martes, 28 de febrero de 2017

INTERNET. DESARROLLO Y DERECHOS ECONÓMICO-SOCIALES-CULTURALES.

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ONU. COMITÉ DE DERECHOS ECONÓMICO-SOCIALES Y CULTURALES. DESC.- El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales sostuvo que las leyes que criminalizan el aborto son discriminatorias y señaló que los estados parte deben garantizar el acceso al aborto seguro.


En primer lugar, el órgano de la ONU aclara que el derecho a la salud sexual y reproductiva no es solamente una parte integral del derecho general a la salud sino que está fundamentalmente vinculado al disfrute de otros derechos humanos, incluidos los derechos a la educación, al trabajo a la igualdad, así como los derechos a la vida, a la privacidad y a la autonomía individual.
Entre otros puntos, señala:
- La criminalización del aborto y las barreras al acceso son violaciones a la obligación de respetar el derecho a la salud.
- El derecho a la información incluye a la información sobre aborto seguro y pre y post aborto.
- La calidad del acceso a la salud implica que no se impida el acceso al aborto con medicamentos.
- El derecho a la salud y la igualdad de las mujeres implica la derogación de leyes restrictivas sobre aborto y acceso a servicios de aborto seguro y prevención del aborto inseguro.
- Los Estados partes están obligados a eliminar la discriminación en sus leyes: un ejemplo de discriminación es la criminalización del aborto. También deben derogar normas que impongan requisitos como la autorización judicial o de terceras personas para el acceso al aborto.
- Los Estados parte tienen obligación de garantizar el acceso al aborto seguro.
- Es una obligación mínima la prevención del aborto inseguro.
 


La UNESCO contribuye a que los países en desarrollo fortalezcan su capacidad de comunicación. Lo hace fomentando medios de comunicación independientes y pluralistas, con mejor acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), principalmente a través de su Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC). La Organización centra sus esfuerzos en potenciar el impacto de la comunicación y la información en el desarrollo, alentando una participación amplia en las operaciones mediáticas. Asimismo, fomenta medios de comunicación independientes y pluralistas, especialmente en zonas afectadas por conflictos presentes o pasados, así como en situaciones posteriores a las catástrofes. Más específicamente, la UNESCO promueve la instalación de medios que brinden información objetiva, ofrece asesoramiento acerca de la legislación relativa a los medios de comunicación y ayuda a reconstruir la infraestructura mediática.
La estrategia de la UNESCO en este ámbito contempla la aplicación innovadora de las TIC para fortalecer el pluralismo mediático y  responder a la necesidad vital de consolidar las capacidades de los profesionales de los medios, incluidas las mujeres. La UNESCO contribuye a reforzar la capacidad de las instituciones ligadas a la comunicación, mejorar la formación de los profesionales de los medios, así como concientizar al público acerca de la importancia de hacer un mejor uso de los recursos comunicativos.
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INTERNET. DESARROLLO Y DERECHOS ECONÓMICO-SOCIALES-CULTURALES.
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David Souter.

América latina en Movimiento.

ALAI lunes 27 de febrero del 2017.

Los derechos humanos son cruciales para el desarrollo.  La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible imagina “un mundo en el que sea universal el respeto de los derechos humanos y la dignidad de las personas, el estado de derecho, la justicia, la igualdad y la no discriminación; donde se respeten las razas, el origen étnico y la diversidad cultural y en el que exista igualdad de oportunidades para que pueda realizarse plenamente el potencial humano y para contribuir a una prosperidad compartida... un mundo justo, equitativo, tolerante, abierto y socialmente inclusivo en el que se atiendan las necesidades de los más vulnerables.”

Los derechos humanos se definen en una serie de instrumentos internacionales, entre los que la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) es el más importante. Los compromisos de los gobiernos respecto de los derechos incluidos en la DUDH se formalizan en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Los gobiernos deben evitar violar estos derechos y son responsables de habilitar a los ciudadanos para disfrutar de ellos.

El PIDCP tiene que ver con los derechos individuales, incluyendo la libertad de expresión y asociación y el derecho a la privacidad.  El PIDESC se ocupa de derechos sociales más amplios, cuya satisfacción requiere un compromiso en políticas e inversión a largo plazo por parte de los gobiernos –un proceso llamado “realización progresiva”–.  Además de afirmar la auto-determinación y la igualdad de género, las principales cláusulas del Pacto tienen que ver con el derecho al trabajo, condiciones laborales y derechos sindicales, derechos a la seguridad social y a un “estándar adecuado de vida”, a no sufrir hambre, a la protección de la familia, a la salud y educación, y a participar de la vida cultural, incluyendo los “beneficios del avance científico y sus aplicaciones”.  Algunos de estos derechos concernientes a niños y mujeres se desarrollan en mayor detalle en la CEDAW y CRC.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible incluye 17 Objetivos (ODS) y 169 metas.  Los derechos incluidos en el PIDESC se superponen y proveen un marco de apoyo y referencia para muchos de estos ODS, mientras que las metas establecen objetivos cuantificables que van a ayudar en el cumplimiento de estos derechos.  Los objetivos para terminar con la pobreza y el hambre (ODS 1 y 2), por ejemplo, y para garantizar acceso al agua y energía (ODS 6 y 7), se relacionan con el derecho del Pacto a un adecuado estándar de vida y alimentación.  Los ODS 3 y 4 se relacionan con los derechos a la salud y la educación y el ODS 8 con “trabajo decente para todos”.




