jueves, 11 de octubre de 2012

LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA. Visión política hacia el nuevo milenio.

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El año 2,000 parece marcar un punto de inflexión en la historia de las luchas en América del Sur. Pero al tomar como referencia esta fecha en el tiempo político e histórico, lo hacemos teniendo como base y fundamento la extraordinaria performance de los pueblos de América Latina que en condiciones totalmente negativas luchan y se enfrentan a la política neoliberal y especialmente a sus voceros políticos e implementadores gubernamentales. Como siempre “la pita se rompía por el lado más débil”, socialmente, millones de trabajadores y el pueblo en su conjunto son una vez más víctimas de  políticas públicas inhumanas de Gobiernos sin representación y legitimidad política, con “programas de reajuste estructural” aplastaron en la década anterior a millones de seres humanos al hambre, la pobreza, miseria, exclusión y fundamentalmente consolidaron el “nuevo” escenario continental de profunda y extrema desigualdad económico social. Desaparecieron  absolutamente sus derechos laborales, demolieron las estructuras institucionales de sus gremios, sindicatos y Partidos Políticos, dejándolos prácticamente a “merced” o en manos del poder total del gran capital, la gran empresa, primero las multinacionales y en la última década las transnacionales corporativas. En el período, comprendido entre el final de la década de los noventa y los primeros años del 2000 (considerado 1999-2003) se experimentó una gran crisis socio-económica y política, incluyendo crisis económicas y financieras en Argentina, Bolivia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú y Uruguay. Después de más de veinte – en otros quince y diez - años de políticas de libre mercado acompañando al proceso de globalización, la red de seguridad social estaba hecha jirones. Los precios de las mercancías (commodities) se mantenían bajos y la desregularización financiera agudizaba la vulnerabilidad de las economías ante la recesión en EE.UU.
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Perú. Julio del 2,000. La histórica Marcha de los cuatro Suyos. Día del Juramento el 27 de Julio. Un millón de peruanos, iniciamos el camino de la derrota final de la dictadura.


LOS NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES

EN AMÉRICA LATINA.

Visión Política  hacia el nuevo milenio.

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Pablo Raúl Fernández Llerena.
Sociólogo. Politólogo.
“Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero hay los que luchan toda su vida, esos son los imprescindibles”.
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“No estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas”.
Introducción.

1.- Los “Nuevos” Movimientos Sociales a finales del siglo XX.

El año 2,000 parece marcar un punto de inflexión en la historia de las luchas en América del Sur. Pero al tomar como referencia esta fecha en el tiempo político e histórico, lo hacemos teniendo como base y fundamento la extraordinaria performance de los pueblos de América Latina que en condiciones totalmente negativas luchan y se enfrentan a la política neoliberal y especialmente a sus voceros políticos e implementadores gubernamentales. Como siempre “la pita se rompía por el lado más débil”, socialmente, millones de trabajadores y el pueblo en su conjunto son una vez más víctimas de  políticas públicas inhumanas de Gobiernos sin representación y legitimidad política, con “programas de reajuste estructural” aplastaron en la década anterior a millones de seres humanos al hambre, la pobreza, miseria, exclusión y fundamentalmente consolidaron el “nuevo” escenario continental de profunda y extrema desigualdad económico social. Desaparecieron  absolutamente sus derechos laborales, demolieron las estructuras institucionales de sus gremios, sindicatos y Partidos Políticos, dejándolos prácticamente a “merced” o en manos del poder total del gran capital, la gran empresa, primero las multinacionales y en la última década las transnacionales corporativas. En el período, comprendido entre el final de la década de los noventa y los primeros años del 2000 (considerado 1999-2003) se experimentó una gran crisis socio-económica y política, incluyendo crisis económicas y financieras en Argentina, Bolivia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú y Uruguay. Después de más de veinte – en otros quince y diez - años de políticas de libre mercado acompañando al proceso de globalización, la red de seguridad social estaba hecha jirones. Los precios de las mercancías (commodities) se mantenían bajos y la desregularización financiera agudizaba la vulnerabilidad de las economías ante la recesión en EE.UU.

La década viene precisamente como resultado del proceso de “integración mundial” que lideran los agentes del mercado a través del libre comercio, constituye el punto central de la lógica del actual proceso de globalización y dentro de ella del proceso mundial de Deslocalización Empresarial, cuando cientos primero y después miles de empresas, corporaciones de Occidente se reubicaron hacia los países de economías emergentes. El objetivo ha sido la permeabilidad de sus fronteras a flujos de información, conocimiento y valor, de modo tal que el Estado ha llegado a ser considerado como cualquier otro actor estratégico internacional sea este político, económico, militar e informacional.. Todos estos actores poseen al mismo tiempo un conjunto nuevo de recursos asociados con la tecnología y  el libre mercado, y un escenario global totalmente transformado. En tales condiciones, nos importa considerar como el ambiente, el agua, los recursos naturales y la biodiversidad de cada país se ubican en el centro de las expectativas, que buscan controlar dichos recursos a través de acciones de poder y cómo ello define la toma de decisiones en el marco de las políticas nacionales de desarrollo. En tal sentido, el actual proceso de globalización forma parte de un proceso histórico de dominación económica y expansión planetaria del capitalismo.

Este proceso se consolida con la Caída del Muro de Berlín en 1989 y la implementación autoritaria y salvaje de las políticas mundiales del Consenso de Washington 1990. Tales hechos históricos en parte delinean el fin de la Bipolaridad del mundo y el inicio de la imposición del sistema económico financiero-especulativo, cono modelo en el ámbito mundial: la construcción de una sociedad de mercado. América Latina salía de una etapa muy vulnerable, débil, porque la “conquista y/o recuperación de la Democracia” que se había planteado como objetivo estratégico principal, en los 80’ no se logró conseguir. La famosa década perdida, antes que avances, representa una carga con un pasado muy pesado no resuelto y menos había la capacidad de la “civilidad” – una sociedad civil muy débil, fracturada y en pleno proceso de reconstrucción – de encarar problemas muy graves que aún tienen influencia muy poderosa: la pesada deuda externa, la violación flagrante y masiva de los Derechos Humanos – las dictaduras la usaron como política de uso corriente – el no avance del proceso de industrialización – nos quedamos en una etapa muy atrasada y no competitiva – la educación y la salud estaban en “cero”, alto índice de desempleo, sub-empleo masivo e informalidad como sobrevivencia. Falta total de liderazgo, derechos ciudadanos de mujer no resueltos, la política en estado crítico al igual que los partidos políticos. Sumado a todo ello en la última década del siglo XX:



Perú. María Elena Moyano . La Mujer Coraje. Extraordinaria Lideresa de la Federación de Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador. Mártir de  lucha contra el terrorismo. Fue salvajemente asesinada por la hordas criminales senderistas.
Febrero de 1992.
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Perú, 1990, se instala el gobierno constitucional de Alberto Fujimori, en un escenario nacional profundamente fracturado por el terrorismo, la hiper-inflación más gigante de nuestra historia – sólo comparable con lo que aconteció en la coyuntura en Bolivia y Nicaragua – y el fracaso del primer gobierno “alanista-aprista” que nos dejó al filo des despeñadero como país, se inició con políticas, absolutamente distintas a las ofrecidas en su campaña política – por ello derrotó a las políticas neoliberales del novelista Vargas Llosa, políticas neoliberales salvajes, conocidas como el “fuji-shock” en agosto de 1990. Políticas neoliberales salvajemente, autoritarias, impuestas en su sociedad fracturada por la violencia del terrorismo, la hiper-inflación, la corrupción, el contrabando y una sociedad en descomposición y pérdida de valores personales y sociales. El sector más sacrificado y aplastado con las políticas neoliberales del shock salvaje y fundamentalista, son los sectores del Perú profundo, donde está enraizada históricamente la desigualdad económico-social, a la par regiones donde se instalado por más de una década el terrorismo. La Izquierda Unida, movimiento político progresista, anti-imperialista, construido dentro del pensamiento político del gran Amauta José  Carlos Mariátegui, fue la gran derrotada. El movimiento político, el sindicalismo, el gremialismo, los movimientos populares y el movimiento sindical clasista fueron el blanco del terrorismo así como de las políticas salvajes del neoliberalismo. Las Mujeres organizadas de los sectores urbano-populares dieron la batalla hasta el final, Una Líder Popular se encumbró en la coyuntura en la lucha contra el senderismo y contra las políticas neoliberales del gobierno, era MARIA ELENA MOYANO, joven mujer, mujer coraje, líder de la Federación de Mujeres de Villa El Salvador, mujer de ideas y militancia socialista, fue asesinada cobardemente por el senderismo, y salvajemente dinamitada, porque fue una extraordinaria mujer que opuso resistencia militante a las hordas salvajes. Meses después se consolidó la dictadura con el Golpe de Estado en abril de 1992. La izquierda democrática, la Unidad de Izquierda Mariateguista y lo último que aún quedaba del sindicalismo clasista, fuimos los grandes derrotados en la coyuntura, por la violencia que partió como fuego cruzado desde el senderismo, la derecha conservadora y la dictadura. Una década fuimos parte del movimiento político,  popular y social latinoamericano aplastados y vencidos temporalmente por la derecha y sus fuerzas políticas dominantes, pero no eran duraderas y eternas. Años después volveremos con la misma fuerza, coraje y dignidad a la lucha social y política contra la dictadura fuji-montesinista y sus políticas salvajes del neoliberalismo.

