miércoles, 1 de enero de 2014

EN QUE MOMENTO SE JODIÓ EUROPA.

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Para  mí, modestamente Europa se jodió a finales de los 60 y entrando a los 70’. Aquí está la clave histórico-política, si realmente formulamos un análisis científico. El fracaso y derrota del imperialismo norteamericano en Vietnam, la guerra interna por los derechos de los negros y millones de jóvenes que se "rebelan" y se niegan a ir a Vietnam. La Revolución Universitaria del Mayo París 68’ genera una inflexión histórico trascendental en el inicio del “Cambio de Época Histórica” en el mundo de la Modernidad. La crisis posterior de la Socialdemocracia, la influencia de la Revolución Cultural China, el desastre que se inicia con la captura por la burguesía de la dirección política de la Revolución Bolchevique; La guerra de los seis días entre Judíos y Palestinos, la consecuencia económico-social más importante: El petróleo pasa a definir el carácter del mundo capitalista. Europa es escenario del surgimiento de los Nuevos Movimientos Sociales – Verdes, ambientalistas, Derechos Humanos, Feministas, Derechos Civiles – derechos de los negros – Pacifistas, Contra-culturalistas, Derecho de los Niños, Movimiento de los Gays y Lesbianas, etc.. (Está (in)surgiendo una Nueva Sociedad Civil en el mundo de la modernidad. El Movimiento Sindical se convierte en un “verdadero poder” político al conseguir grandes y significativas reivindicaciones y derechos que aportan para la construcción del Estado de Bienestar, teniendo como fortaleza social y política los derechos Ciudadanos – Educación, salud, trabajo y salarios de calidad -. Se construye el Nuevo Ciudadano garante de la Democracia del Siglo XX.


La globalización neoliberal, es el resultado de este "Cambio de Época Histórica" más importante de esta década de cambios y transnformaciones.
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En este misma década, de los 70’ el “viejo” capitalismo industrial con más de 4 siglo de hegemonía, ingresa en su crisis “final”, en sus propias “entrañas está naciendo un nuevo Modelo, sobre la base de tres revoluciones de carácter estructural: la revolución del transporte, la revolución Tecnológica y la Revolución de la comunicación electrónica, sumado a ello la universalización de un modelo único de economía de mercado, políticas que favorecen la apertura de los mercados del mundo y mundialización del capital financiero en todos los mercados, bancos, bolsas del mundo. Nace la Globalización. Pero igualmente, otros cambios estructurales aportan de manera significativa en este “Cambio de Época Histórica”, el proceso de institucionalización democrática de las Instituciones  principales del sistema Democrático, la crisis final de la institución básica como es la familia, la revolución sexual, la mujer ingresa al trabajo – con calidad y profesión – Es necesario un Nuevo Contrato Social. ( Pendiente hasta ahora, 2014). El Senado norteamericano nombra la Comisión Trilateral, preside el Dr. Samuel Huntington. Se formulan nuevas políticas, Políticas de Estado y Democráticas: La Gobernabilidad. Se cierra esta década entre los grandes cambios político-sociales con la elección de la Sra. Thatcher como Primer Ministro en Inglaterra, el Sr. Reagan en Estados Unidos y el Sr. Helmut Kohl Como Canciller de Alemania, consolidándose el poder del G-7, los países capitalistas y la Democracia Liberal Representativa. Esta es la década cuando se JODIÓ EUROPA, es decir, cuando se quebró, se inicia su descomposición histórico-política, que sin duda “florecerá” por 3 décadas más, pero al final de la Primera década del nuevo milenio, al elección de los “líderes” connotados de la ultra derecha europea, termina ahora sí por sepultarla. Y ahí, la encontramos ahora jodida – quebrada, destruida – al modelo de un barco encallado en alta mar, en manos de una banda de piratas.
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 La Sra Thatcher, el sr. Reagan y el sr. Kohl. Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, con sus Líderes políticos de ese entonces - 1980 - consolidaron los cambios sociales y fortalecieron los  cambios políticos, pero dejando una gran decepción política.
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EN QUE MOMENTO SE JODIÓ EUROPA.
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Emir Sader.

Página /12 miércoles 1 de enero del 2014.

Al inicio de la novela de Vargas Llosa, Conversación en la Catedral, un peruano le pregunta a su amigo:
–¿Y cuándo se jodió Perú?

Dan por sentado que Perú se jodió, está jodido. Se trata de saber desde cuándo, a partir de cuándo, para intentar entender el porqué y el para quiénes.

