jueves, 19 de junio de 2014

COMUNICACIÓN ALTERNATIVA.

&&&&&
“La comunicación alternativa es un instrumento de la lucha popular contra el poder, de ahí que una de las diferencias fundamentales entre la teoría de la comunicación alternativa y la teoría de la comunicación dominante deba encontrarse en el área de la teoría del emisor y en las condiciones de producción del significado” (Moragas Spà, en Vidal Beneyto, 1979, p. 78). Proceso animado por la acción de los comunicadores que, a partir de una opción definida dentro del espacio de los conflictos sociales, emerge como espiral, desde el polo nacional popular, conformando respuestas diversas ante las formas dominantes creadas por el capitalismo en su fase trasnacional”

La comunicación alternativa y la comunicación para el cambio social conforman dos tradiciones teóricas y prácticas complementarias que, desafortunadamente, permanecen invisibilizadas en la mayoría de los programas curriculares de las carreras universitarias de la comunicación. Aunque la trayectoria de los enfoques ha tenido encuentros y bifurcaciones -relacionados con las distintas tradiciones epistémicas y contextos espacio-temporales que coexisten en su seno-, ambos se caracterizan por poner en entredicho el modelo de comunicación tradicional que se enseña en la academia, que acentúa, entre otros, el sentido unilineal de la información, la profesionalización de la emisión, y la pasividad del receptor.


La Sociedad Civil, Real, - como escenario de las clases y la lucha de clases - como Ciudadanos y Profesionales reclamamos permanentemente por la vigencia irrestricta de la Libertad de Expresión más allá de la libertad de empresa que imponen las élites gobernantes.
***

El objetivo de esta comunicación es problematizar esta invisibilización en el contexto académico español. Para ello planteamos, en primer lugar, una fundamentación teórica crítica del origen, evolución y fundamentación teórica de ambas nociones, basada en las tesis doctorales de los autores de la propuesta, en las cuales se abordó la construcción histórica del debate conceptual sobre la comunicación alternativa (Sáez Baeza, 2008) y de la comunicación para el desarrollo/cambio social (Barranquero, 2009). A lo anterior, añadimos los resultados de una encuesta aplicada a profesores de teoría de la comunicación y de la información de universidades públicas españolas, con el objetivo de verificar el conocimiento y aprehensión de estos enfoques -conceptos, autores, herramientas, etc.-, así como su incorporación a los programas académicos de la asignatura. El estudio finaliza delineando un conjunto de sugerencias de actuación a fin de abordar de manera integral ambas cuestiones en la futura agenda académica de las universidades españolas.

/////



COMUNICACIÓN ALTERNATIVA.
*****

Alba Fajardo retoma el concepto de la comunicación alternativa, la ubica en la historia latinoamericana y reafirma su vigencia.

Página /12 miércoles 23 de abril del 2014.

Alba Fajardo *

En general, hay una idea vaga respecto de lo que se denomina comunicación alternativa. Se la suele asociar con medios pequeños y pobres, que tienen un sentido social y con poco poder económico respecto de los grandes medios. A la comunicación alternativa se la nombra también de maneras diferentes: comunicación para el desarrollo, popular, comunitaria, para el cambio social, entre otros. No quiere decir que estén metidos en la misma bolsa, pero tienen en común principios en los que el lucro y mantenerse en el mercado de la información no son los esenciales. La comunicación alternativa (por tomar una de sus denominaciones) tiene como propósito principal contemplar la comunicación como un derecho, un espacio y camino de transformación social.
Para aterrizar la idea, vayamos a ejemplos. Las radios siempre han llevado la bandera en este campo. Radio Paj Sachama, emisora del Movimiento Campesino de Santiago del Estero, funciona con paneles solares y fue creada con la intención de tener una agenda propia, incluyendo temas como la defensa del territorio. Otra experiencia, esta vez en Buenos Aires, combina la comunicación con la salud mental. Se trata de La Colifata, creada por la asociación civil que tiene su mismo nombre. Ahí hay programas en los cuales los pacientes narran lo que sienten y piensan del mundo, desde su perspectiva. Tenemos así un grupo de radios que se relacionan de manera diferente con la comunidad y que además de desarrollar un proyecto de comunicación, cumplen una función social. ¿De dónde viene todo esto?
La comunicación alternativa nació en el año 1948 en latitudes colombianas, mucho antes de que fuera bautizada así por los teóricos. Se fue forjando con radios, como Sutatenza, que buscaban hacer partícipes a los campesinos colombianos, no sólo para informarlos, sino también para comunicar sus necesidades y opiniones, para enseñarles a leer y escribir, y construir con ellos soluciones a sus problemas. En la misma trayectoria se ubica el trabajo de la red de radios mineras en Bolivia (conformada por 33 emisoras), claves en la búsqueda de una revolución nacionalista radical, encaminada a instaurar el voto universal, promover la reforma agraria y la nacionalización de la minería. En la revisión histórica habría que incluir también el aporte de la cooperación internacional que financió muchos proyectos en comunicación, que si bien estaban planteados para “ayudar” al “desarrollo” de los países del “tercer mundo”, permitió visibilizar la comunicación como una herramienta facilitadora de crecimiento social.
Años después vino la crisis económica de los ’70, acelerada por la escasez del petróleo. La reflexión dio origen a la “teoría de la dependencia” y se comenzó a hablar también de “dominación cultural” ejercida a través de los medios de comunicación. Distintos teóricos empezaron a formular ideas que manifestaban el deseo de una comunicación más equitativa. ¿Qué pasó entonces? Aunque las razones son numerosas, Luis Ramiro Beltrán, teórico latinoamericano de la comunicación, señala que la fuerte oposición del sector privado y las maniobras de los políticos afectados en sus intereses hicieron que a esta idea se le fuera deteniendo el pulso. Así fue como treinta recomendaciones de la Unesco para una comunicación más democrática, el llamado Informe McBride y las propuestas de los Países No Alineados se quedaron en el papel.
La búsqueda por una comunicación que sume a la transformación de nuestras realidades lleva más de cuarenta años y no han bastado los acuerdos teóricos para materializarla en proyectos palpables en la vida real. Por eso, aunque son importantes los adelantos en legislación que buscan la desconcentración de los medios, como sucede hoy en la Argentina, en la mayoría de los países latinoamericanos el capital extranjero sigue controlando gran parte del sistema mediático. Tendríamos que recordar que no se puede confiar un derecho que es de todos sólo a acuerdos escritos. Democratizar la comunicación supone discutir sobre la propiedad de los grandes medios, pero sin perder de vista también que la comunicación, en sus distintas manifestaciones, es ante todo un espacio donde las personas crecen como sujetos sociales. De eso se preocupa la comunicación alternativa.
*****
* Licenciada en Comunicación Social. Periodista de la Universidad Externado de Colombia.

*****

No hay comentarios: