lunes, 31 de marzo de 2014

FRANCIA: VOTO CASTIGO PARA LOS SOCIALISTAS FRANCESES. LA OLA AZUL QUE PREOCUPA AL SOCIALISMO FRANCÉS. Pasó de la ola rosa a la ola azul, tras segunda vuelta de las elecciones municipales.

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En la primera cita de las municipales, el Frente Nacional se izó a niveles históricos y hasta forzó dos hazañas, una política y la otra moral. La política cuando conquistó, desde la primera vuelta, la Municipalidad de Hénin-Beaumont y se ubicó en posición de fuerza en decenas de otras circunscripciones. La moral, cuando la presencia de sus candidatos, en la segunda vuelta, cambió la reglas del juego que enmarcaban hasta ahora las relaciones entre los dos partidos de gobierno, la UMP y el PS, con la ultraderecha. Una barrera a la vez real y simbólica se derrumbó sin hacer mucho ruido. Hasta ahora, cada vez que un candidato de la extrema derecha pasaba a la segunda vuelta, se conformaba una suerte de Frente Republicano para evitar su elección. La fórmula se acabó. La derechista UMP optó por el llamado “ni ni”, o sea, cada vez que se produzca una votación triangular, la UMP no retirará su candidato, ni para favorecer al PS, ni para favorecer al FN. Ello le aporta el Frente Nacional un grado más de legitimidad, al tiempo que consagra la estrategia de limpieza total de los harapos filonazis emprendida por la hija del fundador del FN, Marine Le Pen.
No sólo los resultados electorales certifican su exitosa marcha hacia adelante, sino también la percepción que la sociedad tiene de ese partido. Entre finales de los ’90 y principios del 2000, tres de cada cuatro franceses opinaban que el FN representaba un peligro para la democracia. La cifra bajó: sólo uno de cada cuatro ciudadanos piensa lo mismo. Marine Le Pen dirige desde 2011 el partido creado por Jean-Marie Le Pen. En términos de comunicación política, su conducta ha sido ejemplar. En apenas tres años le hizo subir al movimiento los peldaños de las urnas, puso entre la espada y la pared a los socialistas y a la derecha, empujó a ambos partidos a alejarse de los valores que Francia proclama en el mundo en lo que atañe a los extranjeros al tiempo que amplificó la propagación de sus ideas en la sociedad sin asustar a nadie. El muro que antes contenía la verborragia racista también se derrumbó. Como lo señala la actual ministra de Justicia, Christiane Taubira –objeto de constantes ataques racistas, en una entrevista publicada por el matutino Libération, “las inhibiciones que impedían que la palabra ‘racista’ se expresara se disolvieron. Cayeron las máscaras. En adelante, la palabra ‘racista’ se puede expresar a rostro descubierto en el espacio público, tranquilamente.”
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El PS salvó París, en donde se impuso Anne Hidalgo; será la primera mujer que dirija los destinos de la capital. “La Ciudad Luz”.

