jueves, 20 de junio de 2013

ACUERDO COMERCIAL UNIÓN EUROPEA-ESTADOS UNIDOS. ¿Quién está escribiendo el guión?

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Según la Comisión, el Grupo, que está operativo desde 2011 y que ha elaborado dos informes, no tiene miembros identificables (“no existe una lista de miembros del HLWG”). La Comisión también nos informó de que “varios departamentos” han contribuido al debate y a los informes del grupo (sin miembros), pero añadiendo que “no hay ningún documento que contenga la lista de los autores de los informes”. Puesto que no había tal documento, afirmaba la Comisión, nuestra petición no entraba en el marco de las normas de libertad de información de la UE: “Desafortunadamente no estamos en condiciones de ofrecerles la información solicitada.”  También nos dijeron que el HLWG no era “un grupo de expertos pertenecientes a las categorías mencionadas en el registro de grupos de expertos y otras entidades similares”. ¿Por qué no? “En primer lugar, se trata de un grupo de trabajo conjunto establecido por el gobierno de EE.UU. y la Comisión Europea, y en segundo lugar, su función no es la de proporcionar asesoramiento y conocimientos especializados a la Comisión Europea”, afirmaba la misma. A esto replicamos que el HLWG, como cualquier otro grupo de expertos o entidad similar, debe estar sujeto a los requisitos de transparencia establecidos en la normativa sobre los grupos de expertos de la Comisión, que incluye la transparencia sobre los participantes.
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Rosetxo Ezcurra.

ACUERDO COMERCIAL UNIÓN EUROPEA-ESTADOS UNIDOS.
¿Quién está escribiendo el guión?
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Corporate Europe Observatory

Rebelión jueves 20 de junio del 2013

Está en fase de negociación un acuerdo comercial de largo alcance entre Estados Unidos y la Unión Europea: el Transatlantic Trade and Investment Partnership (Asociación transatlántica para el comercio y la inversión( TTIP) también conocido como Tratado Transatlántico de Libre Comercio (TAFTA). Sin embargo, la Comisión Europea ha corrido una cortina de humo sobre quién establece el orden del día de su posición negociadora. En medio de preocupaciones por el impacto social y ambiental del acuerdo, así como de su significado para una formulación democrática de las políticas, Corporate Europe Observatory (Observatorio de la Europa Corporativa) ha tratado de averiguar qué se va a poner sobre la mesa para su discusión.
Traducido del inglés para Rebelión por S. Seguí

Las negociaciones para el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos acaban de ser lanzadas oficialmente. Bajo la guía intelectual del Grupo de trabajo de alto nivel de trabajo para el empleo y el crecimiento 1 , creado en 2011 y presidido por el comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht y el entonces representante comercial de EE.UU., Ron Kirk, en su último informe dicho Grupo no sólo recomendaba entablar ya las negociaciones, sino que indicaba con cierto grado de detalle los temas que deberían ponerse sobre la mesa, con el objetivo de largo alcance de avanzar hacia un “mercado transatlántico”.

El acuerdo propuesto está siendo seguido de cerca por grupos de interés público preocupados por que el acuerdo abra las compuertas a los organismos modificados genéticamente (OMG) y al gas de esquisto ( fracking ) en Europa, sea una amenaza a los derechos digitales y laborales, y faculte a las empresas a impugnar legalmente una amplia gama de normas que no son de su gusto. Con todo esto y más en juego, Corporate Europe Observatory quiso saber quién formaba parte de ese Grupo que recomendaba entablar las negociaciones. Con arreglo a las normas comunitarias de acceso a la información, el 4 de marzo de 2013, solicitamos la “lista completa de los miembros que componen el Grupo de trabajo de alto nivel sobre el empleo y el crecimiento”. De hecho, tuvimos que hacer numerosas solicitudes.

¿Un grupo sin miembros, un informe sin autores?

Según la Comisión, el Grupo, que está operativo desde 2011 y que ha elaborado dos informes, no tiene miembros identificables (“no existe una lista de miembros del HLWG”). La Comisión también nos informó de que “varios departamentos” han contribuido al debate y a los informes del grupo (sin miembros), pero añadiendo que “no hay ningún documento que contenga la lista de los autores de los informes”. Puesto que no había tal documento, afirmaba la Comisión, nuestra petición no entraba en el marco de las normas de libertad de información de la UE: “Desafortunadamente no estamos en condiciones de ofrecerles la información solicitada.”

También nos dijeron que el HLWG no era “un grupo de expertos pertenecientes a las categorías mencionadas en el registro de grupos de expertos y otras entidades similares”. ¿Por qué no? “En primer lugar, se trata de un grupo de trabajo conjunto establecido por el gobierno de EE.UU. y la Comisión Europea, y en segundo lugar, su función no es la de proporcionar asesoramiento y conocimientos especializados a la Comisión Europea”, afirmaba la misma. A esto replicamos que el HLWG, como cualquier otro grupo de expertos o entidad similar, debe estar sujeto a los requisitos de transparencia establecidos en la normativa sobre los grupos de expertos de la Comisión, que incluye la transparencia sobre los participantes.

¿Es el mundo empresarial quién dicta el orden del día? La Comisión no  sabe, no contesta.

Cuando preguntamos acerca de los “expertos externos” que habían participado en los informes elaborados por el HLWG, se nos dijo que la evaluación de impacto de la propuesta de acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos contenía un resumen de las medidas periciales obtenidas desde su creación. También se nos dirigió a la página de información general de la Comisión, para consultas públicas. Allí nos enteramos de que más del 65% de las entradas en las dos primeras consultas sobre el proyecto de acuerdo UE-EE.UU provenían de empresas y asociaciones empresariales. Pero, ¿quiénes eran los 114 consultados? ¿Para quién están haciendo lobby ? El archivo de documentos de la Comisión ofrece sólo unas pocas contribuciones. 

El 19 de abril, presentamos otra solicitud de información para saber más acerca de los contactos de la Comisión con los grupos de presión de la industria que desean influir en el pacto comercial transatlántico. Pedimos una lista de las reuniones celebradas con estos grupos de presión, las actas y la correspondencia conexa. La Comisión respondió que esto “se refiere a un gran número de documentos” y nos pidió “limitar el alcance de la solicitud, a fin de reducir el número de documentos a una cantidad más manejable (por ejemplo, ¿querrían ustedes recibir los informes de reuniones y la correspondencia intercambiada con determinadas empresas o asociaciones?) “. El 31 de mayo, seis semanas después de nuestra petición y después de varios intercambios de correo electrónico, se nos dijo que la Comisión estaba “actualmente en las primeras etapas de evaluación de su solicitud y [...] todavía no está todavía en condiciones de dar una estimación detallada del número de documentos que podría implicar nuestra demanda”. El funcionario de la Comisión agregó: “Nuestra estimación en estos momentos es que sólo vamos a tener una primera visión general de la situación a mediados de junio, momento en que les informaremos al respecto.”

¿Qué tratan de ocultar?

Mientras seguíamos a la espera de más información sobre lo que parecen ser cientos de documentos relacionados con el gran lobby de negocios implicado en este acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos, tuvimos más suerte con una solicitud de acceso a la información que hicimos al representante comercial de Estados Unidos. Su oficina nos proporcionó una lista de los “principales responsables y expertos por temas” en el HLWG, en la que se enumeran tres docenas de funcionarios del gobierno de EE.UU. y la Comisión Europea.

Echando un vistazo a la lista, no estamos muy seguros de qué es lo que la Comisión estaba tratando de esconder al retener esta información. Quizás el hecho preocupante de que un ente dotado de un título tan rimbombante –el famoso Grupo de trabajo de alto nivel para el empleo y el crecimiento– no sea más que un puñado de conocidos burócratas favorables al libre comercio de ambos lados del Atlántico. O quizás el hecho de que a la Comisión no parecen preocuparle los impactos laborales y ambientales del acuerdo comercial propuesto. Porque, mientras que el lado estadounidense tiene dos responsables en el apartado de “medio ambiente” y “trabajo” dentro el HLWG, la columna respectiva correspondiente a la UE está reveladoramente vacía.

La necesidad de una transparencia real.

Mientras cada vez más eurodiputados y grupos de ciudadanos exigen que las inminentes negociaciones entre la UE y Estados Unidos se lleven a cabo de una manera abierta, nuestros descorazonadores intentos de obtener información básica sobre quién está detrás de la puesta en marcha de estas negociaciones demuestran que la Comisión no se preocupa por la apertura. En cambio, parece decidida a hurtar a la opinión pública cualquier tipo de información significativa sobre el acuerdo comercial más importante que se haya negociado nunca en el mundo. Si los eurodiputados se toman realmente en serio sus demandas de mayor transparencia y su deber de exigir a la Comisión su rendición de cuentas, tienen ante sí una espesa cortina de humo.

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