miércoles, 19 de diciembre de 2012

En el mundo de mañana será el Estado contra el individuo.

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El análisis que realiza PHILIP en base a los tres elementos Estado, Ciudadano y la unidad o articulación de ambos, es importante por el carácter multipolarizado de la coyuntura actual, por todo ello, es obligatorio visualizarlo por el lado de la Gobernabilidad y la Gobernanza. Es decir, como hoy en el epicentro de la crisis global, crisis estructural, multidimensional donde los poderes fácticos mundiales son cada vez más determinantes, hegemónicos  e impositivos de políticas erradas cargadas de fuerte contenido de violencia, autoritarismo, salvajismo, en sí, que una vez más retratan completamente como estos poderes se van apoderando totalmente de la política, como las instituciones fundamentales y otrora columna vertebral de la democracia, van siendo demolidas progresivamente, como la Democracia, es trasformada en “bancocracia”, o el gobierno político-financiero-especulativo de los bancos, y hoy en el devenir destructivo de la crisis global, también la Troika Europea, aplica, impone con violencia estas políticas destructivas de un capitalismo financiero-especulativo en su fase final de descomposición y desastre.

La mujer empoderada, en niveles de importancia nunca antes considerados como básicos y fundamentales, como derechos humanos de trascendencia global,  consiguiendo implementar fuertes y significativos derechos – educación de calidad, asistencia en salud, servicios públicos, derechos de divorcio, aborto terapéutico, matrimonio de ambos sexos, trabajo y salarios en igualdad de condiciones, reconocimiento de derechos laborales y de protección familiar; hoy en la coyuntura de crisis global, tiene una importancia de primer nivel, por cuanto fortalece con sus conquistas sociales y reconocimiento de derechos, como práctica y política, una fuerte, importante y trascendente fortaleza de derechos humanos; por el mismo camino, de una larga avenida de clases y lucha de clases en su fase más polarizada, emerge con fuerza la nueva clase media mundial, en especial la China, exige mayores derechos y mejor calidad de la Democracia. (Terminará el "primitivo" machismo masculino y será cierto que comenzará el "machismo" femenino).

