miércoles, 27 de julio de 2011

Masacre en Noruega. La ultraderecha amenaza Europa. Miles de noruegos acuden al funeral en Oslo por los 93 muertos.

&&&&&

La ultraderecha europea contagiada del desastre de la derecha política, económico-financiera y comercial, al no encontrar una salida propia a la crisis que ellos gestaron en los últimos años, crisis que hoy los está matando de miedo, inseguridad, desempleo juvenil y migrante, crisis que genera mayor desconcierto, incompetencia, desconfianza generalizada; en realidad el temor a una rebelión social y política en todo Europa, del “Nuevo Movimiento Ciudadano 15-M” o los Indignados, o el Movimiento Democracia Real, Ya, que en la coyuntura marcha hacia Bruselas y la propia lucha de los sindicatos, acaso último bastión de resistencia de los trabajadores europeos, es decir, las clases y la lucha de clases una vez más representan el motor del desarrollo histórico y la lucha de los pueblos contra sus enemigos de clase. La derecha conservadora no encuentra paz y tranquilidad en su “sucia” conciencia frente a lo que ellos mismos crearon con sus funestas ansias de usura, negocio ilegal, ambición ultra, egoísmo extremo, fundamentalismo consumista, etc. Hoy “apuestan” por otra medida extrema y terrorífica, fascista, llena de xenofobia y muerte: el terror, masacre y asesinato colectivo de gente inocente.


Cada día la Europa que aportó al mundo en el siglo XX la más grande, significativa, representativa Democracia Liberal, sustentada en fortalezas de derechos laborales, sociales y políticos, se parece más a la América Latina de la última década del siglo XX, cuando los “dueños del mundo”, por entonces el Estado Corporativo Imperial, con políticas Unipolares y las propias políticas del Consenso de Washington, nos aplicaron las más severas, draconianas y salvajes políticas económico- financieras, el neoliberalismo y la barbarie del capitalismo salvaje, la economía de casino, el capitalismo del desastre. Ahora ahí, las tenemos las grandes y peligrosas consecuencias sin alternativa viable y oportuna de carácter democrático.


/////

Doble atentado en Noruega. Foto. Más de 100 mil personas se han congregado en las inmediaciones del ayuntamiento de la capital de Noruega, Oslo, para rendir homenaje a las víctimas del doble atentado del viernes. Muchas de ellas portaba rosas rojas y blancas. Foto. Emilio Morenatti. (AP).

*****



Masacre en Noruega. La ultraderecha amenaza Europa.


*****


El extremismo, pintado de nacionalismo y xenofobia, ha dejado de ser tabú y políticos respetables se acercan a él.


Ricardo Martínez Rituerto. Bruselas Lunes 25 de julio del 2011.


El País. Miércoles 27 de julio del 2011.


A Siv Jensen, la incendiaria líder del Partido del Progreso noruego, se le mojó la pólvora al saber que Anders Behring Breivik, el asesino de Oslo, había militado durante años en sus filas. "Duele saberlo", comentó cuando le dieron la noticia. "Lo que ha ocurrido es una terrible tragedia y lo importante es que los noruegos estemos juntos". Jensen se encuentra ahora en el centro del escenario, bajo unos focos que la muestran en nutrida compañía de líderes y partidos extremistas europeos, que cazan a placer votos de un electorado a la defensiva por la crisis económica y defraudado por una Unión Europea que no solo no resuelve sus problemas sino que sacrifica en el altar de la globalización puestos de trabajo cada vez más escasos. El extremismo político, tintado de nacionalismo y xenofobia, ha dejado de ser tabú cuando políticos tan respetables como Nicolas Sarkozy, Angela Merkel o David Cameron juegan con la idea de que "el multiculturalismo ha fracasado completamente", como mantiene la canciller alemana. Políticos clásicos y radicales pugnan por ese electorado como en una subasta, lo que permite a los analistas aventurar que las ideas extremas modelarán el debate político en Europa.


La fractura está entre nacionalistas y los que apoyan la globalización


Su electorado está a la defensiva por la crisis y defraudado por la UE


Wilders: "Millones creen que economía e inmigración tienen mucho que ver"


"Aunque no gane, Le Pen modela el debate en Francia", dice un analista


Además de pedir unidad, Jensen dice estar muy de acuerdo con el primer ministro socialdemócrata, Jens Stoltenberg, en que "lo que necesitamos ahora es más democracia". No explica lo que eso supone ni si teme que la furia asesina de su antiguo correligionario vaya a dañar la fuerza de un partido xenófobo y ultranacionalista que hace casi dos años ella convirtió en la segunda fuerza política nacional, apoyada por el 23% de los noruegos.