TICs y desarrollo sostenible.

Mucho se ha discutido acerca de la relación entre las tecnologías de la 
información y la comunicación (TICs) y el desarrollo sostenible, incluyendo los ODS.  Como muchas otras organizaciones, la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) ha expresado preocupación acerca de la forma limitada en que se reconoce el potencial de las TICs e internet en la Agenda 2013 y sus objetivos.

La Agenda reconoce que “la expansión de las tecnologías de la información y las comunicaciones y la interconexión mundial brindan grandes posibilidades para acelerar el progreso humano, superar la brecha digital y desarrollar las sociedades del conocimiento”.  Sin embargo, no existe ningún objetivo relacionado específicamente con las TICs y solo una de las 169 metas se relaciona con el acceso a las TICs, si bien se las menciona en otras tres (las relacionadas con el empoderamiento de las mujeres, la educación e investigación y desarrollo).

Observamos que hay un reconocimiento mucho mayor en la Agenda del valor del acceso a la información, incluyendo tanto información que permita a las personas tomar decisiones acerca de su vida, como información que permita a quienes determinan las políticas a tratar más efectivamente el desarrollo económico, social y cultural.  Sin embargo, los roles transversales, tanto de la información como de la comunicación, se encuentran poco representados en el marco general.

Los resultados del proceso de revisión de 10 años de aportes de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI+10) de la ONU urgían a las partes interesadas a construir una relación más efectiva entre las TICs y los ODS.  APC cree que hay tres aspectos importantes en este respecto, cada uno de los cuales es crucial para acceder y ejercer los derechos económicos, sociales y culturales:

Con las TICs se están cambiando las maneras en que los gobiernos, las empresas y los ciudadanos se comportan.  Los gobiernos y otras partes interesadas deben comprender estos cambios, aprovechar aquellos que brindan nuevas oportunidades para cumplir con los ODS y permanecer vigilantes para reducir los riesgos que puedan socavar los objetivos.

Las políticas y programas de desarrollo pueden aprovechar el potencial de las TICs para implementar los ODS de muchas maneras: desde reunir evidencia para diseñar e implementar proyectos de desarrollo, hasta facilitar el acceso a la información.  Los gobiernos y otras partes interesadas deberían aprovechar plenamente estas ventajas para apoyar el cumplimiento de cada uno de los ODS.

Las TICs pueden mejorar el monitoreo y la medición del progreso de los ODS.  Los gobiernos y otras partes interesadas deberían aprovechar esto al máximo para mejorar la eficacia de la implementación de los ODS, al mismo tiempo que se protegen los derechos a la privacidad y a la información.
Una forma de reunir estos temas es colocar la relación entre las TICs y los ODS en el marco de los derechos económicos, sociales y culturales establecidos en el PIDESC.

TICs y DESC.

La revisión de la CMSI+10 declaró que los derechos humanos son "centrales en la visión de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información".  La Asamblea General también ha declarado que "los mismos derechos que las personas tienen fuera de línea deben también protegerse en línea", lo que implica que los derechos en línea y fuera de línea deben ser equivalentes.

La mayor parte del debate sobre las TICs, internet y los derechos humanos se ha centrado en los derechos civiles y políticos.  Internet, en particular, ha abierto nuevas oportunidades para que las personas puedan ejercer la libertad de expresión y publicar sus opiniones, acceder a la información, asociarse entre sí en línea y en el mundo fuera de línea, y participar en actividades sociales y políticas.  Al mismo tiempo, ha creado nuevas amenazas a la privacidad, ejercidas tanto por los gobiernos como las empresas, y ha cambiado las maneras en que los derechos a la información y la expresión pueden ser cumplidos o violados.

Se ha prestado mucha menos atención al impacto de las TICs e internet en los DESC.  Sin embargo, éstos son tan importantes en el régimen internacional de derechos como los derechos civiles y políticos.  Las TICs y la internet juegan un papel cada vez más importante en todos los aspectos de la vida económica, social y cultural, y su importancia para la vida económica, social y cultural está creciendo año tras año, a medida que las TICs e internet se encuentran más presentes en el mundo y que los servicios, las aplicaciones y los dispositivos que las personas utilizan se vuelven más sofisticados.  La inminente Internet de las Cosas conllevará un crecimiento veloz en su omnipresencia, sofisticación e influencia.



Conectando TICs, ODS y DESC.