Fue una década de sobrevivencia y el neoliberalismo como ideología y política de la globalización, caminó prácticamente sólo, como catecismo universal. Los principales problemas sociales, económicos, educativos, salud, empleo, sueldos y salarios, vivienda, transporte y en general los derechos laborales, si en la década del 80 al 90’ se prometió su solución, en la década del 90´el poder fáctico globalizado y la implementación de las políticas del Consenso de Washington, prácticamente las barrieron, las liquidaron, con alternativas ilusas, falsas e irrealizables, como la equidad social, la participación ciudadana, el presupuesto participativo, el empoderamiento que al final solo contribuyen a embalsar los derechos sociales, laborales y políticos que en la coyuntura muy especial con plena seguridad debe ocurrir su explosión social y política.

El embalse, la corrupción y la represión, explotan como sucesivos volcanes. Estamos ingresando a la era de la inflexión histórica en América Latina, se inicia la “Guerra del Agua”, más o menos en aquél año, cuando el 10 de enero comenzaron los bloqueos de caminos en torno a Cochabamba, Bolivia, donde una subsidiaria de la trasnacional Bechtel acababa de apoderarse del agua, tradicionalmente escasa en la región. Once días después, el 21 de enero, 12,000 indígenas rodeaban el Palacio de Justicia y el edificio del Congreso en Quito, exigiendo la salida de la presidencia de Jamil Mahuad, el nefasto presidente “dolarizador”, sucesor de otro presidente, Bucaram, también destituido unos años antes. Esto fue el preludio de la Guerra del Agua en Bolivia, de la reactivación de la insurgencia indígena aymara, de la expansión de la capacidad de acción de la poderosa y respetada  Confederación Nacional de Comunidades Indígenas del Ecuador: La Conaie y el Movimiento Nacional Pachakutik.

Desde marzo del mismo año el pueblo del Perú, conocedor profundo del más grande Fraude Político Electoral, radicalizó sus movilizaciones y sus reivindicaciones políticas. Consumado el fraude político, de la ree-relección en la segunda vuelta electoral a favor de la dupla corrupta y agentes del neoliberalismo, el Dictador Fujimori y su Jefe del Servicio de Inteligencia Montesinos; el territorio peruano fue el escenario de uno de los más grandes Movimientos Sociales, La Marcha de los cuatro Suyos, – participaron todas las regiones más de un millón se movilizaron a nivel nacional – se concentran en la ciudad de Lima, procedentes de todo el país los días 26, 27 – Día de la Juramentación por la Democracia, y 28 de Julio día de la Juramentación del “usurpador político” y el pueblo peruano fue protagonista de una de las más páginas de su Historia Política más importante, lleno de coraje, voluntad, lucha, honor y lealtad por la “nueva democracia” de nuestro pueblo.

A lo largo de todo ese año el continente entero se fue cimbrando por las protestas y movilizaciones de cientos de miles de personas, de hombres, mujeres y niños, cuyas historias de vida, tan menudas, tan insignificantes, no suelen salir en ningún programa transmitido por televisión de señal abierta o de cable. Una y otra vez a lo largo del año, los noticieros internacionales tuvieron que informar, minimizándolo, acerca del persistente malestar social que poco a poco se convertía en creciente torrente de insubordinación social y rebelión política. Había transcurrido una década y el “Palacio de Cristal” ofrecido por el neoliberalismo, solo conseguía, pobreza, sub-empleo, desempleo, informalidad, miseria, y en general, el resultado se profundiza y extiende la desigualdad económico-social.

Hay muchísimos hechos y acontecimientos que necesitan ser reflexionadas, visibilizadas, sistematizadas y dichas acerca de esta creciente irrupción político-social de una tumultuosa capacidad de acción social transformativa y política emancipadora. Para ello es bueno y positivo disponer de un conjunto de herramientas teóricas y algunos mecanismos democráticos en poder de investigadores y académicos, así como  militantes bolivianos, uruguayos, argentinos, peruanos,  ecuatorianos, brasileños etc, hemos ido desarrollando para pensar lo que viene sucediendo, y formularnos directamente las preguntas en torno a esta problemática, sumamente compleja y plural,

2.- Cómo definimos en  realidad los Movimientos sociales y los Nuevos Movimientos  Sociales?.
¿Cómo entender estos nuevos movimientos sociales?.  ¿Son en realidad nuevos?  ¿No son, más bien, simplemente, una nueva oleada de movilización después de dos décadas de ofensiva neoliberal sin cortapisas?. ¿Qué es lo que los distingue como nuevos? En relación a esta problemática y la obligación de tener una o varias respuestas,  proponemos tres líneas de razonamiento que podrían contribuir al esclarecimiento de lo que viene aconteciendo desde entonces a nivel latinoamericano.

1.*- Entender ¿Quiénes son los que luchan y cómo lo hacen?, es decir, el problema del sujeto colectivo y la estructuración y re-estructuración social. Estamos frente a nuevos actores sociales, producto del ya “maduro” modelo del capitalismo financiero-especulativo en América latina. Actores sociales absolutamente diferentes en sus orientaciones políticas, y por sus formas de organización; distintos por la construcción de la Plataforma de lucha que presentan y finalmente marcan una fuerte distancia en relación al carácter como enfocan, desarrollan y que objetivos pretenden alcanzar en su protestas y movilizaciones

2.*- Registrar y aprender acerca de cómo se organizan, como estructuran sus pronunciamientos y qué discursos emiten. Las nuevas formas de lucha exigían obligadamente nuevas formas de organización que de hecho “rompían” esquemas tradicionales e históricos. El contenido de sus pronunciamientos y los discursos en definitiva son absolutamente diferentes al siglo anterior. Por lo general la crisis ideológica y política está presente al igual que la crisis de los paradigmas históricos. Ahora hay mucho contenido de cultura e identidad local.

 3.*- Y finalmente, como comenzar a vislumbrar cuál es el espacio de sentido que inauguran con sus acciones colectivas. Hay objetivos nacionales en el carácter de sus luchas o por el contrario hay una tendencia a privilegiar lo local, regional, incluso se evidencia esta orientación cuando los movimientos son respuestas coyunturales, momentáneas, - pasajeras – a algunos pasajes sueltos y agresivos del neoliberalismo.

