jueves, 12 de noviembre de 2015

LAS AFP EN CUARENTENA. OTRA FARSA DEL MILAGRO PERUANO?.

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LA FARSA, MENTIRA Y EL ENGAÑO OFICIALIZADOS POR LA SBS Y AFP DEBE TERMINAR. No debemos permitir que se oficialice una nueva forma, la más vil y cruel contra los jubilados, como la informada por los canales oficiales y legales en la última semana.-  “Robar un banco es un delito, pero más delito es fundarlo” nos decía Bertolt Brecht y parafraseando expresamos en un Twitter: Si quieres robar y robar, con cuello y corbata, con protección legal, funda una AFP y expresa una estupidez: Los afiliados a las AFP tiene una vida de 90 años, en cambio lo NO afiliados (28 millones de peruanos) sólo viven 80 años. Increíble en la semana hemos asistido no sólo a escuchar un conjunto de mentiras, farsas, engaños para justificar algo que en el lugar de su nacimiento Chile las AFPs están tan desprestigiadas que son consideradas por la población que expresan AFP “Aquí se Fabrican Pobres”. Pero es tanta la insolencia, de que la nueva tabla de mortalidad expuesta por determinados canales de las AFP, y seguramente con la responsabilidad de la SBS y AFP (Superintendencia de Banca y Seguros y AFP) de cuyo Presidente en el Congreso están pidiendo “su cabeza” por su irresponsabilidad y permitir, que otro engaño del llamado “milagro peruano” quieran oficializarlo – con la complicidad de ciertos medios de comunicación y los poderes facticos que mueven y  controlan todo este entramado de mentiras y farsas.

Para un gobernante, para un alto ejecutivo, se dice y manifiesta, si quieres engañar, manipular a tu pueblo, a los ciudadanos, haz uso y abuso de las tablas estadísticas y ahora vemos como las empresas y corporaciones del neoliberalismo y sus gobernantes hacen uso y abuso de la estadística, que nos enseña el árbol bien definido y presentable – El Perú ha disminuido la pobreza  de 49% a 19% en los últimos diez años – Pero la cifra oficial ya está legalizada, oficializada. Pero el bosque, “desapareció” por arte de birlibirloque y no nos permite ver. Analizar cómo y que políticas realizaron este milagro; en lo oscuro, en la estructura del país está la miseria, el hambre, las nuevas formas de explotación, hoy manifiestas y presentes en la más cruel e inhumana desigualdad económico-social.  Resulta ahora que los años de vida de los peruanos está por encima de las tablas de mortalidad – años de existencia - de países del primer mundo – Japón, Canadá, Inglaterra, Finlandia, Estados Unidos, Australia – se quedaron atrás, porque el “milagro peruano” sobrepasó el nivel de existencia y ahora los peruanos (mujeres hasta los 90 años y varones hasta los 88 años). El Señor Valdivieso, Presidente o Gerente de las AFP debe ser denunciado por mentir en forma descarada y justificar ese engaño con  la finalidad de aumentar los años de contribución de los afiliados, porque de lo contrario con la nueva tabla de mortalidad recibirían menos pensión. Como se quiere robar, estafar públicamente, cómo se intenta justificar “legalmente” para imponer nuevas formas de explotación y profundizar la miseria en nuestro país.


Estas con pues las políticas del neoliberalismo cuando se afirma la salvajada de que los afiliados a las AFP tienen un nivel más alto de vida, duran, viven hasta los 90 años ( es decir, 2 millones de peruanos afortunados que aportan en forma obligatoria a determinadas empresas o corporaciones transnacionales, que no invirtieron un céntimo y que ahora se la llevan integro ganando comisiones las más elevadas del mercado, (recordemos igual fue con la instalación de los teléfonos y la renta básica, la más cara de América Latina, acaso años después no se denunció esta farsa y engaño entre la corporación española, el señor Fujimori y su “famoso” asesor Montesinos) y se supone que los 28 millones de peruanos NO afiliados, que no estamos dentro del ogro salvaje del neoliberalismo AFP, sólo tenemos una existencia, una tabla de mortalidad ( diferente a la que maneja el FMI, el BM y todas las Instituciones en el Perú) que llegamos hasta los 80 años. Que afortunados los afiliados a las AFP y si  pusiéramos en públicos sólo dos ejemplos cuando gana un jubilado de las AFP (de los 2 millones de afiliados) en los últimos 20 años, cuántos reciben pensión, llegan a 100 mil?, pasa de mil soles su pensión?.

Una vez más si quieres robar y robar, legalmente con cuello y corbata, forma una AFP y tienes todo el apoyo legal del Estado, dentro de las políticas del fenecido Consenso de Washington y hoy renovadas, actualizadas, “modernizadas” como países en desarrollo ( ya no somos según el catecismo neoliberal, países del tercer mundo y menos en vías de desarrollo) en el escenario mundial del nuevo proceso de acumulación global del capitalismo, escenario de las corporaciones del capital corporativo global. Último minuto, se asustó el mandamás de la SBS y AFP y expresan – antes que le “corten la cabeza” por irresponsable en el Congreso -  dicen: dejar sin efecto la aplicación de la nueva tabla de mortalidad. Es bueno recordar que la Defensoría del Pueblo salió a oponerse y se suspenda esta nueva forma de explotación a los jubilados. Donde están las Universidades No existen – ciertos medios de comunicación también criticaron esta farsa y algunos políticos, a pesar cuando ellos fueron gobierno NO hicieron absolutamente nada contra esta nueva forma de robar de explotar en “forma legal”, con argumento parecido fueron estatizadas, nacionalizadas en la Argentina y se botó del país a toda la mafia de seudo empresarios que viven y explotan a millones de asegurados. Debemos cambiar todo el sistema e ir a nueva propuesta que se sustente principalmente en la justicia social y la lucha contra la desigualdad económico-social, realidad múltiple turbulenta, fría, calculada, violenta e inhumana en nuestro país, el país del “milagro peruano”, donde la farsa y la mentira sirven para profundizar y legalizar nuevas formas de explotación.


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LAS AFP EN CUARENTENA. OTRA FARSA DEL MILAGRO PERUANO?.
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Nicolás Lynch G.

Otra Mirada, lunes 9 de noviembre del 2015.

Por enésima vez está en cuestión el sistema privado de pensiones. Esta vez han sido las tablas de sobrevivencia, cuya actualización rebajaría las pensiones de los afiliados. Los jubilados presentes y futuros vuelven a indignarse, pero ahora el entredicho aparece como una oportunidad porque estamos a las puertas de una campaña electoral nacional en la que, se supone, las diversas alternativas deben plantear sus propuestas para solucionar los problemas del país, entre ellos en acuciante problema de las pensiones.

A veinte años de instauración del sistema privado de pensiones este demuestra su fracaso. Las cifras son contundentes. El principal problema que es de cobertura está por los suelos. El 78% de la PEA no aportan a ningún sistema de jubilación, el 13% son cotizantes efectivos al sistema privado y el 8% al sistema público, administrado por la Oficina Nacional Previsional (ONP). Por otra parte, de los mayores de 65 años el 67% no recibe una pensión contributiva (producto de haber aportado durante su vida laboral), el 27% recibe una pensión del sistema público y el 6% una del sistema privado. Entre los primeros hay un pequeño sector, por el carácter focalizado del programa, que recibe Pensión 65, una forma de pensión no contributiva que alcanza la diminuta suma de 125 soles. Esta última, que se pensó originalmente con carácter universal y por la suma de 250 soles, ha terminado siendo una pensión para pobres extremos.

Frente a esta situación la estrategia de los últimos cuatro gobiernos neoliberales: Fujimori, Toledo, García y Humala; por la vía de los burócratas del MEF, ha sido liquidar el sistema público, potenciar infructuosamente el sistema privado y administrar al menor costo posible la llamada Pensión 65. El asunto alcanza ribetes de escándalo en el caso de las llamadas AFP, ya que estas son instituciones en las que colisionan dos principios opuestos: la ganancia empresarial y el derecho social a una pensión digna.

Esto se demuestra en la corta historia del sistema privado en dos hechos contundentes: la extraordinaria ganancia de estas empresas, siempre largamente por encima de la rentabilidad de los afiliados y la mantención de esta ganancia, incluso en los momentos en que los afiliados tienen pérdidas. Además, el cobro de una comisión por administrar los fondos que está entre las más caras del planeta, en cualquier rubro de administración financiera y que no ha bajado sustantivamente por más promesas que se han hecho. Pero existe también el ejemplo de los últimos cinco meses en que las AFP peruanas han perdido 6,000 millones de soles de su fondo global, de 121,000 a 115,000 millones, aproximadamente el 5% del mismo. Lo que nos hace ver el peligro de que un fondo de pensiones se entregue a los vaivenes de la bolsa.

Ha llegado el momento de decir basta a esta situación de sobre explotación de los trabajadores y los jubilados por un puñado de empresas principalmente extranjeras. El escándalo que representa la sola existencia de las AFP no se cambia con reformas ni afeites, hay que cambiar el sistema. En el Programa de la Gran Transformación existe una propuesta que es preciso poner sobre la mesa. Se trata de ir a un nuevo sistema con dos pisos. Uno público obligatorio y otro privado voluntario. El público a su vez con dos componentes: uno contributivo y otro no contributivo. El primer componente es para los que han trabajado y contribuido con su aporte a lo largo de la vida laboral y se financia con los aportes de los trabajadores activos y los impuestos generales que van a un fondo único para luego repartirse. El segundo componente tiene carácter universal y es para aquellos mayores de 65 años que no aportaron a ningún sistema durante su vida laboral. Este último se financia con el tesoro público.

A este sistema público se agrega un sistema privado como complemento, que es voluntario y se basa en cuentas individuales, para aquellos trabajadores privados e independientes que tienen mayores ingresos y quieren tener mayor pensión. Este nuevo sistema de dos pisos permite cubrir el derecho social a una pensión para la inmensa mayoría de los peruanos que tiene nada o muy poco y al mismo tiempo da la posibilidad a los que tienen más que reciban una mayor pensión sin perjudicar a los primeros. Es el sistema que recomiendan la mayor parte de organizaciones internacionales y que tiene, entre otros muchos países, los Estados Unidos.

El problema es que aquí existe una trama político-financiera en la que los partidos de derecha (Fujimorismo, APRA, PPK, Perú Posible, Ollanta-Nadine) priorizan la defensa de la ganancia empresarial de las AFP por encima del derecho social de los peruanos a una pensión. Esto sucede no sólo por un lobby eficaz de estas últimas sobre el Estado y especialmente los reguladores, sino porque, como lo hemos dicho más de una vez, las grandes empresas y entre ellas las AFP tienen capturados a quienes deben velar por pensiones dignas para los ciudadanos.

La única forma de desnudar esta trama es con la fuerza de un planteamiento alternativo. Este le podrá hacer ver a los peruanos que existe la posibilidad inmediata de un nuevo sistema de pensiones que no esté asociado a la expoliación de nuestros ingresos, sino a principios mínimos de justicia social. Es un deber de los candidatos que se consideren progresistas en las próximas elecciones levantar esta bandera.

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