Los DESC son fundamentales para el desarrollo.  Deben ser protegidos y promovidos debido al impacto que la educación, la salud, el empleo y las otras dimensiones de la vida incluidas en ellos tienen sobre los individuos y las comunidades.  Estos derechos apoyan y son apoyados por los derechos civiles y políticos, pero no están subordinados a ellos.

La mayoría de los derechos en el PIDESC requieren inversión y compromiso político sostenidos en el tiempo. Por consiguiente, su aplicación está estrechamente relacionada con los marcos estratégicos para el desarrollo, la movilización de recursos y el despliegue de infraestructuras adoptados por los gobiernos y respaldados por organismos financieros y de desarrollo internacionales.

Los ODS proporcionan un marco adecuado para abogar y aplicar los derechos económicos, sociales y culturales dentro de un enfoque global del desarrollo sostenible que mejora la prosperidad económica, promueve la equidad social y facilita la expresión de la identidad cultural.  Si bien los DESC se expresan en términos generales como principios, los ODS también proporcionan un marco de metas que podrían considerarse para establecer objetivos de derechos y/o contra los cuales se pueden medir los avances hacia su consecución.
Los siguientes párrafos desarrollan tres aspectos importantes de la relación entre las TICs, los DESC y los ODS.

a.    La adopción de las metas ODS relacionadas con los DESC.

El primero se refiere a la forma en que los ODS han proporcionado objetivos específicos mediante los cuales se puede monitorear y medir el progreso hacia algunos DESC.  La salud es un buen ejemplo de esto.  El artículo 12 del PIDESC reconoce el derecho de todos a "disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental", esfuerzos para reducir la mortalidad infantil, prevenir enfermedades y mejorar la higiene.  El ODS 3 establece metas específicas para la reducción de la mortalidad materna e infantil, la mortalidad por enfermedades epidémicas y no transmisibles y otros objetivos relacionados con la salud.

Otros DESC también se traducen en objetivos específicos en los ODS.  Las TICs son importantes en este contexto de dos formas.  En primer lugar, las TICs pueden utilizarse para mejorar el acceso y la difusión de los derechos y objetivos, tales como los relativos a la salud y la educación, por ejemplo, mediante la promoción de la salud y el diagnóstico a distancia vía recursos educacionales abiertos y el acceso a computadores en escuelas.  En segundo lugar, las TICs pueden mejorar la calidad de la recopilación y el análisis de datos, a través de los cuales se puede medir con mayor eficacia el progreso, tanto en lo que respecta a los derechos como a los ODS. 

b.    La importancia del acceso a las TICs para lograr los DESC y ODS.

El acceso a internet y a otras TICs es crucial para desempeñar estas funciones.  El PIDCP otorga a las personas el derecho a "recibir e impartir información e ideas de todo tipo".  Ese derecho respalda la capacidad de los ciudadanos para aprovechar los recursos que internet puede poner a disposición para mejorar su salud y educación, su seguridad social y su calidad de vida –derechos económicos, sociales y culturales que están incluidos en el PIDESC–.  El PIDESC otorga a las personas el derecho a "disfrutar de los beneficios del progreso científico y sus aplicaciones", que debería incluir los beneficios del acceso a la infraestructura y los servicios de telecomunicaciones que soportan internet.  El acceso a esas redes y servicios puede, por lo tanto, ser considerado necesario dentro del régimen de derechos.

Sin embargo, además del acceso, es necesario que los gobiernos y otras partes interesadas aprovechen el potencial de las TICs para avanzar en los ODS que facilitan los DESC.  Es necesario lograr una conectividad generalizada para que los gobiernos y otras partes interesadas puedan prestar servicios por igual a todos sus ciudadanos.  Y los propios ciudadanos necesitan acceso para aprovechar las oportunidades de auto-empoderamiento que son necesarios tanto para los derechos como para las metas.  El acceso, en este contexto, va mucho más allá de la conectividad generalizada.  También requiere que las redes sean asequibles y que las personas tengan la capacidad de hacer pleno uso de los recursos que ponen a disposición, incluidas habilidades de alfabetización, investigación y destrezas técnicas.  Lograr los DESC en la sociedad de la información requiere que quienes formulan políticas aborden todos estos requerimientos. 

c.    La compleja relación de las TICs con los DESC.

Las TICs pueden tener impactos negativos como positivos tanto en los derechos como en los objetivos de desarrollo.  La amenaza que las TICs suponen para la privacidad (artículo 17 del PIDCP) es bien conocida.  El Banco Mundial ha argumentado recientemente que "en muchos países internet ha beneficiado desproporcionadamente a las élites políticas".  Si bien las TICs pueden apoyar el cumplimiento de los DESC, esos mismos derechos también pueden necesitar nuevos tipos de protección.

