martes, 17 de enero de 2012

BRASIL cierra 2011 como sexta potencia económica mundial. “Coloso de América Latina convertido en gigante global”.

&&&&&

Esta modestia no fue óbice para que tanto Mantega como la jefa del Estado, Dilma Rousseff, expresaran su confianza en que su país se consolidará pronto como quinta economía, desplazando a Francia. "Antes de cuatro años Brasil habrá desbancado a Francia del quinto puesto, incluso antes de lo que prevé el FMI, que vaticina ese hecho para 2015", apuntó. "El ritmo de crecimiento supera a la de las naciones europeas y parece inexorable que Brasil supere a Francia en un futuro próximo y, quizá, a Alemania", subrayó el titular de Hacienda, que restó importancia al enfriamiento de la economía en el segundo semestre de 2011. Lula da Silva, predecesor de Rousseff e impulsor del milagro brasileño, ya dijo poco antes de dejar el cargo que en 10 años Brasil sería la tercera potencia mundial, sólo por detrás de China y Estados Unidos.


Reflejo de las medidas implementadas por el país desde el inicio del Plan Real, nacido en 1994 para estabilizar la economía, y de las acciones adoptadas desde 2003 por Lula, el país presenta un palmarés de crecimiento sostenido, sólo quebrado en los últimos años por la caída registrada en 2009, el año más duro de la crisis global. La economía brasileña, que creció el 7,5% en 2010 y que desde mediados de 2011 experimenta una ralentización, habrá cerrado el año pasado con un avance del 2,9% y se expandirá el 3,5% en 2012, según la Cepal, ya que el deterioro del clima internacional afectará a su rendimiento. Pero, pese a la desaceleración, Brasil será uno de los pocos grandes en expansión en este ejercicio y avanzará más que EEUU, Europa y Japón.


/////




BRASIL cierra 2011 como sexta potencia económica mundial.


“Coloso de América Latina convertido en gigante global”.


*****


By Control Capital.Net


Control Capital-Net. CCN. Jueves 5 de enero del 2012.


Capitalmadrid.com
Carlos Álvaro.–


Brasil, la primera economía de Latinoamérica es ya algo más que un mero emergente. Pese a que sufrirá este año la desaceleración que impone el prolongado entorno económico adverso internacional, con debilidad o recesión en algunos de sus grandes socios (EEUU, UE, Japón), el coloso del área se ha convertido ya en gigante global. Según asegura el instituto británico Centro de Estudios Económicos y Empresariales (CEBR), en su último informe, Brasil se ha convertido ya en la sexta potencia global del Planeta en términos económicos, desplazando a un Reino Unido afectado por la crisis bancaria de 2008 y la posterior recesión. Gracias al deterioro en Europa y al boom de las exportaciones a Asia, Brasil, que ya superó a Italia en 2010, forma con México (puesto 14) y Argentina (27) la tríada de países de la región que entran en el club Top 30 de las mayores economías globales.


Los emergentes son cada vez más realidad económica incontestable que promesa en ciernes y para las tradicionales economías líderes, especialmente europeas, quizá haya que comenzar a usar el adjetivo declinantes, ya que no sólo Brasil, sino países como China y la India comienzan a desplazarlos de los primeros puestos de la pujanza internacional o amenazan con hacerlo en breve. En el último ranking de CEBR se ve claramente que las naciones asiáticas suben y que los países de Europa pierden fuelle en el contexto global. Rusia, que ya es novena economía mundial, podría alcanzar la cuarta plaza en 2020 y la India, hoy décima, sería la quinta ese mismo año.


"Las exportaciones de materias primas a China y otras naciones asiáticas han impulsado a Brasil en un contexto de crecimiento de Asia y retroceso de Europa", según el director de CEBR, Douglas McWilliams, para quien "el mapa económico está cambiando y las economías productoras de materias primas vitales como alimentos y energía van hacia arriba". El CEBR pronostica que en 2020 Alemania caerá del cuarto al séptimo lugar, el Reino Unido al octavo y Francia al noveno. De momento, el organismo prevé una contracción del 0,6% en Europa en 2012, que podría llegar al 2% si no se resuelve la crisis del euro. Mientras, China y la India avanzarán al 7,6% y al 6%, respectivamente.


La nueva clasificación de Brasil llega en un momento de enfriamiento coyuntural, tras la desaceleración sufrida por el país en 2011 y con perspectivas de una expansión en 2012 inferior a la de otros años. Y cuando el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff está inmerso en planes para atajar la inflación, reajustar el gasto tras las políticas expansivas del primer semestre de 2011 y preparar al país para el duro entorno económico que se otea a nivel global este año. Con todo, el país debe estar más que satisfecho. En palabras de McWilliams, "Brasil ha ganado al fútbol a los grandes europeos muchas veces, pero hacerlo en economía es un fenómeno nuevo".


Según el CEBR el PIB brasileño se elevó en 2011 a 2,518 billones de dólares, superando al Reino Unido (2,481 billones), un país con una población tres veces inferior a los 207 millones de habitantes de la nación sudamericana, y situándose inmediatamente por detrás de EEUU (15,065 billones), China (6,988 billones), Japón (5,855 billones), Alemania (3,629 billones) y Francia (2,808 billones). España ocupa el puesto 12 en una lista en la que se ve superada por los anteriores países y Reino Unido, Italia, Rusia, India y Canadá.


En Brasil las autoridades han acogido la nueva posición mundial con entusiasmo pero con cierta cautela, conscientes de que queda aún mucho por hacer. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, matizó que si bien Brasil es ya la sexta economía mundial, aún le faltan entre 10 y 30 años para alcanzar las cotas de desarrollo y los estándares sociales europeos. "Eso significa que vamos a tener que seguir creciendo más que los países desarrollados, aumentar el empleo y la renta de la población. Hay un enorme desafío por delante", admitió. "Brasil debe aún invertir mucho más en el área social, atajar las enormes desigualdades humanas y territoriales y mejorar sus infraestructuras. Y puede tardar dos décadas y hasta tres en algunos aspectos, en alcanzar el nivel de vida europeo, incluso el de los países que hoy tienen más dificultades, como Grecia, España e Italia", destacó.


Tras el Reino Unido, a por Francia.


Eso sí, el ministro dejó clara su opinión de que las naciones que más van a crecer en los próximos años serán las emergentes (BRIC) con Brasil, China, la India y Rusia a la cabeza. "La tendencia es que Brasil se mantenga entre las mayores economías del mundo en los próximos años", indicó Mantega, para quien el desempeño de la economía, las dimensiones de su mercado y el surgimiento de una pujante y extensa clase media hacen que el país sea "respetado y codiciado" por el inversor extranjero.


Esta modestia no fue óbice para que tanto Mantega como la jefa del Estado, Dilma Rousseff, expresaran su confianza en que su país se consolidará pronto como quinta economía, desplazando a Francia. "Antes de cuatro años Brasil habrá desbancado a Francia del quinto puesto, incluso antes de lo que prevé el FMI, que vaticina ese hecho para 2015", apuntó. "El ritmo de crecimiento supera a la de las naciones europeas y parece inexorable que Brasil supere a Francia en un futuro próximo y, quizá, a Alemania", subrayó el titular de Hacienda, que restó importancia al enfriamiento de la economía en el segundo semestre de 2011. Lula da Silva, predecesor de Rousseff e impulsor del milagro brasileño, ya dijo poco antes de dejar el cargo que en 10 años Brasil sería la tercera potencia mundial, sólo por detrás de China y Estados Unidos.

Reflejo de las medidas implementadas por el país desde el inicio del Plan Real, nacido en 1994 para estabilizar la economía, y de las acciones adoptadas desde 2003 por Lula, el país presenta un palmarés de crecimiento sostenido, sólo quebrado en los últimos años por la caída registrada en 2009, el año más duro de la crisis global. La economía brasileña, que creció el 7,5% en 2010 y que desde mediados de 2011 experimenta una ralentización, habrá cerrado el año pasado con un avance del 2,9% y se expandirá el 3,5% en 2012, según la Cepal, ya que el deterioro del clima internacional afectará a su rendimiento. Pero, pese a la desaceleración, Brasil será uno de los pocos grandes en expansión en este ejercicio y avanzará más que EEUU, Europa y Japón.


Más optimista, Mantega juzga que el crecimiento brasileño volverá en 2012 a los niveles del 4%-5%, el promedio anual en 2003-2010. "Generación de empleo e inflación bajo control son los soportes para que Brasil se mantenga en vanguardia del crecimiento en 2012", apostilló días atrás. Sobre el crecimiento (nulo en el tercer trimestre y probablemente ínfimo en el cuarto) habrán pesado las reformas y ajustes adoptados en verano por el Gobierno para tratar de eludir la crisis global y contener la inflación, y que han contrarrestado las acciones adoptadas a comienzos de año para estimular la economía y la inversión, conteniendo la demanda en los últimos meses.


Si ya en primavera el intento de evitar un recalentamiento frenó algo la economía, el ajuste fiscal decretado en agosto, dictado como protección ante el temor a la crisis, ha contribuido a rebajar la expansión. Rousseff decidió reducir el gasto estatal para dar más volumen al superávit fiscal de Brasil, lo que se plasmó en un tijeretazo de casi 9.000 millones de dólares.


Atractivo inversor.


Con todo, y al contrario que en Europa, donde la austeridad y los ajustes proliferan desde 2009, Rousseff apostó a su llegada por fuertes inversiones públicas para generar empleo y reducir la pobreza, con el objetivo de lograr en 20 años una distribución de renta per cápita similar a la de la UE. Para ello, Brasilia ha lanzado un gigantesco plan de inversión en obras públicas, superior a los 510.000 millones de dólares en 2011-14, con el que pretende reducir el déficit de infraestructuras y sentar las bases para un crecimiento sólido y continuado. Se trata de un plan en el que participan o muestran ya un decidido afán por participar las empresas españolas, desde las más grandes a pymes, y que se ve animado por las oportunidades de negocio que generará en los próximos años la celebración en Río de Janeiro de dos eventos deportivos clave: la Copa del Mundo de Fútbol (2014) y las Olimpiadas (2016). En 2011, el esfuerzo inversor en infraestructuras para dotar al país de la base necesaria para una economía moderna fue ya de 77.000 millones.


Otros últimos datos hablan claro de la positiva marcha de Brasil. Además de lograr un récord en inversión extranjera en 2011, el país consiguió crear 2,3 millones empleos en 2011, lo que redujo la tasa de paro al mínimo histórico del 5,2% en un momento en el que el desempleo se dispara en Europa; logró un superávit comercial récord de 27.000 millones de dólares y elevó sus reservas internacionales a más de 350.000 millones.


Además, Brasil, quinto país más competitivo de Latinoamérica y segundo de Sudamérica, ha subido en el último Índice de Competitividad Global del puesto 58 al 53, según el Wolrd Economic Forum, que destaca la importancia de su mercado (el décimo mayor del mundo), su desarrollado entorno empresarial (puesto 31), la eficiencia del mercado financiero (40) y el alto nivel de innovación (44). Por el contrario, el WEF detecta infraestructuras deficientes (puesto 104), desequilibrios macroeconómicos (115), mala calidad del sistema educativo (115) y rigidez en el mercado laboral (121).


Brasil es, además, el país que más inversión capta desde el exterior en Latinoamérica y uno de los principales destinos de la inversión extranjera directa (IED) mundial. En 2011 habrá atraído la cifra récord de 65.000 millones de dólares en IED, tras haber conseguido en 2010 la impresionante cifra de 48.462 millones de dólares (+87% con respecto a los 25.949 millones de 2009). El coloso americano fue destino en 2010 del 75% de la pujante y clave inversión china en el área y sigue siendo lugar favorito para el establecimiento de firmas foráneas, especialmente norteamericanas y españolas.


Según una reciente encuesta de PwC entre las 500 principales empresas de Sudamérica, casi el 40% de los CEO se decantan por Brasil como destino más atractivo y seguro para invertir hoy y en un futuro próximo en el área. Y según un estudio de J.P. Morgan, Brasil es el destino más atractivo de Latinoamérica para los inversores internacionales, a pesar de que aún no ha erradicado algunas prácticas que dificultan los negocios. "Brasil ofrecerá las oportunidades más atractivas de inversión durante los próximos tres años en América Latina, donde una clase media en expansión hace prever un crecimiento económico sostenido. El 68% de los inversores de EEUU y Europa juzgan que es el país más atractivo de la región", indicaba ese documento.


Grandes desafíos pendientes.


No obstante, no todo es color de rosa. El último informe Doing Business del Banco Mundial rebajaba la calificación a la potencia latinoamericana, del 120 al 126, en lo que a facilitación de negocios se refiere, aspecto en el que se sitúa al país en la zona baja de la tabla. Para Doing Business, se ha producido un deterioro en registro de propiedades, pago de impuestos, protección del inversor y comercio transfronterizo, si bien Brasil mejoró en 2011 en apertura de negocio, permisos de construcción y resolución de insolvencias. Abrir una empresa en Brasil requiere 13 procedimientos y lleva 119 días de media (frente a un promedio de 9 trámites y 54 días en Latinoamérica). En permisos de construcción, Brasil requiere 17 trámites (14 de media regional) y 469 días (221 en Latinoamérica). Los empresarios extranjeros suelen quejarse, además de lo engorroso de las tramitaciones, de la proliferación de corruptelas y sobornos y de la obligación en la práctica de buscar un socio local para asegurar un correcto funcionamiento del negocio o de la inversión.


La prestigiosa fundación de estudios económicos Getulio Vargas ha destacado el logro histórico de Brasil de entrar entre las seis principales economías, pero también apunta que no el país no ha sido el único que ha contribuido a este éxito, forjado en parte por la mala coyuntura europea. El centro recuerda que al país le restan importantes retos, como reducir la pobreza y aumentar una renta per cápita y un nivel de vida que están muy por detrás de los europeos o estadounidenses. El PIB per cápita se eleva a 12.900 dólares (pese a haber aumentado el 21,7% en 14 años), frente a 44.400 dólares en Francia y 48.100 de EEUU. Y aunque el PIB brasileño haya superado al del Reino Unido, la renta per cápita de Brasil sólo alcanzaría a la británica en 2028.


Brasil tiene dimensiones continentales y una riqueza natural impresionante: posee más superficie agrícola disponible que cualquier otro (supera a Rusia y EEUU juntos), el 20% sin tener en cuenta la Amazonia; dispone de tanta agua renovable como toda Asia para una población 20 veces inferior. Y si hace apenas tres décadas era un importador de alimentos, hoy es el mayor exportador mundial de carne de pollo y vacuna, azúcar y el segundo en soja y maíz. Pero tras esta fachada se ocultan grandes desafíos como terminar con el analfabetismo, poner al día un infraestructura insuficiente, mejorar la salud pública y erradicar la miseria, que afecta a 16 millones. Y romper la ecuación de una carga tributaria elevada, de país desarrollado, para unos servicios públicos (salud, educación) que continúan a niveles de país subdesarrollado. El recién rebasado Reino Unido ocupa el puesto 28 en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, mientras que Brasil se sitúa en el 84 entre 187 países.


Un país en marcha.


La presidenta Rousseff ha cerrado su primer año de mandato con un artículo de opinión reproducido en todo el país, en el que tras felicitarse de los logros, anima a los brasileños a mantener el rumbo. Según destacó la mandataria "Brasil tiene motivos para mirar 2012 con gran optimismo y con la seguridad de que la economía va a expandirse con estabilidad y reduciendo las graves desigualdades. Con menos impuestos y más crédito, Brasil crecerá más y lo seguirá haciendo sin renunciar al principio fundamental: expansión con distribución de renta. Ese es el camino de la prosperidad", resaltaba, no sin renovar la promesa que realizó al asumir la Presidencia el 1 de enero de 2010 de "no descansar hasta alcanzar la meta de sacar a 16 millones de personas de la pobreza extrema y erradicar la miseria" en uno de los países más poblados del mundo.


Rousseff recordó que con los programas sociales y el repunte económico, durante el Gobierno Lula casi 28 millones de brasileños dejaron de ser pobres. En la actualidad, casi 13 millones de familias reciben los subsidios del principal programa social, Bolsa Familia, con un máximo de 130 dólares por mes y una media de 62 dólares y la mandataria ha prometido que 2012 comenzará con un fuerte incremento del salario mínimo (de 300 a 340 dólares) y con reducción de impuestos y nuevos planes para mejorar sanidad y educación.


Los analistas alaban el pragmatismo con el que Rousseff está conduciendo un país que heredó en magnífica condición económica de su antecesor y mentor, Lula da Silva, que dirigió el país entre 2003 y 2010. Según los observadores, la presidenta ha llevado a cabo en su primer año una política más pragmática y menos ideológica que su antecesor, pese a formar parte del mismo Partido de los Trabajadores (PT). Para Thiago de Aragão, de Arko Advice "Lula se aproximaba a ciertos países en el área sólo por cuestiones políticas, una aproximación que Rousseff mantiene pero buscando beneficios reales. No se pierde en divagaciones político-ideológicas".


Otros analistas subrayan que esta política pragmática, unida al peso moral y al ejemplo que ofrece el PT, ha permitido a Brasil influir positivamente en el rumbo que sigue Ollanta Humala al frente de Perú, alejándolo del chavismo. Algunos señalan, no obstante, que este pragmatismo vino en gran medida obligado por la crisis global y censuran que a Rousseff no le ha temblado el pulso a la hora de recortar gasto público ni de introducir algunas medidas proteccionistas que han dañado a sus vecinos comerciales de Mercosur.


*****

No hay comentarios: