domingo, 29 de enero de 2012

“CUERNO DEL ÁFRICA”: El hambre y la silenciosa muerte de los ignorados.

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Las organizaciones asistentes al Foro Social Mundial de Porto Alegre - 2012 - y sus líderes representativos y democráticos, en conjunto con los académicos del mundo comprometidos con los intereses históricos de nuestros pueblos debemos por obligación moral y compromiso social y político, hacer - participar - una campaña mundial, continental, nacional, regional y local, para que todos estemos informados, con la finalidad de ayudar - pero participar activamente -a nuestros hermanos de los países ubicados en el llamado Cuerno del África. Países ubicados en la región del África Oriental, en donde desagua el mar Rojo, con el Océano Índico, conformado por los países de Eritrea, Djibouti, Etiopía y Somalia. Son 60 millones de seres humanos. La hambruna, la miseria, el olvido, la indiferencia del mundo, está haciendo estragos devastadores en especial en los niños. Participemos activamente en esta Cruzada Mundial.


Obviamente esperar, alguna colaboración, ayuda de los "caballeros" de cuello y corbata" presentes en el Foro Económico Mundial de Davos - el foro de los ricos - seguro que "darían" una contribución, pero a cambio de que su nuevo modelo económico de acumulación mundial del capitalismo - el capitalismo del saqueo, despojo, del pillaje - de los recursos naturales - materias primas - nuestra diversidad, el agua, las tierras de cultivo y lo mejor nuestros conocimientos tradicionales, tendríamos que "entregarles " a cambio de una miserable contribución. No necesitamos de ellos. Pero, tampoco con nuestro silencio, apatía e indiferencia, seamos testigos – aunque lejanos – de que miles de niños, jóvenes, adultos, hombres y mujeres mueran de hambre, víctimas de las políticas asimétricas, desiguales e injustas de la globalización neoliberal, mueran simplemente porque son “pobres” e ignorados. Además exijamos en todos los escenarios del mundo que las instituciones y organismos mundiales de las Naciones Unidas asuman su responsabilidad de intervenir activamente para todos conjuntamente participemos en la Gran Cruzada Mundial de Apoyo Social a nuestros Hermanos de los países del llamado “Cuerno del África”.


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Países del Cuerdo del África. 60 millones de seres humanos mueren de hambre. La hambruna, la miseria y las políticas asimétricas, desiguales e injustas de la globalziación neoliberal, los está matando. La indiferencia del mundo emergente, popular, democrático es hoy injustificable. La Gran Cruzada Mundial en apoyo a nuestros hermanos, nos espera.¡¡¡.
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“EL CUERNO DEL ÁFRICA”: El hambre y la silenciosa muerte de los ignorados.


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Entre 50 y cien mil personas murieron de hambre en la región llamada el Cuerno de África. La comunidad internacional es también responsable de la tragedia.


La Voz. Opinión. Domingo 22 de enero del 2012.


Alejandro Mareco.


¿Cuánto valen 50, 100 mil vidas perdidas, de las cuales la mitad son de niños? Si sucede en la región del mundo llamada Cuerno de África, está claro que muy poco. ¿Y la globalización?; ¿y “la comunidad internacional”?


La globalización sucede desde hace 500 años y pico, cuando los viajes de Colón nos encontraron a todos como parte de un globo. Para gran parte de África, como para otras partes del mundo, comenzó entonces una especie de enorme cataclismo, acaso el más arrasador de todos: la voracidad de los poderosos.


En el continente en el que nació la especie, no sólo se saquearon riquezas, sino también personas (millones de esclavos). Luego, los europeos desplegaron su opresión colonialista en todo el territorio: Inglaterra, Francia, España, Portugal, Italia, Alemania. Hasta Bélgica y Holanda tenían pueblos sometidos, condición que sostuvieron a sangre y fuego hasta más allá de la mitad del siglo 20.


La mayor parte de la riqueza europea, que hoy no se ve tan sólida, es fruto de la expoliación de continentes enteros. (Y ahora hay que asistir, no sin estupefacción, a que el primer ministro inglés diga que Argentina es colonialista).


La globalización de estos tiempos tiene que ver sobre todo con el mundo tomado como mercado, en el que la relevancia que los países más desarrollados les adjudican a los demás depende de sus capacidades de consumo.


Después, la globalización de las comunicaciones tiene una mirada parecida. En estos días de imágenes instantáneas e información veloz se ven, sin embargo, algunas cosas. Por ejemplo, el reciente desastre del crucero italiano en aguas del mar Tirreno sigue fluyendo a raudales en las pantallas. Claro, es una historia con varios condimentos que la hacen interesante: además de la tragedia, un inefable capitán y la desventura de miles de personas capaces de costearse pasajes tan caros, entre otros.


Mientras tanto, pasan otras cosas, como la catástrofe humanitaria en el Cuerno de África, de la que poco se ha dado cuenta. Según las organizaciones Oxfran y Save the Children, entre abril y agosto del año pasado murieron de 50 a 100 mil personas, la mitad de ellos niños en la región que comprende a los países de Somalía, Yibuti, Etiopía y Kenia. ¿La causa? El hambre. La zona padece una de las peores sequías de su historia y 13 millones de personas están acorraladas por la situación.


Pero no es sólo el hambre. Según esas organizaciones humanitarias, “la falta de una acción decidida por parte de la comunidad internacional, en el momento en el que los sistemas de alerta temprana vislumbraron la gravedad de la situación de la zona, dejó un desolador balance”.


A pesar de que se había declarado la emergencia sanitaria, la ayuda tardó seis meses en llegar, pues los donantes exigían pruebas de que se estaba frente a una catástrofe humanitaria. Acaso la “comunidad internacional” estaba demasiado ocupada en salvar al mundo financiero, a los bancos, de sus propios excesos.


¿Era tan difícil comprobar la gravedad de la situación? Es posible que sí, puesto que los medios están, pero el desprecio hacia la suerte de algunas regiones del planeta es contundente. Japón, por ejemplo, sufrió un cataclismo, y de inmediato recibió la solidaridad material del mundo, como corresponde. El Cuerno de África padece otro cataclismo, la sequía, pero además, uno peor: la inequidad y la indiferencia. ¿Es posible todavía que miles y miles deban morir de hambre, la gran tragedia humana, antes de que alguien reaccione?


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