viernes, 1 de junio de 2012

Sobre el Conflicto Social y la Construcción de Gobernabilidad Democrática en un mundo en crisis multidimensional.

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Soy Ciudadano peruano. "Colega", Norteamericano, sería interesante que opine sobre la "Dictadura de los Medios de Comunicación", como parte de los poderes facticos globales y como imponen sus teorías, intereses y dominios a las débiles democracias de "telenovela", ( Hoy en México, la voz de la juventud), democracias sordas y ciegas con la voz de protesta de los de abajo, del pueblo que lucha por defender su soberanía. Pero, SI   se pronuncia a favor de las corporaciones transnacionales que hoy saquean y explotan la diversidad de nuestros recursos naturales y se la llevan libre, con la complicidad de gobiernos mentirosos, falsos, corruptos. Soy muy respetuoso de los procesos democráticos, participativos, nacionales soberanos de cada país. La revolución no es calco ni copia, es creación heroica de sus pueblos. "Colega", norteamericano a estudiar más e informarse mejor, sabe como: "ensuciándose los zapatos junto a los pueblos que luchan contra el dominio imperial, desde el poder local emergente, democrático, construyen “su propia”, Sociedad Civil, Real, emergente, autónoma, popular, plural y democrática, luchan contra la pobreza, la corrupción, la inseguridad ciudadana, por mejor educación y asistencia en salud, servicios de agua, desagüe, luz eléctrica y en defensa de su soberanía nacional". Respuesta a un Sociólogo y Docente Universitario norteamericano.
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Dr. Pablo Raúl Fernández Llerena, Ciudadano Mariateguista, en su libro sobre: “Gobernabilidad y Gobernanza, Instituciones hacia el siglo XXI”, propone un nuevo proceso de construcción múltiple de la Gobernabilidad Democrática, independiente y autónomo de los poderes fácticos globales.
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Sobre el Conflicto Social y la Construcción de Gobernabilidad Democrática en un mundo en crisis multidimensional.
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1.- El carácter de la sociedad y la democracia.

El desafío de vivir en una sociedad múltiple, compleja y multipolarizada y con profundas desigualdades, de una vasta y extensa heterogeneidad social, una extraordinaria diversidad cultural, profundas desigualdades geográfico-local-regional, y como uno de los ocho países megadiversos dueños y propietarios del más extraordinario territorio como riqueza cultural, biodiversidad, energía, materias primas, conocimientos tradicionales que alimentan una ancestral cultura popular. En ese contexto se requiere de complejos mecanismos para prevenir la fragmentación social y alcanzar un desarrollo sustentable. En este marco, como Académico y Mariateguista,  apuesto a la política deliberativa (dialogante y participativa), como herramienta fundamental y además tomando como base la dinámica, inmensa y productiva riqueza asociacionista comunitaria, que nos forjan la fortaleza y columna vertebral  de construcción de gobernabilidad democrática. 

En la segunda década del siglo XXI, recogiendo las experiencias de las dos décadas anteriores, de forja e institucionalización de la Gobernabilidad democrática, esta debe ir mucha más allá en su construcción social y política, pasar democráticamente por el centro de la propia turbulencia multidimensional, superar la ridícula práctica política de la gobernabilidad cómo el:  “sólo acuerdo de partidos políticos”, o unirnos en la coyuntura política para garantizar “estabilidad política”, o simplemente, “nos unimos, nos aliamos para darle seguridad, viabilidad y estabilidad al gobierno de turno”. La forja y construcción de la gobernabilidad democrática transita por caminos hasta entonces desconocidos o eludidos, excluidos o cuestionados, la larga avenida del siglo XXI, de la forja y construcción del Nuevo Paradigma.

La verdadera riqueza social, las potencialidades culturales y las extraordinarias sinergias locales, regionales, cohesionadas políticamente, están en la práctica diaria de nuestros pueblos, de la pujante y emergente “clase media”, con sus diversas formas de organización, sistemas de trabajo colectivo ancestral, liderazgo comunitario, han sido capaces en las cuatro últimas décadas de transformar el país, siendo todos ellos las verdaderos actores sociales y protagonistas populares de la más grande, extraordinaria e histórica “revolución silenciosa del campo a la ciudad”, de un proceso de descampenización, sin  industrialización y sí parte de una hiper-urbanización, de ser los protagonistas principales de crear y construir “Otra Modernidad”, un “nuevo rostro urbano”, de un “Nuevo Perú”, en un Mundo Nuevo.

