miércoles, 30 de noviembre de 2011

Violencia de Estado, guerra, resistencia. Por una nueva política de la izquierda.

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El avión no tripulado encuadra y alcanza su objetivo, pero ¿qué hacemos cuando miramos la guerra a través del encuadre de su cámara? ¿Se identifica nuestra perspectiva con el propio drone convirtiéndonos así, sin darnos cuenta, en instrumentos visuales de la guerra? Hago estas preguntas porque a veces se produce una confusión cuando suponemos que, por una parte, hay guerra y que luego se da su representación; lo primero es material, y lo segundo menos. Y a pesar de que atribuyamos algún sentido de materialidad a la imagen, tendemos a distinguir entre ese sentido de materialidad y el que pertenece a las pistolas, las bombas y los instrumentos de guerra directamente destructivos. Aunque tendamos a aceptar que los medios de comunicación del Estado contribuyen en la ejecución de la violencia de Estado, quizá sea el momento de reconsiderar la tesis de que los recientes esfuerzos por parte de Estados, como el mío, para controlar las dimensiones visuales y narrativas de la guerra no sólo han perseguido controlar y estructurar los modos de comprensión pública formulada y ratificada dentro de los campos visuales y audibles, sino también establecer los parámetros sensoriales de la realidad misma, incluido lo que puede ser visto y oído.


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Grotesca violencia de Estado en Puerto Rico. La brutalidad policiaca en la Universidad de Puerto Rico,

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Violencia de Estado, guerra, resistencia. Por una nueva política de la izquierda.


Para comprender la violencia y la guerra se necesitan nuevos vocabularios y nuevas acciones.


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Judith Butler. Katz Editores.


Cuando pensamos acerca de cómo se llevan a cabo las guerras, qué formas toman las acciones de guerra, tendemos a pensar primero en los instrumentos materiales de la guerra, y tendemos a pensar que sabemos lo que queremos decir con "instrumentos materiales" cuando así los mencionamos. Aun cuando se esté de acuerdo en que las cámaras son instrumentos materiales de la guerra, resulta difícil decir que ellas hacen la guerra o que son parte de la acción de guerra. Después de todo, son las personas las que hacen la guerra, y se dice que ellas utilizan las cámaras. Pero ¿qué ocurre si los instrumentos adquieren su propia agencia y las personas se convierten en extensiones de esos instrumentos? Lo que se debe considerar es cómo pensamos acerca del material de guerra, qué cuenta como material y si las cámaras y sus imágenes son parte de esa materialidad extendida. Pero también debe dirimirse si las personas utilizan instrumentos, o si los instrumentos no sólo utilizan personas, sino que también redefinen la noción de persona como una especie de instrumento, útil y desechable al mismo tiempo.


Por supuesto, esta cuestión ha dado lugar a algunos viejos debates que se discuten desde hace tiempo en los estudios sobre filmación y medios de comunicación, y que tienden a centrarse en la distinción entre la cámara y la imagen. En el contexto de la fotografía de guerra, la imagen puede reflejar o incluso documentar la guerra; a veces puede convocar respuestas emocionales a favor o en contra de la guerra, pero incluso entonces se entiende que asiste o apoya un esfuerzo de guerra o la resistencia a ella. Pero ¿forma realmente parte del hacer la guerra? Puede que sea más fácil decir que las cámaras son parte de la acción de guerra, ya que están literalmente agregadas a los misiles y a los dispositivos de bombardeo, y reemplazan a la agencia humana en el caso de los drone, cuya capacidad de destrucción en la guerra de Afganistán quedó fuera de duda. En efecto, la cámara-bombardero que es el drone ha causado muchas muertes de civiles, ya que localizan su objetivo a través de sensores térmicos cuya precisión es dudosa.


El avión no tripulado encuadra y alcanza su objetivo, pero ¿qué hacemos cuando miramos la guerra a través del encuadre de su cámara? ¿Se identifica nuestra perspectiva con el propio drone convirtiéndonos así, sin darnos cuenta, en instrumentos visuales de la guerra? Hago estas preguntas porque a veces se produce una confusión cuando suponemos que, por una parte, hay guerra y que luego se da su representación; lo primero es material, y lo segundo menos. Y a pesar de que atribuyamos algún sentido de materialidad a la imagen, tendemos a distinguir entre ese sentido de materialidad y el que pertenece a las pistolas, las bombas y los instrumentos de guerra directamente destructivos. Aunque tendamos a aceptar que los medios de comunicación del Estado contribuyen en la ejecución de la violencia de Estado, quizá sea el momento de reconsiderar la tesis de que los recientes esfuerzos por parte de estados, como el mío, para controlar las dimensiones visuales y narrativas de la guerra no sólo han perseguido controlar y estructurar los modos de comprensión pública formulada y ratificada dentro de los campos visuales y audibles, sino también establecer los parámetros sensoriales de la realidad misma, incluido lo que puede ser visto y oído.


Violencia de Estado, guerra, resistencia. Por una nueva política de la izquierda. Judith Butler.



“Las categorías nos dicen más sobre la necesidad de categorizar los cuerpos que sobre los cuerpos mismos” (entrevista de Daniel Gamper Sachse)



Estoy muy satisfecha de volver a Barcelona esta tarde para hablarles de la relación entre la guerra y las culturas visuales, pero también de la relación entre la precariedad y una nueva crítica del poder del Estado desde la izquierda. Desde mi punto de vista, tenemos que repensar los términos del materialismo con el fin de comprender cómo las cámaras funcionan como instrumentos de guerra, pero también desarrollar una política contra la guerra que se centre en los desposeídos, lo que requiere nuevos vocabularios y nuevas acciones. Voy a comenzar con una reflexión sobre las dimensiones visuales de la guerra, para volver luego a la cuestión más amplia de cómo comprender las nuevas formas de opresión y desposesión, así como las estrategias que es necesario considerar.