El Partido del Progreso es el alumno aventajado de una ideología y un programa muy bien representados en los países nórdicos, antaño tenidos por la encarnación de lo liberal y la tolerancia y donde hoy crece el número de quienes se sienten arrollados por gentes venidas de fuera y de lejos con culturas extrañas y religiones inflexibles. El último en sumarse a esa familia en expansión de los ultranacionalistas ha sido el partido de los Auténticos Finlandeses, encabezado por el pulido Timo Soini con un programa hostil a la UE y contrario a transigir con los derrochadores países del sur, aunque al final haya aceptado que el Gobierno finlandés sea solidario con el plan para rescatar a Grecia y estabilizar las finanzas de la Unión.


Los Demócratas de Suecia también hicieron el año pasado buen papel en las urnas aupados a una plataforma antiinmigración, por más que sigan en el gueto político, al contrario de lo que ocurre con su equivalente en la vecina Dinamarca, el Partido Popular Danés, sostén parlamentario del Gobierno conservador desde 2001. Para su líder, Pia Kjaersgaard, el peligro viene de la todavía tolerante Suecia. "Si quieren convertir Estocolmo, Gotemburgo o Malmö en unos Beirut escandinavos con guerras de clanes, asesinatos por honor y violaciones por bandas, que lo hagan", advirtió Kjaersgaard. "Nosotros siempre podemos poner una barrera en el puente de Oresund". Dicho y hecho. El Gobierno danés ha lanzado un órdago a la UE al imponer de nuevo controles en las fronteras, una congelación de la libertad de circulación que consagra Schengen, sobre cuya legalidad tiene graves dudas Bruselas.


En Austria, en Hungría, en los Países Bajos (con la figura estelar de Geert Wilders, el ídolo antiislámico de Breivik), en Italia, en Suiza o en el Reino Unido la derecha nacionalista y xenófoba tiene ahora unos resultados que convierten a muchos de estos partidos en fuerzas con gran capacidad de influir en las políticas, en ocasiones desde el propio Gobierno, como la Liga Norte en Italia.


Shada Islam, politóloga asociada al European Policy Center, un centro de estudios de Bruselas, cree que "debido a la crisis y a la falta de puestos de trabajo los políticos juegan con las emociones para ganar votos y para ello buscan chivos expiatorios". Lo dijo claramente el holandés Wilders: "La inmigración tiene un enorme impacto económico. Creemos que cortar la inmigración por razones económicas debería ser parte de la campaña. Millones de holandeses creen que inmigración y economía tienen mucho que ver". Con ideas como esas convirtió hace un año a su Partido de la Libertad en la tercera fuerza política holandesa.


Estas doctrinas y programas se someterán por todo lo grande al veredicto de las urnas en la elecciones presidenciales francesas del próximo mes de mayo, en las que Marine Le Pen está llamada a jugar un papel crucial, según los sondeos: "Izquierda y derecha ya no significan nada; tanto izquierda como derecha están por la UE, el euro, el libre comercio y la inmigración. La verdadera fractura está ahora entre quienes apoyan la globalización y los nacionalistas", replicaba en un reciente debate en París a Charles Grant, director del Center for European Reform (CER), un instituto de análisis político de Londres.


Grant refiere la experiencia de su encuentro con Le Pen en un informe que publicó la semana pasada, donde da cuenta de cómo la nueva líder del Frente Nacional está distanciándose de la extrema derecha, ha abandonado el racismo y la islamofobia de su padre, y se presenta como una fuerza nacionalista con supuestos de política económica propios de la vieja izquierda.


"Creo que Le Pen tiene razón cuando dice que la fractura política en Europa está entre nacionalistas y globalizadores", escribe Grant, quien no cree que los problemas tengan las soluciones (abandonar el euro, la UE y la OTAN) que ella propugna. Sus ideas "pueden ser extremas, pero dado el desastre en que está inmersa Europa, no le costarán votos entre quienes quieren dar una patada a las élites de París y Bruselas por su (aparente) presunción, soberbia e incompetencia".


"Aunque no llegue a ganar, ella -como sus equivalentes en Austria, Dinamarca, Finlandia, Países Bajos y Suecia- está modelando el debate político en su país", concluye el politólogo británico.

***** Decenas de personas se congregan en el exterior de la catedral de Oslo, en torno a las ofrendas de flores y velas en memoria de las víctimas. Cathal Mcnaughton- (Reuters).
*****

Masacre en Noruega.


Miles de noruegos acuden al funeral en Oslo por los 93 muertos.