Sin embargo, es necesario considerar que por lo general la tendencia central de los Nuevos Movimientos Sociales en América Latina entre el fin de un siglo y el inicio de un nuevo milenio, el conjunto del movimiento como totalidad, es la expresión, manifestación y protesta de todo un colectivo social, sobre todo los puntos centrales consignados en la plataforma son comunes a todos los sectores sociales comprendidos en la protesta; son movimientos alternativos, primero frente a la política oficialista del gobierno de turno y segundo, trabajan desde la unidad en la búsqueda de canales de información, diálogo y protección con personalidades públicas – Congresistas, Alcaldes, Gobiernos Regionales – o instituciones prestigiadas, como la Iglesia, la Defensoría del Pueblo, representan instancias en el proceso de organización y desarrollo del movimiento. La movilización de recursos, es de su entera responsabilidad, en cuanto garantizar locales para la asistencia diaria, sobre los recursos económicos, se sustentan en base a sus propios recursos, así como la defensa desde el inicio por mantener cierta autonomía – en el campo de una supuesta protesta a-política, neutral o independiente – constituyen recursos propios de los movimientos para tratar de proteger su unidad – cohesión social – frente a la fragilidad política – fuerte debilidad de conseguir una marcada cohesión política, sobre todo tener cierta fortaleza para poder resistir al ataque permanente – muchas veces artero – de los medios de comunicación.

En estas condiciones muy complejas entre la crisis de las instituciones y la aún no muy clara forma de un nuevo liderazgo ( emergente, no tradicional, pero sí con absoluta legitimación de los ciudadanos que lo eligen), Líder que responda hacia estos objetivos sociales y políticos coyunturales, - no hay influencia política definida en su concepción de clase), los movimientos sociales en su dirección y conducción a nivel local y regional – al interior de un país – comienzan a recibir cierta influencia de los Movimientos Sociales Alter-mundistas, anti-globalización y del propio Foro Social Mundial de Porto Alegre.

      La importancia de los Movimientos Sociales “Históricos” – y los Nuevos Movimientos Sociales -  en América Latina, presenta en la actualidad una nueva y diferente visualización política, desde el ámbito de  las ciencias sociales y la ciencia política, por los distintos espacios sociales que ocupan y los múltiples caminos que recorren los propios protagonistas. Muy simple y general mientras los Movimientos Sociales Históricos, Anti-capitalistas,  Anti-dictaduras de la década de los 70’, tiene una clara y transparente ideología y política de  clase, es el Socialismo marxista y estrategia de lucha, organización y movilización, sus dirigentes y Líderes Sociales son militantes de los partidos Políticos de Izquierda,(perseguidos, deportados, encarcelados, despedidos del trabajo por la dictadura); en cambio, los nuevos movimientos Sociales por los general su ideología y política se enmarca en el ámbito de la complejidad de problemas presentes que tiene el capitalismo – medio ambiente, derechos humanos, derechos civiles y sociales, contra-cultura, pacifistas, gays y lesbianas, etc – los mismos que tienden a profundizarse al no tener una respuesta válida, rápida y oportuna, por el propio carácter anárquico del capitalismo ( Los inicios de la gobernabilidad) y además el cambio que significaba entre la crisis final del “viejo” capitalismo industrial y el surgimiento de las grandes revoluciones que emergen en su propio contexto: revolución tecnológica, de la comunicación electrónica y del transporte. La globalización en la era del capitalismo financiero-especulativo, la “primera” crisis” del Estado de Bienestar y los millones de trabajadores que se quedan en la calle, entre el “viejo” sistema que se basaba en el uso intensivo de la mano de obra, y el “nuevo” modelo que se fundamenta en el uso intensivo del capital financiero y de la información. Está emergiendo una Nueva Sociedad Civil, cuya columna vertebral son los Nuevos Movimientos Sociales. (Aquí está presente quienes son considerados los actores directos y centrales en la “caída” final del socialismo “realmente existente” – un socialismo que realmente no existía, desde décadas anteriores - y finalmente la Caída del Muro de Berlín).

Por otra parte, continúan los debates interpretativos, acerca de qué significan los movimientos sociales históricos así como los nuevos movimientos sociales, o  cuáles son sus principales dilemas, sus retos o desafíos están también a la orden del día. ¿Qué razones explican que los movimientos sociales estén al centro de muchos debates y al centro también de muchas de las incertidumbres, pero sobre todo de las renovadas esperanzas políticas de los latinoamericanos?. Por ello es necesario tener presente una visión histórica, especialmente en la última década sobre los movimientos sociales y los nuevos movimientos sociales, aún sin ingresar a realizar un deslinde ideológico-político, organizativo y representativo, como conducción y liderazgo, simplemente una mirada política profunda sobre su génesis y  posicionamiento en el espacio público nacional y regional-continental.

3.-  Los Movimientos Sociales en el escenario a finales del siglo XX.
“Los pueblos son muchas veces como ríos subterráneos que en un momento determinado surgen a la superficie. Los pueblos son emergentes históricos que el sistema no tiene previsto, pero que surgen porque dejan de ser espectadores y se asumen como protagonistas de su propia vida y de su propia historia…..” Adolfo Pérez Esquivel. Premio Nobel de la Paz. 1980.

A finales de los últimos años del siglo XX, evaluando en realidad cuál era la situación de la vida en cada uno de los pueblos del continente, sobre todo teniendo como base que habían transcurrido una década de la aplicación de las políticas del Consenso de Washington y cuál era en concreto el resultado. Como hemos manifestado el neoliberalismo en América latina “corrió sólo”, no tuvo opositores, sin embargo la democracia debería luchar contra la propia democracia, en un proceso muy complicado y polarizado de intentar democratizar las instituciones, con la finalidad de que le sirvan de  mecanismos y fortalezas presentes en el proceso de aplicación de las políticas neoliberales, como por ejemplo; ante la masiva privatización de las empresas públicas o la reforma y modernización del Estado o la liberalización de las relaciones laborales, se iba a encontrar una fuerte oposición de la clase trabajadora, aún existente, así como los derechos sociales y políticos constitucionales de la ciudadanía en general que de hecho se recortaban o se eliminaban de raíz de acuerdo a los postulados neoliberales.

En América Latina a las “puertas” del cambio de siglo, presente ya en México el “primer” TLC – Estados Unidos, Canadá y México – y el (in)surgimiento por primera vez en la Historia Social y Política de América latina, por su puesto al margen de los movimientos campesinos, que si han estado y siguen presentes en su lucha en toda nuestra historia, ahora después de 5 siglos – estaban vivos y sobrevivieron a pesar de la degradación, miseria, explotación, destrucción de su cultura, de su vida cotidiana – los pueblos indígenas, los pueblos originarios y el Levantamiento Político del Movimiento Zapatista de Chiapas, marcan un antes y un después en la lucha de los Movimientos Sociales en América y en el mundo. En el mismo escenario, a medida que se profundiza la revolución de la comunicación electrónica y la tecnología – la sociedad del conocimiento y la información – la Redes Sociales, representan una extraordinaria “vía libre” para la comunicación, convocatoria, concentración y protesta a nivel global

Emergen en este contexto los “nuevos” movimientos sociales “Alter-Mundistas”, Anti-globalización que convocan y movilizan a miles en certámenes oficiales convocados por las instituciones de la globalización neoliberal: El Fondo Monetario Internacional, El Banco Mundial, La ONU, el G-7, la OCDE, la Unión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo BID, la OEA, después el G-20. El Foro Económico Mundial de Davos, fechas que movilizan a cientos de miles de “alter-mundistas” hasta cerrar el siglo con el Conclave Global de la Organización Mundial del Comercio, la OMC, en la Ciudad de Saettle en noviembre de 1999 , marcan definitivamente el inicio de las grandes jornadas de lucha social y popular en defensa y protección de los derechos ciudadanos, en forma permanente atacados ferozmente por el neoliberalismo. La lucha estratégica se centra en rescatar la Democracia del dominio del mercado y recuperar la Gobernabilidad secuestrada por las políticas dominantes de las corporaciones transnacionales y los poderes facticos globales.



Representa una clara visualización en torno a los movimientos sociales emergentes o los nuevos movimientos sociales. Constituyen manifestaciones de los pueblos que nos dicen a gritos que debemos centrar nuestra atención y preocupación  cada día más, por sus problemas centrales  en relación:

a.- Condiciones de vida y trabajo frente a las consecuencias dramáticas que se han originado – y continúan – en el escenario local, nacional, mundial a raíz de los programas de reajuste estructural, es decir, de las políticas neoliberales de los 80’. La visibilidad de ellos como desocupación y sub-ocupación, pobreza y extrema pobreza, miseria, hambre y desnutrición de los niños, exclusión social y marginación de sus más elementales derechos ciudadanos;

b.- Calidad de vida de los seres humanos en todo nuestro planeta: relacionado directamente con Educación, asistencia en salud, trabajo, salario, vivienda, seguridad social, etc. Igualmente hacer un uso adecuado y racional de los recursos naturales para preservar la vida humana, y que hoy las democracias desarrollan como alternativas sociales y herramientas políticas en el propio proceso de democratización de la democracia.

c.- Representa un  reto y obligación construir políticas locales públicas que asuman directamente la protección y recreación de nuestra cultura e identidad local-nacional, con la finalidad de institucionalizar las prácticas comunales, la sabiduría popular, la memoria social de nuestra comunidad local-nacional.