Los derechos laborales establecidos en el PIDESC ejemplifican este desafío.  El artículo 6 del Pacto reconoce "el derecho al trabajo", incluido el "derecho de toda persona a tener la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente escogido o aceptado", mientras que el artículo 7 agrega "el derecho de toda persona al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias", incluyendo una remuneración justa, protección de salud y seguridad e igualdad de oportunidades.  El artículo 8 otorga una fuerte protección a los sindicatos.  El ODS 8, en forma similar demanda el "empleo pleno y productivo y trabajo decente para todas las mujeres y los hombres", y para la protección de los derechos laborales en "un entorno de trabajo seguro y sin riesgos.

Sin embargo, existe una preocupación creciente de que la digitalización cada vez mayor de las economías reduzca las oportunidades de empleo, mientras que los regímenes de empleo más flexibles en las nuevas empresas digitales (la llamada “economía gig”) reducen la calidad del empleo, la remuneración y la afiliación sindical.  Se necesita mucha más investigación y análisis para identificar cómo se pueden mantener los derechos laborales y alcanzar los objetivos de desarrollo en un entorno laboral que cambia rápidamente.


¿Qué hay que hacer?

La sociedad de la información ofrece oportunidades para ayudar en la concreción de los derechos económicos, sociales y culturales, y sus ODS asociados, de una manera que antes no era posible, pero a su vez tiene el potencial de amenazar estos derechos.  El acceso desigual a las TICs plantea el riesgo de que el acceso a los derechos y a los resultados del desarrollo también resulten desiguales, socavando la realización de una mayor igualdad que es crucial para el desarrollo sostenible.  Las partes interesadas del sector de las TICs deben apuntar a maximizar el valor potencial de éstas para el desarrollo y los derechos, pero también buscar mitigar los problemas que surgen.

Algunos de los logros en materia de derechos y metas derivados de las TICs están estrechamente relacionados con los derechos civiles y políticos.  Por ejemplo, permiten un mayor acceso a la información en áreas como la salud, la educación y la agricultura, que los individuos –así como los profesionales– pueden utilizar para tomar decisiones que mejoren sus vidas y sus entornos.  La interactividad que facilitan permite a las personas compartir experiencias, conocimientos y preocupaciones dentro de grupos, así como entre individuos, fomentando los tipos de solidaridad en la que se basa el sindicalismo y la acción comunitaria.  En áreas como la salud y la educación, la producción de alimentos y el empleo, el bienestar social y la familia, un mejor acceso a la información y a otras experiencias puede ser fundamental para lograr satisfacer los derechos económicos, sociales y culturales, así como civiles y políticos.

Estos factores ilustran hasta qué punto los derechos civiles y políticos están vinculados a los derechos económicos, sociales y culturales.  Estos últimos, sin embargo, se distinguen de los primeros en aspectos significativos.  La necesidad de inversión y la realización progresiva de los DESC significa que requieren un enfoque estratégico e integrado que sea coherente con las agendas de desarrollo que ahora se están diseñando para implementar los ODS.  La presencia limitada de las TICs dentro de los ODS, y por lo tanto en esas agendas, puede ser un problema.  Las TICs e internet podrían tener un impacto mucho más importante en la implementación de los ODS de lo que se había pensado.  También deben estar más profundamente integradas en las estrategias de sostenibilidad.

Un elemento crucial en esto es la necesidad de un mayor diálogo y entendimiento entre los actores involucrados en las tres áreas discutidas en este artículo: las TICs, los derechos y el desarrollo sostenible.  Los enfoques multisectoriales que se han vuelto más comunes en los últimos años en los tres campos podrían ayudar a estimular este diálogo.  También el desarrollo de marcos analíticos para monitorear el progreso hacia los ODS.  Los gobiernos y las agencias de desarrollo podrían y deberían hacer más para involucrar a la amplia gama de partes interesadas dentro de las comunidades en procesos de gobernanza transparentes, responsables y con los recursos adecuados.  Los actores de la sociedad civil pueden apoyar este proceso al continuar enfatizando la asociación entre los derechos y el desarrollo en la búsqueda de la prosperidad económica, la equidad social y la sostenibilidad ambiental. (Traducción APC y ALAI).

David Souter escribe un blog semanal para APC (en inglés).


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lunes, 27 de febrero de 2017

SOCIÓLOGO JAMES PETRAS. DIPLOMACIA, LUCHA DE CLASES Y DEMOCRACIA EN LA ERA TRUMP.

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“La elección del presidente Trump ha provocado una virulenta campaña autoritaria que amenaza nuestras libertades democráticas. La propaganda continuada y bien coordinada emitida por todos los grandes medios de comunicación y por los dos principales partidos políticos ha fabricado y distorsionado informes y ha alentado a los representantes elegidos a atacar salvajemente a las personas nombradas por Trump para hacerse cargo de las responsabilidades en política exterior, forzando dimisiones e inversión de las políticas. La dimisión forzosa del consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn ha puesto de manifiesto la agenda belicista del partido demócrata contra la Rusia en poder de armas nucleares. Los senadores liberales, que solían pronunciar grandiosos discursos contra “Wall Street” y el “Uno por ciento”, ahora exigen que Trump se niegue a colaborar con el presidente Putin para detener la amenaza real que supone el Estado Islámico, mientras apoyan a los neonazis ucranianos. Los iconos liberales presionan abiertamente para incrementar la presencia de buques de guerra en Asia con el fin de provocar a China, a la vez que se oponen a la política de Trump favorable a renegociar los tratados comerciales con Pekín".