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FRANCIA: VOTO CASTIGO PARA LOS SOCIALISTAS FRANCESES.
Pasó de la ola rosa a la ola azul, tras segunda vuelta de las Elecciones Municipales.
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La izquierda francesa perdió 155 ciudades de más de 9 mil habitantes a manos de la derecha y los ultra xenófobos de Marine Le Pen. Hoy se anunciará la remodelación del gobierno de François Hollande
Eduardo Febbro
Desde París lunes 31 de marzo del 2014.
Una derrota histórica sancionó al socialismo francés. La izquierda francesa perdió 155 ciudades de más de 9 mil habitantes: Pau, Reims, Saint-Etienne, Roubaix, Limoges, Tourcoing, Anglet, Chambéry, Belfort, Roubaix, Toulouse o Quimper, el abecedario de las ciudades ganadas por la derecha francesa, al cabo de la segunda vuelta de las elecciones municipales, se alarga como una sinfonía victoriosa. Junto a esta orquesta triunfal se elevan también los cantos de la extrema derecha del Frente Nacional. Las listas “Bleu Marine” de la líder del FN, Marine Le Pen, consolidaron las promesas de la primera vuelta y conquistaron al menos 10 municipalidades, entre ellas Béziers, Fréjus, Hayange, Beaucaire, Villers-Cotterêts, Le Luc y Cogolin, a las que se le suma Hénin-Baumont, ganada desde la primera vuelta.
Los abstencionistas de la vuelta precedente no salvaron al Partido Socialista de la tunda electoral: con una abstención record de más del 38 por ciento, la más alta de la historia de la 5ª República para este tipo de elecciones, el PS –en el poder desde hace dos años– no logró movilizar a los electores que hubiesen podido cubrirlo de la estampida.
Ciudades como Limoges, administradas por el socialismo desde hace un siglo, pasaron bajo el control de la derecha. Ni siquiera una ciudad como Quimper se salvó del abismo. El intendente, Bernard Poignant, es amigo y consejero del presidente socialista François Hollande. Pagó en las urnas la impopularidad del mandatario francés y el desapego de las clases populares. El PS salvó París, donde la candidata Anne Hidalgo aplastó a su rival conservadora, Nathalie Kosciusko-Morizet, pero perdió Toulouse, la llamada “ciudad rosa”.
La historia se escribió en varios cuadernos en esta consulta local, que adquirió una dimensión nacional por la amplitud de la punición oficialista. El ecologista Eric Piolle le arrebató al PS la Municipalidad de Grenoble. Ello lo convirtió en el primer ecologista en dirigir una ciudad de más de 160 mil habitantes. Francia pasó de la ola rosa a la ola azul. La única perla que los socialistas le sacaron a la derecha es Aviñón, la ciudad sede del festival internacional de teatro y donde, en la primera vuelta, el candidato de la extrema derecha había llegado a la cabeza. Consecuencia previsible de esta bancarrota política, según adelantó el ministro delegado para la Economía Solidaria, Benoît Hamon, hoy se anunciará la remodelación del gobierno, lo que implica el casi seguro alejamiento del actual jefe del Ejecutivo, Jean-Marc Ayrault. Dos nombres circulan desde hace varios días para reemplazarlo: el del actual ministro de Interior, Manuel Valls, y el de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius. Un intelectual brillante y creativo (Fabius), que cuenta con el respaldo de la izquierda del PS y los ecologistas; y un representante de la derecha socialista (Valls), detestado por la misma ala izquierda y los verdes. Ambos son los ministros más populares del gobierno.
El cambio urge. Las elecciones municipales condenaron dos años de inexactitudes, de cacofonía gubernamental, de una política fiscal que azotó a las clases medias, de una transformación brutal del mensaje y la orientación de la política presidencial con relación a la campaña electoral de 2012; dos años de renuncias o maquillajes de las promesas que fueron, en su momento, el pilar del retorno al poder del socialismo luego de tres derrotas consecutivas en las presidenciales; dos años también donde la política social pasó a ser un títere que se exhibía en los discursos. La lógica municipal fue un espejo implacable del corte entre el PS y las clases populares, que a menudo votaron por la extrema derecha. “Somos el primer partido de Francia”, proclamó Jean-François Copé, el actual dirigente de la conservadora UMP. La frase se reenvía a la hazaña socialista: haber llegado a que un partido sin prestigio, manchado por la corrupción y las irregularidades en sus propios procesos internos, dinamitado por la herencia nefasta que dejó en la derecha el ex presidente Nicolas Sarkozy, se volviera el partido insignia del país.
Los datos proporcionados hasta el cierre de esta edición indican que la UMP totaliza 49 por ciento de los votos en los municipios de más de 3500 habitantes, contra 42 por ciento del PS y 9 por ciento de la ultraderecha. Los porcentajes victoriosos o negativos no bastan para ocultar un hecho significativo: los dos principales movimientos políticos del país, UMP y PS, son partidos heridos, casi espejismos de sí mismos o de las ideas que, en su tiempo, pudieron encarnar. Entre ambos, la empresa de normalización emprendida por Marine Le Pen trajo a las urnas de la extrema derecha el voto popular y un record absoluto de municipalidades ganadas y consejeros municipales electos (80 en 2008 contra más de mil en 2014). Algún disparatado corresponsal de la prensa internacional osó decir que Marine Le Pen pretendía ser “una suerte de Eva Perón”. En una entrevista publicada por Le Monde a Marine Le Pen, el diario asegura que la dirigente francesa no rehúsa del término de “peronismo a la francesa” para calificar su conquista popular y su proyecto de formar un movimiento “patriota, ni de izquierda, ni de derecha”. Los europeos, que siempre ven al populismo como un mal que gangrena los sistemas políticos de los países del sur, se lamen los labios con esas definiciones. Con ello confunden popular con populismo y, de paso, olvidan a sus propios populistas con corbatas de seda, anteojos Ray-Ban, relojes de oro o falsos discursos humanistas.
El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, asumió el costo de la derrota: “La responsabilidad del fracaso es colectiva, y yo asumo la parte que me corresponde”, dijo Ayrault. El jefe del gobierno admitió que las elecciones municipales estuvieron “marcadas por el desapego de aquellas y aquellos que le dieron su confianza a la izquierda en mayo y junio de 2012”. François Hollande quiso hacer de Francia uno de los mejores alumnos de la Europa liberal. Lo pagó caro y le hizo pagar también mucho a la sociedad. El ala progresista del PS, agrupada en la corriente La Izquierda Ahora, se lo recordó con un llamado público que circuló apenas se conocieron los resultados de las elecciones: “Hay que cambiar de rumbo”, dice el texto, que también resalta que “el problema central (...) es el rechazo a la austeridad”. No hay mejor balance de esta pseudo izquierda en el poder que una frase del mismo texto: “Los actos desmintieron a las palabras”. Hay un gran paso entre la poesía política que se emplea para ganar y los recortes masivos que se deciden a la hora de gobernar.
El líder del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélénchon, responsabilizó al jefe del Estado por esta derrota: “La política de Hollande, su giro a la derecha, su alianza con las patronales y su sumisión a las políticas de austeridad europeas desembocaron en un desastre”. El socialismo francés es, de hecho, un partido de pequeños burgueses urbanos, totalmente divorciado con la histórica base popular construida a lo largo de los años en el país profundo. Las encuestas previas a la elección mostraban cómo el PS había perdido incluso el voto de los franceses hijos de inmigrados. La socialista Anne Hidalgo, nacida en la provincia española de Cádiz, descendiente de exiliados republicanos que vinieron a Francia durante la Guerra Civil, se convirtió en la primera mujer que dirige los destinos de la capital francesa. El socialismo conserva las riendas de la Ciudad Luz, antaño bastión de la derecha, pero pierde al mismo tiempo un siglo de historia en Limoges. Esta ciudad dirigida por el PS desde 1912 tiene un movimiento obrero denso y estructurado, una historia ejemplar de movimientos obreros durante finales del siglo XIX y principios del XX, y dos apodos que lo dicen todo: “La Ciudad Roja”, “La Roma del Socialismo”. Un miembro del Consejo Municipal de Limoges solía decir: “Aquí, la gente nace con un cromosoma de izquierda”. El austericidio de la socialdemocracia en el poder cambió el cromosoma de la ya ex fortaleza del socialismo francés.
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Marine Le Pen hizo crecer la legitimidad del partido filonazi Frente Nacional que había fundado su padre, Jean-Marie.

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LA OLA AZUL QUE PREOCUPA AL SOCIALISMO FRANCÉS.

La primera vuelta de las elecciones Municipales del domingo pasado fueron un éxito para Marine Le Pen.
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Objeto de un profundo voto castigo, con una deuda social e ideológica enorme, el gobierno socialista de François Hollande pagó en las urnas su tibieza, sus aggiornamentos, sus promesas negadas y su política fiscal regresiva.