La situación social y política de transformación se vive hoy como una fase de transición entre la crisis del sistema, tiempos de la Modernidad y el surgimiento de un nuevo modelo de sociedad, ingresamos a una “nueva era” de capitalismo imperialista transnacional. En esta etapa de transición se van forjando y recreando nuevas propuestas y alternativas, surgen nuevos movimientos sociales en su “triple” dimensión y objetivos:

1.- Local-nacional de oposición y lucha contra las políticas del neoliberalismo y sus consecuencias económicas, sociales, políticas, culturales, ambientales, etc; comienzan desde el territorio local, básicamente con distintas formas de organización y lucha de tipo político, única alternativa de canalizar una fuerte y consistente oposición a fin  de conseguir “humanizar” a la globalización y otorgarle una conducción política desde el Estado-nación para forjar las bases de una gobernabilidad democrática.

2.- En el nivel socio-cultural y de mejor calidad de vida, diversidad de movimientos emergentes que luchan por conquistar nuevos espacios sociales y reafirmar derechos en el “escenario de escenarios que es la Sociedad Civil Emergente, es decir el escenario de las clases y la lucha de clases. Al inicio ambientalistas y ecologistas, pacifistas y feministas, defensores de los Derechos Humanos y la libertad sexual, así como derechos principales de los consumidores o derechos y pertenencias de los grupos contraculturales, cada uno por separado fortalece y amplía “su feudo de derechos” pero al final siempre concatenan esfuerzos, voluntades, derechos y responsabilidades.

3.- A nivel mundial, (in)surgen infinidad de movimientos que luchan contra la globalización neoliberal, desde el Movimiento de Movimientos Sociales o Movimiento Anti-Globalización, o Movimiento de Resistencia Global, el Movimiento Alter-mundista,  hasta la unificación y centralización de todas las formas de protesta, organización y movilización de millones de seres humanos que representan políticamente la expresión de un “Nuevo Internacionalismo Social”: Otro Mundo sí es posible”, voces del mundo que se expresan en el Foro Social Mundial de Porto Alegre.



En las tres formas diferentes de expresión y lucha, de organización y movilización, de representación y liderazgo, que se manifiestan en la actual coyuntura local-nacional y mundial, de sus “entrañas”, emergen nuevos actores sociales, nuevas formas de organización, nuevas formas de movilización y lucha, nuevas formas de liderazgo y comunicación, se fortalecen y sustentan en un “nuevo tipo” de redes sociales y finalmente desarrollan nuevas formas de hacer política, en definitiva están construyendo progresivamente un largo periodo de consensos y alternativas de una nueva sociedad civil, emergente y popular. Obviamente, en el caso de las dos primeras formas de expresión social y política los actores, como sujetos colectivos y/o como protagonistas, son absolutamente diferentes; las formas de organización y lucha, tipo de reivindicaciones, liderazgo, comunicación y formas de hacer política son totalmente diferentes, independientes y autónomas. En cambio ambos movimientos vistos desde lo local son en definitiva parte integrantes, se involucran directamente en los distintos espacios sociales y constituyen la fortaleza sobre la cual se levanta el movimiento anti-globalización mundial como movimiento de resistencia global.

Otra línea de análisis más reciente es la de Boaventura de Sousa, quien nos ha indicado que, - sus tesis centrales pertenecen claramente a la línea política y al escenario local-nacional-global que venimos desarrollando como Tesis Central del trabajo - en realidad, el debate en torno a los nuevos movimientos sociales hay que verlo en torno a dos polos estructurantes:
a.- la relación entre regulación y emancipación y
b.- la relación entre subjetividad y ciudadanía.

Con relación al primer polo, de Sousa, considera como la mayor novedad de los nuevos movimientos: “La novedad más grande de los NMSs reside en que constituyen tanto una crítica de la regulación social capitalista, como una crítica de la emancipación social socialista tal como fue definida por el marxismo”. Se trataría, según de Sousa, que al identificar los movimientos sociales nuevas formas de opresión, que sobrepasan las relaciones de producción –como la guerra, la polución o el machismo- abogan por un nuevo paradigma social que se basaría menos en la riqueza y el bienestar y más en la cultura y la calidad de vida, lo que otorga a los nuevos movimientos “una radicalidad sin precedentes” con relación a los excesos de regulación de la modernidad. La crítica compromete también al marxismo, al movimiento obrero y al “socialismo real” en cuanto la lógica emancipatoria denuncia también a la producción y el desarrollo tecnológico como factores de regulación. Por otra parte, la lucha contra las nuevas opresiones no debe perder de vistas las viejas opresiones, pero más que eso, la emancipación por la que se lucha tiene como objetivo transformar lo cotidiano de los actores en el aquí y en el ahora y no en futuro lejano, de tal modo que la emancipación “o comienza ahora o no comienza nunca”.

El segundo polo estructurante de los debates sobre los nuevos movimientos sociales tiene que ver con la relación entre subjetividad y ciudadanía: “Según algunos, los NMSs representan la afirmación de la subjetividad frente a la ciudadanía. La emancipación por la que luchan no es política, sino ante todo personal, social y cultural. Las luchas en que se traducen se pautan por formas organizativas (democracia participativa) diferentes de las que precedieron a las luchas por la ciudadanía (democracia representativa). Al contrario de lo que se dio con el dúo marshaliano ciudadanía-clase social en el período del capitalismo organizado, los protagonistas de estas luchas no son las clases sociales, son grupos sociales, a veces mayores, a veces menores que las clases, con contornos más o menos definidos en función de intereses colectivos, a veces muy localizados pero potencialmente universales”

Más que concesión de ciudadanía, se trataría de reconvertir procesos de socialización –piénsese por ejemplo en las relaciones de género- o de inculcación cultural o modelos de desarrollo –tal sería el caso de la ecología-. Y por último, el campo de los movimientos tiene su lugar en la sociedad civil y no en el Estado y estos además requieren mantener una relación de distancia calculada con el Estado, así como con los partidos o sindicatos tradicionales. De Sousa, si bien reconoce y valora esta novedad de los nuevos movimientos no participa completamente de esta posición que enfatiza en la subjetividad sobre la ciudadanía, sobre todo en América Latina, donde resulta difícil encontrar “movimientos sociales puros”, dada la multi-dimensionalidad no solamente de las relaciones sociales, sino de los sentidos de la acción.

Por otra parte, más que el rechazo a la política, los nuevos NMSs estarían dando cuenta de una ampliación de la política más allá del marco liberal de la distinción entre Estado y sociedad civil. Los nuevos movimientos, indica De Sousa, “parten del presupuesto de que las contradicciones y las oscilaciones periódicas entre el principio del Estado y el principio del mercado son más aparentes que reales, en la medida en que el tránsito histórico del capitalismo se hace de una interpenetración siempre creciente entre los dos principios, una interpenetración que subvierte y oculta la exterioridad formal del Estado y de la política frente a las relaciones sociales de producción”

Oponer el principio del Estado y principio del mercado sería caer en una trampa de transformar lo que existe en lo que ya existe, como es propio del discurso oficial. Para de Sousa, “ el principio de comunidad rousseuaniana, es el que tiene más potencialidades para fundar las nuevas energías emancipatorias. La idea de la obligación política horizontal entre ciudadanos y la idea de la participación y la solidaridad concretas en la formulación de la voluntad general, son las únicas susceptibles de fundar una nueva cultura política y, en última instancia, una nueva calidad de vida personal y colectiva basadas en la autonomía y en el autogobierno, en la descentralización y en la democracia participativa, en el cooperativismo y en la producción socialmente útil. La politización de lo social, de lo cultural, e incluso de lo personal, abre un inmenso campo para el ejercicio de la ciudadanía y revela, al mismo tiempo, las limitaciones de la ciudadanía de extracción liberal, incluso de la ciudadanía social, circunscrita al marco del Estado y de lo político por el constituido”.

