miércoles, 31 de enero de 2018

UN PERUANO HA DEDICADO SU VIDA A LOS GLACIARES Y AHORA LOS VE DESAPARECER.

&&&&&


“Análisis multitemporal y multifractal de la deglaciación de la Cordillera Parón en los Andes de Perú.- Los glaciares andinos son de interés para los científicos, dado que constituyen importantes indicadores del cambio climático, los cuales juegan un importante rol en el manejo del recurso hídrico, actúan como reguladores del régimen hidrológico en casi toda la región andina, y pueden ser directa o indirectamente, causa de catástrofes (PNUMA, 2007).   Una de las técnicas disponibles para estudiar elementos que crecen y decrecen en el tiempo, como las nubes, glaciares, etc., es el uso de la técnica multifractal, que ha sido utilizada por Posadas et. al. (2005) como estadística estocástica para analizar concentraciones de ulexite en una mina de sal, a tajo abierto, en Bolivia.  

El concepto de multifractales contempla un número infinito de dimensiones fractales; un proceso multifractal se caracteriza por estudiar eventos extremos y más o menos aislados (Posadas et al., 2002).   A pesar de las ventajas conceptuales y de mayor flexibilidad en el análisis, el concepto multifractal no ha sido aplicado masivamente, posiblemente la complejidad de los parámetros multifractales constituye un impedimento para la interpretación de los resultados (Posadas et al., 2003).  


En el presente trabajo se utilizaron imágenes satelitales del tipo Lansat de cada año, desde 1987 al 2011, con resolución de 30 metros por pixel, y el método aplicado fue el de box counting, o método de la caja de contar, empleado para cuantificar los pixeles de la superficie glaciar y hallar posteriormente su volumen; asimismo se usó el Índice de Diferencia de Nieve Normalizada (NDSI) y el ratio imagen o relación de bandas 4/5 para delimitar la superficie glaciar y diferenciar el hielo de otros elementos como nubes. A partir de la superficie obtenida, se estimó el volumen glaciar medio de la Cordillera Parón con la fórmula de Klein & Isacks (1998).   Las imágenes satelitales escogidas fueron las del periodo de escasa precipitación y que no presentaban nubes sobre la superficie glaciar o en una mínima proporción que no representaban un problema para su digitalización.  El propósito de este artículo es presentar las bases del método multifractal y efectuar una aplicación de esta teoría para cuantificar el volumen y otros parámetros multifractales de los glaciares de la Cordillera Parón ante los eventos El Niño y La Niña”.  Fuente Gilberto Medina y Abel Mejía. Universidad Agraria de la Selva. Tingo María . Perú.

/////



Americo González Caldua lleva más de dos décadas como asistente de montaña en la Cordillera Blanca de Perú. crédito Tomás Munita para The New York Times.
***


UN PERUANO HA DEDICADO SU VIDA A LOS GLACIARES Y AHORA LOS VE DESAPARECER.

*****

Nicholas Casey.

New York Times.

Rebelión miércoles 31 de enero del 2018.

Américo González Caldua, ha pasado décadas como ayudante de campo en el Cordillera Blanca de Perú, donde disfrutaba de las capas de hielo, que marcaron su juventud. En la actualidad dice, ya solo se ve piedras.



HUARAZ, PerúLa vida de Américo González Caldua, de 50 años, ha coincidido con la desaparición de los glaciares de los picos de los Andes. Cada año que pasa, a medida que se eleva la temperatura de las montañas, el casquete glaciar retrocede unos 18 metros.

Durante la estación seca —cuando disminuyen las tormentas y comienza la temporada de investigación— González se dirige hacia las heladas cúspides de los picos cercanos, con marcadores y prismas de agrimensura en mano. Lleva taladros de perforación pesada para extraer muestras de las profundidades de los glaciares, que revelan la imagen de la atmósfera de hace un siglo.

Conoce las capas gélidas como nadie. González no es científico ni montañista, pero es el hombre que suele seguir a los investigadores mientras carga sus equipos.

El Everest tiene a los sherpas pero la Cordillera Blanca, una sierra nevada en el norte de Perú, tiene a los ayudantes de campo. Son hombres de montaña —en su mayoría indígenas— y en el transcurso de la última generación han visto desaparecer rápidamente una vasta extensión de hielo que había estado ahí desde hace siglos.