Eduardo Febbro

Desde París domingo 30 de marzo del 2014.
La ola azul se dibuja en el horizonte con la misma nitidez que la debacle socialista. Empantanada en antagonismos internos, enroscada en una serpentina de escándalos ligados a la corrupción, sin línea ideológica definida, la derecha francesa recibió un regalo inesperado al cabo de la primera vuelta de las elecciones municipales celebradas el 23 de marzo pasado: quedó muy cerca de revertir el porcentaje que aún hoy favorece al Partido Socialista, el cual controla el 54 por ciento de las ciudades de más de 9000 habitantes. La derecha agrupada en el seno de la UMP puede mirar con optimismo histórico la segunda vuelta del próximo 6 abril. Entre 70 y 100 ciudades podrían pasar bajo su administración y, con ello, arrebatarle al PS su mayoría municipal. Objeto de un profundo voto castigo, con una deuda social e ideológica enorme, el gobierno socialista de François Hollande pagó en las urnas su tibieza, sus aggiornamentos, sus promesas negadas, su política fiscal y el caudal de decepcionados que dejó en el camino. Entre una derecha sin timón, pero emergente y una social democracia abonada al catálogo liberal, la ultraderecha del Frente Nacional encontró un espacio importante para afianzar su presencia en el tablero político francés.
En la primera cita de las municipales, el Frente Nacional se izó a niveles históricos y hasta forzó dos hazañas, una política y la otra moral. La política cuando conquistó, desde la primera vuelta, la Municipalidad de Hénin-Beaumont y se ubicó en posición de fuerza en decenas de otras circunscripciones. La moral, cuando la presencia de sus candidatos, en la segunda vuelta, cambió la reglas del juego que enmarcaban hasta ahora las relaciones entre los dos partidos de gobierno, la UMP y el PS, con la ultraderecha. Una barrera a la vez real y simbólica se derrumbó sin hacer mucho ruido. Hasta ahora, cada vez que un candidato de la extrema derecha pasaba a la segunda vuelta, se conformaba una suerte de Frente Republicano para evitar su elección. La fórmula se acabó. La derechista UMP optó por el llamado “ni ni”, o sea, cada vez que se produzca una votación triangular, la UMP no retirará su candidato, ni para favorecer al PS, ni para favorecer al FN. Ello le aporta el Frente Nacional un grado más de legitimidad, al tiempo que consagra la estrategia de limpieza total de los harapos filonazis emprendida por la hija del fundador del FN, Marine Le Pen. No sólo los resultados electorales certifican su exitosa marcha hacia adelante, sino también la percepción que la sociedad tiene de ese partido. Entre finales de los ’90 y principios del 2000, tres de cada cuatro franceses opinaban que el FN representaba un peligro para la democracia. La cifra bajó: sólo uno de cada cuatro ciudadanos piensa lo mismo. Marine Le Pen dirige desde 2011 el partido creado por Jean-Marie Le Pen. En términos de comunicación política, su conducta ha sido ejemplar. En apenas tres años le hizo subir al movimiento los peldaños de las urnas, puso entre la espada y la pared a los socialistas y a la derecha, empujó a ambos partidos a alejarse de los valores que Francia proclama en el mundo en lo que atañe a los extranjeros al tiempo que amplificó la propagación de sus ideas en la sociedad sin asustar a nadie. El muro que antes contenía la verborragia racista también se derrumbó. Como lo señala la actual ministra de Justicia, Christiane Taubira –objeto de constantes ataques racistas, en una entrevista publicada por el matutino Libération, “las inhibiciones que impedían que la palabra ‘racista’ se expresara se disolvieron. Cayeron las máscaras. En adelante, la palabra ‘racista’ se puede expresar a rostro descubierto en el espacio público, tranquilamente.”
Derecha y socialdemocracia fracasaron rotundamente en sus intentos de frenar el avance de la extrema derecha. Moralistas, culpabilizadores con los electores del Frente Nacional, ninguno de los dos partidos fue nunca capaz de aportar una respuesta a los interrogantes y los miedos de esos electores que votan por un partido de turbio pasado, pero que logró rediseñar su oferta política. En una entrevista a Marine Le Pen publicada por el vespertino Le Monde, la líder política francesa señala: “Estamos en el año cero de un gran movimiento patriota, ni de izquierda ni de derecha, que funda su oposición con la clase política actual sobre la defensa de la nación, el rechazo del ultraliberalismo, el europeísmo, un movimiento capaz de trascender las viejas divisiones y plantear las verdaderas cuestiones”. Todo cambió y nada ha cambiado. Marine Le Pen enjuagó el discurso xenófobo de la ultraderecha, pero las ideas de “pureza”, “Francia para los franceses”, “los extranjeros afuera” persisten. Los dos grandes actores de este momento político francés son la extrema derecha y el Partido Socialista. Uno porque gana, el otro porque ve desaparecer masivamente el capital acumulado en 2008. El FN estará representado en 229 ciudades en la segunda vuelta de las municipales. Sólo su presencia es ya una casi garantía de derrota para la socialdemocracia francesa. El PS está a punto de perder la ciudad de Toulouse, la urbe del sur de Francia apodada “la ciudad rosa”, bastión simbólico de la historia socialista. No hay nada excepcional en ello a la luz de la política gubernamental. François Hollande se hizo elegir en 2012 con un discurso antifinanza para someterse luego a los imperios de la Bolsa, con un giro neoliberal matizado de una política fiscal desfavorable a los ricos, pero que, al final, terminó recayendo en todo el mundo. El desempleo no cesa de aumentar y el gobierno no encuentra la sintonía entre el ejemplar modelo francés y la camisa de fuerza de la austeridad que impone la política europea. El PS apuesta como última esperanza por un “sobresalto nacional”, o sea, la movilización de los electores que hicieron posible la victoria socialista en 2012. Una apuesta incierta: para movilizarse es preciso generar entusiasmos, encarnar proyectos, hacer circular ideas, diseñar horizontes, abrir el sueño de las perspectivas. Ninguna mediocre gestión de almacenero liberal puede conseguir reavivar esa llama. François Hollande lo consiguió en 2012. En estos dos años de presidencia se dedicó a desmontar cada sueño, a borrar cada línea, a desinflar los entusiasmos, a copiar a la derecha, a encerrar el pensamiento político en una suerte de ineluctable fatalidad financiera. Nadie puede entusiasmarse con un proyecto semejante.

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domingo, 30 de marzo de 2014

CHILE. APLANADORA PARA EL LEGADO DE PINOCHET. El Vocero de la Alianza gobernante, desató la polémica con una frase picante.

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Frente a este conjunto de problemas, básicamente socio-políticos - cuya base estructural es muy compleja, intercultural, turbulenta y polarizada - la Alianza "Nueva Mayoría" en el gobierno de la Dra. Bachelet, tiene que consolidar la unidad y cohesión política en el cumplimiento del conjunto de propuestas ofrecidas en el Programa de gobierno. Todos conocemos que existe un latente movimiento social universitario y estudiantil (los Pingüinos) que ha marcado historia de unida, movilización y lucha por sus principales reivindicaciones y derechos, y han generado grandes enseñanzas a nivel latinoamericano  sobre todo por la ejemplar participación ciudadana juvenil en la consecución de sus derechos constitucionales. Es una realidad latente  la crisis de la Educación,  hoy es un desafío y reto político en Chile, es también en todo América Latina ( es una de las principales taras sociales del neoliberalismo y componente central de la histórica desigualdad económico-social y hoy responsabilidad  política de los gobiernos). 


Chile, movimiento social universitario y Estudiantil - los llamados Pingüinos - un movimiento activo, responsable, contestatario y con excelentes alternativas sobre la Educación. Sus principales dirigentes d elka Federación de Estudiantes de Chile han sido elegidos Diputados en la presente elección y abren un nuevo escenario de lucha por la Educación Pública de calidad. "No queremos mejorar el sistema. El sistema hay que cambiarlo", expresaba como dirigente universitaria Camila Vallejo, hoy Diputada Comunista en una nueva y diferente responsabilidad política.
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Siempre surgirán voces altisonantes, unos para llamar la atención de privilegiar el cumplimiento de lo ofrecido frente a un movimiento social activo y vigilante, lo tenemos en la calle y en la plaza pública, siempre luchando por el cumplimiento de sus reivindicaciones y derechos; otros en cambio – que deben ser muy pocos – son los “incendiarios modernos” descontentos y provocadores que siempre los hay, para ellos la medicina social y política es la unidad en la Alianza y cohesión social y política desde el gobierno, con el objetivo estratégico, de forjar y construir una Política de Estado en relación a esta controvertida realidad, (La educación) fortalecer la Democracia, la participación ciudadana y la gobernabilidad democrática, ejes políticos centrales para el cumplimiento de lo ofrecido en campaña y políticamente desarrollar estrategias centrales de buenos canales de comunicación con la sociedad civil, los Ciudadanos y sus propios Líderes Sociales.
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La Presidenta Bachelet, como punto principal de su Plataforma Política de la "Nueva Mayoría", prometió la reforma de la Educación. Hoy manifiesta  “Lo que está diciendo - en relación al vocero de la Alianza - es que vamos a cumplir con nuestro compromiso de campaña, donde en el fondo está el cambiar el paradigma de la educación, que de ser un bien de consumo tiene que ser considerado un derecho social...."
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CHILE. APLANADORA PARA EL LEGADO DE PINOCHET.
El Vocero de la Alianza gobernante, desató la polémica con una frase picante.
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“Hay que destruir los cimientos anquilosados del modelo neoliberal de la dictadura”, desafió Jaime Quintana, senador, presidente del Partido por la Democracia (PPD) y vocero de la Nueva Mayoría. Bachelet no lo desmintió.

Christian Palma
Desde Santiago domingo 30 de marzo del 2014.
“Nosotros no vamos a pasar una aplanadora, vamos a poner aquí una retroexcavadora, porque hay que destruir los cimientos anquilosados del modelo neoliberal de la dictadura. El lucro, la selección, la discriminación y la mala calidad. Esas son las características de un modelo educacional que tenemos hoy día y, por lo tanto, estos anuncios que ha planteado la presidenta Michelle Bachelet van en la línea absolutamente contraria.” La sentencia la pronunció la semana pasada Jaime Quintana, senador, presidente del Partido por la Democracia (PPD) y vocero de la Nueva Mayoría, el conglomerado político que da sustento al gobierno de la doctora socialista. Y no lo hizo en cualquier parte: sus dardos los lanzó en el diario El Mercurio, la publicación más elitista y cargada a la derecha en Chile, al responder respecto de las críticas de la oposición por la eliminación de diversos proyectos de ley –sobre todo en educación– heredados de la administración del multimillonario empresario Sebastián Piñera.
Como era de esperar, la opinión de Quintana originó un terremoto de proporciones en la pacata política chilena y, cuyas réplicas se siguen sintiendo. Si bien en privado muchos miembros de la Nueva Mayoría –que puso en la línea bacheletista a sectores tan opuestos como el Partido Comunista y la Democracia Cristiana– celebraron la declaración del senador, en público el rechazo a su arenga fue transversal, aunque con matices.
Por ejemplo, la diputada comunista y ex dirigente estudiantil Camila Vallejo respaldó la decisión del Ejecutivo de retirar del Congreso los proyectos de financiamiento de la educación superior, superintendencia y la Agencia Nacional de Acreditación, del gobierno anterior, “porque iban en una dirección contraria al sentido profundo de lo que se plantea en el programa de la Nueva Mayoría”.
“Esto no se trata de pasar la aplanadora ideológica o política, como lo han querido plantear desde la Alianza, sino de cumplir el mandato de una mayoría que no es sólo política, sino también social, que se ha expresado con contundencia frente a la necesidad de impulsar los cambios que hoy están planteados en el programa de este gobierno”, dijo la ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.
Sin embargo, fue la propia Bachelet la que salió al cruce de las declaraciones del senador PPD al afirmar que “acá estamos hablando de proyectos y reformas que no merecen caricaturas”. Sin embargo, no dejó caer a Quintana al precipicio. “Lo que está diciendo es que vamos a cumplir con nuestro compromiso de campaña, donde en el fondo está el cambiar el paradigma de la educación, que de ser un bien de consumo tiene que ser considerado un derecho social, porque finalmente es lo que la mayoría de los chilenos estuvieron diciendo al elegirme a mí como presidenta.”
Pero el principal reclamo vino desde la derecha que quedó muy debilitada después de la estrepitosa derrota electoral que no sólo puso nuevamente a Bachelet en el poder sino que disminuyó ostensiblemente su participación en el Congreso. A este panorama debe agregarse una fuga de personalidades de Renovación Nacional –el partido de Piñera–, la ausencia de una voz opositora potente, el llamado a revisar las bases fundacionales de los conglomerados de derecha en lo que respecta a la dictadura de Pinochet y un escenario regional crítico con solo dos gobiernos y nulas posibilidades de que un nuevo país se sume a esta corriente en las cuatro elecciones que habrá este año.
Según el diario La Tercera, hace varios días que en el despacho de Bachelet espera una solicitud de audiencia de la directiva de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el partido de extrema derecha, que encabeza Patricio Melero. Aún no hay respuesta. La situación ha sido interpretada –según dirigentes de la Alianza– como poco interés de La Moneda para entablar conversaciones, sensación que se acrecentó con la arremetida de Quintana y la suspensión de los proyectos de Piñera.
Si bien la UDI y RN cerraron filas ante estos hechos, todavía no existe un diseño de rearme ni un diagnóstico común para enfrentar al gobierno de Bachelet. En ambos partidos, junto con la búsqueda de las responsabilidades de la derrota, se inició un proceso de renovación de sus respectivas directivas que tendrá resultados recién en mayo.
“Para nosotros la lucha ahora es ideológica”, afirmó el presidente de la UDI, Patricio Melero. El mismo diario La Tercera agrega que hace varias semanas comenzó a dibujarse un sombrío escenario sobre el futuro inmediato de la oposición y se llegó a la convicción de que debe comenzar un proceso de “atrincheramiento” de la Alianza y sus fuerzas más afines en el Congreso, en el que aseguran la unidad del sector será clave para su sobrevivencia.
“Siempre hemos dicho que tenemos que ser unidos. Esa es la receta clásica del centroderecha, pero no tenemos que apurar los procesos”, acotan en RN. En palabras simples, esto significa que al no poder controlar la agenda política, en la Alianza ya se definió que el Parlamento será el lugar en el que desplegarán sus fuerzas. Y más que evitar la aprobación de algunas iniciativas, la clave de la derecha apuntará a contrastar sus posturas frente a las de la Nueva Mayoría.
El orden en las filas, considerado el principal motor de rearme de la Alianza, tiene, sin embargo, una amenaza latente en la inquietud por la aparición de parlamentarios díscolos.
Tanto en la UDI como en RN se señala que ese talón de Aquiles está identificado en las filas opositoras: los integrantes de la nueva fuerza que se está articulando llamada Amplitud y los senadores Andrés Allamand y Manuel José Ossandón, quienes no han escondido sus ganas de candidatearse a La Moneda en 2017, las mismas ganas que tiene Sebastián Piñera, quien ya agendó una serie de viajes y reuniones dentro y fuera de Chile para ir pavimentando su regreso. Tarea difícil, por cierto, tan compleja como detener una retroexcavadora en marcha.