*****


La acusación de la policía suscita dudas por su retraso. Breivik usó un tipo de munición prohibida para causar la mayor matanza posible.


Álvaro de Cózar. (Enviado especial) Oslo lunes 25 de julio del 2011.


El País. Miércoles 27 de julio del 2011.


El cielo se cerró sobre Oslo poco después de sonar las campanas de la catedral y ya no paró de llover en todo el día. Cientos de personas se habían congregado a las puertas del templo desde muy temprano para despedir a las 93 personas asesinadas por el ultraderechista Anders Behring Breivik el pasado viernes. Los asistentes ofrecieron ramos de flores en memoria de las víctimas y cantaron Til Ungdomen (A la juventud), un poema escrito en 1936 por el poeta Nordahl Grieg, comunista, ateo y héroe de la resistencia noruega contra los nazis. Hubo algunos llantos entonces y después, pero, en general, los noruegos vivieron en silencio y con un estoicismo sorprendente el recuerdo de la tragedia y, aunque la gente no dejó de acudir a la catedral, la mayoría siguió adelante, sacó a sus perros a pasear, dio una vuelta con los niños por el parque o acudió a los bares para dar cuenta de una cerveza.


"Es un día triste, el más triste que hemos vivido en Noruega. Espero que no volvamos a vivir nada así nunca más. ¿Qué puede llevar a alguien a hacer algo así?", se preguntaba una joven llamada Lina en un pub cercano a la plaza central. Esa pregunta ya tiene respuesta porque el mismo asesino -el único autor de los hechos, según la tesis más fiable que baraja la policía-, ha contado toda la historia en un documento titulado 2083: Una declaración de independencia europea. En esas 1.500 páginas, Anders Behring Breivik proporciona el móvil, su particular cruzada contra lo que considera una invasión del islam en Europa a través de la inmigración. También da el método: se considera un guerrero de Dios, dice haberse inspirado en el terrorista Unabomber y toda profusión de detalles sobre su plan para acabar con el mayor número de personas posible. "Una vez que has empezado a golpear, es mejor pasarse que quedarse corto, si no se corre el riesgo de reducir el deseado impacto ideológico del golpe", dice en el texto. El presunto asesino usó un tipo de munición especial, prohibida en las guerras, para causar una gran matanza.


La actuación de la policía sigue suscitando serias dudas entre la población. Un portavoz policial reconoció que llegaron tarde a la isla de Utoya porque no disponían de un barco con la capacidad necesaria para transportar al personal y al equipo capaces de hacer frente al asesino. Tampoco disponían de helicópteros, según el jefe policial Sveinungn Sponheim, porque la base de los helicópteros se encuentra en el sur del país.


La policía trata ahora de averiguar si Breivik está conectado con algún grupo ultraderechista en el extranjero y si recibió ayuda de algún tipo. Esas investigaciones han dado por ahora pocos resultados. Ayer por la mañana seis personas fueron arrestadas por haber colaborado con el joven noruego de 32 años y liberadas poco después sin cargos. Por ahora, lo único que se sabe es que Breivik, vestido de policía, burló la escasa seguridad que controla las oficinas del Gobierno y colocó un coche bomba que mató a siete personas. Era solo una maniobra de distracción para desarrollar su auténtico plan. Desde allí fue a la isla de Utoya, a una hora en coche del centro de Oslo, y armado de un rifle fue disparando a sangre fría a un grupo de jóvenes del Partido Laborista, que gobierna en Noruega desde 2005.


Stoltenberg acudió ayer a la zona de la explosión, donde recibió a los reyes de Noruega para mostrarles el paisaje desolador que dejaron las bombas. Al caminar se escuchan los cristales rotos por la onda expansiva y prácticamente no hay edificio que no haya sufrido algún daño. La policía sigue buscando cadáveres en las oficinas del Gobierno. "Los agentes tienen muy difícil el acceso porque está todo muy dañado y se corre el riesgo de que caigan cascotes", aseguró ayer el primer ministro ante un grupo de periodistas que pudieron acceder a parte del área de la explosión. "La violencia contra la democracia solo puede ser respondida con más democracia", concluyó.


No parece que el debate vaya a salirse de ahí en las próximas semanas. Los dos partidos mayoritarios, el Partido Laborista y el Partido del Progreso, han acordado guardar unas semanas de luto. El problema lo tiene sobre todo el Partido del Progreso, cuyos líderes han condenado el atentado pero se han mostrado en muchas ocasiones contrarios a la inmigración de nativos de países no occidentales.


*****

No hay comentarios: