domingo, 21 de agosto de 2011

Economista Jeffrey Sachs. Occidente fracasa frente a la globalización: no hay estrategia ni liderazgo.

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Sachs analiza el problema que ha supuesto la globalización para las economías desarrolladas. Recuerda que los empleos de baja cualificación en fábricas y las nuevas inversiones en amplias parcelas de la industria han sido perdidos por culpa de la competición internacional. Este empleo sólo se pudo mantener en la década pasada gracias una burbuja inmobiliaria basada en bajos tipos de interés y en la desregulación, hasta que colapsó. En sentido critica que tanto las autoridades europeas como estadounidenses "han virado entre paquetes de estímulo dirigidos al consumo, un callejón sin salida, y la austeridad sin ninguna visión sobre la inversión". Y es que según él, el camino de la recuperación no se debe basar en una nueva burbuja inmobiliaria, sino en una mejora de las capacidades, una mejora de las exportaciones y en inversiones públicas en infraestructuras y energías sin carbón.


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Jeffrey Sachs, economista y profesor de la Universidad de Columbia. Criticó a la clase política europea y norteamericana por la falta de estrategia y ausencia de liderazgo frente a la crisis de la globalización.

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Economista Jeffrey Sachs. Occidente fracasa frente a la globalización: no hay estrategia ni liderazgo.


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elEconomista.es Jueves 18 de agosto del 2011.



  • Pide un equilibrio completamente diferente entre recortes y subidas de impuestos

  • No hay manera de que el euro sobreviva con las instituciones actuales

  • Los ricos, beneficiados con la globalización; los pobres, doblemente golpeados

El economista Jeffrey Sachs ataca en un artículo en el Financial Times a la clase política europea y estadounidense, y les acusa de tener una fallida estrategia económica y una ausencia de liderazgo que han provocado el colapso de la confianza del mercado en sus economías. El problema es que no han sabido diagnosticar el verdadero problema al que se enfrentan: la globalización. Morgan rebaja sus previsiones de crecimiento global por EEUU y Europa.


El economista, director del proyecto Milenio de Naciones Unidas, comienza dejando claro que no hay que culpar a las agencias de calificación, ya que "los gobiernos en Europa y América han sido incapaces de afrontar las realidades de los mercados globales de capital y la competencia de Asia", por lo que se merecen la mayor parte de los reproches.


Además, para salir de esta situación hace falta mostrar al público una solución "valiente, técnicamente sólida y basada en valores sociales", y según Sachs, los líderes transatlánticos han fallado en todos los sentidos.


Sachs analiza el problema que ha supuesto la globalización para las economías desarrolladas. Recuerda que los empleos de baja cualificación en fábricas y las nuevas inversiones en amplias parcelas de la industria han sido perdidos por culpa de la competición internacional. Este empleo sólo se pudo mantener en la década pasada gracias una burbuja inmobiliaria basada en bajos tipos de interés y en la desregulación, hasta que colapsó.


En sentido critica que tanto las autoridades europeas como estadounidenses "han virado entre paquetes de estímulo dirigidos al consumo, un callejón sin salida, y la austeridad sin ninguna visión sobre la inversión". Y es que según él, el camino de la recuperación no se debe basar en una nueva burbuja inmobiliaria, sino en una mejora de las capacidades, una mejora de las exportaciones y en inversiones públicas en infraestructuras y energías sin carbón.


Equilibrio presupuestario con más impuestos a los ricos


Pero las críticas de Sachs no se dirigen sólo a la incapacidad de crear empleo, si no en el fracaso para responder a los valores sociales. Eso sí, asegura que esto no implica tener grandes déficits, ya que las deudas públicas ya son demasiado grandes a ambos lados del Atlántico. "Lo que implica es un equilibrio completamente diferente entre los recortes sociales y las subidas de impuestos a los ricos".


Es un hecho que la globalización ha supuesto no sólo un golpe duro para los menos cualificados, si no que ha provocado una bonanza para los súper-ricos, ya que han sido capaces de invertir en proyectos muy rentables en economías emergentes.


En este sentido, Sachs recuerda las palabras de Warren Buffett de esta semana, y asegura que los más ricos han sido capaces de convencer a sus gobiernos de que les recorten impuestos en el nombre de la competitividad. "Al final, los más pobres son doblemente golpeados, primero por las fuerzas de los mercados globales y después por la capacidad de los ricos para pagar impuestos más bajos alrededor del mundo".


¿Cómo debe ser la estrategia económica de salida?


En este punto, pide una mejora del sistema fiscal, que debería basarse en tres realidades. Primero, se debería incrementar la inversión en capital humano e infraestructuras. Segundo, se debería recortar el gasto superfluo, como por ejemplo en las guerras de Iraq, Afganistán y Yemen. Tercero, se deberían equilibrar los presupuestos a medio plazo, y en gran parte este equilibrio debería venir de incrementos de impuestos a los ricos y a los beneficios empresariales internacionales que se esconden en paraísos fiscales.


El economista aclara que las inversiones en infraestructuras no tienen necesariamente que incrementar los déficits si los nuevos proyectos se pagan por sí mismos, como en el caso de puestos, que pueden generar ingresos con futuros peajes, y que con las normas de contabilidad no cuentan como deuda financiera neta.


Además, dentro de su estrategia para salir de la crisis, pide que la recuperación se base en las exportaciones. Sachs asegura que parte de esto se debe conseguir con mejores cualificaciones y tecnologías, lo que es otra razón para no hacer recortes en educación. Pero además cree que la política fiscal también puede ayudar en este sentido: pone el ejemplo de los proyectos de China en África, con sus préstamos a países para que financien infraestructuras desarrolladas por empresas chinas.


Duras críticas a la clase política


La última pieza que falta para cualquier recuperación, "es la claridad de intenciones de la clase política". Así, critica con fuerza la supeditación de una respuesta coherente de la Unión Europea a las elecciones regionales alemanas o a partidos minoritarios finlandeses. También lanza un dardo al BCE: "ha estado tan dividido que también ha abandonado algunas de sus funciones fundamentales como la de estabilizar unos mercados en estado de pánico". Sachs culmina asegurando que no hay manera de que el euro sobreviva si las instituciones europeas continúan tan débiles, lentas y divididas.


EEUU tampoco se libra de las críticas y asegura que se ha convertido en una mezcolanza de intereses sectoriales, regionales y de clase. "Barack Obama es el increíble líder menguante, esperando a ver si le llaman los poderosos barones del Congreso". Además, asegura que el país no puede prosperar si sus políticos van con el sombrero en la mano de los intereses creados que financian sus campañas interminables.


El economista mantiene que las recientes turbulencias en los mercados y el estancamiento de Europa y Estados Unidos reflejan estos defectos fundamentales. "No hay estrategia de crecimiento, sólo la esperanza que los asustados y endeudados consumidores volverán a comprar casas que no necesitan y que no pueden permitirse".


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