Cuando pensamos acerca de cómo se llevan a cabo las guerras, qué formas toman las acciones de guerra, tendemos a pensar primero en los instrumentos materiales de la guerra, y tendemos a pensar que sabemos lo que queremos decir con “instrumentos materiales” cuando así los mencionamos. Aun cuando se esté de acuerdo en que las cámaras son instrumentos materiales de la guerra, resulta difícil decir que ellas hacen la guerra o que son parte de la acción de guerra. Después de todo, son las personas las que hacen la guerra, y se dice que ellas utilizan las cámaras. Pero ¿qué ocurre si los instrumentos adquieren su propia agencia y las personas se convierten en extensiones de esos instrumentos?



Lo que se debe considerar es cómo pensamos acerca del material de guerra, qué cuenta como material y si las cámaras y sus imágenes son parte de esa materialidad extendida. Pero también debe dirimirse si las personas utilizan instrumentos, o si los instrumentos no sólo utilizan personas, sino que también redefinen la noción de persona como una especie de instrumento, útil y desechable al mismo tiempo.



Por supuesto, esta cuestión ha dado lugar a algunos viejos debates que se discuten desde hace tiempo en los estudios sobre filmación y medios de comunicación, y que tienden a centrarse en la distinción entre la cámara y la imagen.



En el contexto de la fotografía de guerra, la imagen puede reflejar o incluso documentar la guerra; a veces puede convocar respuestas emocionales a favor o en contra de la guerra, pero incluso entonces se entiende que asiste o apoya un esfuerzo de guerra o la resistencia a ella.



Pero ¿forma realmente parte del hacer la guerra? Puede que sea más fácil decir que las cámaras son parte de la acción de guerra, ya que están literalmente agregadas a los misiles y a los dispositivos de bombardeo, y reemplazan a la agencia humana en el caso de los drone,* cuya capacidad de destrucción en la guerra de Afganistán quedó fuera de duda. En efecto, la cámara-bombardero que es el drone ha causado muchas muertes de civiles, ya que localizan su objetivo a través de sensores térmicos cuya precisión es dudosa.



En inglés a este tipo de aviones se los denomina técnicamente uav (Unmaned Air Vehicle: Vehículos aéreos no tripulados), pero se los conoce popularmente como “drone”, en el ámbito internacional, o como “aviones espía”, en la prensa en español. Se trata de vehículos teledirigidos que llevan cámaras y sensores incorporados y que se emplean para misiones de combate. En el texto mantengo la denominación original de la conferenciante, ya que se trata de un término internacionalmente utilizado.



El avión no tripulado encuadra y alcanza su objetivo, pero ¿qué hacemos cuando miramos la guerra a través del encuadre de su cámara? ¿Se identifica nuestra perspectiva con el propio drone convirtiéndonos así, sin darnos cuenta, en instrumentos visuales de la guerra? Hago estas preguntas porque a veces se produce una confusión cuando suponemos que, por una parte, hay guerra y que luego se da su representación; lo primero es material, y lo segundo menos. Y a pesar de que atribuyamos algún sentido de materialidad a la imagen, tendemos a distinguir entre ese sentido de materialidad y el que pertenece a las pistolas, las bombas y los instrumentos de guerra directamente destructivos.



Aunque tendamos a aceptar que los medios de comunicación del Estado contribuyen en la ejecución de la violencia de Estado, quizá sea el momento de reconsiderar la tesis de que los recientes esfuerzos por parte de estados, como el mío, para controlar las dimensiones visuales y narrativas de la guerra no sólo han perseguido controlar y estructurar los modos de comprensión pública formulada y ratificada dentro de los campos visuales y audibles, sino también establecer los parámetros sensoriales de la realidad misma, incluido lo que puede ser visto y oído.



Por una parte, está la cuestión de la posición epistemológica en la que se nos sitúa cuando contemplamos sucesos de guerra o escuchamos las noticias. Por la otra, se construye cierta realidad mediante nuestro propio acto de recepción pasiva, ya que se nos solicita que aceptemos cierto marco de la realidad, tanto por lo que hace a su constricción como a su interpretación. Cuando los Estados emiten directrices acerca de cómo informar sobre la guerra, y si debe informarse sobre la guerra, parecen estar tratando de regular la comprensión de la violencia, o la apariencia de violencia dentro de una esfera pública que se ha transformado de manera decisiva a causa de Internet y de otros medios digitales.



Pero si podemos en efecto preguntarnos si esta regulación de la violencia es también de algún modo violenta, si forma parte de la violencia, entonces necesitamos un vocabulario más preciso para distinguir entre la destrucción de la guerra y la regulación de la violencia.


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martes, 29 de noviembre de 2011

Entrevista CCN al jefe de la división anticorrupción de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. OCDE.

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La Convención anti soborno de la OCDE es el primer y único instrumento legal obligatorio que se centra en el soborno activo a los funcionarios extranjeros. El ámbito de la Convención podría parecer limitado pero, en realidad, no lo es. La Convención se dirige a la “gran corrupción” y promueve unas condiciones de juego justas en las transacciones comerciales internacionales. Contiene unas disposiciones muy estrictas y definiciones amplias. También establece un mecanismo de vigilancia riguroso de su implementación por los Estados parte que ha sido definido por Transparencia Internacional como el estándar de oro. La Convención de la OCDE y los otros tratados internacionales contra la corrupción se refuerzan mutuamente. La implementación de uno contribuye a la implementación de los otros.


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Entrevista ccn al jefe de la división anticorrupción de la OCDE.


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Patrick Moulette: “ La corrupción siempre perjudica más a los más vulnerables”.


By Fernando Rosado Domínguez.


Más artículos de este autor.


Patrick Moulette es uno de los expertos con más experiencia en el ámbito de las políticas internacionales contra los delitos financieros. El director de la división anticorrupción de la OCDE cree que "pese a los avances positivos para luchar contra estos delitos, la comunidad internacional no puede aún estar satisfecha".


El hombre y su biografía


Empezó su carrera profesional en 1985 en el Departamento del Tesoro del Ministerio de Finanzas de Francia. Después de cuatro años en la División de asuntos monetarios y financieros, pasó a integrarse en la División de Asuntos internacionales del Tesoro en 1990 para trabajar en temas relacionados con las reuniones del G7, el comercio internacional, políticas contra el blanqueo de capitales y relaciones con el FMI y la OCDE.


Mr Moulette ingresó en la OCDE en 1991 como miembro de la Secretaría de del GAFI- FATF (Financial Action Task Force on money laundering). En noviembre de 1995 fue promocionado a Secretario Ejecutivo del GAFI. Durante su mandato como Secretario Ejecutivo coordinó dos rondas de evaluaciones mutuas de los miembros del GAFI, la ampliación del mandato del GAFI para ocuparse de los temas de financiación del terrorismo y la revisión de las 40+9 Recomendaciones aprobada en junio de 2003.


En 2004, Patrick Moulette fue nombrado Director de la División anti corrupción de la OCDE. La función actual de Mr. Moulette en la OCDE implica el diseño y la dirección del programa del Grupo de trabajo sobre el soborno en las transacciones comerciales internacionales (formado por 40 países, 34 países miembros de la OECD más Argentina, Brasil, Bulgaria, Colombia, Rusia y Sudáfrica). Sus responsabilidades también incluyen dirigir el proceso para evaluar la implementación de la Convención y Recomendaciones de la OCDE por sus miembros así como desarrollar y supervisar las actividades externas.


La opinión del experto


P- Aprovechando su experiencia y perspectiva, le hago una pregunta simple y no fácil de contestar:


Todos los esfuerzos internacionales habidos, ¿han tenido un impacto efectivo en la lucha contra los delitos financieros? ¿la comunidad internacional puede estar satisfecha?


Moulette- Desde el final de la década de 1980 se han producido avances internacionales muy positivos en Naciones Unidas, el GAFI y la OCDE para luchar contra los delitos financieros como el soborno y el blanqueo de capitales. A través de varias iniciativas multilaterales se han establecido estándares internacionales que se han trasladado a la legislación interna de los países con carácter general. Si bien se han establecido los sistemas normativos e institucionales, la comunidad internacional no puede estar aún satisfecha. Es necesario mejorar la implementación de los estándares y su cumplimiento.


P- ¿Cuáles serían los elementos sociales y políticos clave para una mejor implementación de los estándares internacionales y las leyes nacionales contra el blanqueo de dinero y la corrupción?


Moulette- Desde un punto de vista social, hace falta aumentar el conocimiento de los estándares internacionales. Sólo algunos expertos y los grandes bancos y empresas los conocen. Las instituciones más pequeñas, los países en desarrollo y el público general no saben que la comunidad internacional ha adoptado instrumentos legales obligatorios y firmes recomendaciones para combatir la corrupción y el blanqueo de dinero. Y obviamente, un compromiso firme y permanente para la plena implementación de los estándares internacionales.


P- ¿Es viable reducir el nivel de corrupción en los países en desarrollo sin un proceso paralelo de reducción de la pobreza ?


Moulette- En realidad, sucedería lo contrario. La corrupción termina por hacer más daño a los más vulnerables en el mundo. La gente ordinaria sufre daños cuando los sobornos implican que no se presten los servicios esenciales como el acceso al agua corriente, la salud o la educación. Esta situación puede perpetuar la pobreza y crear inestabilidad.


P- En el contexto de la crisis económica y la fuerte competencia para ganar los contratos públicos, ¿podemos esperar que la empresas de los países desarrollados dejen de usar los sobornos?.


Moulette- Es verdad que la actual crisis económica ha exacerbado las condiciones de concurrencia. Sin embargo, no hay evidencia de que estas condiciones hayan llevado a un aumento masivo de los sobornos de los funcionarios públicos. Los Estados parte de la Convención para combatir el soborno de los funcionarios extranjeros en las transacciones comerciales internacionales (la Convención de la OCDE contra el Soborno) se han comprometido a terminar con el soborno y aplicar la Convención. Además, estos países, los miembros y los no miembros de la OCDE, están sujetos a un mecanismo de observación estricto y amplio


P- ¿Qué conducta es más reprochable, la de las empresas que sobornan a un funcionario o la de los funcionarios que aceptan la coima?.


Moulette- Decimos usualmente que para el tango hacen falta dos. Si bien debo decir que no me gusta esta frase, resulta que es una acertada descripción de la realidad. Hasta ahora, la OCDE y su Convención anti soborno se han enfocado sobre el lado del suministro del soborno transnacional. Sin embargo, la lucha global contra la corrupción no se podrá ganar si se descuida el lado de la demanda.


P- ¿Cuáles han sido sus experiencias más satisfactorias y más decepcionantes a lo largo de su carrera profesional?


Moulette- Creo que mi mayor satisfacción tuvo lugar en el 22 de junio de 2000 cuando el GAFI publicó su primera lista de 15 países y territorios no cooperantes en la lucha contra el blanqueo de capitales. Fue una iniciativa muy importante y exitosa que despertó de forma efectiva a muchos países para luchar contra el lavado de dinero. Es siempre decepcionante cuando los países rehúsan aceptar los nuevos estándares con base en el argumento de que no son compatibles con su legislación nacional.


El trabajo de la División anti corrupción de la OCDE


P- El panorama internacional presenta varias iniciativas contra la corrupción tales como la Convención de Naciones Unidas o la Convención Interamericana contra la corrupción.


¿Cuál es el valor añadido del trabajo de la OCDE sobre los temas anti corrupción y cómo se coordina la OCDE con las otras organizaciones internacionales?


Moulette- La Convención anti soborno de la OCDE es el primer y único instrumento legal obligatorio que se centra en el soborno activo a los funcionarios extranjeros. El ámbito de la Convención podría parecer limitado pero, en realidad, no lo es. La Convención se dirige a la “gran corrupción” y promueve unas condiciones de juego justas en las transacciones comerciales internacionales. Contiene unas disposiciones muy estrictas y definiciones amplias. También establece un mecanismo de vigilancia riguroso de su implementación por los Estados parte que ha sido definido por Transparencia Internacional como el estándar de oro. La Convención de la OCDE y los otros tratados internacionales contra la corrupción se refuerzan mutuamente. La implementación de uno contribuye a la implementación de los otros


P- ¿Existen muchos países en los que no se tipifica penalmente el soborno a los funcionarios extranjeros?.


Moulette- Todos los estados miembros de la Convención anti soborno de la OCDE han establecido como delito el soborno de los funcionarios extranjeros. En el resto del mundo, algunos importantes actores económicos aún necesitan promulgar la legislación pertinente.


P- Los datos hasta marzo de 2011 del Grupo de Trabajo de la OCDE sobre el soborno reflejan :


* 199 personas y 91 entidades han sido sancionadas penalmente por sobornos en el extranjero en 13 estados partes en el tiempo que media entre la entrada en vigor de la Convención y el final de 2010.


* Al menos 54 de las personas sancionadas fueron condenadas a penas de prisión por sobornos en el extranjero.


* Se impuso una cantidad record de multas combinadas de 1.024 millones de Euros a una sola empresa por sobornos en el extranjero.


* Hay aproximadamente 260 investigaciones en curso en 15 estados parte de la Convención. Las imputaciones penales se han sustanciado contra 120 personas en 5 estados parte.


¿Cree que muestran una implementación amplia o escasa de la Convención?


Moulette- Estos datos reflejan unos resultados mezclados. La Convención buscar elevar los esfuerzos concretos de aplicación y los resultados y, debido al alto número de investigaciones en curso, el número de casos enjuiciados o las condenas se elevarán en el futuro. Sn embargo, la aplicación es muy desigual y es muy decepcionante que muchos estados parte no tengan ningún caso o sólo un par de ellos.


P- En su artículo “La Convención anti corrupción de la OCDE, éxitos y retos” (enero de 2010) usted enfatiza que muchas empresas siguen sin conocer que sobornar funcionarios extranjeros es ilegal. Y la encuesta de pagadores de sobornos de Transparencia Internacional muestra que más del 80 % de los ejecutivos encuestados en los países centrales no estaban familiarizados en absoluto con la Convención de la OCDE.


¿Cuál es la política de la OCDE para remediar esta situación?


Moulette- La falta de conocimiento sobre el soborno en el extranjero es un problema real y un desafío enorme. Por ello es por lo que el grupo de trabajo. sobre el soborno de la OCDE ha lanzado una campaña global de concienciación sobre ese delito, sus peligrosas consecuencias y cómo combatirlo. Una parte significativa de esta iniciativa implica trabajar con las universidades, las escuelas jurídicas y de negocios de modo que los futuros dirigentes y los ejecutivos sean conscientes del peligro del soborno transnacional y estén estrenados contra ello.


P- ¿Cuál es la política de la OCDE en relación a otras prácticas que propician la corrupción tales como usar a terceros, el lobby o cabildeo o la financiación de los partidos políticos?


Moulette- Estos temas se tratan a un nivel diferente por la OCDE. Usar terceros o intermediarios en un esquema de soborno está cubierto por la Convención. Algunos aspectos del soborno de los partidos políticos están previstos en la Convención a través de las disposiciones relativas a las terceras partes beneficiarias. Finalmente, la OCDE ha adoptado una Recomendación sobre los Principios para la Transparencia y la integridad en la actividad de lobby o cabildeo.


P- El grupo de consulta sobre el reto de la aplicación del soborno multi jurisdiccional se reunió el 13 de octubre. ¿Cuál fue el resultado de la reunión?


Moulette- Esta fue una de las consultas ordinarias del Grupo de trabajo con el sector privado y la sociedad civil. Este tema fue elegido después de oir del sector privado que era un nuevo desafío para el cumplimiento el aumento de los casos de soborno en el extranjero en múltiples jurisdicciones. Las empresas dijeron que podía ser difícil hacer negocios – y responder a las investigaciones o casos judiciales- en diversas jurisdicciones que pueden tener diferentes leyes, procesos legales o sanciones.


También señalaron que el cumplimiento del anti soborno en diferentes jurisdicciones puede incluir acciones tomadas por agencias diferentes a las represivo-penales, tales como la prohibición de concurrir a los contratos públicos lo que sería muy doloroso para las empresas. No se acordó ninguna solución concreta per se habló de cómo pueden ayudar a proteger a las empresas de los riesgos del soborno transnacional unos programas potentes de cumplimiento anti soborno, y de cómo los países deben- bajo la Convención- trabajar juntos cuando se realizan investigaciones o acciones penales multi jurisdiccionales.


P- ¿ Cuáles son los próximos pasos en al estrategia de la OCDE para combatir la corrupción?


Moulette- La OCDE ha reforzado recientemente sus instrumentos anti soborno al adoptar las Recomendaciones de 2009 para un mejor combate al soborno en las Transacciones Comerciales Internacionales, lo que incluye una serie de nuevas medidas para fortalecer la capacidad de los estados para prevenir, detectar y perseguir supuestos de soborno transnacional. Se adoptó en febrero de 2010 la Guía de buena práctica para ayudar a las empresas de todos los tamaños y de todos los sectores a protegerse del riesgo de soborno transnacional en sus negocios. El Grupo de trabajo sobre el soborno de la OCDE también ha iniciado la tercera ronda de revisión de los países.


Pero la OCDE también lucha contra la corrupción en muchos otros ámbitos: la integridad en el sector público, las contrataciones públicas, la ayuda al desarrollo, los créditos a la exportación y la fiscalidad. Es por ello por lo que la OCDE ha decidido agrupar todos estos instrumentos en una web instrumental llamada CleanGovBiz. Esta iniciativa en una fuente internacional única para el conocimiento anti corrupción y como guía para la implementación. Gracias.


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lunes, 28 de noviembre de 2011

TONI NEGRI: “La representación es la ausencia de la participación”. El filósofo de los autonomistas y crítico de las democracias representativas.

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El doble poder busca enfrentarse con el Estado. Hoy la cuestión no pasa por allí, sino por la construcción de un común más allá del Estado. Pero este más allá no puede pensarse desde la homogeneidad, por las diferencias de espacialidad y temporalidad que existen. En este sentido, los procesos de singularización son los que devienen centrales para pensar lo común. Y, en este punto, se trata de una totalidad muy difícil de conquistar. Entonces, hay que ser muy prudentes. Pero hay que imaginar nuevas formas de gobierno y para eso el primer problema es eliminar la propiedad privada. No se trata de regularla o conducirla a fines sociales. Sólo la eliminación real, no formal, de la propiedad privada puede dar hoy el reconocimiento verdadero de que la organización del trabajo, la organización de las formas de vida y de las organizaciones sociales ya no pueden ser bloqueadas por el capital privado en tanto son expresión de la potencia común, laboral, cultural, social.


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TONI NEGRI. El filósofo de los autonomistas y crítico de las democracias representativas.

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TONI NEGRI: “La representación es la ausencia de la participación”.



Diálogos: El filósofo de los autonomistas y la crítica a las Democracias Representativas.


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En una nueva visita a la Argentina, el filósofo italiano relata su fascinación por los nuevos movimientos estudiantiles en Chile y de los indignados en Europa. Acaba de hacer una visita para dar charlas a los estudiantes chilenos.



Por Verónica Gago.


Página /12. Lunes 28 de noviembre del 2011



¿Qué significa la emancipación hoy?


–Hay que situar la emancipación desde una perspectiva espacial que implica pensar “desde abajo” y desde una perspectiva temporal que pone en primer plano la tendencia que aspira a que todo aquello común, que hoy sólo compartimos a un nivel virtual y técnico, se convierta en algo actual y político. Y para esto hay que pensar, como experimento, las figuras actuales de la subjetividad. Con ellas debemos confrontar toda expectativa de emancipación.


–¿Cuáles son esas figuras?


–La primera es la del hombre endeudado, aquel trabajador precario que queda preso del crédito casi de por vida, reducido a una suerte de servidumbre por deudas. A esto corresponde la “renta” del capitalismo actual y la resistencia es decir “no pago”, como una forma multitudinaria del rechazo y, a la vez, de apropiación de la riqueza común. Luego, el hombre mediatizado, que reemplaza a la vieja noción de alienación para dar cuenta del sometimiento a los dispositivos de comunicación, que esconden la inteligencia humana, la verdad común de la comunicación, bajo formas nuevas de control. En tercer lugar, el hombre asegurado es aquel obsesionado por la seguridad de su propiedad, por el riesgo de su vida, por el miedo a la pobreza. Finalmente, el hombre representado, que podemos decir que es el núcleo del problema de la emancipación.


–¿Por qué? ¿Cuál es la crítica?


–Esto lo estamos trabajando con Michael (Hardt) ahora. Es una tipología que tiene como problema la cuestión de la nueva constitución a partir de entender cuáles son los deseos y las experiencias de estos sujetos. Desde un punto de vista negativo, tiene razón Schmitt cuando dice que la representación es la presencia de una ausencia. También la representación de Rousseau es siempre una ruptura, una fetichización de la presencia. Y esa presencia viene construida por elementos que no tienen nada que ver con la participación.


–¿En qué sentido?


–En tanto la representación es la ausencia de la participación y la presencia de una máquina de poder que se organiza de manera nueva frente a estas figuras de la deuda, el control del riesgo y los medios de comunicación. En este sentido, no es la vieja crítica a la representación por la burocratización de sus procedimientos administrativos. Hoy no existen esos procedimientos como instancias separadas porque, entre otras razones, los lobbies ya no son algo externo sino que están completamente absorbidos en el gobierno.


–¿Está pensando en alguna situación particular?


–En Obama, que como candidato presidencial propone reformas, gana con ese discurso y para llevarlas adelante ¡invita a los poderes de lobby que están contra esas reformas! Es una locura. Esto se da en un momento en que los gobiernos en general tienen menos condicionantes parlamentarios para tomar decisiones. El gobierno de Estados Unidos puede intervenir sobre la magistratura sin ningún sistema de control ni de check and balance. Esta concentración de poder, sin embargo, no logra salir de los problemas de una representación forjada en el siglo XVII, que vuelve a las constituciones actuales constituciones de derecha. Con esto me refiero a que la democracia representativa determina unos límites a la participación que son insuperables y vuelve impotente incluso a la concentración de poder.


–En buena medida, contra estos límites se alza también el movimiento de ocupación de plazas de Tahrir a Madrid, mediáticamente bautizado como indignados.


–Me ha fascinado el discurso de los indignados sobre el miedo. Ellos dicen No tenemos miedo. Es una cosa formidable si pensamos que toda la filosofía política occidental está fundada sobre el concepto de miedo, lo cual organiza el ejercicio de la violencia del ejército y la policía como efecto de nuestro miedo, por el cual les cedemos el poder.


–Además, hay formas nuevas del debate asambleario en las calles...


–Esos jóvenes no hablan más que cinco minutos, van a lo esencial, aprendieron del Twitter (risas). Hacen también una crítica al concepto de mayoría, a la obediencia sin más del 51 por ciento. Por último, despliegan toda una crítica muy interesante a la idea de la decisión rápida, mostrando cómo siempre la decisión es un proceso de construcción lenta, conjunta, que se consolida en ese tiempo compartido, lo cual anula de hecho todo el privilegio dado al discurso de los expertos. Y esto que señalo lo aprendés escuchando y hablando con la gente en la calle, no con un coloquio de filósofos.


–¿Cómo comprender la situación italiana después de la renuncia de Berlusconi? ¿Qué cambia?


–La situación italiana tras la caída de Berlusconi es exactamente como antes, menos el “bunga bunga”. El gobierno de Monti es un gobierno “técnico” que intentará realizar el diktat europeo neoliberal que Berlusconi no lograba actuar y conseguirá hacerlo con el apoyo de la izquierda. El chantaje del default funciona de manera notable, sobre todo porque falta cualquier idea alternativa y falta un mínimo de voluntad política alternativa al esquema neoliberal.


–Esas referencias al mercado son conocidas en Argentina...


–Es realmente grotesca la situación en la cual nos encontramos nosotros: estamos bajo el ataque de los “mercados” y nadie intenta entender qué cosa son estos mercados y en nombre de qué cosa se están moviendo; quiero decir: la defensa del dólar y, en consecuencia, el ataque a la Europa política. Al mismo tiempo, se hace todo aquello que es necesario hacer para obedecer a los diktat de los mismos mercados. Nadie osa decir que los mercados son internos a la lógica del poder político actual, sea Berlusconi o sea Monti y del cual la izquierda forma parte.


–Ante este panorama, ¿qué espera de los movimientos sociales europeos?


–La primera cosa que espero, porque en realidad ya lo han demostrado ampliamente durante los últimos meses, es la permanencia de una resistencia a este desastre. Por resistencia entiendo dos cosas: en primer lugar, rechazar punto por punto las iniciativas que se vienen tomando, sobre todo contra los salarios y el Welfare (Bienestar); en segundo lugar, la capacidad de imaginar un programa e instituciones del común para echar a las actuales elites económicas y políticas. La situación es dramática, pero como siempre frente a estas políticas capitalistas de shock, se abren y se extienden frentes de resistencia.


–¿En ese punto es también un momento de innovación política?


–Son ocasiones relevantes para construir nuevas culturas políticas. Todo esto no es imaginable sin conectar las prácticas del común y una revitalización del proyecto de construcción política de Europa. Una Europa de las multitudes y no de los mercados.


–Hablando de América latina, usted señaló que ya no se puede pensar a los movimientos sociales como doble poder y que, más bien, puede apostarse a una relación dinámica entre movimientos y Estado. Sin embargo, hoy subraya también el riesgo de disolución de los movimientos en el Estado. ¿Cómo lo sintetizaría?


–El doble poder busca enfrentarse con el Estado. Hoy la cuestión no pasa por allí, sino por la construcción de un común más allá del Estado. Pero este más allá no puede pensarse desde la homogeneidad, por las diferencias de espacialidad y temporalidad que existen. En este sentido, los procesos de singularización son los que devienen centrales para pensar lo común. Y, en este punto, se trata de una totalidad muy difícil de conquistar. Entonces, hay que ser muy prudentes. Pero hay que imaginar nuevas formas de gobierno y para eso el primer problema es eliminar la propiedad privada. No se trata de regularla o conducirla a fines sociales. Sólo la eliminación real, no formal, de la propiedad privada puede dar hoy el reconocimiento verdadero de que la organización del trabajo, la organización de las formas de vida y de las organizaciones sociales ya no pueden ser bloqueadas por el capital privado en tanto son expresión de la potencia común, laboral, cultural, social.


–¿Es una inadecuación de las fuerzas productivas de lo social respecto a los límites de las relaciones que las constriñen?


–De algún modo es la clásica cuestión de las relaciones de producción que bloquean las fuerzas productivas. El dilema es cómo lograr abrir este común a nuevas formas de constitución, lo que significa transformar radicalmente la escritura constitucional, es decir abrir un espacio al poder constituyente, a partir de tomar en serio las formas en las que vivimos.


–Tras varias visitas a Argentina desde el 2003 a hoy, ¿qué cambios advierte en el lenguaje político?


–En Argentina en particular el discurso político parece referir ahora, y con insistencia, sobre todo a la salida de dos crisis: 2001 y 2008. En este punto, algunos analistas empiezan a hablar de América latina, en particular de Argentina, Brasil y Bolivia, en términos de una estasis, de un momento de pausa. Eso se traduce en que en la política de estos países se hace más fuerte la referencia al pasado, a lo que se ha logrado y superado, y tiene menos presencia un discurso de futuro. En relación a Europa y a su crisis, llama la atención cómo funciona aquí la idea de patria, ya que allá no podría convocarse y acá, en cambio, parece una cosa viva.


–Esto, puede decirse, plantea un horizonte progresivo en relación a la historia reciente del país y de la región pero tiene el riesgo de ser conservador cuando no da lugar a otro horizonte...


–Hay que ver hasta qué punto el discurso del estado nación no entra en contradicción con la apuesta a una región latinoamericana si es que esta no se la piensa desde un imperialismo interno. Una relación plural a nivel mundial debe calibrar sus políticas en relación a los otros.


–En Argentina, la referencia a Gramsci es muy fuerte. Es también el autor del concepto de hegemonía que es clave en la teoría de Laclau. ¿Cómo se relaciona usted con este autor italiano?


–Gramsci ha siempre estado constreñido, para mí, por la política italiana, europea, como un hombre que estuvo en la formación del Partido Comunista en Italia, en la Tercera Internacional y que, luego, una vez en la cárcel, se dedicó a estudiar y a pensar de una manera que lo transformó en otra persona. Pero ese cambio ha sido completamente escondido y anulado por el PCI que lo presentó como el teórico de la hegemonía. ¿Pero qué cosa era la hegemonía desde ese punto de vista? Era la hegemonía del partido que se ejercitaba en una alianza entre sectores. Y se dejaba de lado, por ejemplo, el gran problema que piensa Gramsci que es la relación entre norte y sur. También toda la ideología y la práctica sobre los consejos es cancelada y la distinción entre guerra de movimientos y guerra de posiciones se evade. Con esto quiero aclarar que Gramsci no estuvo en mi formación. El primer libro de Asor Rosa contra Pasolini (N. del E.: Scrittori e popolo), que fue decisivo para nosotros, lo leímos como una interpretación contra el Gramsci nacional-populista. Esto quiere decir, contra el Gramsci que no hace ninguna mención a la cuestión de clase, o que si la hay es confusa y dispersa.


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domingo, 27 de noviembre de 2011

Lo que revela y oculta la crisis financiera. “La Democracia de la guerra, la ocupación y el saqueo”.

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Las elites que dieron vida a la globalización no están preparadas para la incertidumbre y confusión actual. Saben que algo está sucediendo pero ven los aspectos negativos como excepción a la regla, cuando en realidad "ya no estamos en la globalización, sino en otra cosa que todavía no sabemos definir", declaraba John Saul en 2005, cuando publicó su libro “The Collapse of Globalism and the Reinvention of the World”- . Y agregaba que si no hacemos este análisis seremos incapaces de crear una dirección (de cambio) y volveremos a ser víctimas de las circunstancias de quienes propongan una dirección a seguir. Eso pasó en los años 30, y en muchos países llevó al nazismo o el fascismo, en otros llevó al New Deal o al comunismo. En un debate el 11 de marzo pasado en Waterloo, provincia de Ontario, Canadá, John Saul subrayó que la globalización es un intento de “cambiar de prisma” para ver la civilización: “Hubo tiempos en que se la veía a través de Dios, de la religión, a través de la monarquía absoluta o de una ideología. La ideología a partir los años 70 del siglo 20 fue que había que mirar el mundo a través de la economía, y eso fue definido como ‘globalización’. O sea ver el mundo a través de la economía”.


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¿ Que se esconde tras la crisis financiera-especulativa. La caída "final" de las Bolsas?.

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Lo que revela y oculta la crisis financiera.


“La Democracia de la guerra, la ocupación y el saqueo”.


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Alberto Rabilotta.


América latina en Movimiento. Miércoles 23 de noviembre del 2011.


La rebatiña colonial regresa al galope. Después de Libia será Siria mediante una “intervención limitada” de Francia, Inglaterra y Turquía, según el periódico francés Le Canard Enchaîné (23 noviembre 2011), y otra vez con el apoyo de la armada canadiense que el primer ministro conservador de Ottawa, Stephen Harper, dejó en el Mediterráneo para apoyar cualquier intervención de países de la OTAN (CBC, 20 noviembre 2011). Y luego “irán por Irán”, como escribía Juan Gelman en Página/12 el pasado 13 de noviembre.



Las no tan antiguas potencias coloniales europeas y el imperialismo estadounidense han aprendido la lección de Israel, que como destaca el historiador Yakov Rabkin “conservó el ‘virus’ occidental del uso de la fuerza para someter o colonizar a otros pueblos, y ahora ese virus está propagándose. No es de origen israelí ni de origen judío, es de origen europeo y fue muy bien preservado en Israel, que fungió como hospedante de valores occidentales que son tan agradables al rey de Arabia Saudí, quien los está aplicando con la represión en Bahrein”.



En medio de las sucesivas crisis financieras, de los problemas estructurales del capitalismo que amenazan la supervivencia del sistema, la lucha por los mercados, sin tapujos y hasta con arrogancia, reaparece en sus formas originales. Detrás de las fuerzas militares de la OTAN, en Libia, llegaron los hombres de negocio de los países que participaron en esa agresión, como Francia, Inglaterra, Estados Unidos, Qatar, Canadá e Italia. Los militares bombardearon, mataron e hirieron y desplazaron a numerosos civiles y destruyeron gran parte de la infraestructura de Libia, y los hombres de negocio llegaron para obtener los contratos para reconstruirla, para vender las armas que permitan reponer los arsenales y el material militar destruido, y de paso obtener los contratos para apropiarse al máximo posible de los dos recursos naturales abundantes en ese país: el petróleo y el agua dulce.



Nada ni nadie está al resguardo de esta ofensiva reaccionaria



El regreso a las peores épocas del capitalismo es evidente en todo. Una a una las conquistas laborales y sociales ganadas a través de largas y costosas luchas obreras están siendo limitadas o van camino de la eliminación en los países capitalistas avanzados, todo esto en nombre de la austeridad fiscal y la competitividad, o sea para reforzar la dictadura del capital financiero sobre las economías y los pueblos.



El retroceso político es abrumador. La cúpula de la Unión Europea decidió quien gobernará Grecia e Italia, y entre otras cosas se apresta a establecer una “dictadura presupuestaria” que pondrá fin, en la zona euro, a la soberanía política de las naciones en materia fiscal y presupuestaria.



Los pueblos entienden que el sistema político compuesto por los “partidos de gobierno” no ofrece alternativa a la situación actual. En realidad los “partidos de gobierno”, sean conservadores o socialdemócratas, han capitulado ante los mercados financieros y prometen seguir desangrando a sus ya debilitados pueblos. Y en este contexto el temor a la inseguridad económica y social se instala en el electorado, lo que constituye un peligroso caldo de cultivo, como quedó demostrado durante la crisis de los años 30 del siglo 20.



Mientras tanto el desempleo es altísimo y sigue aumentando, y la recesión económica que afecta a los países endeudados, como Portugal, Grecia y España, se expandió a Italia y amenaza al resto de la zona euro a medida que los gobiernos de países como Francia aplican más medidas de austeridad fiscal para reducir el déficit presupuestario, que reducirán la demanda agregada, o sea la capacidad de gasto de los franceses, con las sabidas consecuencias de un frenazo económico, una reducción de la recaudación fiscal y el aumento del déficit presupuestario. Y como la oligarquía financiera no pierde la oportunidad de ésta crisis que ella misma creó, al mismo tiempo exige que los países de la zona euro sigan eliminando las principales conquistas laborales de los trabajadores, como la semana de 35 horas en Francia, país donde la productividad es más elevada que en Alemania, para retornar a las 38 horas, y vaya a saberse si habrá o no compensación salarial.



Crisis de la civilización capitalista



En Europa el racismo se ha vuelto una cosa cotidiana y junto al nacionalismo de la peor especie ha pasado a formar parte de la plataforma de algunos partidos políticos. Los odios étnicos están presentes y en algunos países europeos se manifiestan a través del discurso de los políticos y gobernantes.



Como dijo el ensayista canadiense John Ralston Saul, la globalización que se suponía iba a abrir las fronteras del mundo ha llevado directa o indirectamente a lo contrario, al nacionalismo en su versión antigua. Lo que hemos visto en los últimos 25 años, por buenas y malas razones, es un sorprendente retorno del nacionalismo, del nacionalismo positivo (como en países de Sudamérica) y del nacionalismo negativo. Del retorno del populismo y ahora el regreso al racismo. En las últimas décadas el racismo volvió a ser algo “socialmente aceptable”. Es algo atroz… Se puede ser racista y ser electo para gobernar un país. Italia tuvo un fascista como vice primer ministro; Francia, vaya uno a saber; Hungría… ¿Cómo sucedió esto? ¿No era que íbamos hacia la apertura y que el nacionalismo estaba muriendo? La globalización trajo de vuelta, a nivel nacional, el populismo, el nacionalismo, el racismo y el fascismo, y las fronteras están cerrándose no por el miedo a Al-Qaeda sino porque están regresando las actitudes del viejo nacionalismo negativo, y esta es sólo una de las consecuencias imprevistas de la globalización dirigida por una deshumanizada ideología economicista.



Las elites que dieron vida a la globalización no están preparadas para la incertidumbre y confusión actual. Saben que algo está sucediendo pero ven los aspectos negativos como excepción a la regla, cuando en realidad "ya no estamos en la globalización, sino en otra cosa que todavía no sabemos definir", declaraba John Saul en 2005, cuando publicó su libro “The Collapse of Globalism and the Reinvention of the World”- . Y agregaba que si no hacemos este análisis seremos incapaces de crear una dirección (de cambio) y volveremos a ser víctimas de las circunstancias de quienes propongan una dirección a seguir. Eso pasó en los años 30, y en muchos países llevó al nazismo o el fascismo, en otros llevó al New Deal o al comunismo.

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¿Qué realmente se esconde tras las revueltas sociales globales?.

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En un debate el 11 de marzo pasado en Waterloo, provincia de Ontario, Canadá, John Saul subrayó que la globalización es un intento de “cambiar de prisma” para ver la civilización: “Hubo tiempos en que se la veía a través de Dios, de la religión, a través de la monarquía absoluta o de una ideología. La ideología a partir los años 70 del siglo 20 fue que había que mirar el mundo a través de la economía, y eso fue definido como ‘globalización’. O sea ver el mundo a través de la economía”.



El pensador canadiense explica como a través de esta ideología se piensa acerca del “ciudadano, que pasa a ser un cliente; de la cultura, en términos de cómo organizarla, financiarla y controlarla; o de la salud, donde uno entra en un hospital y nadie es un enfermo, sino clientes, como si fueran objetos de una teoría de gestión económica. Esta ideología que llamamos globalización es fundamentalmente un retorno a la visión utilitarista del funcionamiento de la civilización, de como inevitablemente debe funcionar”.



Para John Saul la globalización no es una idea nueva ni tampoco original, sino una vieja idea atada a una visión linear de como la civilización funciona y debe funcionar: “Forma parte de la antigua visión del racionalismo y el utilitarismo, de como nos movemos del pasado hacia el futuro, sin nunca poder retroceder. El progreso es siempre avanzar. La globalización es una especie de antiguo y lineal utilitarismo económico, atado a viejos modelos de crecimiento y de lo que constituye la riqueza, de que no hay límites a la expansión y el crecimiento, de que hay que aumentar constantemente el comercio exterior sin jamás examinar que tipo de comercio, en cuáles términos o si el comercio nos aporta lo que realmente queremos, ni tampoco examinar cuál es el propósito de aumentar el crecimiento o el comercio”



Este enfoque lineal, agrega, no produce una visión incluyente, de conjunto, sino una estrecha visión utilitaria de como el mundo funciona, y rompe el concepto de la ciudadanía, del bien común y la idea misma del ciudadano desinteresado, la idea misma de civilización, y nos aleja de lo que precisamente necesitamos, una visión holística, amplia e incluyente. Lo que ha ocurrido en los últimos 30 años es muy similar a la atmósfera en Francia bajo (el reinado de) Louis-Philippe 1.



Apunta, como algunos economistas y politólogos, que bajo la globalización hubo un franco retorno del mercantilismo, o sea la creación de grandes corporaciones integradas horizontalmente (y) básicamente controladas por gerentes o administradores. Y compara las grandes transnacionales de hoy día con las empresas mercantilistas británicas u holandesas, como la Compañía de la Bahía Hudson creada por los británicos para controlar el comercio y la extracción de recursos en Canadá, o la Compañía Británica de las Indias Orientales, que no creaban riquezas sino que transportaban y comerciaban diferentes productos a través del mundo. Y subraya que bajo el orden neoliberal “tampoco aumentó la competencia entre firmas, sino al contrario, porque hemos visto el aumento de monopolios y oligopolios”.



Como escribe el sociólogo mexicano Pablo González Casanova (La Jornada, 14 de noviembre pasado), no hay duda de que vivimos en un mundo injusto y peligroso. La “opción racional” que orienta a las ciencias sociales hegemónicas se está convirtiendo, paradójicamente, en opción irracional. Sobre este aspecto y utilizando el referente de la “limpieza étnica”, John Saul habla de la “limpieza intelectual que en las últimas décadas hemos presenciado dentro de los círculos académicos, en particular en los departamentos de economía, para impedir la llegada o el acceso a nuevas ideas. Nunca hubo tan pocos desacuerdos entre economistas. Ahora eso está cambiando porque la situación es tan obvia que no puede ser ignorada. ¡Tres décadas sin desacuerdos! Quienes estaban en desacuerdo no eran publicados. Esto es un ejemplo clásico de la ideología, de rechazo al pensamiento intelectual, a las diferencias intelectuales, porque es a través de la diferencia que descubrimos nuevas cosas. Es algo similar a la secreta Congregación para la Propagación de la Fe (Santo Oficio) de la Iglesia católica, o sea un instrumento de propaganda a favor de una ideología, pero en este caso pretendiendo ser una ciencia económica”.



Para John Saul estamos frente a una ruptura catastrófica del pensamiento intelectual occidental, que explica la ausencia de cuestionamiento sobre la globalización, sobre el crucial ¿hacia dónde nos están dirigiendo? Y afirma que “es como haber caído en un escolasticismo de bajo nivel. Diría que lo que hemos tenido en las últimas tres décadas en términos de pensamiento económico (hegemónico) es el más bajo nivel de educación en materia de pensamiento intelectual desde 1750, cuando Voltaire decía que la aristocracia dominante (en Francia) no tenía necesidad de aprender a leer porque tenían personal doméstico que les leían”.



La Vèrdiere, Francia. - Alberto Rabilotta es periodista argentino.


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