Hoy ante la poli-crisis estructural mundial y el total fracaso de las Políticas de Austeridad - y otras - la destrucción de las Instituciones fundamentales de la Democracia y el propio Estado (Bienestar), es necesario e ineludible una "salida" democrática y una Nueva Gobernanza Mundial, en el proceso de construcción de una Nueva Civilización Humana, contexto sistémico marcado profundamente por la creación, rescate o fortalecimiento de políticas públicas de defensa de la Soberanía nacional, puesta en cuestionamiento, peligro, crisis e incertidumbres de los poderes fácticos mundiales que intentan por todos los medios, cómo acabar o destruir lo “poco” que aún queda de políticas soberanas, autónomas e independientes, en especial en las políticas de gobernabilidad de los gobiernos “absolutos soberanos” de las políticas del Consenso de Washington, es decir del neoliberalismo. Obviamente creemos que vamos encontrando el camino democrático, por donde entramos al ámbito global de la larga avenida del siglo XXI,  de una Nueva Gobernanza Mundial, no un nuevo Gobierno o un nuevo Estado Global sino una Nueva Política Mundial  en un escenario multipolarizado global. Aquí está el gran desafío para la humanidad en relación a impulsar nuevos elementos institucionales que sirvan de columna vertebral, en el objetivo de desarrollar nuevas formas de relaciones sociales y nuevas formas de hacer política. Escenario local-global múltiple, complejo, turbulento, multipolarizado, en el que es posible la construcción multidimensional - sociológica - de una Nueva Civilización Humana, escenario, donde “El cambio de Época, Histórica”, los Nuevos Sujetos Sociales en construcción Histórica, las nuevas formas de lucha, así como los Nuevos Líderes, en base a  reconocer y fortalecer nuevas formas de comunicación intercultural, el nuevo Capital político y democrático, que (in)surge en el “corazón” – si es que algún día lo tuvo – de la Democracia, y hoy en el camino de la lucha de clases, todos conjuntamente  caminan en dirección a ese gran horizonte político.
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Ciudadanos del mundo, en movilización y lucha, por el respeto y vigencia por sus derechos fundamentales, seriamente en peligro en el contexto de la crisis sistémica, multidimensional mundial. El Estado responde en contra de todos ellos.
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En el mundo de mañana será el Estado contra el individuo.
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Philip Stephens. Columnista de Asuntos Globales.
Financial Times.  Sábado 15 de diciembre del 2012.
Aquí les presento tres cosas en las que debemos pensar sobre el mundo de mañana. Los Estados se están volviendo más asertivos y a la vez menos capaces. Los ciudadanos, ahora empoderados, están exigiendo más de sus jefes políticos. Al juntar las dos situaciones, es posible que tengamos una receta para un nuevo surgimiento de nacionalismo y conflicto. Esta semana el Consejo Nacional de Inteligencia, la agencia que está por encima de toda la comunidad de inteligencia de Estados Unidos, publicó su informe cuatrienal sobre cómo podría verse el mundo de aquí a unos 20 años. El informe que fue presentado en una conferencia auspiciada por el Atlantic Council de Washington, denominada "Global Trends 2030: Alternative Worlds". (Tendencias Mundiales 2030: Mundos Alternativos) es una lectura obligada, un verdadero tesoro de datos acertados, análisis proféticos y percepciones estratégicas.
Los titulares generados por el informe se han enfocado en su perspectiva sobre el poder que tiene EE.UU. La Pax Americana, el período de la ascendencia estadounidense que comenzó en 1945, llegaba a su fin, indicó el Consejo. Usted podría pensar, ¿y qué? Los cambios de poder en el mundo no son nada nuevo. Pero lo que es significativo, según parece, es que en la actualidad EE.UU. lo está aceptando. El rumor en Washington era que la Casa Blanca estaba evidentemente nerviosa antes de la publicación del informe. Dejando de lado los titulares, el análisis del Consejo es mucho más sutil que el discurso de  "China está de subida, Estados Unidos, de bajada", tan popular entre los pesimistas que declaran que pronto todos seremos gobernados por Beijing.
Para comenzar, los espías —y casi todos los demás analistas importantes— creen que EE.UU. continuará siendo el primero entre sus pares, las grandes potencias, en el 2030. El punto es que este país tendrá que trabajar más duro si quiere imponer lo que desea. El informe invita al lector a ser optimista o pesimista, de acuerdo a sus gustos. ¿Habrá acaso algo que celebrar ante la llegada de al menos mil millones de personas a nivel de clase media global? ¿Pero entonces, qué hay sobre la presión que se ejercerá sobre los recursos naturales que no son renovables? La gran mayoría de nosotros vivimos vidas más largas y más saludables, pero el mundo se está volviendo viejo.
La tecnología promete multiplicar nuestras relaciones personales y aumentar el acceso a los conocimientos. Esto también es un arma letal en manos de déspotas y terroristas. El petróleo y el gas de esquisto bituminoso mantendrán prendidas las luces, pero el cambio climático amenaza nuestra seguridad, prosperidad y, quizá, el futuro mismo del planeta. Lo que sí es seguro es que el mundo está cambiando más rápido que en cualquier otro momento de la historia y que la mayoría de nosotros seguimos renuentes a romper los marcos estructurales de hoy. Keynes vio el problema mucho antes que cualquiera hubiese hablado de la era digital. "La idea de que el futuro pueda ser diferente al presente", escribió, "es tan repugnante a nuestro modo convencional de pensar y actuar que nosotros, o la mayoría de nosotros, ponemos una gran resistencia a ponerlo en práctica". Para mí, la historia fascinante de las dos próximas décadas se centrará en la interacción de dos grandes cambios de poder.
El primero es más bien conocido: el movimiento desde el occidente al oriente y desde el norte al sur. Para el 2030, Asia habrá sobrepasado a EE .UU. y a Europa en cuanto a la mayoría de medidores del poder relativo. Pero esto no se trata solamente de China e India. México, Indonesia, Turquía, Vietnam, Irán y otros, todos tienen la capacidad de llegar a ser importantes. Este es el mundo post-occidental que EE.UU. encontrará más difícil de moldear a su propia imagen y semejanza. Sin embargo, la tendencia más llamativa es la disminución del poder que está en manos del Estado. Esto ya ha venido sucediendo hace un tiempo. Los gobiernos de todas partes, tanto en occidente como en el resto del mundo, se han debilitado debido a la globalización, perdiendo poder frente a las compañías transnacionales, a los capitales golondrinos y a las redes de contactos transfronterizos.
 El Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) identifica un segundo movimiento: el del Estado hacia el individuo. El informe describe el empoderamiento individual como una "mega-tendencia", es decir, un acontecimiento que cambiará de forma esencial el modo en el que están organizadas las sociedades. En los Estados emergentes, la creciente prosperidad y la tecnología de comunicaciones sin costo alguno están emancipando a cientos de millones de personas que hasta ahora no han podido acceder a la política. Las mujeres en casi todas partes están logrando tener mayor acceso a la educación y comienzan a tener voz en la política.
Hemos logrado vislumbrar el despertar de las revueltas en el Medio Oriente, pero esto va mucho más allá del mundo árabe. Pregunte solamente a los encargados de formular las política en China, quiénes se preocupan sin cesar de las expectativas sociales y políticas de la creciente clase media de ese país. La mayoría de estos acontecimientos son benignos. Un mundo en el que las mujeres están empoderadas será, sin lugar a dudas, mucho más seguro que el mundo en el que las relaciones internacionales están dirigidas por el machismo masculino. En occidente se debería ver a la revolución digital como una extensión de la democracia en lugar de verla como una amenaza. Pero los autócratas de todo el mundo tanto como los líderes democráticos con tendencia a la política antigua de partido y el patrocinio verán la pérdida de poder como algo inmensamente desestabilizante.
¿Cuál es la amenaza que provoca la difusión del poder? El problema es que los Estados estarán operando en un entorno internacional más fragmentado e impredecible. Conforme el mundo se vuelve más multipolar también se está volviendo menos multilateral. Los Estados emergentes guardan celosamente su soberanía nacional. Los políticos en occidente se han vuelto reacios a ceder su poder a instituciones internacionales. La paradoja es que esto hace más difícil que los gobiernos puedan abordar las inseguridades que más preocupan a sus ciudadanos, sean estas económicas o físicas.
 La migración sin control, los paraísos fiscales, la inestabilidad financiera, el cambio climático, la proliferación de armas no convencionales, el crimen y el terrorismo transfronterizo, ninguno de estos son problemas que se encuentren dentro de la capacidad de resolución de los Estados individuales. Para reclamar su poder, los gobiernos tendrán que actuar en conjunto. El peligro es que en su lugar buscarán a alguien más a quién culpar, avivando el nacionalismo.
Traducido por: MARICARMEN PIZARRO.
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