“Hay multitud de peligros y ventajas ocultos en esta guerra política de partidos. Trump ha sacado a la luz las mentiras y distorsiones sistémicas de los medios de comunicación, confirmando la desconfianza que les profesa la mayoría del pueblo. Esta baja opinión que tienen los estadounidenses, especialmente los que habitan el devastado centro del país (aquellos a quienes Hillary Clinton llamaba “los deplorables”) se corresponde claramente con el profundo desdén de los medios por esta enorme porción del electorado. En realidad, la cháchara constante de los medios acerca de cómo los malvados “rusos” habían pirateado las elecciones presidenciales de EE.UU. dando la victoria a Donald Trump es más bien una cortina de humo para enmascarar su reticencia a denunciar abiertamente a los “blancos pobres” –incluyendo a los trabajadores y campesinos estadounidenses– que votaron abrumadoramente por Trump. Este elemento regional y de clase ayuda mucho a explicar la continua histeria provocada por la victoria de Trump. Las élites, los intelectuales y los burócratas están furiosos por el hecho de que “la canasta de deplorables” de Clinton rechazara al sistema y a sus portavoces bien peinados y de uñas cuidadas”.

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El señor Trump, el día que es elegido Presidente y la reafirmación de sus políticas proteccionistas absolutas y el "fin de la globalización neoliberal", con el fin del libre comercio, el cuestionamiento absoluto a los TLC, el fin de la Deslocalización Empresarial, la construcción de Muro,  la expulsión de millones de emigrantes -. Estados Unidos es un  país de migrantes", su política racista y la misoginia absoluta contra los derechos de la Mujer.
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SOCIÓLOGO JAMES PETRAS. DIPLOMACIA, LUCHA DE CLASES Y DEMOCRACIA EN LA ERA TRUMP.
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Dr. James Petras.

Rebelión lunes 27 de febrero del 2017.

         Traducido para Rebelión por Paco Muñoz  de Bustillo.

Introducción.

Al terminar el primer mes de la Administración Trump, nos encontramos en una mejor situación para evaluar las políticas y la dirección del nuevo presidente. El examen de sus políticas interior y exterior, especialmente desde una perspectiva histórica y comparativa, nos permitirá entender si EE.UU. va camino de una catástrofe, como afirman los medios de comunicación, o hacia una mayor racionalidad y realismo. Vamos a analizar si Trump busca la guerra o la diplomacia. Evaluaremos las iniciativas del presidente para reducir la deuda externa y las cargas comerciales con Europa y Asia. Continuaremos revisando sus programas proteccionistas y sobre inmigración con México y terminaremos viendo las perspectivas de la democracia en Estados Unidos en estos momentos.

Política exterior.

Los encuentros del presidente con los dirigentes de Japón, Reino Unido y Canadá han sido bastante fructíferos. Su reunión con [el primer ministro de Japón] Shinzo Abe afianzó los lazos diplomáticos y obtuvo la promesa de que el país nipón aumentaría las inversiones en el sector automovilístico estadounidense. Puede que Trump consiga mejorar las relaciones comerciales reduciendo el desequilibrio en la balanza comercial. Trump y Abe adoptaron una postura moderada ante la prueba de misiles norcoreanos en el Mar de Japón y rechazaron el aumento de los gastos militares que reclamaban los medios de comunicación neoliberales.

La reunión EE.UU.-Reino Unido en la era pos-Brexit dio como resultado la promesa de un aumento del comercio bilateral.

En cuanto a China, Trump ha mejorado las relaciones con este país, apoyando sin ambages la política de “una sola China” y dando paso a la renegociación y el reequilibrio del balance comercial.

Estados Unidos respaldó el voto unánime de condena del Consejo de Seguridad de la ONU al lanzamiento de misiles norcoreanos. Trump no lo consideró una amenaza militar ni propuso incrementar el nivel de sanciones.

La política de reconciliación de Trump hacia Rusia, destinada a mejorar la lucha contra el terrorismo islamista, se ha visto obstaculizada. Bajo el liderazgo de la senadora de la izquierda liberal Elizabeth Warren, partidaria de la caza de brujas, ¡los militaristas neoconservadores y los demócratas declararon a Rusia como la principal amenaza a la seguridad nacional estadounidense!