“Antes, nuestros glaciares se veían hermosos; nuestra cordillera estaba cubierta de una capa blanca espectacular”, dijo González hace poco en un pequeño albergue para montañistas ubicado cerca del campamento base de un pico de alrededor de 5400 metros. “Pero hoy, ya no vemos eso en nuestro glaciar, y perdemos más y más cada día. En vez de nieve, vemos piedras”.

De todos los glaciares que se han visto afectados en el mundo, los que se encuentran en esta parte de América del Sur son los que probablemente desaparecerán primero. Los científicos los llaman glaciares tropicales, casquetes de hielo que se encuentran en lugares más cálidos como Ecuador e Indonesia, donde las cúspides elevadas de las montañas los han resguardado durante miles de años del calor de las temperaturas selváticas a sus pies.

Sin embargo, incluso estos santuarios elevados se encuentran en crisis. Los científicos climáticos dicen que la capa de hielo se redujo casi una cuarta parte en los últimos cuarenta años debido al aumento de las temperaturas. Dado que la tasa de deshielo aumenta cada año, algunos predicen que dentro de cincuenta años muchos de los picos en la región ya no tendrán glaciares.

“No es la Antártida, donde si hay una grieta de un kilómetro todo mundo le presta atención”, dijo Justiniano Alejo Cochachin, quien trabaja en la Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos del gobierno peruano. “Son diecinueve metros al año, es poco a poco”.



 
Los glaciólogos estiman que el Gueshgue y otros glaciares de la Cordillera Blanca podrían desaparecer en cincuenta años si se mantiene la tasa actual de deshielo. Credit Tomás Munita para The New York Times

En las décadas que lleva haciendo recorridos, González ha pasado mucho tiempo mirando de cerca el trabajo de científicos como Cochachin, lo cual le ha permitido ver con sus propios ojos un paisaje que ha sido alterado por el cambio climático.

Observó que los alrededores del glaciar Pastoruri se volvían cada vez más rocosos por lo que, al derretirse el hielo, se hallaron fósiles que no habían visto la luz del día en años, incluyendo los de helechos y otras plantas. Ha visto cómo los ríos se tiñen de rojo, cuando otro glaciar se derritió y empezó a liberar los metales pesados que envenenaron el agua corriente abajo.

“Sin agua, no hay vida”, dijo González.

Su trabajo comienza temprano, mucho antes del amanecer, cuando González empaca los crampones que usan para caminar sobre los glaciares, los taladros para hacer hoyos profundos, los instrumentos topográficos, los cascos, los guantes y el equipo para construir un refugio, todo en una mochila casi tan grande como él.

La comida suele ir a lomo de mula, siempre y cuando la mula pueda subir. De lo contrario, González la traslada al campamento durante varios días.

González aseguró que ascender a un glaciar llamado Yanamarey no sería tan extenuante, tomando en cuenta sus recorridos habituales: ir y regresar solo le tomaría unas diez horas. Así que una mañana partimos con Rolando Cruz, un investigador de Huaraz que iba a tomar algunas medidas en la base del glaciar.

Las largas horas de ascenso suelen ser silenciosas; González busca lo que él define como “la ruta perfecta” a través del paisaje pantanoso escondido entre la niebla, donde se elevan los picos irregulares a cada lado y los halcones hacen sus nidos. Las vastas planicies se extienden a lo largo de kilómetros y los lechos de lagos de la Era del Hielo, ahora secos, son campos de pastoreo de ganado.

“Antes las vacas no estaban aquí”, observó González, y agregó que, desde que subieron las temperaturas, los animales van a pastar a altitudes más elevadas.

González escogió una ruta que había cruzado en innumerables ocasiones a lo largo de décadas, desde su primera visita al Yanamarey a principios de los años noventa, cuando comenzó a trabajar con los científicos que estudiaban el glaciar. Las descripciones que ofrece de cómo era la zona en esa época son muy variadas. A veces, hace referencia a un edificio que “tenía muros azules”. Otras, habla de “la hermosa y larga lengua” del glaciar, como si se tratara de un animal.

“Sí, está vivo”, dijo, describiendo el lento movimiento del glaciar bajo sus pies.

En los años noventa, los ascensos llegaron a ser una escapatoria temporal de los conflictos que estallaban más cerca del nivel del mar, cuando Sendero Luminoso, el grupo maoísta rebelde que aterrorizó a Perú durante décadas, atacó a políticos en el poblado cercano de Huaraz y plantó tres autos bomba. A pesar de la agitación, cada año llegaban científicos estadounidenses y de otras partes y González los llevaba a la cima.

“Cuando uno está en el campo, la mente se despeja”, dice.

El sonido del hielo agrietándose, que se escuchaba en las capas de hielo que los científicos venían a estudiar, era lo que más le perturbaba. “Tac”, dijo, “como un estruendo”. Y cada año que volvía, el Yanamarey estaba más lejos que la vez anterior.

Nuestro ascenso continuó. El paisaje se convirtió en una serie de peñascos y, después, apareció el glaciar.

Ese día se veía muy distinto a lo que había descrito González. La capa de hielo, que alguna vez había alcanzado el lago que se veía más abajo, había retrocedido hasta cuesta arriba de la ladera rocosa de la montaña, y ahora tan solo era una mancha asomándose detrás de las rocas. No había “muros azules” ni una “lengua”, solo una delgada capa de hielo sobre una franja de rocas sin vegetación.

“Se ve gris, como el plomo”, dijo González en varias ocasiones.

Cruz escaló, tomó sus medidas un poco más adelante y regresó poco después. Los dos hombres intercambiaron la misma mirada de resignación y después comenzaron el descenso.

A su edad, González sabe que estos recorridos no durarán para siempre. Sus rodillas han comenzado a resentir las largas caminatas, en especial durante el descenso cuando carga enormes cantidades de equipo. “Uno no tiene la misma fuerza”, comentó.

De regreso en el albergue en Huaraz, González volteó hacia donde estaba su hijo Álvaro, de 18 años, que nos había alcanzado esa tarde. El joven me contó que pronto comenzará a estudiar climatología en la universidad, inspirado por su padre, que hace algunos años lo llevó a conocer la capa de hielo.

¿Y a González quién le mostró los glaciares? Fue su madre, recuerda, un día frío que miraban juntos los picos desde una granja cercana.

“Se podían ver dos glaciares blancos a la distancia”, dijo. “Y nuestra madre los señaló y dijo: ‘Raju’, que es la palabra quechua que significa hielo”.

En aquel entonces, el hielo parecía tan permanente como las montañas.

“No, nunca me imaginé esto”, dijo González, describiendo la situación actual. “De niño, uno no se puede imaginar lo que sucederá más adelante”.


Andrea Zárate colaboró con el reportaje.

*****

martes, 30 de enero de 2018

GIRA DEL SECRETARIO DE ESTADO, TILLERSON AUGURA PELIGROS PARA LA PAZ EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

&&&&&

¿QUIÉN ES REX TILLERSON?. Un poderoso empresario, ultraconservador, Jefe de la Diplomacia del país más poderoso del mundo, además el Estado policiaco global. Este mismo personaje viene hacia América latina, a  “ordenar” las condiciones si viene o no Maduro al Conclave Continental de las Américas, y justo visitará a los gobiernos más ultraconservadores de América Latina, como México, Argentina, Perú, Colombia y otros, hoy verdaderos enemigos e injerencistas sobre la Revolución Bolivariana y cerrados defensores del criminal bloqueo de las transnacionales contra la Revolución Venezolana. A qué viene? A Ordenar, muy simple que NO permitan el ingreso del “dictador” venezolano y quién ordena, los “políticos-empresarios” más poderosos del mundo y los principales enemigos der la Política y de la Revolución Bolivariana.

Rex Wayne Tillerson nació el 23 de marzo de 1952 en la ciudad de Wichita Falls, en el estado norteamericano de Texas. Estudió en la Universidad de Texas en Austin y en 1975 obtuvo la licenciatura en ingeniería civil. Ese mismo año Tillerson inició su carrera en la compañía petrolera Exxon Company U.S.A como ingeniero de producción.  En 1992 Tillerson fue designado asesor de producción de Exxon Corporation y después de casi tres años asumió nuevos cargos, hasta el primero de enero de 2006 ocupó el puesto de director ejecutivo de la empresa ExxonMobil convirtiéndose en presidente. El empresario nominado como jefe de la diplomacia estadounidense y la compañía petrolera decidieron eliminar cualquier tipo de vinculación para evitar posibles conflictos de intereses después de la confirmación de Tillerson para el cargo

Tillerson, de 64 años, emergió por sorpresa la semana pasada en la competición por el cargo más delicado del gabinete: el encargado de representar a la nueva administración ante un mundo que ve con inquietud la llegada del republicano Trump a la Casa Blanca. El presidente y consejero delegado de Exxon Mobil, una empresa que, según su biógrafo oficioso, el periodista Steve Coll, funciona como un estado dentro del estado, acabó imponiéndose a candidatos más tradicionales como el excandidato presidencial Mitt Romney

Rex Tillerson  es un hombre en la cuerda floja. Apenas no pasa un día en que la prensa estadounidense no publique un artículo de opinión que pida la dimisión del secretario de Estado o una noticia sobre que él mismo está pensando en renunciar o Donald Trump en despedirle. En Washington se habla ya abiertamente de Rexit, el acrónimo acuñado sobre la salida de Tillerson del complejo diplomático de Foggy Bottom. Y proliferan las voces que aseguran que el debate ya no es si eso ocurrirá o no sino cuándo. En el universo Trump, sin embargo, nada es certero: el presidente ha perdido en nueve meses a seis de sus asesores cercanos, pero otros a los que ha atacado siguen en sus puestos

Tillerson, de 65 años, con mucha experiencia empresarial pero ninguna política, niega haber pensado en abandonar el cargo pese a las informaciones que apuntan lo contrario. Elogia a Trump, pero admite problemas de comunicación y diferencias de criterio  , y no desmiente que el pasado julio, como asegura la cadena NBC, llamara “idiota” al presidente. El insólito pulso ha salido a la luz pública. Tillerson anuncia una iniciativa y Trump la rechaza públicamente  poco después. Uno abraza la diplomacia, el otro amenaza con aventuras bélicas en un mensaje furioso en Twitter. Tillerson niega haber insultado a Trump y la respuesta del mandatario es retarle  a una prueba de inteligencia: “Te diré quién va a ganar”.

/////




Rex Tillerson, empresario del petróleo, ultraconservador, muy amigo del Presidente ruso Putin, es el Secretario de Estado norteamericano, el mismo que visitará América Latina, para ordenar, si lo reciben o no al Presidente Maduro y consolidar el aislamiento político económico,-social y comunicacional. El bloqueo criminal es total y altamente complejo. Pero los pueblos No nacen para ser derrotados, Nacimos para Vencer.

***.




GIRA DEL SECRETARIO DE ESTADO, TILLERSON AUGURA PELIGROS PARA LA PAZ EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.
*****

Javier Tolcachier.

ALAI. América latina en Movimiento.

Lunes 29 de enero del 2018.


En la primera semana de febrero, el secretario del Departamento de Estado estadounidense Rex Tillerson realizará una gira por diversos países de América Latina y el Caribe. El objetivo central de la gira es incentivar y organizar una nueva escalada de ataques contra la República Bolivariana de Venezuela, bajo el ya remanido pretexto de la “ayuda humanitaria”. Los destinos a visitar, todos gobiernos implicados en el “grupo de Lima”, no dejan dudas.

Luego de una breve escala en la Universidad de Texas en Austin, donde disertará sobre las políticas previstas por la administración Trump en relación a la región, arribará a México el 1° de Febrero para reunirse con el canciller Videgaray y el presidente saliente Peña Nieto.



A partir del 3 de Febrero, el turno será de Argentina. Tillerson viajará primero a Bariloche y luego a Buenos Aires, para encontrarse con Macri y el ministro Faurie con el objeto de discutir – según informa el comunicado del DoS “la agenda bilateral de crecimiento económico y la cooperación en seguridad”.


Acto seguido, el secretario viajará a Lima, para encontrarse con el presidente Kuczynski y su ministra de Relaciones Exteriores Aljovin. Entre los asuntos a tratar figura la preparación de la próxima Cumbre de las Américas en Abril, en la que participará Donald Trump.

El día 6 Tillerson visitará Colombia. En la reunión con Juan Manuel Santos y su canciller Holguín se abordarán “el apoyo de Estados Unidos” – así el comunicado – “a los esfuerzos de Colombia para enfrentar el crecimiento de los cultivos de coca, la producción de cocaína, aspectos económicos y el crecimiento de la población de refugiados”.  

Por último, Tillerson se encontrará con el primer ministro jamaiquino Andrew Holness y su ministra de Asuntos Exteriores Kamina Johnson-Smith. Entre los temas a tratarse en Kingston figuran “la seguridad bilateral y regional, esfuerzos energéticos y las exitosas reformas de Jamaica en materia económica.”

Nada bueno augura esta gira para la región.

A la luz del anuncio de la realización de elecciones presidenciales en Venezuela en Abril próximo y de una oposición debilitada y desunida, el periplo de Tillerson se vislumbra como un nuevo capítulo de la opción intervencionista de la administración Trump.

Un propósito similar tuvo el recorrido que emprendió el vicepresidente Mike Pence en Agosto pasado por Colombia, Argentina, Chile y Panamá, En aquella oportunidad el saldo fue infructuoso debido al cerrado rechazo que recogió ante la mención de la “opción armada” contra Venezuela, incluso por parte de estrechos aliados.

Por lo demás, el viaje de Tillerson apunta a dar continuidad a la estrategia de fortalecer la acción concertada del bloque de gobiernos de derecha, hoy agrupada en el “grupo de Lima”, con el objeto de bloquear toda posibilidad de integración regional de carácter emancipador.

Esta es la primera vez que el secretario de Estado recorre la región y obedece también a la necesidad de EEUU de mostrar presencia, frente a la propuesta que hizo China a la CELAC en la reciente ronda de reuniones en Santiago de Chile de incorporar a la región al gigantesco proyecto de infraestructura  conocido como La Franja y La Ruta o la Nueva Ruta de la Seda.

Asimismo la inminente concreción del Tratado Transpacífico entre once naciones de América Latina y Asia, a ser firmado en Chile en Marzo próximo sin la participación de EEUU, es un desafío comercial ante el cual el gobierno norteamericano no puede permanecer impasible.

El comunicado emitido por el Departamento de Estado informando sobre la gira prevista, indica que el secretario instará a sus socios a promover un hemisferio “seguro, próspero, democrático y con seguridad energética”. Por otra parte, la atención que Tillerson dedicará durante las conversaciones a Venezuela, es explícita.

Más allá de códigos formales, “seguridad” implica venta de armas y tecnología de vigilancia y represión ante posibles estallidos sociales, al par que un aumento de la retórica belicista contra Venezuela, bajo la excusa de constituir un peligro para la democracia. Democracia de la que ha dado una muestra espléndida el reciente fraude en Honduras, uno de los principales enclaves asociados a EEUU en la región.

Alarmante, más allá de los aspectos de retórica diplomática y propaganda, es la mención de “apoyo” a Colombia. En el marco de una campaña electoral presidencial que los sectores conservadores polarizarán con referencia a Venezuela para ocultar (y canalizar) el descontento social frente al retroceso económico del país, el “apoyo” estadounidense significa una cosa: apoyo a los sectores de derecha – presentables o impresentables - frente a la posibilidad cierta de una derrota política que descomprima la región fronteriza con Venezuela.  

En un momento de recrudecimiento de los asesinatos a líderes campesinos y miembros del ahora partido FARC, la remilitarización es un escenario bienvenido por los halcones en Washington y Bogotá, echando así por tierra los avances logrados con la finalización del conflicto armado. La amenaza para Venezuela y el incremento de la tensión en la región sería el efecto directo de ese desatino.

Del mismo modo debe interpretarse el aspecto de “seguridad energética”. Es conocida la estrategia de EEUU para que los estados insulares del Caribe, beneficiados por la política preferencial de PetroCaribe, retiren su apoyo diplomático a Venezuela a cambio de integrarse en una política de “energías limpias”. Esta política implica, entre otras cosas, ampliar la reconversión energética que ya se viene llevando a cabo en América Central con el objetivo de minimizar la influencia de la exportación petrolífera de Venezuela, recortando así su principal ingreso.

Es difícil creer con seriedad que el ex ejecutivo de Exxon, ahora canciller de un país renuente a aceptar compromisos ecológicos retirándose del Acuerdo de París, esté interesado en políticas de conservación medioambiental.

Otro escenario a tener en cuenta es la Cumbre de las Américas de la OEA proyectada para Abril en Perú. Teniendo en cuenta las muestras de parcialidad dadas por el secretario Luis Almagro, constituyéndose en un alfil conspirativo de EEUU contra Venezuela, es altamente probable que en esa reunión – por enésima vez y a pesar del retiro en curso de la nación bolivariana de esa organización – se quiera lograr una “condena” contra el país caribeño que incluya sanciones a nivel regional. Para esto, EEUU y sus socios deberán contar con mayorías que no pudieron lograr anteriormente, a pesar de haberlo intentado repetidamente en los momentos más críticos del 2017.

A los problemas sociales que deberán afrontar los habitantes de varios países de América Latina y el Caribe gobernados por el dictamen neoliberal, se suma en el horizonte la posible tragedia de una escalada bélica. Frente a ello, el repudio generalizado a las acciones conspirativas de una potencia en declive y la defensa irrestricta de la paz son esenciales.  

- JAVIER TOLCACHIER es un investigador perteneciente al Centro Mundial de Estudios Humanistas, organismo del Movimiento Humanista.

*****