Me parece, en suma, que de Sousa, no sólo está identificando ciertos ejes estructurantes de los nuevos movimientos sociales, sino que nos está sugiriendo atender a los efectos políticos de la acción de los movimientos como la emergencia de una nueva “cultura política”, o tanto mejor, una renovada proyección política de la cultura popular latinoamericana, de la que dan cuenta los movimientos indígenas en Ecuador, Guatemala, Bolivia, México, los desocupados argentinos, los pobres urbanos de La Paz o los campesinos sin tierra del Brasil, o los cocaleros y campesinos peruanos. etc.

4.- Las jornadas de lucha histórica: experiencias latinoamericanas.

“Desde comienzos de los noventa, - expresa Raúl Zibechi - la movilización social derribó dos presidentes en Ecuador y en Argentina, uno en Paraguay, Perú y Brasil y desbarató los corruptos regímenes de Venezuela y Perú. En varios países frenó o retrasó los procesos de privatizaciones, promoviendo acciones callejeras masivas que en ocasiones desembocaron en insurrecciones. (Tal vez una de las más interesantes sea la de “Guerra del Agua” en Cochabamba, Bolivia, en abril del 2000). De esta forma los movimientos forzaron a las elites a negociar y a tener en cuenta sus demandas, y contribuyeron a instalar gobiernos progresistas en Venezuela, Brasil y Ecuador. El neoliberalismo se estrelló contra la oleada de movilizaciones sociales que abrió grietas más o menos profundas en el modelo”. En ese sentido, es importante para nosotros considerar los siguientes hechos, acontecimientos y procesos socio-políticos que han marcado nuestra Historia hacia el nuevo milenio.

1.*- En primer lugar en el tiempo político e histórico, de la nueva era del neoliberalismo, en la crisis de la Modernidad, podemos considerar que son hechos realmente definitivos ?, experiencias de movimientos populares, de movimientos sociales desde los histórico-culturales, por primera vez en la historia – donde los Estados no tienen políticas públicas frente a esta nueva y exigente realidad, objetivamente están “en cero”, en cambio el mercado, los empresarios y sus corporaciones, desde el inicio, secuestran la Democracia, se apoderan de las políticas de la Gobernabilidad y no se encuentra respuesta válida, oportuna, democrática a las luchas, protestas, movilizaciones, reivindicaciones y derechos de los pueblos y ciudadanos, negados, destruidos o simplemente desconocidos por el fundamentalismo ciego, vertical y autoritario del neoliberalismo. Movimientos sociales con objetivos claramente políticos, que sirvieron de fortaleza social y política para la expulsión del gobierno de presidentes y políticos que “traicionaron” su promesa presidencial, o comprometidos en degradantes hechos de corrupción, o violación permanente de los Derechos Humanos u otros que pusieron en grave riesgo la Soberanía Nacional de sus respectivos países.



El 1 de enero de 1994, en Chiapas, surge el Movimiento Zapatista de Liberación Nacional.

1.1.- El levantamiento zapatista en la selva Lacondana, el 1º de enero de 1994, que hizo visible las demandas de indígenas y campesinos cuando en México se ponían en vigencia el TLC y los acuerdos de libre comercio con los Estados Unidos y Canadá.. Como ha indicado Pablo González Casanova, cuya transformación de proyecto militar en un proyecto de luchas políticas “más que deberse a la iniciativa del gobierno, obedeció a la enorme movilización de la sociedad civil en contra de la guerra”. Abrió una etapa en que los dirigentes del EZLN fueron impulsados por las propias masas indígenas y su cultura de la resistencia a defender y construir un proyecto político  que se centra principalmente en los derechos de los pueblos indios, con respeto a su autonomía y dignidad, a sus tierras y territorios, a su cultura y costumbres, a su participación y representación en el Estado nacional.

1.2.- Las movilizaciones y levantamientos indígenas en el Ecuador que han derrotado políticamente a más de cinco presidentes, e  influido en la reforma de la Constitución en 1998, que  formaron parte del gobierno de Lucio Gutiérrez,- también lo derrotaron y  acusaron de traición a los intereses de los indígenas – así como se identificaron y apoyaron al gobierno del Presidente Correa y a partir de la  Nueva Constituyente, proceso político que derrotaron a la derecha en forma contundente, nos han planteado la cuestión de construir un “Estado plurinacional”, es decir, un Estado en donde los indígenas ya no sólo reclaman demandas de integración y respeto a sus etnias, sino que participar en “la redefinición y reestructuración de todo el Estado, de todas las formas de hacer política, de procesar sus conflictos, de canalizar la representación e inclusive en la forma en la que se constituye y aplica un modelo económico determinado” .

1.3.- Perú La marcha de los 4 Suyos y la derrota de la dictadura.-

En las elecciones electorales nacionales del año 2,000, con la presencia incluso de la OEA y muchos observadores nacionales e internacionales, la dictadura de Fujimori y Montesinos había cometido un nuevo atropello al pueblo peruano, además de que era ilegal su candidatura –  amparada en su Constitución, el Jurado Nacional de Elecciones y la Oficina Nacional de Procesos Electorales ONPE, controlados directamente por Palacio – era una re-.elección de elección, sin embargo, en la segunda vuelta electoral, eliminó a su opositor el señor Toledo y sólo se fue hasta el final. A raíz de este “gigantesco” Fraude Electoral, las Oficinas electorales nacionales, convalidaron el fraude, con  la oposición de los Observadores de la OEA  e Internacionales. El pueblo estaba cansado de la dictadura, los atropellos, los asesinatos, la corrupción institucionalizada, el narcotráfico, las matanzas de estudiantes, campesinos y humildes trabajadores ambulantes – por lo cual hoy está preso el ex presidente – la liquidación de los derechos sociales y sindicales, la intervención en la Universidades, pero también era necesario reconocer – y de ello se valía para su eterna reelección – la lucha contra el terrorismo, el orden impuesto contra la evasión de impuestos y en parte haber “parado la terrible hiper-inflación – pero a costa de la aplicación del más salvaje shock neoliberal, el fuji-shock –  y liquidación de los derechos sociales-laborales.

La protesta contra el fraude fue masiva y multitudinaria por regiones, departamentos, provincias, sin embargo, poco le importó a la dictadura. Ante esta realidad del fraude y su ilegalidad en el  Gobierno de  convocó a la  Histórica Marcha de los 4 Suyosla histórica



Los 4 Suyos, la división geográfica del Imperio del Tahuantinsuyo.

división del Tahuantinsuyo – un millón de ciudadanos de los 4 suyos, ( Chinchaysuyo, noreste del Cusco; Collasuyo, sur este del Cusco; Antisuyo, norte y este del Cusco y Contisuyo, sur y oeste del Cusco) sorteando todos los inconvenientes – la dictadura se movilizó con todo sus agentes en contra - . La ciudadanía se organizó por primera vez, en sectores y grupos de la Sociedad Civil local, - las redes sociales originarias, del asociacionismo organizativo y representativo se mantuvieron incólumes, y fueron la fuente que alimentó el Movimiento desde el Perú Profundo- los 4 suyos -, su oposición a la dictadura por la recuperación de la Democracia y la lucha frontal contra el neoliberalismo. Los Actores sociales provenientes de los 4 Suyos, fuero absolutamente distintos a los “clásicos” actores sociales de Movimientos Sociales anteriores. Campesinos, pequeños agricultores, despedidos, maestros, desocupados, sub-ocupados, pequeños comerciantes e industriales, estudiantes universitarios, intelectuales y sindicalistas. Pero también, Mujeres por la Democracia, La Sociedad Civil, algunos partidos políticos de oposición, el Foro Democrático – la intelectualidad organizada contra la dictadura – etc.

Fue el fin de la dictadura, Fujimori fugo del país, una reunión de Asia-Pacífico fue su coartada y renunció Vía Fax desde Japón su verdadero País de nacimiento. Increíble pero cierto, hasta en eso nos engaño el neoliberalismo cuando lo impuso como Presidente en 1990, en la jornada electoral que derrotó políticamente al candidato ultra-liberal, el escritor Mario Vargas Llosa. Pero después vino la “traición” al pueblo peruano, cuando los sucesivos Presidentes en su campaña electoral prometieron acabar con la Constitución, con el modelo neoliberal, pero al contrario, fortalecieron y hoy el crecimiento económico – más alto de A.L. - a favor de una elite empresarial-exportadora, ligada a las corporaciones transnacionales es la gran beneficiada y el pueblo sigue esperando la Gran Transformación.

1.4.*- Las movilizaciones de campesinos e indígenas en Bolivia, que les ha permitido alcanzar nuevos liderazgos y agrupaciones así como alcanzar una significativa presencia en el parlamento y finalmente en octubre del 2005, derrotaron políticamente a la derecha y seudos izquierdas de ese país, llevaron a la Presidencia al líder cocalero Evo Morales, y con el apoyo militante de los nuevos sectores sociales emergentes, empobrecidos y migrantes de El Alto en la Paz, hoy son Gobierno con una clara posición política anti-imperialista, de profundo nacionalismo y soberanía nacional. Hoy los movimientos sociales y desde el inicio de su Gobierno constituyen y representan la fortaleza social y política del proceso nacional de ser  Bolivia, un Estado Plurinacional.


Bolivia, marcha indígena en lucha contra el gobierno neoliberal de  Sánchez de Lozada.

1.5.*- La propia elección de Lula, - y cuatro años más tarde su reelección - se explica básicamente por el desarrollo de los movimientos sociales, que permitieron en los 80 la fundación del Partido de los Trabajadores, asumiendo luego la conducción edil de varias ciudades para lo cual inauguran una nueva forma de hacer política local, asumiendo como alternativa el “Presupuesto Participativo” – los pueblos organizados y con representación asumen directamente la solución de sus problemas más importantes - y el recorrido político  histórico y organizativo de más de dos décadas, y  en el Brasil de hoy, encontramos los enormes avances y novedades en cuanto a organización y legitimidad,  y sentidos de la acción colectiva que representa el poderoso movimiento social: el Movimiento de los Sin Tierra. MST, la lucha contra la pobreza y la aplicación exitosa de los Programas Sociales en beneficio de la niñez, la educación y la salud.

1.6.*- Argentina hasta finales del siglo XX e inicios del nuevo milenio, fue presentada por los organismos financieros supranacionales – F.M.I.- B.M. y el B-I-D – como la vitrina política continental de los Programas de Reajuste Neoliberal que para ellos había arrojado enormes resultados económicos, financieros, políticos y sociales después de más de una década de sucesivos gobiernos del Sr. Menen – el excelente discípulo del neoliberalismo y el autor principal de las “grandes y extensas privatizaciones y liberalizaciones económico-sociales “y después el gobierno del Sr. De la Rúa, presentaban en diciembre del 2001, que el tal “país del éxito de las políticas neoliberales”, “la vitrina internacional del neoliberalismo”, era simplemente un “cadáver con dirección al camposanto” político. Producto de esta hecatombe neoliberal, surgen grandes y extensas masas urbanas de desposeídos, “nuevos pobres”, a quienes se les expropió sus derechos,  inmensos cordones de miseria y explotación. Millones perdieron el trabajo, miles fueron privados de sus ahorros en dólares en los bancos.  In-surgen millones de desposeídos en la ciudad y el campo. Aparece un nuevo y poderoso movimiento social, “Los Piqueteros”, totalmente atípico que rápidamente se articula a compactas masas urbanas ya víctimas del neoliberalismo – amplias masas urbanas – desconectadas, sin organización - de sobrevivientes, 



socialmente diferentes, con intereses  político-coyunturales totalmente nuevos. – fortalece y consolida el movimiento de los  Piqueteros. Y los “otros” movimientos sociales que recorren la historia social argentina de los 90’ y que encuentran un punto de inflexión en los sucesos del 19 y 20 de diciembre del 2001, interrogando toda la historia reciente de la Argentina.

Y podemos seguir enumerando, tener una mirada diferente a los movimientos que han alcanzado visibilidad en el continente, no solamente por haber tenido un protagonismo coyuntural en los medios, sino en lo principal por haber marcado toda una etapa de inflexión político social. Queremos decir entonces, que estamos, históricamente hablando, ante nuevos protagonistas, que llamamos genéricamente “movimientos sociales”, que obviamente tienen una profunda y clara diferencia ideológica, política, organizativa, conducción y liderazgo, grupos y sectores sociales que lo integran,- actores - liderazgos, formas de comunicación, y en fin objetivos principales por los cuales luchan, con los denominados “nuevos movimientos sociales” y que en el caso de los primeros  están influyendo de modo muy significativo, sino decisivo en la historia social y política latinoamericana.

2.*- En segundo lugar, y de modo ya visible para las ciencias sociales y la ciencia política en los años 90, estamos en presencia de nuevos sujetos colectivos, nuevos protagonistas populares que rompen con ciertas tradiciones: no se trata ni de los antiguos movimientos de origen “estructural” (el viejo movimiento obrero), ni tampoco de  partidos de masa (aprismo o peronismo) o del brazo político de una vanguardia. Estamos más bien frente a un conjunto diverso de sujetos colectivos, - cuando se transforman en sujetos colectivos, tienen claridad “de clase” – aunque no son clases sociales – simple y llanamente grupos y sectores sociales generalmente emergentes e “hijos de la crisis”-  en los objetivos supremos de su lucha política tanto en su origen, composición, así como con relación a sus objetivos, formas de organización y sentidos de su acción.

En el Perú en junio de 1998, rompen las ataduras del miedo, la represión y la venganza de la dictadura de Fujimori y Montesinos Miles de estudiantes Universitarios, primero de las Universidades Particulares ( de prestigio académico y centro de estudios de los hijos de las clases altas –burguesía, comerciantes, exportadores, profesionales, etc – se enfrentan a la dictadura y reclaman contra la intervención y cese de algunos Magistrados del Tribunal Constitucional y la intervención en un Canal de TV y la deportación y anulación de la Nacionalidad Peruana de su Accionista mayoritario. Los estudiantes universitarios comienzan rescatando el “espacio público” que nos había arrebatado la dictadura como también liberando parte de la Opinión Pública, secuestrada por el dominio y venta de los principales dueños de los medios de comunicación, empresarios, banqueros, líderes de opinión pública y haber transformado la política en la anti-política y la descomposición moral de los partidos, los políticos, todos sometidos y vendidos al poder de la dictadura. Pero también la lucha meses después a nivel nacional, además de la recuperación de la Democracia era combatir los crímenes cometidos por el terrorismo senderista y crímenes del propio Estado. Aquí están presente los “hijos de la crisis”, la prepotencia el autoritarismo, la corrupción, el terrorismo y el entreguismo nacional ahora era masivamente enfrentada desde la ética, la moral, la dignidad y la política por la juventud universitaria y los primeros Frentes de Ciudadanos por la democracia..

3.- En tercer lugar, estos nuevos movimientos se desenvuelven en medio de profundos cambios en el sistema capitalista mundial, fenómeno conocido como “globalización neoliberal”, el fin de la historia o la postmodernidad. Generalmente son grandes sectores sociales emergentes, desocupados y sub-ocupados – producto de la crisis de la industria y la empresa nacional que fue “barrida” de la competencia por las empresas multinacionales primero y después las transnacionales corporativas – trabajadores llamados como “los nuevos esclavos asalariados”, no tienen ningún derecho laboral y social - 8 horas de trabajo, trabajo por temporada, sin descanso dominical, sin derechos sociales de seguridad social, sin vacaciones, sin subsidios al desempleo, sin seguridad social, sin jubilación ,etc., grandes grupos sociales – especialmente jóvenes – de ambos sexos,  ubicados en servicios transitorios y con mínimas condiciones de sobrevivencia, y otros sectores sociales productos directos de la crisis estructural del sistema capitalista.

