sábado, 25 de julio de 2015

LOS PRE ALAS Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE SOCIOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

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Desde nuestro punto de vista, - expresa el Dr. Marcelo Arnold Cathalifaud - interesaría fomentar investigaciones de amplio alcance para abordar la globalización y sus actuales formas hegemónicas de subordinación de países e identidades locales; la revitalización de las diversidades sociales y culturales; el resguardo de la memoria y patrimonio nacional; los efectos de las actuales crisis financieras en la seguridad social; las nuevas y crecientes desigualdades y exclusiones sociales; la devastación de los recursos medioambientales y el calentamiento global; la extendida violencia, inseguridad y maltrato en las grandes ciudades; las múltiples formas de corrupción; los acelerados cambios en la composición etaria de la población; el repliegue de los estados, la desprotección y el individualismo; las modificaciones de las pautas afectivas, sexuales y de género; los nuevos movimientos sociales y la emergencia de las redes sociales globales; la transformación de la impaciencia ciudadana en indignación o los desafíos de gobernabilidad internacional, entre muchos otros problemas. Todos estos se despliegan en el mundo contemporáneo, no son patrimonio de un país o región aunque, por supuesto, sus énfasis varían. Con satisfacción podemos constatar que estos temas, y muchos otros equivalentes, son los que serán tratados en las Mesas de Trabajo organizadas en Lima.

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LOS PRE ALAS Y LA ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE SOCIOLOGÍA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.
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Entrevista al Dr. Marcelo Arnold Cathalifaud, presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), realizada por el Dr. Jaime Ríos Burga presidente del Encuentro Pre-ALAS Perú 2015.

A pocas semanas del encuentro nacional más importante en las ciencias sociales, el Dr. Marcelo Arnold nos brinda sus opiniones sobre el contexto actual en el que vivimos y de cómo este tipo de encuentros apuntan a dar un aporte integral no solo a nuestro país sino a la región.

Profesor Marcelo Arnold, ¿Qué importancia científica y social tienen hoy para América Latina y El Caribe los Encuentros Pre-ALAS previo al Congreso de Costa Rica 2015?

Estos encuentros son el legado de una antigua práctica de la asociación. De hecho, las Asociaciones Nacionales de Sociología, desde los comienzos, se hicieron parte de la Asociación y acoplaron sus propios congresos con las actividades de ALAS. Actualmente, entre otras funciones, los eventos nacionales permiten el re-encuentro de las comunidades de ciencias sociales locales y alinearlas con las temáticas y discusiones previstas para el Congreso Bienal de la Asociación. También, por lo que he podido apreciar, son un espacio para el dialogo intergeneracional, donde jóvenes maestros y sus estudiantes se vinculan con “figuras” internacionales en un contexto de discusión crítica, respetuosa y transparente.



Perú. Conflictos Sociales a mayo del 2015. Se registraron 211 Conflictos Sociales, 152 activos y 59 latentes. La Sociología de los Movimientos Sociales, es hoy una de áreas de mayor concentración de la Investigación Sociológica en el Perú y en América latina, conflictos que se producen con mayor incidencia en los ámbitos medioambientales, consecuencia del propio modelo extractivo tradicional exportador de recursos naturales en escenarios local-nacional-continental de ausencia de Políticas de Estado de protección del patrimonio territorial y devastación de la Madre Tierra.
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Con relación al Congreso de Chile: ¿Qué situaciones y problemáticas deben seguir abordándose y que otras nuevas destacar del Programa del Congreso de Costa Rica?

El tema del Congreso de Chile, “Crisis y Emergencias en América Latina” (2013), significó tomar en consideración los procesos dinámicos en que está inmerso nuestro subcontinente. Los nuevos proyectos sociopolíticos, el estudio de las nuevas formas de actualizar las demandas sociales, así como las formas de realización de la sociología estuvieron entre nuestras principales preocupaciones. Creo que, en gran medida, y con el apoyo de nuestros ex -presidentes, conferencistas internacionales y coordinadores de grupos de trabajo, estos propósitos pudieron ser llevados a buen término, según lo indican las evaluaciones que pudimos hacer.