El conflicto social es intrínseco a la vida en sociedad. Se trata entonces de saber vivir a partir de él. Pero los conflictos sociales con raíces medio-ambientales, culturales, territoriales, sí que son nuevas, diferentes, con plataformas de reclamo o reivindicación distintas a las tradicionales reclamaciones sindicales, gremiales e incluso políticas, son fuertes porque integran a toda la comunidad y/o pueblo originario – la defensa es del territorio como eje cultural, central en tiempos de crisis de la modernidad y llenas de energía, compromiso con el futuro, traen en su lucha elementos populares – el ágora griega está renaciendo en las formas originarias y comunitarias de asociacionismo – así como rico y productivo capital político de renovación democrática. Asimismo, resulta esencial advertirlo a tiempo a fin de prevenir soluciones autoritarias y no dar lugar a abordajes que se perciban injustos por las partes de forma que sus resultados provoquen frustración y ansias de revancha destructiva.

Como ocurre hoy cuando la incapacidad política de una democracia de “telenovela”, mecanismo corporativo de los medios de comunicación- no tienen alternativas viables, respetuosas y democráticas y sólo queda insultar a sus dirigentes de “ultras”, “radicales”, “enemigos de la patria”, anti-sistema”, asesorados por “curas comunistas”, u ONGs anti-mineras. Ocurre que, en dosis elevadas, mal conducidos, o pesimamente solucionados, los conflictos pueden generar dinámicas socialmente autodestructivas y dar lugar a aquello que Mahatma Gandhi advirtió alguna vez: “Con el ojo por ojo eventualmente nos quedamos todos ciegos”. En otras palabras, cuando el conflicto social no es manejado de manera constructiva puede debilitar a una comunidad, impidiéndole visualizar cuáles son las necesidades comunes que subyacen a todos sus miembros y arrojándola a una espiral de confrontación y polarización que resiente el tejido social.

2.- La democracia en América latina, “vive” soñando en el crecimiento económico.

El poder de los medios de comunicación, hoy es indiscutible, pero van más allá de lo que significa la “simple comunicación”, en “tiempo real”, o su función central la propiedad privada, el comercio, la propaganda, la publicidad, enajenando la conciencia de millones de seres humanos en el mundo o alienando su vida con su máxima función novelesca- de educación cero, de ética, moral cero – en el contexto actual desde los 90’ del siglo XX y con mayor fuerza e influencia en tiempos de la Triple crisis mundial 2008-2012 -, y ante la ausencia, enfermedad o crisis de los partidos políticos y debilidad de sus programas de gobierno, como ejes centrales del desarrollo, a implementar los gobiernos de turno; o por general la ineficiencia del Estado – burocracia, corrupción, clientelaje social y político, etc, o simplemente en tiempos de “democracias liberal representativa”, – donde es evidente la crisis institucional, en especial, Congreso o parlamento, partidos políticos, sindicatos, gremios, etc – hoy La Agenda social y política por lo general “se la ponen”, los medios o en todo caso ejercen una poderosa influencia diaria.

Esa agenda hoy es el crecimiento económico – el crecimiento estadístico – los números y las cifras, hoy valen más que la histórica deuda social que está pendiente en nuestra América. Son los medios, en alianza corporativa con los organismos supra-regionales ( F.M.I; B.M. B.I.D. ), quienes se encargan primero de monitorear y calificar y los mass-media difundir hasta el cansancio el “éxito del crecimiento país”. Muy diferente, distinto y sería realmente extraordinario que asumieran la gran responsabilidad social de abordar y contribuir en la lucha estratégica e institucional por el Desarrollo Económico Social, Sustentable y la Agenda contra del histórica desigualdad económico social, la tarea pendiente en todo América Latina. En cambio si continua con el solo "crecimiento económico" - que es importante, pero es solamente la entrada o el inicio -, este escenario, sí es altamente productivo, sensacional  muy beneficioso para la propaganda neoliberal. Si eso es así, de inmediato surge la pregunta? Y  cuando iniciamos el camino, que incluya además del crecimiento económico, el desarrollo económico social, sustentable, políticas integrales, multidimensionales, el de la revolución democrática en beneficio de millones de seres humanos y no de una elite financiera-especulativa, comercial y anti-nacional.

Esta presencia, poder, influencia e imposición de políticas públicas, sociales o programas que básicamente respondan a los “sagrados intereses y derechos de la clase dominante”, sin duda alguna será “una agenda de gobierno”, – hoy muy común en América latina, - tener una nueva mirada al panorama social y político latinoamericano - y se dará cuenta cómo y hasta donde llega la llamada “dictadura de los medios de comunicación”, que camina al compás como lo realiza hoy su “madre” política “La bancocracia”, que en la coyuntura actual, en Europa está destrozando el sistema económico, social y político, es decir “El Modo Social Europeo”.