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sábado, 29 de marzo de 2014

OBAMA Y FRANCISCO HABLARON DE INMIGRACIÓN. "LA GLOBALIZACION DE LA INDIFERENCIA".

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LA GLOBALIZACION DE LA INDIFERENCIA.- Más de 300 inmigrantes ilegales, la mayoría mujeres y niños, se ahogaron frente a la isla de Lampedusa, en el Mediterráneo italiano. El doloroso hecho, que ha sido calificado por el papa Francisco como “una vergüenza”, desnuda una vez más la triste realidad de miles de personas que al huir del hambre y la guerra en sus países de origen, encuentran la muerte en el viaje a una tierra no prometida. El tema no es nuevo. No es la primera vez que sucede, ni tampoco será la última. Tan sólo frente a las costas de Sicilia han fallecido más de 8.000 inmigrantes durante los últimos 25 años, y eso sin que se sepa de los miles de personas que quedan por el camino, desde el inicio de un peregrinaje en el que deben sortear todo tipo de peligros, aupados por mafias que se lucran con este inhumano negocio. Este es un tema que debería ser abordado con mayor profundidad y eficacia por la ONU y las organizaciones regionales.


El doloroso hecho, que ha sido calificado por el papa Francisco como “una vergüenza”, desnuda una vez más la triste realidad de miles de personas que al huir del hambre y la guerra en sus países de origen, encuentran la muerte en el viaje a una tierra no prometida.
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En el más reciente caso, y por ser las víctimas negros, pobres y africanos, la noticia no suele tener el despliegue que le debería corresponder. Sin ir muy  lejos, el naufragio del Costa Concordia ocurrido el año anterior en ese mismo país le dio la vuelta al mundo dado que se trataba de un crucero de lujo. Ni qué decir de los hechos que el miércoles pasado, el mismo día del incendio y naufragio en Italia, llevaron, en un confuso incidente, a la muerte de una mujer frente al Capitolio en Washington. Esta última noticia opacó en gran medida la tragedia acontecida en Europa. “¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos, por estos hombres que buscaban cualquier cosa para mantener a sus familias?”. No le falta razón al papa y debería llevar a que nos pongamos la mano en el considere. Lo cierto es que, más allá de lo lamentable del hecho en sí, que en últimas es el final de la historia para quienes mueren en el intento, el mayor drama está en sus propios países de origen. Mauritania, Somalia, Sierra Leona, Libia, Siria... la lista es interminable. Guerras fratricidas, religiosas, políticas, tribales, étnicas, por la tenencia de la tierra, por la sequía, por los recursos naturales, contra el hambre, cualquiera sea el motivo el hecho es que las marejadas humanas que tratan de sacarle el cuerpo a una vida de miseria generan estas peregrinaciones.


No podremos nunca despojarnos totalmente del sufrimiento y el dolor, pues son propios de nuestra condición humana, pero los haremos más fructíferos y llevaderos, podremos encontrar en nuestra familia, amigos.
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Europa, con todos sus problemas, sigue siendo un llamativo polo de atracción. Parecido a Australia para el sudeste asiático, que tuvo sus picos más altos con los llamados boat people en los setenta, durante las guerras en Vietnam y Camboya. Similar al paraíso que representa Estados Unidos para los ciudadanos de los países de América Latina y el Caribe. En los últimos años han sido varias las noticias sobre los asesinatos de cientos de migrantes durante su paso por México. Las mafias de la droga, con la complicidad de algunas autoridades, extorsionan a estos pobres entre los pobres. Quien no tiene cómo pagar su propio rescate acaba sus días en una fosa clandestina. También está el caso de los miles de haitianos o cubanos que terminaron su existencia en el Caribe tratando de llegar a las costas de la Florida. La solución a nivel mundial requiere la mirada de los países del mundo desarrollado hacia los millones de personas que tienen que emigrar para buscar un futuro mejor para ellos y sus familias. La xenofobia, el racismo y la desidia están generando un creciente problema que se ceba en los más humildes, que no tienen dolientes. Que no nos gane lo que el mismo Francisco ha denominado la “globalización de la indiferencia”.


El Presidente Obama, habla con el papa Francisco sobre la inmigración, un problema grave y complejo en Europa, La llamada globalización de la indiferencia - todos los gobernantes de Europa, además del propio Presidente de EE.UU. con su Ley sobre la migración, poco les importa la vida de miles de ciudadanos del mundo. en especial de los países pobres, llenos de miseria y hambre o envueltos en guerras internas - salgan de sus pueblos con dirección a las mega-ciudades, (el mundo de la ilusión del neoliberalismo) pero que les espera en la final: MUERTE, (el símbolo de esta crueldad del siglo XXI, fue Lampedusa) y a nadie le importa. Por eso el papa alzó su voz de protesta frente a semejante indignación global.
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OBAMA Y FRANCISCO HABLARON DE INMIGRACIÓN.
El Presidente estadounidense se reunió con el papa y autoridades italianas.
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Los temas centrales del encuentro fueron las principales preocupaciones de Francisco: los pobres y la paz. Obama estuvo unos 50 minutos con Francisco en el Vaticano, un tiempo bastante excepcional para este tipo de encuentros.

Elena Llorente
Desde Roma Página /12 viernes 28 de marzo del 2014.
Fue muy extraño ver ayer el centro de Roma, siempre atestado de turistas y de tráfico infernal, por momentos silencioso, casi desierto, con el solo rumor de los helicópteros que volaban sobre la ciudad ante la hipotética posibilidad de que algún terrorista planeara atentar contra el presidente de Estados Unidos. Barak Obama, en efecto, cumplía una visita oficial al Vaticano y a Italia que le llevó varias horas. Y pese a haber estado otras veces en la capital italiana, no quiso perder la oportunidad de hacer una visita privadísima al Coliseo, el máximo monumento de la Antigua Roma. Y se lo vio caminando entre las ruinas, entre los arcos del conocido también como “anfiteatro Flavio”, acompañado de una guía.
Fue una intensa jornada de reuniones para Obama, primero con el papa Francisco en el Vaticano y luego con las autoridades italianas. Con el Papa argentino parece haber tenido una gran comunicación. Hay quien recordó que el hecho de que ambos fueran hijos de familias de inmigrantes tal vez los había acercado. De hecho, el problema inmigratorio en Estados Unidos fue uno de los temas que trataron, aunque el presidente reconoció no haber podido lograr una nueva ley que regulara mejor este problema. América latina estuvo presente en el encuentro, salió a relucir, según contó Obama a la prensa –aunque el comunicado vaticano no hizo referencia al asunto–, pero de manera muy general. Temas centrales del encuentro fueron las principales preocupaciones de Francisco: los pobres y la paz.
Obama estuvo unos 50 minutos con Francisco en el Vaticano, un tiempo bastante excepcional para este tipo de encuentros. “Mi jornada empezó con el gran honor de encontrar a Su Santidad, el papa Francisco –dijo Obama luego en una rueda de prensa–. Como miles de personas en el mundo me he sentido conmovido por su compasión, por su mensaje de inclusión. Estoy agradecido por haber podido hablar con él sobre las responsabilidades que todos nosotros tenemos de ocuparnos de los más pobres, de los últimos. Me sentí muy conmovido por lo que él dijo sobre que todos tenemos una responsabilidad moral respecto de los problemas mundiales y que no tenemos que pensar solo en nuestros intereses.” Y agregó que hablaron de varios temas, pero uno principal: “De los pobres, los marginados, los que no tienen oportunidad, de la desigualdad que crece. Nosotros, políticos, tenemos el deber de encontrar políticas para enfrentar estos problemas. Pero Su Santidad tiene la cualidad de abrir los ojos de la gente, de manera que vean que esto es un problema. El lo ha dicho otras veces. El peligro, cuando se trata de ayudar a alguien que está en peores condiciones que nosotros, es la indiferencia”. También hablaron, contó además Obama a los periodistas, de “los desafíos, de cómo es difícil mantener la paz en el mundo. Nos concentramos sobre todo en Medio Oriente, donde Su Santidad tiene particular interés. El conflicto palestino-israelí en Siria, Líbano, en la persecución de los cristianos”.
El presidente democrático indicó, por otra parte, que también habían hablado sobre América latina, “donde se han hecho muchos progresos en varios países y menos en otros”, dijo sin precisar a cuáles se refería. “El tema que nos ha unido es la convicción de que en la política y en la vida es fundamental la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de quererlo aun cuando no se parezca a nosotros o no hable el mismo idioma, aunque no comparta la misma filosofía.” Porque “la falta de empatía facilita las guerras”, subrayó. “Lo que ha creado tanto amor hacia el Papa, tanto entusiasmo, es que él parece vivir todo esto, demuestra esto cotidianamente”, añadió. Y en cuanto al tema inmigratorio en Estados Unidos, aclaró que “él viene de América latina, por lo cual sabe muy bien las dificultades enormes de los inmigrantes, que son personas hermosas, que trabajan mucho. Muchos de sus hijos son ciudadanos estadounidenses y, sin embargo, algunos viven todavía en la sombra o han sido deportados”.
En una entrevista publicada ayer por el diario Corriere della Sera, Obama había dicho además sobre este asunto que “la globalización y el desarrollo del comercio han contribuido en pocas décadas a quitar de la pobreza a centenares de millones de personas, pero el Papa tiene razón cuando dice que estos progresos no han alcanzado un número suficiente de seres humanos y que mucha gente queda rezagada”. Y agregó que una de las cosas que más admira “del Santo Padre es el coraje de hablar sin pelos en la lengua sobre los mayores desafíos económicos y sociales de nuestro tiempo”.
En cuanto a los temas que trataron en los 50 minutos de coloquio privado, un comunicado vaticano habló de una “atmósfera de cordialidad”, en la que se intercambiaron puntos de vista “sobre algunos temas concernientes a la actualidad internacional y se ha manifestado el deseo de que en las zonas de conflicto se respeten el derecho humanitario y el derecho internacional y se llegue a una solución negociada entre las partes interesadas”. En el contexto de las relaciones bilaterales y de la colaboración entre la Iglesia y el Estado, agregó el comunicado vaticano, “se han tratado cuestiones de relieve especial para la Iglesia en ese país, como el ejercicio de los derechos a la libertad religiosa, el derecho a la vida y a la objeción de conciencia, y también se ha hablado de la reforma en materia de emigración” y de un “compromiso común para la erradicación de la trata de seres humanos en el mundo”.
Cuando se lo vio bajar del auto en el patio de San Damaso, dentro del Vaticano –la numerosa comitiva ocupaba unos 30 automóviles, algunos con personas armadas hasta con ametralladoras–, de traje azul, camisa blanca y corbata celeste, Obama se veía relajado. Pero poco después se lo vio casi inhibido por el rígido protocolo vaticano que lo obligaba a caminar muy lentamente –él que siempre anda con apuro– detrás de un grupo de personajes, parte del protocolo, atravesando varias salas renacentistas hasta llegar a la biblioteca privada, donde el pontífice lo esperaba. El secretario del Papa y prefecto de la Casa Pontificia, monseñor George Gaenswein, lo acompañó en ese recorrido. Pero la sonrisa le volvió a los labios –y el Papa también se largó a reír– después del encuentro privado, sobre todo cuando se entregaron los regalos y una caja abierta con medallas del pontificado, que el Papa le iba a regalar, insistió en cerrarse dos veces, dejando caer las dos veces las medallas al suelo. Obama le regaló al Papa una caja de cuero con semillas de fruta y verdura de la huerta de la Casa Blanca, una idea –la de la huerta– que impulsó Michelle Obama desde el principio del gobierno de su marido. Obama invitó al Papa a Estados Unidos. “Si tiene la posibilidad de ir, le mostraremos la huerta de la Casa Blanca”, le dijo. A lo que el pontífice contestó “¡Como no!”.
Por lo visto, el encuentro con el Papa argentino era la parte más importante del viaje de Obama a Italia, un personaje muy valorado en Estados Unidos. Según una encuesta realizada por la empresa Gallup difundida ayer, tres de cada cuatro estadounidenses aprecia al pontífice. Dicho de otra manera, el 76 por ciento de los norteamericanos entrevistados dijeron tener una opinión favorable sobre el Papa argentino. El papa Benedicto había conseguido el 63 por ciento de popularidad entre los norteamericanos en 2008, que luego se derrumbó al 50 por ciento. Alguna prensa crítica de Estados Unidos dijo sin embargo que Obama quiso beneficiarse de este cara a cara con Bergoglio y aprovechar el llamado “efecto aureola” que lo beneficiaría en el ambiente de los millones de inmigrantes latinoamericanos que votan en Estados Unidos, sobre todo en vistas de las elecciones de medio término (renovación parcial del Parlamento) de noviembre.
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viernes, 28 de marzo de 2014

