lunes, 26 de septiembre de 2011

Una muestra del Poder Emergente. La Conferencia de los BRIChS convocó Más público que la de Christine Lagarde.

Guido Mantega, Ministro de Hacienda de Brasil, uno de los BRIChS.

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Una muestra del Poder Emergente.


La Conferencia de los BRIChS convocó Más público que la de Christine Lagarde.


La expectativa era sobre un plan de ayuda a europeos, pero se limitaron a analizar la crisis.


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Por Fernando Krakowiak. Desde Washington.


Página /12 . Viernes 23 de septiembre del 2011.


Los países emergentes se mostraron ayer dispuestos a ayudar a estabilizar la economía mundial. Los ministros de Finanzas de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, integrantes del grupo conocido con el acrónimo Brics, ofrecieron una conferencia de prensa conjunta en la sede del FMI y dijeron que el desembolso sería canalizado a través de ese organismo multilateral u otras instituciones financieras, pero no brindaron detalles sobre el monto disponible ni su ejecución. Además, reclamaron mayor participación en la estructura de poder del Fondo y fustigaron a las principales potencias por demorar la resolución de la crisis de la deuda griega. “Si no se hace algo rápido, esta situación va a terminar afectando a otros países de-sarrollados y también a los emergentes”, sostuvo el ministro brasileño Guido Mantega, quien advirtió sobre una posible caída en el precio de las materias primas.


En las últimas semanas se había especulado con la posibilidad de que los Brics compraran títulos públicos de los países europeos en crisis. La versión cobró fuerza luego de que trascendiera que China estaba evaluando asistir a Italia. Incluso el propio Mantega había reconocido que una acción coordinada en esa dirección era posible, pero ayer el tema ni se mencionó. La propuesta es hacerlo a través del FMI, pero dieron a entender que al mismo tiempo el poder de estos países en el organismo multilateral debería aumentar. “Estamos preocupados por el avance lento de las reformas en el sistema de cuotas y gobernanza del FMI”, expresaron en un comunicado conjunto.


La conferencia de prensa de los Brics convocó más gente que la que por la mañana dio la titular del Fondo, Christine Lagarde. La sala estaba repleta y la expectativa era grande, pero finalmente el anuncio se redujo a un análisis de la crisis mundial y una promesa que no se materializará en nada concreto en el corto plazo. Dijeron que están dispuestos a jugar fuerte asumiendo su rol en el nuevo orden global, pero todavía no lo harán. Además remarcaron que seguirán fortaleciendo la integración entre ellos.


El economista de Goldman Sach, Jim O’Neill, fue el primero en utilizar el acrónimo BRIC para referirse a Brasil, Rusia, India y China. Lo hizo en un paper publicado en 2001 e insistió con el concepto dos años después. Su hipótesis principal consistió en plantear que esos países emergentes se transformarán en las nuevas potencias económicas en 2050 porque combinan una población numerosa, un extenso territorio y abundantes recursos naturales, lo que les permitió crecer a tasas altas en los últimos años. En 2001 representaban un 8 por ciento del Producto Interno Bruto y hoy ya superan el 16 por ciento. Además, concentran casi el 30 por ciento del comercio global.


Todavía es prematuro para corroborar si terminarán siendo potencias, salvo el caso de China, que ya es la segunda economía del mundo, pero lo llamativo es que los propios países asumieron ese mandato. En la cumbre del G-20 que se realizó en Londres el 2 de abril de 2009 hicieron algunos planteos conjuntos y el 16 de junio de ese mismo año se reunieron por primera vez en la ciudad rusa de Ekaterimburgo para coordinar políticas. Entonces emitieron una declaración en la que propusieron ampliar la representación de los países en desarrollo en las instituciones financieras internacionales e incluso dejaron trascender que estaban evaluando utilizar parte de sus reservas para comprar bonos entre sí.


La segunda cumbre se realizó el 15 de abril del año pasado en Brasilia. Allí insistieron con la necesidad de democratizar los sistemas de gobernanza mundial y analizaron la posibilidad de utilizar monedas locales en el intercambio comercial y crear un fondo para financiar el desarrollo. “Ha nacido una nueva geografía económica global”, declaró el entonces presidente brasileño Lula da Silva. En abril de este año se llevó a cabo la tercera cumbre en China, donde Sudáfrica se incorporó formalmente al grupo.


Cada vez que tuvo la oportunidad, este grupo fijó su posición sobre temas de la agenda financiera internacional, como, por ejemplo, la elección del nuevo titular del FMI, en la que respaldó la candidatura del mexicano Agustín Cartens. Sin embargo, en ese caso, China inicialmente jugó a dos puntas, dejando en evidencia las debilidades de un bloque muy heterogéneo, en cuanto a sus intereses. “Una razón convincente para poner en duda las posibilidades de que los BRIC cambien algo fundamental es que no tienen capacidad para ello. Carecen de coherencia. Compiten tanto entre sí como con Estados Unidos y Europa.


Parece improbable que como bloque sean compatibles con la fuerza de sus ambiciones individuales”, publicó The Economist hace pocos meses. Incluso algunos analistas consideran que, debido al peso creciente de las economías emergentes, ya no serían sólo los Brics sino un grupo mayor que los incluya y los potencie al que se denomina Eagles (Aguilas en inglés, Emerging and Growth Leading Economies). Más allá de las siglas, estos debates revelan un mayor peso de los países en desarrollo, los cuales se están haciendo sentir cada vez con más fuerza en el escenario internacional.

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