sábado, 21 de febrero de 2015

.SOCIÓLOGO, MANUEL ANTONIO GARRETÓN. La situación de la política es también culpa de la ciudadanía que no convoca.

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Efectivamente no solo en Chile, sino en gran parte de América latina,- Perú-como a nivel mundial, continúa – sigue profundizando y alejando – el divorcio entre lo social y lo político, la crisis es indetenible, por ser de carácter estructural. Los partidos políticos han perdido confianza, credibilidad social desde la ciudadanía, no existe legitimidad de las instituciones que sostienen o fundamentan la Democracia, desde la opinión pública, realidad polarizante y contradictoria que sigue – continúa – en un proceso de deterioro permanente, consecuencia de que la población, la sociedad civil en general, se ha quedado como paralizada en el tiempo, resultado hoy que más peso e importancia tiene en la sociedad los problemas personales, los intereses particulares, las aspiraciones hiper-individuales. Esta realidad profundamente contradictoria, compleja, existente en un mundo Multipolar, es el primer y más “valioso” resultado de más de tres décadas de vigencia hegemónica del neoliberalismo, como ideología única, como política única, como economía única en el mercado globalizado. Simplemente nos hemos quedado en “un mundo” a nivel de Ciudadanía en general, básicamente consumista, individualista en la mirada centrada en cuanto a  sus problemas, necesidades e incluso a ausente de sus derechos sociales y políticos. Simplemente nos quedamos conforme con echar toda la responsabilidad de un hecho, acontecimiento – positivo o negativo – a la “clase política”, a sus partidos políticos, hoy en plena y absoluta crisis, sistematizados en la preponderancia de nuestros problemas eminentemente personales, individualistas, nos contentamos o satisfacemos nuestro ego, nuestro apatía, nuestra rechazo a la política, con simplemente echarle toda la responsabilidad – desde lo social a la política – a quienes ya incluso no tienen capacidad de contestación o respuesta – dada la magnitud de su crisis, como es  a los partidos políticos.


DR. Mariano Lino Urquieta. Liberal socialista del inicios del siglo XX, junto a Mostajo, Málaga, Chuquihuanka Ayulo y otros liberales Socialistas en la Arequipa conservadora, religiosa y agrario-terrateniente dominante, tuvieron la gran capacidad de forjar los primeros movimientos sociales- ferroviarios,  artesanos, gráficos, textiles, empleados del comercio, estudiantes, trabajadores del campo - y sobre esa plataforma social, "La Pontezuela" - el  Ágora de la Democracia Directa en la Plaza de Armas, construyeron Ciudadanía Política y en forma paralela en el tiempo histórico y político, crear, fundar el Partido Liberal Independiente, con la finalidad no solo de hacerle frente a la aristocracia agraria local, la iglesia conservadora, al poder del capital comercial y  Casas Comerciales, el poder de los medios de comunicación, sino también participar en las Elecciones Municipales locales y Elecciones Nacionales para Diputados y Senadores, objetivos políticos que los cumplieron y durante todo el siglo XX, el movimiento social siempre estuvo ligado, relacionado y concatenado políticamente al Partido Político. El Partido Comunista y a la vida política local, regional y nacional.

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Obviamente para salir de esta parálisis social y rechazo político, es necesario pensar, trabajar, mirar la sociedad en su conjunto, con la finalidad de recuperar nuestra capacidad de acción, movilización, organización, creatividad y estar en la capacidad de formular un Proyecto Político, (Un Nuevo Paradigma Histórico para el siglo XXI). Debemos estar en la capacidad, para dar el gran salto dialéctico, pasar de la Ciudadanía en general al nivel de la Ciudadanía Política, con capacidad de opinar, participar, criticar, forjar, construir nuevas alternativas en un conjunto de contextos sociales nuevos que a diario van surgiendo, en un escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases. Mientras la derecha utiliza todos sus mecanismos, está en condiciones de poner en primer lugar el poder de los medios de comunicación, como parte de los poderes facticos, no sólo para asumir una crítica a la coyuntura, sino que camina mucho más allá, sabiendo la crisis de los partidos políticos, el mundo corrupto de la clase política y como se destroza a diario la Política, en segundo lugar, entonces utiliza todo su poder mediático para imponer su propia Agenda de Gobierno, abarca y secuestra un espacio social muy importante, como es el de ser “agente”, actor e intermediario entre el Estado- Gobierno de turno – y la sociedad civil, vigente en la coyuntura, profundamente influenciada, mediatizada por sus propuestas políticas – en nuestra sociedad por los medios concentrados - para ello impone en las condiciones de la crisis sistémica “la dictadura de los medios” en tiempos de crisis “final” de la propia democracia liberal representativa,. Transformada en simple democracia de papel, novelesca, mediática, procedimental, con fuertes tendencias de violencia, poder subterráneo, criminal, como es la democracia fallida y la narco-políticas.