Europa tendrá 100.000 muertos más cada año si no se frena el cambio climático.

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Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. En teoría, son debidos tanto a causas naturales, como antropogénicas. El término suele usarse de manera poco apropiada, para hacer referencia tan solo a los cambios climáticos que suceden en el presente, utilizándolo como sinónimo de calentamiento global. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término «cambio climático» solo para referirse al cambio por causas humanas: Por "cambio climático" se entiende un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos comparables. Recibe el nombre de «variabilidad natural del clima», pues se produce constantemente por causas naturales. En algunos casos, para referirse al cambio de origen humano se usa también la expresión «cambio climático antropogénico». Además del calentamiento global, el cambio climático implica cambios en otras variables como las lluvias y sus patrones, la cobertura de nubes y todos los demás elementos del sistema atmosférico. La complejidad del problema y sus múltiples interacciones hacen que la única manera de evaluar estos cambios sea mediante el uso de modelos computacionales que simulan la física de la atmósfera y de los océanos. La naturaleza caótica de estos modelos hace que en sí tengan una alta proporción de incertidumbre, aunque eso no es óbice para que sean capaces de prever cambios significativos futuros


El refugiado climático.- El concepto más apropiado que el de desplazado es el de refugiado climático. Este concepto comienza a ser profusamente utilizado en la Ciencias Sociales. Víctima directa de los efectos devastadores que origina ya el cambio climático.
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El cambio climático es el conjunto de grandes y rápidas perturbaciones provocadas en el clima por el aumento de la temperatura del planeta. Se trata del problema ambiental más importante al que se enfrenta la humanidad. "Cambio climático" es un cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad humana, que altera la composición de la atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo comparables. (Fuente: Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático). (Ecologistas en Acción) El clima actual cambiará en los próximos años a una velocidad mayor por el efecto de la acción del hombre. Lo estamos viendo cada día; hay más fenómenos meteorológicos extremos, más catástrofes de todo tipo: huracanes, tsunamis, terremotos, erupciones volcánicas, tormentas intensas, inundaciones, etc. Los científicos hace tiempo que alertan al mundo, y los gobiernos parecen empezar a interesarse, en la medida en que ven cómo se altera la economía y cómo las catástrofes causan cada vez más víctimas humanas. Cada día los medios de comunicación dan mayor cobertura a fenómenos meteorológicos. Es sin duda un tema de gran interés y actualidad. El cambio climático es una realidad que se está manifestando con más rapidez y contundencia de lo que se ha previsto hasta ahora, y cuyas consecuencias estamos empezando a sufrir todos en forma de sequías, inundaciones, etc., especialmente en los países en desarrollo. (Fuente: cambio-climatico.com) El cambio climático es, potencialmente, la mayor amenaza para la biodiversidad en las próximas décadas. No obstante que las señales más tempranas se han dado sobre glaciares y ecosistemas costeros, también los bosques y humedales serán severa y tempranamente afectados.
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Temperatura en la superficie terrestre al comienzo de la primavera de 2000. 14 años después se presenta un cambio significativo, los estudios científicos siguen avanzando, en cambio las políticas de Estado a nivel de gobiernos, están totalmente atrasados.

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Europa tendrá 100.000 muertos más cada año si no se frena el cambio climático.
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Un estudio del servicio científico de la UE proyecta las enormes pérdidas humanas y económicas que ocasionará el calentamiento.


EsMateria. Rebelión jueves 27 de marzo del 2014.

¿Qué sucedería en Europa si hoy fuese 26 de marzo de 2080 y no se hubiera hecho nada para evitar el cambio climático? Esa ha sido la pregunta que la Unión Europea le ha hecho al Centro Común de Investigación (JRC), un organismo de la Comisión Europea formado en su mayor parte por científicos que elaboran estudios para que los políticos tomen decisiones basadas en la ciencia. Por supuesto es imposible acertar con la respuesta a esa pregunta, pero se pude apuntar una proyección razonable hecha gracias a años acumulados de datos y potentes ordenadores. Los principales resultados del estudio, que se presentará en unos días, pintan una película apocalíptica.

En 2080 mueren 100.000 personas más al año por causas relacionadas con el cambio climático, el doble que en la actualidad. Muchos fallecen por las olas de calor, pero también por dolencias asociadas al aumento de las temperaturas, riadas, tormentas o enfermedades relacionadas con agua no purificada o intoxicaciones alimentarias. La producción agrícola ha caído un 10%, las sequías se han multiplicado por siete y afectan a 144 millones de personas cada año y hay dos veces más riadas que en la década actual. Lo peor de este escenario se vive en España y el resto de países del sur de Europa: Portugal, Italia, Grecia, Chipre, Bulgaria. Aquí los incendios forestales ya arrasan el doble de terreno cada año, la demanda de energía es creciente por las altas temperaturas y la industria del turismo ha perdido 7.500 millones de euros de ingresos. En total, los costes del cambio climático en la UE ascienden a 190.000 millones de euros y España y el resto del sur se llevan la peor parte: más de 74.000 millones de euros en daños relacionados con el calentamiento, más que cualquier otra región de la UE analizada en el estudio.

“Hay una clara concentración de los daños en el sur de Europa, donde el impacto del calentamiento será unas 20 veces mayor que en el resto de zonas”, explicaba ayer a Materia Juan Carlos Císcar, un economista del JRC que ha coordinado este estudio encargado por la UE. El trabajo corresponde a la segunda fase de un gran estudio sobre los impactos del calentamiento en Europa llamado Peseta. Los primeros resultados de esta fase, Peseta II, fueron presentados ayer en el Instituto de Prospectiva Tecnológica, uno de los siete centros del JRC. El estudio completo, de más de 200 páginas, será publicado por la Comisión Europea en los próximos días, según fuentes comunitarias.

El edificio es un oasis de ciencia en plena isla de la Cartuja, en Sevilla. Sus científicos están instalados en la antigua sede central de la Expo 92. Aquí se realizan estudios sobre qué es un transgénico, qué impacto tiene en cada país reducir la producción de leche, cuánto dinero se pierde en los atascos o herramientas para calcular el precio de los cereales. Cada estudio está diseñado para informar las nuevas leyes que preparan los políticos de la Unión sobre organismos modificados genéticamente o la recientemente aprobada política agraria común, por ejemplo.

Adaptación y clima.

El estudio sobre el cambio climático es uno de los más complejos realizados por el IPTS. En él han participado 40 investigadores de varios centros durante 2 años. El estudio ha calculado qué sucedería en la Unión en dos escenarios diferentes. Uno, no hacer nada y dejar que el calentamiento global siga su curso sin medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto conllevaría una subida media de las temperaturas de 3,5 grados en 2100. El otro supone tomar decisiones “ambiciosas” para reducir las emisiones y que estas queden a cero en la década de 2050. En este escenario las temperaturas medias suben dos grados. Para dibujar el futuro de Europa en ambos escenarios primero se aplica un gran modelo informático que reproduce la evolución del clima en base a los dos escenarios, y después otros que hacen los mismo por sectores: agricultura, costas, inundaciones, turismo…

Una de las conclusiones principales es que los daños del peor escenario pueden reducirse con medidas dirigidas a la adaptación, explica Císcar. Por ejemplo, el coste total del calentamiento puede reducirse hasta los 130.000 millones de euros. El mayor impacto del cambio climático será en la salud, costes sanitarios y muertes por el calentamiento, y en este campo, estar en el escenario de los dos grados puede salvar 20.000 vidas, según explicó Císcar durante la presentación. “El trabajo pone de manifiesto en qué regiones y sectores hay que priorizar la adaptación”, detalló.

Lo peor viene cuando uno se pone en la piel de un político que tiene que usar estos datos para tomar decisiones. El propio trabajo predice que en más corto plazo el cambio climático traerá beneficios para algunos sectores analizados. Esto pasa, por ejemplo, con la agricultura en España y el resto del sur de la UE. En las décadas de 2020 y 2030, el calentamiento hará crecer la producción agrícola en estas regiones, admitió Císcar. Después, a medida que avance el tiempo y el cambio global, los beneficios irán disminuyendo hasta ser totalmente contrarrestados por los impactos negativos.

Proyectar el impacto del cambio climático a más de 70 años es un ejercicio de riesgo. La acumulación de factores impredecibles es tan grande que los modelos pueden pintar escenarios alejados de la realidad. Sin embargo, Císcar dice que su trabajo “se equivoca por defecto”, es decir, da escenarios mejores de lo que pueden llegar a estar. Por ejemplo no se ha considerado el impacto de la migración, ni la posibilidad de cambios abruptos en el clima. Tampoco cómo el impacto del calentamiento en el resto del mundo pueden afectar a Europa. Todo esto lleva a una “subestimación de los daños climáticos”, según Císcar. Lo que sí se ha hecho es contabilizar cómo los impactos en unos países de la UE revierten en otros, y el resultado es que los daños pueden ser hasta un 25% mayores por impactos adicionales en el comercio.

También hay un margen de error al alta. En 70 años la tecnología puede cambiar sustancialmente la producción agraria, la medicina y los tratamientos para las dolencias más relacionadas con el cambio climático y la producción de energías limpias. Todos esos factores quedan fuera de los modelos del estudio, reconoce Císcar, lo que influye en que la foto final sea más incierta de lo que debería.


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