La denominación, en relación a los grupos o sectores sociales a los cuales pertenecen,  varía según sea el punto de vista que se elija para el análisis, pero lo que no está en discusión es que el mundo ha cambiado, al menos en dos sentidos globales:

1.- El capitalismo no es el mismo que hace 30 años atrás y (El “viejo” capitalismo industrial, presente desde siglos antes, ingresó a su crisis final, entre los 70 y 80’).
2.- El socialismo como “sistema alternativo de sociedad” ha vivido sus mayores retrocesos con el derrumbe de los socialismos del este europeo, a fines de los años 80’ “simbólicamente” con la Caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989. 

Por cierto que estos cambios han influido de modo muy significativo en América Latina, que cerró el ciclo de las dictaduras del cono sur y abrió paso a los ajustes y transformaciones que le impuso el denominado “Consenso de Washington”, la Ideología y la Política Única, el llamado Catecismo Universal Neoliberal de los 90, transformaciones que han comprometido tanto la organización económica de nuestras sociedades como las tradicionales funciones del Estado,- el Estado-nación ingresó en una acelerada e incontenible crisis de representación y legitimidad -  lanzando al desempleo a millones de latinoamericanos, ensanchando la brecha entre ricos y pobres, la informalidad en la economía y la subsistencia – sobrevivencia - popular. A partir de entonces el proceso económico, social y político de nuestros países es conducido por las políticas  neoliberales, se oficializan los shocks salvajes como políticas oficiales, profundizan las Políticas y Programas sociales, que sirven a amplios sectores, víctimas del hambre,  la desocupación,  desnutrición, explotación, - emerge en los cinturones de miseria, “la cultura de la basura”, que “alimenta” a millones de seres humanos - sólo por temporadas, mientras calman el hambre y la miseria; Estas políticas sociales no son más, que un proyecto político-ideológico estratégico de las grandes empresas transnacionales y con la complicidad directa de los organismos financieros supranacionales – FMI, BM y la OMC-.

4.- En cuarto lugar, la relación entre el desarrollo de los nuevos  movimientos sociales. El nuevo contexto socio económico y político de América Latina no es claro ni unívoco, al revés es muy complejo y representa avances, impasses y también regresiones sumamente complicadas en el ámbito de la política pública. Se podría sostener que el desarrollo de los movimientos sociales se desenvuelve entre sus capacidades de producir transformación con altos grados de autonomía (sería el caso del MST en Brasil  y del  zapatismo en México) y su compleja relación con la política y el Estado que agota a los propios movimientos, interroga los tiempos de la política o se estanca colocándonos nuevas interrogantes (sería el caso de los movimientos sociales argentinos y con anterioridad a ellos, el de los movimientos sociales chilenos  y peruanos como los FEDIP, (Frentes de Defensa de los Intereses del Pueblo)  antes de los 80 y la luchas contra las dictaduras militares).

Pues bien, este es más o menos el panorama de los problemas que nos ocupan cuando nos hacemos la pregunta por los movimientos sociales y el actual contexto latinoamericano. Se trata de variados problemas, razón por la cual no podemos hacernos cargo de todos ellos, sino elegir algunos para poner en el debate un punto de vista,  una opinión en sentido político. Nos parece que la mayor dificultad con los movimientos sociales se relaciona con la comprensión de su significado,  su novedad, organización, juventud y actualidad,  sus potencialidades, sus formas de lucha diferentes, lo mismo que sus Plataformas de reivindicaciones y derechos. Para opinar, en ese sentido, quiero detenerme en lo que ha sido el tratamiento de los movimientos desde las ciencias sociales y ciencia Política – como Politólogo – y aventurar algunas hipótesis de tipo histórico-político, que es el terreno que más nos compromete en esta coyuntura y aventura profesional.

Consideramos como puntos centrales para la formulación del conjunto de propuestas teóricas de análisis e interpretación que nos permitirá comprender en su integridad y complejidad la sociedad de las habilidades y valorar una nueva mirada local y global para su comprensión dialéctica de los movimientos sociales, en su unidad, - cohesión social - organización, representación, Identidad, totalidad y oposición, alternativa y legitimidad, movilización de recursos internos y externos como su autonomía e independencia de los poderes locales tradicionales y dominantes, es decir, como las masas organizadas, movilizadas y en lucha son capaces de construir consensos políticos y políticas de concertación públicas: confianza, legitimidad, transparencia, cohesión social, “empoderamiento”, conciencia de clase – quizás muy difícil en esa coyuntura - desde las bases que le permiten conquistar nuevos espacios sociales, recrear e innovar otros emergentes en la perspectiva de construir mayores niveles de participación ciudadana, fortalecer las nuevas tendencias de derechos y pertenencias ciudadanas como derecho al futuro en un nuevo escenario de escenarios: la Sociedad Civil Real, popular y emergente, democrática – el escenario de escenario de las clases y la lucha de clases - producto a su vez también, del largo y a veces intransitable camino de democratizar la instituciones de la democracia. En la perspectiva tenemos:

5.- Los Movimientos Sociales: ¿Son realmente Nuevos?

A mediados de los años 80’, una investigación de carácter latino-americano sobre movimientos sociales, que coordinó Fernando Calderón desde CLACSO, indicaba que una de la mayores novedades en América Latina en los años ochenta, era la emergencia y la mayor visibilidad de una diversidad de actores y movimientos sociales, Tesis Central que también la desarrollamos en nuestro trabajo de Investigación para sustentar el Grado Académico de Máster en Ciencias de Comunicación. Se reconocía, en esta investigación, que en medio de las dictaduras, quienes más resistencia oponían y más iniciativas desplegaban en contra del autoritarismo y el terrorismo de Estado, e igualmente extensos y variados sectores sociales víctimas directas de la crisis económica – despidos y desempleo generalizados, salarios de hambre, subempleo, negación de derechos, carencia absoluta de nuevos puestos de trabajo, violencia contra las organizaciones gremiales y sindicales – aparecen en el escenario social y político, desplegando “ nuevas formas de organización, nuevas formas de lucha, nuevos tipos de reivindicaciones y en general nuevas formas de hacer política “, en la práctica de la vida cotidiana constituían una variada gama de movimientos: desde 



*- las Madres de la Plaza de Mayo,
*- las Comunidades Cristianas en Brasil,
*- los movimientos indígenas del Ecuador,
*- los “paros cívicos” en Colombia,
*- las Protestas Nacionales en Chile,
*- Los Paros Sectoriales y Nacionales Sindicales en Perú.
*- Los Paros regionales como Frentes de Defensa de los Intereses del Pueblo.
    Los FEDIP en Perú.
*- Los movimientos populares e indígenas en Bolivia.
*- Los movimientos juveniles de variado origen, como los Rockeros
     Argentinos, etc .




El Moqueguazo. El “primer” Movimiento Social Histórico de la Región Moquegua-Perú en 1973  contra el gobierno del General Velasco.  El FEDIP-Moquegua, la lucha del pueblo  en defensa de sus derechos constitucionales y el retorno a la Democracia.

A finales de los 80’, en tiempos históricos post-dictaduras y tiempos políticos del neoliberalismo, en el análisis e interpretación de los académicos latinoamericanos se observó con profundidad y preocupación que los antiguos o viejos protagonistas, declinaban progresivamente y la crisis estructural presente en nuestros países, estaba “demoliendo en su integridad y representación” .Igualmente se indicaba también que declinaban los movimientos históricos tradicionales, el movimiento obrero, el movimiento campesino y la alianza considerada siempre estratégica por la Izquierda: la alianza obrero-campesino. Ingresaban también en crisis – en un camino sin retorno -, adicionemos, los proyectos mundiales de transformación que animaban a estos movimientos. Entonces, se indicó: “La caída del presidente Allende simboliza, quizás con mayor fuerza que otros procesos políticos de la región, la perdida de proyección histórica de los movimientos sociales de orientación industrial totalizante”.