El Amauta José Carlos Mariátegui, sus compañeros intelectuales en la lucha política, así como los obreros y sindicalistas, fundadores de la Confederación General de Trabajadores del Perú. CGTP.  Todos participaron  sobre la plataforma de la Ciudadanía Política en la creación del Partido Socialista del Perú. Partido, ligado, relacionado, concatenado profundamente al movimiento obrero, minero, campesino sindical y estudiantil de su tiempo. Teniendo como base social y política un Proyecto Político Nacional.


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Forjar y construir Ciudadanía Política – el gran desafío social y político de nuestro tiempo, tiempo de crisis absoluta y pérdida de la Confianza -. Como estructura dialéctica, personal, social e institucional – niveles muy bajos de credibilidad social, pérdida de legitimidad de las instituciones, crisis de la representatividad – concentrada por dos siglos, solo con su vigencia económico-social, ausencia  de una visión cultural, política, ambiental, geográfico-territorial e institucional. Existe hoy un rompimiento absoluto entre lo social y político, expreso, manifiesto, presente en el total distanciamiento de los movimientos sociales con los partidos políticos y los partidos políticos también inmersos en una profunda crisis no tienen capacidad de relacionarse, beber directamente de las fuentes propias, naturales y originarias, donde están los  problemas centrales y básicos de la población. Se encuentran totalmente alejados, distantes de los problemas, derechos y reivindicaciones de la Ciudadanía, simplemente porque han sido absolutamente capturados – secuestrados – por el mundo multi-millonario de la corrupción. Esta realidad se profundiza a diario con la vieja  política, destrozada por la economía criminal, las tendencias de la democracia fallida y los estados-fallidos, la narco-política y  los narco-estados. Para salir de este mundo del estiércol de la anti-política, es necesario y fundamental romper, liquidar las viejas estructuras del sistema –mundo del neoliberalismo – salvaje, inhumano, criminal – y entrar con decisión desde la Ciudadanía política, dinamizar la participación ciudadana, activar la forja de nuevos liderazgos comunitarios, con la finalidad de replantear, recrear, reconstruir el mundo de la política: refundar la política, mundo de nueva democracia, de ciudadanos, participativa, directa, solidaria e inter-cultural. Seguiremos caminando, porque el camino se hace al andar ………los procesos revolucionarios no son copia ni calco, son creación heroica de cada pueblo.

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Su análisis político es absolutamente correcto, su visión de la Ciudadanía política, así como el divorcio  - rompimiento entre lo social y político -Partidos Políticos en crisis "terminal" y movimientos sociales absolutamente alejados - extraños - al quehacer diario de lo que aún queda de los partidos políticos.
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SOCIÓLOGO, MANUEL ANTONIO GARRETÓN.
La situación de la política es también culpa de la ciudadanía que no convoca.

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Andrés Ojeda | Sábado 21 de febrero 2015 9:47 hrs.

DiarioUchile. Sábado 21 de febrero del 2015.

Para el sociólogo es fundamental que la ciudadanía comience a tomar el papel necesario para hacer cambios políticos. En ese sentido, pone a la Asamblea Constituyente como el canal adecuado para lograr que lo social se reúna, nuevamente, con lo político.

El sociólogo y analista político Manuel Antonio Garretón conversó con Radio Universidad de Chile sobre la actual situación que vive la política chilena y también sobre la perspectiva de la ciudadanía respecto de la actividad política.

Garretón, en ese sentido, expresó una postura crítica al carácter individualista de la sociedad actual y cómo ésta se ha centrado en buscar el propio interés en vez de movilizarse, salvo casos excepcionales, por el bien común.

¿Por qué cree usted que la ciudadanía no está participando en la política, existe una crisis?

Hay una separación entre política y sociedad que hace que la política sea vista cada vez más como una actividad que gira en torno a sí misma y que no responde a los grandes problemas de la sociedad.  Y por otro lado, hay una sociedad conformada por una ciudadanía que es a mi juicio, salvo ciertos momentos, bastante amorfa, que tiene componentes individualistas y consumistas que le hacen imposible pensar en la sociedad en su conjunto. Le hacen rechazar la política, cuando ésta es la actividad en torno al conjunto, en torno a lo común.

Entonces, ¿cómo define las expresiones ciudadanas, las diversas marchas por el Transantiago, por la molestia con La Polar y por el rechazo a diversas acciones en que cae la llamada clase política y que se traducen en las bajas de la confianza de la ciudadanía en las encuestas?

Las expresiones ciudadanas no son la suma de opiniones individuales que se dan en la encuestas, ni son el alegato contra el Transantiago o contra La Polar. Las expresiones ciudadanas suponen un proyecto y para que haya proyecto tiene que haber una visión de conjunto y esa visión de conjunto no la obtiene, salvo momentos de crisis muy radicales  como guerras o algo así, no vienen de la ciudadanía. Vienen precisamente de la política, de los partidos políticos cuya función es esa. El gran problema es que los partidos políticos no presentan proyecto histórico y que la ciudadanía no se interesa por el tema común y esos proyectos históricos.

Ante esa ausencia de protagonismo de los partidos políticos, ¿cómo la gente puede recobrar la confianza en la política?

El producto de una Asamblea Constituyente es una nueva Constitución que supere la heredada de la dictadura, pero también es un proceso por el cual se reconstituyen relaciones entre partidos políticos, políticos y ciudadanía, ¿por qué? porque es entorno a un proyecto. Es entorno a proyectos de sociedad que reconstituyen las relaciones entre política y ciudadanía, que se resuelve la crisis de la sociedad chilena, que es la crisis de la separación entre política y sociedad civil, por lo cual la política no cumple su rol y la ciudadanía tampoco cumple su rol.

¿Podemos decir que el problema entonces es que la ciudadanía no está “despierta”, no participa?

El problema no es que despierte la ciudadanía. El problema es que en la ciudadanía, que al igual que la clase política, hay una ausencia o el déficit de un proyecto histórico. Hay una expresión en lo que llamamos la ciudadanía, hay una expresión no ciudadana. Si la gente se expresa, la gente está despierta, pero está despierta por sus intereses; Esta despierta por sí misma; Esta despierta por lo que le interesa a ellos; Esta despierta porque sus hijos tengan una buena educación, independientemente que los otros no la tengan.

Entonces tiene ese problema, no es un problema del despertar de la ciudadanía. A mi juicio, el problema es que no hay movilizaciones o movimientos sociales que sean capaces de interpelar a la política y, al mismo tiempo, al apoyo y la movilización ciudadanas, como fueron por ejemplo las movilizaciones de 2011. Ahí está la importancia crucial, es un hito en la historia de Chile de ese momento.

Entonces ¿en Chile debiera vivir un periodo de crisis política para que la ciudadanía participe, cómo sucedió en Grecia?

Ahí se produjo una crisis radical de los partidos. Todos los partidos perdieron credibilidad, pero -por lo menos- usted tiene si uno se va a los actos políticos, no digo a las encuestas, a los actos políticos, al menos un 50 por ciento de la población vota por los partidos políticos, en promedio, y no hay otras alternativas, no se han planteado otras alternativas. Entonces, si se buscan otras alternativas, es probable es que no sólo se renueven estos partidos políticos sino que aparezcan otros. Pero de eso no le eche la culpa a los actuales partidos políticos, échele la culpa a la ciudadanía o a sectores de la ciudadanía que no son capaces de convocar en términos políticos. Lo que hacen es reclamar contra la política. Eso es lo que hace hoy la ciudadanía, apoyada por El Mercurio y La Tercera. En ese sentido hay una colusión entre la protesta ciudadana contra la política y lo que quieren los poderes facticos y los poderes económicos.

¿Qué futuro les espera a los partidos políticos? ¿Podrían desaparecer?

Mi impresión es que van a seguir existiendo y son de algún modo insustituibles. No estamos hablando que sean necesariamente estos partidos ni estas alianzas, pero para eso hay que reconstituir una relación, hay que tener un espacio. En la sociedad chilena de los treinta para adelante el espacio político era el espacio de encuentro. El Partido Comunista ¿qué es lo que era?, era sindicatos más partido político; el Partido Socialista era movimiento popular más partido político; el Partido Democratacristiano era el movimiento campesino, el movimiento estudiantil y partido político. Esa relación se rompió y yo no creo que pueda volver a  ser igual. Eso sí que le aseguraría.  Yo creo que van a haber fórmulas distintas de expresión ciudadana. Pero yo insisto, las expresiones ciudadanas no son la suma de opiniones individuales que se dan en las encuestas.

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