Hoy se da por sentado que Europa está jodida, que se jodió. Hay distintos diagnósticos. Unos dicen que se debe a la pereza de los del Sur, que el aire mediterráneo y la siesta los hizo vivir por encima de sus posibilidades (eso que hemos oído hace tanto tiempo ya en América latina). Otros dicen que fue por la rigidez del Banco Central de Alemania, que domina la troika y se impone a las otras economías. Los medicamentos se diferencian un poco, pero al fin y al cabo son todos amargos. Porque todos aceptan que Europa se jodió.
Lo cual es un fenómeno de inmensas dimensiones, representa un retroceso de dimensiones civilizatorias, porque el estado de bienestar europeo fue una construcción solidaria que se había convertido en referencia a escala mundial. Terminar con él implica un vuelco a tiempos de exclusión social y abandono que Europa había dejado atrás.

¿Cuándo se jodió Europa? Podría ser durante la explosión que apareció con la Primera Guerra Mundial, cuando se confirmaron dramáticamente las contradicciones interburguesas que Lenin dijo que comandarían la historia mundial entrado el siglo XX. Europa se había vuelto escenario de la más brutal de las guerras que la humanidad había conocido hasta ese momento.
Se podría también ubicar aquel momento en la división de la socialdemocracia entre belicistas y pacifistas, abandonando oficialmente en la II Internacional el pacifismo y el internacionalismo que la había caracterizado, abriendo heridas que no volverían a cicatrizarse.

Se podría igualmente ubicar el momento en que se jodió Europa cuando no logró impedir el brote de las distintas formas de dictaduras de derecha –fascismos, nazismo– y, además, no fue capaz de derrotar ese fenómeno sin apoyos externos.

Pero nada de eso explicaría el viraje actual. Porque, después de todo eso, Europa occidental fue capaz de construir estados de bienestar, y que a lo largo de tres décadas fue una de las más generosas construcciones sociales que la humanidad haya conocido.

Entonces fue después de eso que Europa dio un giro que la llevó a estar jodida. Yo ubicaría ese momento en la transición entre el primer y el segundo año del primer gobierno de François Mitterrand, en Francia. La victoria, finalmente tan conmemorada de la izquierda francesa de la posguerra, propició a Mitterrand un primer año centrado en las nacionalizaciones, en la consolidación de los derechos sociales, en una política externa solidaria y volcada hacia el Sur del mundo.

Pero el mundo había cambiado. Reagan y Thatcher imponían un nuevo modelo y una nueva política internacional. Francia sufrió las consecuencias del nuevo escenario. Podría haber estrechado alianzas con la periferia, con el Sur del mundo, con América latina en particular, liderando a los países que más directamente sufrían los cambios globales. Sin embargo, hubo un cambio radical en la orientación del gobierno socialista francés. Adaptándose a la nueva ola neoliberal a su manera, Francia se sumó como aliado subordinado al liderazgo del bloque Estados Unidos-Gran Bretaña.

Ese giro, que consolidó la nueva hegemonía, de carácter neoliberal, inauguró la modalidad de gobiernos y fuerzas socialdemócratas asimilados a la hegemonía de los modelos centrados en el mercado y en el libre comercio. La España de Felipe González no tardó en sumarse y fue seguida por otros gobiernos, abriendo camino para que, en Latinoamérica también, esa vía se extendiera a países como México, Venezuela, Chile y Brasil, entre otros.

Esa nueva orientación predominante ya apuntaba a la condena del Estado de bienestar –un modelo contradictorio con el Consenso de Washington–, que tarde o temprano sufriría las consecuencias. La unificación europea se dio bajo esa orientación. Las consultas nacionales no se centraban en la unificación europea, sino en la moneda única (el euro), dando un carácter centralmente monetario a esa unificación.

La crisis iniciada en 2008 agarró a Europa absolutamente frágil, inmersa en los consensos neoliberales, lo cual le impidió reaccionar positivamente frente a la crisis como los gobiernos latinoamericanos, que se han inspirado en los modelos reguladores que habían sido hegemónicos en Europa en las tres décadas llamadas “gloriosas” que sucedieron la Segunda Guerra Mundial.

Así llegamos a la fisonomía actual de Europa de destrucción del estado de bienestar, echando nafta al fuego, tomando medicamentos neoliberales para la crisis neoliberal, que sólo se ahonda y se prolonga.
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