Esta democracia es la democracia de “salón, alfombras y espejos brillantes”, es la democracia de las “grandes ligas” de comerciantes, banqueros, inversionistas, corporaciones, construida a su manera, a sus intereses de clase, esta misma democracia hoy en el mundo está construyendo – con sus naturales cambios en las extremidades – no en el tronco – producto de la crisis global – poli-crisis mundial – “su” propia Gobernabilidad Democrática que en lo fundamental garantice a los poderes fácticos globales – sus instituciones, corporaciones, bancos, bolsas, aseguradoras, inversionistas, prestamistas, “lavado” de activos, narcotráfico, paraísos fiscales, economía criminal en general, economía de la guerra, etc. etc. Debe garantizarles a través del “dialogo” las “mesas de negociación”, políticas públicas de viabilidad, ejecución, garantía, responsabilidad de la inversión para la explotación de los recursos naturales. Para ello exigen o construyen “estabilidad política” de coyuntura para garantizar absolutamente los intereses de las corporaciones o sus gobiernos que las representan como las empresas Canadienses.



3.- Nueva Democracia, más dialogante, participativa, deliberativa, para forjar el camino hacia la “solución” de los Conflictos Sociales.

En el contexto latinoamericano, el ejercicio de la democracia resulta cada vez más complejo. El sujeto de la teoría democrática – el pueblo – se despliega en una pluralidad de actores individuales y colectivos que, diversos y desiguales, conviven atravesados por el desacuerdo. Las instituciones de la democracia representativa, por sus carencias y vicios procedimentales, se encuentran con grandes dificultades para resolver los problemas sociales, propios de una sociedad policéntrica, funcionalmente diferenciada, que necesita aprovechar la contingencia y variabilidad de las circunstancias en términos de eficacia y rendimiento para lo cual debe de disponer de tiempo a su favor y concebirse de manera globalizada por encima de las fronteras territoriales y geográficas. Sociedad profundamente fragmentada, extensamente heterogénea, desigual y polarizada y por tanto, altamente conflictiva, producto principalmente de la función central que desarrollan a diario en el escenario local, regional, nacional, continental, global, las clases y la lucha de clases.

La democracia actual, liberal representativa, triunfante y hegemónica desde La Caída del Muro de Berlín – noviembre de 1989 – fue construida, diseñada, “trabajada” por el poder de las clases dominantes – la Gran Burguesía Transnacional. GBTn - para responder políticamente al interior de un escenario global, marcado por el dogma dominante, de una “Ideología Única”, de un “catecismo universal”, el neoliberalismo, como ideología única y hegemónica de la globalización neoliberal, o del capitalismo salvaje o del capitalismo financiero especulativo en la era de la transnacionalización de los monopolios imperialistas.

La consecuencia de este fenómeno (para el tema que nos convoca) es que los medios de comunicación han desplazado a la política de la función de ser el "espejo" (o el mapa) en que se refleja la sociedad y el punto de observación desde donde se puede mirar unitariamente la pluralidad de las diferencias. Por una parte, los medios no necesitan limitar la información que comunican a un solo ámbito de especialización, aún cuando ellos mismos también se especialicen. Desgraciadamente en tiempos globales neoliberales, los medios corporativos, como parte del poder fáctico mundial, su información permanece tan sesgada, orientada en una sola dirección, pero siempre con fuerte influencia en especial sobre los sectores sociales más empobrecidos, alienados por el poder de su influencia novelesca, a veces paternalista, siempre protegiendo los grandes intereses de clase de los grupos de poder interno, dependiente del poder de las corporaciones transnacionales.

Por otra parte, y a partir de la revolución electrónica de las comunicaciones, pueden adaptar su operación, con mayor eficacia que la política, a la comunicación en "tiempo real". Mientras antes la misma comunicación dependía de la autoridad política (autorización o censura), ahora es la política la que depende de la comunicación. Por ello debemos de forjar y construir una “Nueva Democracia”, más dialogante, más participativa, deliberativa, profundamente conectada a los grandes e históricos intereses de los sectores populares, del pueblo que es el directamente atacado por el poder “brutal” “salvaje” y fascista de los medios de comunicación. En esta misma dirección, objetivos estratégicos y esperanzas en la democracia, debemos de construir una verdadera y auténtica Gobernabilidad Democrática, que consolide su columna vertebral, que refuerce y dinamice su fortaleza institucional en los amplios y ricos escenarios del nuevo poder local, base y principio de la Nueva Sociedad Civil, Real, emergente, popular, autónoma, democrática, que concatene desde los “cimientos hasta toda la estructura del Estado” los intereses nacionales, la construcción de un proceso de desarrollo sustentable – la revolución democrática – y la defensa de la soberanía nacional por un Perú Nuevo, en Nuestra América, en un Mundo Nuevo.

Arequipa patrimonio cultural de la humanidad.
AQP. Sábado 26 de mayo del 2012.

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