El bombardeo constante y furibundo de los medios de comunicación forzó el cese del Consejero Nacional de Seguridad de Trump, el general retirado Michael Flynn, en base a una ley del siglo XVIII (la Ley Logan) que prohíbe a los ciudadanos discutir cuestiones políticas con dirigentes extranjeros. Dicha ley nunca había sido implementada. De haberlo sido, cientos de miles de ciudadanos estadounidenses, especialmente los peces gordos incluidos entre los 51 “presidentes de las principales organizaciones judías “de EE.UU., así como los editores de política exterior de todos los grandes y pequeños medios de comunicación estadounidenses y los analistas de política exterior estarían encadenados junto a narcotraficantes convictos. Sin avergonzarse por la absurdidad o la trivialización de la tragedia, esta reciente “tempestad en un vaso de agua” ha generado llamamientos apasionados dentro de los medios y del Partido Demócrata para iniciar una nueva “investigación como la del 11-S” sobre las conversaciones del general Flynn con los rusos.

El contratiempo de Trump con a cuenta de su consejero de seguridad nacional hace peligrar una política exterior menos belicosa. Subraya el riesgo de confrontaciones nucleares y represión interna. Dichos peligros, que incluyen una posible purga antirusa –al estilo del tristemente célebre senador McCarthy– de los individuos realistas en política exterior, son responsabilidad exclusiva de la alianza de los ultramilitaristas del partido demócrata y los neoconservadores. En todo caso, nada de esto aborda los graves problemas socioeconómicos internos.

La búsqueda del equilibrio en el gasto y el comercio exterior.

El compromiso público de Trump de reequilibrar las relaciones con la OTAN, es decir, reducir la cuota de EE.UU. en su financiación, ya ha dado comienzo. Actualmente, solo cinco miembros de la alianza cumplen con la contribución requerida. En el caso de que Alemania, Italia, España, Canadá, Francia y otros 18 miembros cumplieran con sus compromisos, el presupuesto de la OTAN aumentaría en más de 100.000 millones de dólares, lo que reduciría el desequilibrio en la balanza exterior de EE.UU.

Evidentemente, sería mucho mejor para todos que la OTAN se desmantelara y que las distintas naciones que la forman reasignaran sus partidas de millardos de dólares hacia gastos sociales y el desarrollo de sus economías domésticas.

Trump ha anunciado importantes esfuerzos para reducir el desequilibrio comercial con Asia. Al contrario de lo que se afirman algunos “expertos” en comercio exterior en los medios de comunicación, China no es el único de los “infractores”, ni siquiera el mayor, que se aprovechan del desequilibrio comercial con Estados Unidos.

El actual superávit en el balance comercial de China equivale al 5% de su PIB, el de Corea del Sur al 8%, el de Taiwán al 15% y el de Singapur al 19% respectivamente. El objetivo de Trump es reducir el desequilibrio comercial de EE.UU. a 20.000 millones de dólares con cada uno de los países, equivalente al 3% del PIB. La cuota de Trump de 100.000 millones de dólares contrasta agudamente con el desequilibrio comercial de los “Cinco Grandes” asiáticos (Japón, China, Corea del Sur, Taiwán y Singapur), equivalente a 700.000 millones de dólares en 2015, según datos de FMI.

En resumen, Trump está actuando para reducir los desequilibrios externos un 85% con el fin de incrementar la producción doméstica y crear empleos en las industrias ubicadas en Estados Unidos.
 




Abrió la puerta o fue el puente por 15 minutos que le brindó el multimillonario Presidente de Estados Unidos al presidente peruano, señor Kuczynski. Al señor Trump por ahora "no sabe de qué se trata" los problemas de América latina”, porque él está inmerso totalmente en su proteccionismo absoluto, racismo y misoginia. "Estados Unidos para los norteamericanos", para "los blancos".
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Trump y Latinoamérica.

La política latinoamericana de Trump se ha centrado fundamentalmente en México y, en mucha menor medida, en el resto del continente.

La principal decisión de la Casa Blanca ha sido echar por tierra el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica de Obama (TPP, por sus siglas en inglés), que favorecía a las corporaciones multinacionales que explotan la mano de obra de Chile, Perú y México y resultaba atractivo para los regímenes neoliberales de Argentina y Uruguay. Trump hereda del presidente Obama numerosas bases militares en Colombia, la base de Guantánamo en Cuba y las bases de Argentina. El Pentágono continúa la guerra fría de Obama contra Venezuela y ha acusado de forma falsaria al vicepresidente de aquel país de tráfico de drogas.

Trump ha prometido cambiar la política comercial y de inmigración con México. A pesar de la amplia oposición que ha levantado su política migratoria, aún le falta mucho para igualar la expulsión masiva de emigrantes mexicanos y centroamericanos acometida por Obama, campeón indiscutible en ese campo, que deportó a 2,2 millones de emigrantes junto a sus familias en ocho años, o lo que es igual, unos 275.000 al mes. En su primer mes al mando, el presidente Trump ha expulsado solo un 10% del porcentaje medio deportado por Obama.