Si revisamos las perspectivas y la fuerza real de los movimientos sociales en Latinoamérica que pretendían modelos nacionales independientes o transformaciones clasistas acabadas (sea de la burguesía industrial, sea del proletariado y sus aliados), probablemente concluyamos... que estas orientaciones y prácticas han ido perdiendo progresivamente su impulso vital. Paralelamente, es posible distinguir en los últimos veinte años, la emergencia de nuevos actores sociales y nuevas prácticas colectivas y nuevas formas de organización y lucha, tanto en el seno de los movimientos sociales clásicos (obrero-campesino), como en el desarrollo de nuevos movimientos sociales, vistos en su análisis e interpretación desde dos perspectivas totalmente diferentes:

En primer lugar, los Nuevos Movimientos Sociales masificados, radicales, regionales o locales con clara orientación  política anti neoliberal, - no ligados ni relacionados con ningún Partido Político – rechazan y cuestionan muy fuerte a los Políticos - al principio independientes, autónomos, marchaban por caminos distintos, pero  al final con el desarrollo de la propia dinámica y lucha colectiva, la profundización y a  la vez fracaso de las políticas neoliberales, se forjó nuevos espacios sociales de convergencia y unidad, hoy representan un vasto y amplio sector social que se opone a las políticas neoliberales, por distintos caminos y formas de lucha, desarrolló la consigna de la recuperación de la Soberanía Nacional, la Cultura y la Identidad y su tendencia histórica es a ser mayoritarios por sus intereses planteados, su estrategia de lucha anti-globalización, al final como proceso de construcción múltiple y complejo, paralelamente está construyendo un Nuevo Ciudadano, resultado directo de esta lucha, protesta y movilización; y

En segundo lugar, precisamente como “expresión desde la ciudad” sectores juveniles, educados, conocedores de sus derechos integrales. Como: ecologistas y ambientalistas, pacifistas y defensores de los Derechos Humanos, de género y generacionales, étnicos y contraculturales, defensores de los consumidores, etc; son hoy los protagonistas de los “nuevos movimientos sociales que surgen en el ámbito de la cultura  y la búsqueda permanente de mejor calidad de vida” y “comienzan” a construir un nuevo Paradigma, pero que no llegan a plantearse metas ni acciones holísticas, sino en prioridad el bienestar social de su comunidad, mejores condiciones vida y trabajo.

Algo cambia y no se trata de un cambio menor. Ya no se tratan de los movimientos de raíz estructural ni de los proyectos de cambio estructural, propio del sesenta. Un ciclo se cerraba, otro se abría, pero los principios centrales del programa anti-sistema quedaba como tarea pendiente, sobre todo cuando en un nuevo escenario en la década de los noventa el neoliberalismo generaba serios conflictos político-sociales con su política de privatizaciones, la reforma y modernización del Estado – simplemente reducción o achicamiento, pero reforma, modernización hasta hoy se espera - despidos masivos del aparato estatal. Y por cierto, como ocurre casi siempre en la historia, sabíamos mucho más del ciclo que se cerraba y mucho menos del ciclo que se abría, precisamente por la gran incertidumbre que presenta el Proyecto Neoliberal. Por ello nos preguntamos: ¿Qué son estos nuevos movimientos?. ¿Qué representan en la nueva coyuntura global?. ¿Qué efectos podían tener sus acciones?.  ¿Qué novedad representan desde el punto de vista social y político?. Estas eran preguntas que interrogaban al mundo académico, a las Ciencias Sociales, a la Ciencia Política, pero también a las prácticas políticas militantes: ¿Qué hacer con la diversidad? en su contenido multidimensional: histórico, organizativo, representativo, social, cultural, político, institucional. ¿Está surgiendo una nueva manera de hacer política o se trata sólo de un fenómeno transitorio? ¿Estos nuevos movimientos, eran los nuevos sujetos de la historia y por tanto portadores del proyecto histórico popular?. ¿La conciencia de clase seguiría siendo el objetivo prioritario de la Educación Popular en los movimientos contra la política neoliberal de los gobiernos de turno, y/o;

Había que transitar hacia nuevas formas de conciencia, más específica, concreta, según el conflicto de los grupos o sectores sociales,  por ejemplo, la conciencia ecológica, de género, urbana, pacifista, derechos humanos, etc., y en consecuencia, referir más la educación popular a las cuestiones de la identidad? Y la identidad, ¿permitiría realmente fundar una nueva política popular? Ambos tipos de nuevos movimientos sociales en su organización, formas de lucha, reivindicaciones, comunicación, liderazgo, redes sociales y nuevas formas de hacer política pertenecen absolutamente al terreno de la Nueva Sociedad Civil Popular y Emergente, la misma que se desarrolla, genera nuevas alternativas de democratización, nuevos liderazgos, recrea y enriquece la comunicación intercultural al compas como los nuevos movimientos sociales dinamizan y activan sus derechos, como procesan en su favor lo conseguido y disputado al Estado y al mercado de los propios políticos y  empresarios tradicionales y mercantilistas. Pues bien, creo que frente a la novedad que representan los “nuevos” movimientos sociales, se han ido estructurando diversas respuestas. Una de ellas es aquella que ya en los ochenta, debió plantearse más que una nueva política, los movimientos expresaban algo más profundo: los nuevos movimientos estarían expresando cambios en los discursos y en las prácticas que organizan las relaciones sociales en las bases mismas de la sociedad. Elizabeth Jelín, al respecto nos propone:

“... quizás sea la hora de repensar los movimientos sociales desde otra perspectiva: no se trataría solamente de nuevas formas de hacer política, sino de nuevas formas de relaciones y de organización social; lo que se estaría transformando o engendrando es una sociedad, más que una política nueva. El significado e interés analítico de los movimientos sociales reside en buscar en ellos evidencias de transformación profunda de la lógica social. Lo que está en cuestión es una nueva forma de hacer política y una nueva forma de sociabilidad. Pero más profundamente, lo que se intuye es una nueva manera de relacionar lo político y lo social, el mundo público y la vida privada, en la cual las prácticas sociales cotidianas se incluyen junto a, y en directa interacción con, lo ideológico y lo político institucional. La pregunta que surge de inmediato, imposible de responder a ciencia cierta, es si se trata de una “nueva realidad” o si la vida social siempre fue así, y sólo nosotros, ciegos por el peso de los paradigmas dominantes, no lo estábamos viendo”

Tal vez, no sea imposible de responder a esta pregunta cuando se interroga a los historiadores más que a los sociólogos, ya que evidentemente desde una perspectiva histórica, estamos obligados a reconocer que la historia de América Latina está plagada de movimientos sociales, desde los movimientos indígenas que resistieron la invasión española y portuguesa, pasando por los movimientos anti-coloniales, que intentaron romper la dominación colonial española, insurrección étnico-nacional, representativo, es sin duda alguna, la Revolución de Túpac Amaru II en Perú, noviembre de 1780, movimiento que abrió el camino hacia la Independencia de América latina, a inicios del nuevo siglo XIX; los movimientos migratorios que prácticamente refundaron un país como la Argentina a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, hasta los movimientos políticos y religiosos de raíz campesina como la “guerra”  de los  Canudos, en el nordeste de Brasil, al final de las dos últimas décadas del siglo XIX. Es decir, tenemos que conceder a Elizabeth Jelin, que en realidad, hemos estado relativamente ciegos en la historia oficial, con relación a la historia social y política de América Latina, o mejor aún, en la medida que cambiamos los enfoques y las perspectivas de la investigación social y en particular la investigación histórica ampliada, desde el ámbito complejo de La Sociología de las Ausencias, América Latina se nos irá revelando como una tierra prolífica en “acciones colectivas” de diversos contenidos como sociedad de habilidades, potencialidades, talentos y sinergias colectivas, es decir una tierra prolífica en el desarrollo de movimientos sociales y nos irá abriendo nuevos surcos aún desconocidos para todos nosotros que tenemos una fe una esperanza, y  “sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán de nuevo las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor”. Una sociedad superior en Nuestra América.

No me preocupa el grito de los violentos. El movimiento de los corruptos. La grita de los deshonestos. El odio de los intolerantes. La desvergüenza de los inmorales. El impudor de los sin ética y la delincuencia del criminal…. Lo que me preocupa es el silencio de los buenos.
Región. Arequipa, patrimonio cultural de la humanidad.
PERÚ. Miércoles 5 de septiembre del 2012.
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