Próximamente tendremos nuestro XXX Congreso Bienal organizado en Costa Rica bajo el lema “Pueblos en Movimiento”. Sin duda con ese encuentro se abrirán nuevos espacios de diversidad para reforzar las vinculaciones con la academia centro americana y caribeña y, sobre todo, debemos decir por iniciativa de nuestra vicepresidenta la Dra. Nora Garita y sus colaboradores, con los movimientos sociales, como representantes de demandas significativas para la región. No tengo dudas que será una magnífica oportunidad y que complementará perfectamente las orientaciones de los congresos realizados con anterioridad, cuyas convocatorias y temas han sido claras expresiones de las complejidades que requieren ser tratadas y que se orientaron a una difusión de conocimientos que amplían las fronteras de lo global y la despojan de la tradicional mirada angloeurocentrista.

¿Cuál es nuestra ubicación y perspectiva de imaginación y creatividad sociológica con relación a otros espacios regionales del mundo como América del Norte, Europa, Asía?

En mi opinión la sociología estadounidense ha sufrido una decadencia teórica importante, si bien en Europa la sociología teórica continúa desarrollándose, ha tenido que abandonar muchos de sus presupuestos originales. En el intertanto en América Latina se han generado corrientes nuevas de pensamiento, por ejemplo, los estudios de colonialidad y subalternidad que permiten preguntarse por el lugar de América Latina desde las más diversas disciplinas y enfoques. Asimismo, problemas que ahora son mundiales, la sociología latinoamericana los ha estudiado hace décadas (precariedad, desigualdades, inseguridad, etcétera) por lo que no es extraño que hoy se la observe con más atención por la propia la sociología anglo-europea. En un plano más cercano a mis propios trabajos, el sociólogo peruano Julio Mejía afirma que, como nunca en su historia, América Latina participa en el cambio epistemológico fundado en las teorías de la complejidad, esta idea es reforzada por su compatriota Molinari y por usted mismo Dr. Ríos. Otros investigadores destacan su diversidad, versatilidad regional y su carácter policéntrico, estos en su mayor parte sintonizan con las corrientes críticas y a la vez renovadoras o son muy sensibles a estas aproximaciones. En conjunto, muchos intelectuales e investigadores de la región, cual más cual menos, valoran las aproximaciones teóricas que combinan lo abstracto y universalista con el reconocimiento de las particularidades regionales o históricas latinoamericanas. En la misma línea, la indicación de Paulo Henrique Martins, pasado Presidente de ALAS, es muy convincente cuando nos invita a construir una región del conocimiento inserta en el mundo global, que se caracterice por la producción de campos críticos no hegemónicos, pero promoviendo una integración creativa con la sociología clásica y moderna.

En suma, se trata de evitar caer en los sesgos y malinterpretaciones de un universalismo anglo-eurocentrado, pero sin sucumbir en un particularismo relativista descontextualizado.

¿Cómo la racionalidad sistémica civilizatoria y societal occidental afecta el desarrollo de la sociología y ciencias sociales en América Latina y El Caribe?

El ejercicio de deconstruir las perspectivas hegemónicas con que las ciencias sociales explican la sociedad y sus procesos es revelador, pero poner en duda, por principio, la pretensión de universalidad de los conocimientos científicos sobre los fenómenos sociales no es aceptable. Al menos el rendimiento, de esta crítica, como se apreció para el caso de las corrientes posmodernistas, es muy incierto (aunque ello no ha limitado su impacto). Ciertamente en Latinoamérica conviven países muy heterogéneos, no modernizados, jerárquicos, extremadamente desiguales y excluyentes, aparentemente muy distintos a las realidades desde donde han surgido las teorías sociológicas clásicas y contemporáneas. No obstante, sobre esa constatación no puede avalarse la descalificación de las ciencias sociales. Más aún, valorar los conocimientos según su procedencia (falacia genética), como reza un conocido proverbio, conduce a botar el agua de la bañera junto con el niño.

La pretensión universalista de las ciencias sociales, bien entendida y aplicada, ha sido un aliciente para abordar tanto la pluralidad como la especificidad de las expresiones sociales, no equivale por tanto a someterse a una racionalidad anglo-eurocéntrica, tampoco lleva a confundir una visión hegemónica con lo universal o a tener que interpretar las diferencias regionales o locales como defectos. Ciertamente, para el caso, la modernidad latinoamericana no puede presuponerse como una versión imperfecta de la europea o la estadounidense, sino como una de las manifestaciones de un proceso social que ocurre en ciertas condiciones económicas, políticas y culturales. Por eso, las perspectivas críticas regionales tienen toda la razón cuando enfrentan las concepciones anglo-eurocéntricas fundamentadas etnocéntricamente, pero yerran al darles el carácter de científicas, y doblemente al descalificar, por lo mismo, a aquellas que sí son rigurosas. Para mayor abundamiento, teorías como el materialismo histórico, el psicoanálisis, el estructuralismo o las de sistemas, debido a su nivel de abstracción, han sido capaces de abordar una diversidad de manifestaciones sociales y humanas específicas sin dejar de considerar sus patrones comunes y sin llegar a afirmarse como dogmas. En este sentido, concordamos con Fernando Robles, quien, muy acertadamente, indica que el nuevo pensamiento latinoamericano debe ser reforzado en lo sociológico para así evitar algunas de sus incongruencias. En el camino, razonablemente, algunos declaran que la principal demanda ética de la sociología es hacer buena sociología (Chernilo y Mascareño). Este último diagnóstico podría considerarse con validez global, pero sus indicaciones son más evidentes para nuestra región.


América Latina (Brasil, Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Paraguay) Centro América (Guatemala, Costa Rica, México, Honduras), hoy escenarios profundamente sacudidos social y políticamente por la corrupción política, producto de la corrupción estructural del sistema mundo en general. Hoy uno de los aspectos sociales centrales en el estudio de la Sociología.
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¿Profesor Marcelo Arnold, algunas recomendaciones para el mejor desarrollo del PRE- ALAS PERÚ 2015?

Desde nuestro punto de vista, interesaría fomentar investigaciones de amplio alcance para abordar la globalización y sus actuales formas hegemónicas de subordinación de países e identidades locales; la revitalización de las diversidades sociales y culturales; el resguardo de la memoria y patrimonio nacional; los efectos de las actuales crisis financieras en la seguridad social; las nuevas y crecientes desigualdades y exclusiones sociales; la devastación de los recursos medioambientales y el calentamiento global; la extendida violencia, inseguridad y maltrato en las grandes ciudades; las múltiples formas de corrupción; los acelerados cambios en la composición etaria de la población; el repliegue de los estados, la desprotección y el individualismo; las modificaciones de las pautas afectivas, sexuales y de género; los nuevos movimientos sociales y la emergencia de las redes sociales globales; la transformación de la impaciencia ciudadana en indignación o los desafíos de gobernabilidad internacional, entre muchos otros problemas. Todos estos se despliegan en el mundo contemporáneo, no son patrimonio de un país o región aunque, por supuesto, sus énfasis varían. Con satisfacción podemos constatar que estos temas, y muchos otros equivalentes, son los que serán tratados en las Mesas de Trabajo organizadas en Lima.

Para finalizar, dicho rápidamente, nuestro llamado es a renovarnos y posicionar, en forma más efectiva, nuestras producciones, sin dar la espalda a la ciencia moderna, ni desentendernos de la necesidad de conocimientos para la transformación de nuestras actuales condiciones regionales considerando a su contexto global. Sería lamentable que la sociedad del “conocimiento” o de la “información”, no dispusiera de este tipo de sociología para (auto) conocerse o (auto) informarse. Para ello disponemos, como se conoce, de investigadores, estudiantes, buenas universidades y centros académicos, asociaciones académicas regionales, como ALAS e iniciativas como SUR-SUR que amplían las fronteras de lo global y la despojan de su hegemonía angloeurocentrista.

Sin duda el Pre-ALAS Perú responde, por lo que conocemos de su organización y de sus organizadores, a uno de los mejores modos para responder a los desafíos de posicionar a las ciencias sociales regionales en el contexto global y, a la vez, responder, a las demandas sociales de nuestros países. Los aportes, en estas materias, de los colegas peruanos son inestimables y ampliamente reconocidos.

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