El presidente Trump ha prometido renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), imponiendo una tasa sobre las importaciones y persuadiendo a las empresas multinacionales para que regresen e inviertan en EE.UU.

Hay muchas ventajas ocultas para México si decide responder a las políticas de Trump con sus propias medidas económicas de “proteccionismo recíproco”. Bajo el NAFTA, 2 millones de agricultores mexicanos entraron en bancarrota y se han dedicado millardos de dólares a la importación de arroz, maíz y otros alimentos de primera necesidad (subvencionados), de EE.UU. Una política de “primero México” podría reavivar la agricultura mexicana para el consumo doméstico y la exportación; esto disminuiría la emigración de campesinos mexicanos. México podría renacionalizar su sector petrolero e invertir en refinerías en el propio país, lo que le supondría la ganancia de millardos de dólares y reduciría la importación de productos petroleros refinados de EE.UU. Al tener que implantar una política de sustitución de las importaciones, la manufactura local podría reactivar el mercado y el empleo internos. Aumentarían los trabajos en la economía formal y se reduciría el número de jóvenes en paro, carne de cañón para los cárteles de la droga y otras bandas criminales. Mediante la nacionalización de los bancos y el control de los flujos de capital, México podría interrumpir la fuga de capitales cifrada en alrededor de 50.000 millones de dólares de fondos ilícitos al año. Por su parte, estos programas nacional-populares incentivarían la elección de nuevos líderes que podrían iniciar la purga de la policía corrupta, los militares corruptos y los líderes políticos corruptos.

En resumen, aunque las políticas de Trump podrían causar algunas pérdidas a corto plazo, a medio y largo plazo pueden suponer sustanciales ventajas para el pueblo mexicano y su nación.
 


 Estados Unidos: el escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases. Millones salen a las calles en defensa de los migrantes.
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Democracia.

La elección del presidente Trump ha provocado una virulenta campaña autoritaria que amenaza nuestras libertades democráticas.

La propaganda continuada y bien coordinada emitida por todos los grandes medios de comunicación y por los dos principales partidos políticos ha fabricado y distorsionado informes y ha alentado a los representantes elegidos a atacar salvajemente a las personas nombradas por Trump para hacerse cargo de las responsabilidades en política exterior, forzando dimisiones e inversión de las políticas. La dimisión forzosa del consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn ha puesto de manifiesto la agenda belicista del partido demócrata contra la Rusia en poder de armas nucleares. Los senadores liberales, que solían pronunciar grandiosos discursos contra “Wall Street” y el “Uno por ciento”, ahora exigen que Trump se niegue a colaborar con el presidente Putin para detener la amenaza real que supone el Estado Islámico, mientras apoyan a los neonazis ucranianos. Los iconos liberales presionan abiertamente para incrementar la presencia de buques de guerra en Asia con el fin de provocar a China, a la vez que se oponen a la política de Trump favorable a renegociar los tratados comerciales con Pekín.

Hay multitud de peligros y ventajas ocultos en esta guerra política de partidos.
Trump ha sacado a la luz las mentiras y distorsiones sistémicas de los medios de comunicación, confirmando la desconfianza que les profesa la mayoría del pueblo. Esta baja opinión que tienen los estadounidenses, especialmente los que habitan el devastado centro del país (aquellos a quienes Hillary Clinton llamaba “los deplorables”) se corresponde claramente con el profundo desdén de los medios por esta enorme porción del electorado. En realidad, la cháchara constante de los medios acerca de cómo los malvados “rusos” habían pirateado las elecciones presidenciales de EE.UU. dando la victoria a Donald Trump es más bien una cortina de humo para enmascarar su reticencia a denunciar abiertamente a los “blancos pobres” –incluyendo a los trabajadores y campesinos estadounidenses– que votaron abrumadoramente por Trump. Este elemento regional y de clase ayuda mucho a explicar la continua histeria provocada por la victoria de Trump. Las élites, los intelectuales y los burócratas están furiosos por el hecho de que “la canasta de deplorables” de Clinton rechazara al sistema y a sus portavoces bien peinados y de uñas cuidadas.

Por vez primera, se ha abierto un debate político sobre la libertad de expresión al más alto nivel del gobierno. Ese mismo debate se prolonga al modo en que el nuevo presidente se ha enfrentado al enorme e incontrolado aparato policial del Estado (el FBI, la NSA, la CIA, la Seguridad Nacional, etc.), tremendamente ampliado bajo la presidencia de Obama.

La política comercial y de alianzas de Trump ha despertado al Congreso y ha provocado que empiece a debatir sobre temas sustanciales en vez de hacerlo por nimiedades de procedimientos internos. La retórica política de Trump ha provocado manifestaciones masivas de protesta, algunas de buena fe, aunque otras pagadas por los megamillonarios que respaldan al Partido Demócrata, como el “Padre de las Revoluciones de Colores” George Soros. Sería importante saber si estas manifestaciones pueden provocar la aparición de auténticos movimientos democráticos y socialistas de base capaces de organizarse y aprovechar la división en las élites.

