurar algún día, es decir modernizarse y actuar a la altura de los tiempos, tiene que cambiar, debe asumir grandes innovaciones internas y debe a apostar por un futuro de esperanza diferente y superior..



Consideramos que son tres sus principales fortalezas como proyecto histórico y político de una Democracia Moderna, no atada por siempre, menos dependiente del Voto electoral obligatorio: La nueva Sociedad Civil, la Ciudadanía plena y múltiple y el conjunto de valores principales que garanticen nuevos horizontes: confianza, responsabilidad, compromiso y derecho al futuro.



La Sociedad Civil, popular, emergente, plural, moderna, democrática en la coyuntura actual representa toda la capacidad de los nuevos poderes locales emergentes, propios del “cambio de época”, como nuevos escenarios, formas de organización y movilización distintas, plataformas de reivindicaciones que se polarizan con los intereses de la sociedad existente, nuevos líderes sociales y humanistas que presentan nuevas formas de comunicación, como conjunto concatenado de potencialidades y sinergias internas que otorgan fortaleza social y construyen institucionalidad en el mundo emergente de hoy.



Movimientos sociales, Nuevos Movimientos Sociales anti-globalización – hoy llamados los Conflictos Sociales - alianzas políticas coyunturales que desafían, la “paz y tranquilidad” del ”mundo” local, pero que aún no encuentran conexión, comunicación, continuidad, o articulación social y política o en el ”mundo” regional o nacional. El centralismo dominante, asfixiante, sigue imponiendo condiciones, continua elaborando el libreto y los actores propios del discurso, es parte también la crisis de los partidos políticos o el poder de los medios de comunicación, - hoy el poder de los mass-media está relacionado directamente, asumen “militancia” política, apoyan y garantizan financiamiento a los candidatos que sirven a sus intereses de clase dominante, en general estos movimientos emergentes, aún se mantienen desconectados a intereses nacionales, pero tropiezan con regularidad poniéndose al servicio de las transnacionales.



Este es el “pequeño” mundo de las clases y la lucha de clases, es el escenario de las clases y la lucha de clases, la calle, la plaza pública, distintas formas de organización y los Nuevos Sujetos Sociales Históricos. El mitin, la movilización, la opinión pública, distintas formas de comunicación – comunicación intercultural – presentes en nosotros, en el mundo de la Modernidad, la extraordinaria diversidad de liderazgos locales, que (in)surgen con nuevo lenguaje político y son protagonistas de nuevas formas de hacer política, este es simplemente el nuevo escenario de las clases y la lucha de clases de un “mundo” emergente, nuevo, plural, popular, democrático, esa es la Sociedad Civil Local, hoy en el escenario del “cambio de época” el nuevo pilar, fortaleza y columna vertebral de la Gobernabilidad Democrática.



La ciudadanía plena y múltiple, construida como responsabilidad estratégica, en primer lugar somos participes del proceso de mayor conciencia en cuanto a nuestros derechos, forja una realidad diferente y superior que nos permite el reconocimiento de nuestra cultura e identidad como pertenencia a una comunidad, a un pueblo o una Nación. En segundo lugar, nos proyectamos sobre la base de nuestras fortalezas sociales y culturales al reconocimiento de pertenencia a una comunidad política en la cual forjamos y construimos Ciudadanía plena en proceso de integración y comprensión de la ciudadanía múltiple – como expresión de la nueva ciudadanía cultura, étnica y multicultural – que básicamente responde al nuevo mensaje que viene desde las Comunidades Históricas – Aimaras, Quechuas – y de los Pueblos Originarios de la Amazonía.



El Sistema de valores, personales y sociales, concatenados dialécticamente a una emergente sociedad civil, a la forja de una ciudadanía plena, representa y constituye la estructura espiritual enriquecida con herencias tradicionales de valores principales hoy en nuestra cultura popular, performance de siglos de prácticas populares, verdaderos cimientos endógenos presentes en la modernidad. Confianza, compromiso, responsabilidad, ética, honestidad, trabajo en equipo, educación, moral, dignidad son entre los principales valores en la coyuntura actual válidos para el proceso de alternancia a una nueva vía electoral que supere y devuelva la verdadera esencia de la voluntad popular.



Han transcurrido décadas en el tiempo histórico de vigencia de la Democracia liberal representativa, sin embargo, continuamos con la misma metodología política en relación a la elección de nuestra representación, la voluntad popular pierde su esencia y su contenido de clase y en el camino político aún más se degenera con la crisis sistémica de la política. El voto obligatorio en el ánfora electoral, asociado a la crisis de las ideologías y la política, progresivamente va perdiendo su verdadero contenido de representación. Sólo se cumple con el derecho político constitucional – muy limitado, oscurecido y manipulado – de Delegar nuestros derechos a nuestros representados. Delegar derechos y responsabilidades, nos conduce inexorablemente a renunciar indirectamente a nuestros derechos e ir al terreno de la convivencia con el status-quo, engrosar la filas del ausentismo y contribuir indirectamente con la anomia social y política.



Hoy existen severas observaciones sobre la exigencia, obligatoriedad, imposición, sanción del Voto Electoral, el voto obligatorio en democracias de baja intensidad – democracia sin sistema de partidos políticos, institucionalización de la corrupción, sin oposición, menos liderazgo, hiper-presidencialismo, sin alternancia en el gobierno de turno, ausencia total de valores, etc -. Situación política que se ha agravado muy peligrosamente ante la crisis de la representación política – gubernamental, parlamentaria, regional o municipal – cuya práctica y contenido sigue igual como hace 200 años cuando se inicia la “construcción” social y política del Estado Moderno. Hoy la múltiple diversidad cultural, la profundización de la desigualdad geográfica y las nuevas propuestas sobre el territorio – como eje multidimensional económico, social, política, cultural, ambiental, pero centralmente cultural – han agravado profundamente la crisis de la representación y que se articula con el acto de asistencia, el Voto Electoral obligatorio, sancionador y nada democrático, simplemente caricatura y manipulación que degenera la voluntad popular..



Efectivamente en la coyuntura actual de la crisis general de la democracia liberal representativa, no solamente la crisis se manifiesta por el lado de los partidos políticos, la política y los propios políticos. La crisis es mucho más profunda en la política, es histórica y estructural. Simplemente, muchos aún creemos que el voto obligatorio y la participación de más del 70 u 80% de electores que pasan por el ánfora a depositar su voto, constituye el hecho y característica más importante de las elecciones y la voluntad popular: precisamente de ahí proviene, ahí está el origen para la derecha política el carácter de legitimidad de la representación política Muy difícil que por ahora, superemos la imposición y temor de la multa, a la sanción, a la suspensión de nuestro derechos para concurrir obligadamente al acto electoral y fundamentalmente es muy difícil en la coyuntura de la crisis de la Modernidad intentar superar, la crisis de representación política, que hoy se suma a todo lo anterior.



Ir al lado opuesto, de la concurrencia libre, de la asistencia libre y democrática, sin presiones, multas, temores, imposiciones, sanciones, etc, por ahora es muy difícil, es un desafío a la estructura funcional de la propia democracia, sin embargo, para afrontar el futuro y los grandes riesgos y desafíos que se vienen, es necesario trabajar al mediano y largo plazo, hay que construir una cultura estratégica que abarque la complejidad de la problemática política institucional porque, sin duda alguna, la asistencia al acto electoral, a depositar un voto consciente y responsable, constituye hoy una vía alternativa democrática que devuelve a las elecciones la voluntad popular, recupera el inicio del reconocimiento de la legitimidad política, desde la opinión pública como un proceso múltiple y complejo, fortalece la sociedad civil con mayor dinamismo, participación y toma de decisiones y consolida la ciudadanía participativa, dialogante, múltiple y moderna.



Alternativa y propuesta en el proceso político, para ir forjando consensos, trabajar en la construcción de políticas de concertación, contexto en el que emergen nuevos Líderes con vocación social y humanista, con capacidad de enarbolar nuevos lenguajes políticos, - al interior de un nuevo proceso, como capital democrático – la democracia del trabajo y la democracia de la tierra- que recoge y expresa la nueva realidad emergente, contradictoria y polarizada con la vieja “realidad” existente y dominante – nueva plataforma de lucha que expresa la complejidad, comunicación intercultural, asume compromisos éticos, responsabilidad social concatenada en un escenario de clases y lucha de clases, con la finalidad de recuperar la confianza personal y la progresiva restitución de la confianza social e institucional. Para nosotros transitar por este fragoso camino constituye si temor alguno un desafío, una esperanza, una utopía, pero necesariamente tenemos que abordarlo, si realmente queremos construir una Nueva Democracia Moderna, que sea la raíz y fortaleza para construir y forjar un Perú Nuevo en un Mundo Nuevo.



Arequipa, patrimonio cultural de la Humanidad.


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