Las falaces acusaciones de contactos “traicioneros” con el embajador ruso que supuestamente realizó el consejero de Seguridad Nacional de Trump Michael Flynn cuando todavía era civil y la utilización de la Ley Logan relativa a la discusión de política exterior con gobiernos extranjeros abren la posibilidad de investigar a algunos legisladores, como Charles Schumer y otros cientos, por discutir la posición estratégica de EE.UU. con autoridades israelíes…

Gane o pierda, la administración Trump ha provocado un debate sobre las 
posibilidades de paz con una superpotencia nuclear, sobre la reconsideración del inmenso déficit comercial y la necesidad de defender la democracia contra amenazas autoritarias de la denominada “comunidad de inteligencia” contra un presidente electo.
 



Los derechos de la Mujer, contra el racismo, contra la expulsión de millones de mexicanos y musulmanes,  en defensa de la "Democracia" de las corporaciones y el capital corporativo global, en fin en defensa de la Ciudadanía, el ataque directo a los Medios de Comunicación y en los últimos días su "guerra sucia" contra  los Corresponsales extranjeros, millones de movilizan diariamente y cuestionan en calles y plazas públicas - el recinto histórico de la Democracia - las políticas principales del señor Trump.
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Trump y la lucha de clases.

La agenda socioeconómica de Trump ya ha puesto en marcha poderosas corrientes subterráneas del conflicto de clases. Los medios de comunicación y la clase política se han centrado en los conflictos relativos a la inmigración, los temas de género y las relaciones con Rusia, la OTAN e Israel así como en las políticas internas del partido. Estos conflictos oscurecen antagonismos de clase más profundos, procedentes de las propuestas económicas radicales del presidente.

Sus propuestas para reducir el poder de las instituciones federales de regulación y de investigación, simplificar y reducir los impuestos, recortar la partida destinada a la OTAN, renegociar o dar por finalizados los acuerdos multilaterales y recortar los presupuestos de investigación, sanidad y educación, amenazan el empleo de millones de trabajadores y funcionarios del sector público en toda la nación. Entre los cientos de miles de manifestantes que han participado en las marchas de mujeres por la inmigración y la educación, miles son empleados públicos y sus familiares, que ven amenazado su sustento económico. Lo que, en una primera instancia pueden parecer protestas por determinados derechos humanos, culturales o identitarios, en realidad son manifestaciones de una lucha más profunda y más general de los empleados del sector público que se oponen a la agenda privatizadora del Estado, que a su vez obtiene su respaldo de clase de los pequeños empresarios atraídos por la bajada de impuestos y una reducción de las cargas regulatorias, así como de los cuadros de las escuelas y los hospitales privados que gozan de subvención estatal.

Las medidas proteccionistas de Trump, entre las que se incluyen las ayudas a la exportación, enfrentan a los fabricantes internos con los importadores multimillonarios de bienes de consumo baratos.

Las propuestas de Donald Trump destinadas a desregular el petróleo, el gas, la madera, las exportaciones agrícolas y minerales y las inversiones en grandes infraestructuras tienen el respaldo de los jefes y trabajadores de dichos sectores. Ello ha provocado un grave conflicto con los ecologistas, los trabajadores y productores comunitarios, los pueblos indígenas y sus simpatizantes.

La iniciativa inicial de Trump de movilizar a las fuerzas internas opuestas a continuar destinando gran parte del presupuesto federal a las guerras en el extranjero y partidarias de la construcción de un imperio basado en las relaciones de mercado ha sido derrotada por los esfuerzos conjuntos del complejo militar-industrial, el aparato de inteligencia y sus defensores dentro de la coalición de las élites políticas liberal-neoconservadoras-militaristas y sus seguidores de masas.

La lucha de clases en curso se ha profundizado y amenaza con destruir el orden constitucional en dos sentidos: el conflicto puede llevar a una crisis institucional, a la destitución forzosa de un presidente electo y a la instalación de un régimen híbrido, que preservaría los programas más reaccionarios de ambas partes de la lucha de clases. Podría llegar a ocurrir que importadores, inversores y trabajadores de las industrias extractivas, defensores de la educación y la sanidad privatizadas, belicistas y miembros del politizado aparato de seguridad se hicieran con el control total del Estado. Por otro lado, si la lucha de clases consigue movilizar a los trabajadores del sector público, a los del sector comercial, a los desempleados, a los demócratas contrarios a la guerra, a los emprendedores de la tecnología de la información y a los patronos que dependen de inmigrantes cualificados, así como a los científicos y a los ecologistas en un movimiento de masas dispuesto a apoyar un salario digno y a unirse en torno a intereses de clase comunes, será posible lograr un profundo cambio del sistema. A medio plazo, la unión de estos movimientos de clase puede llevar a un régimen híbrido progresista.

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y a Rebelión como fuente de la misma.

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